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Realmente tenemos unas vistas excelentes desde el balcón de nuestra habitación del hotel Bumbleberry Inn. Las montañas rojizas con motitas verdes que abundan por el parque.
También comenzamos hoy con bastante retraso. Que si el desayuno, el check out del hotel, la compra. En la tienda del hotel hay una sección en la que hacen tartas caseras, helados, pan. Tienen un mapa con chinchetas clavadas en los diferentes sitios de origen de sus clientes. Es la primera chincheta que ponen en Granada.
Como ayer, aparcamos en el centro de visitantes y tomamos la lanzadera. Nos vamos hasta la séptima parada, Weeping Rock.
Weeping Rock. Es una atracción más del cañón de Zión, muy fácil de acceder. Es solamente un corto paseo de 10 minutos. Se trata de un gran hueco en la pared que se ha ido formando por la erosión de la capa de arenisca de la parte inferior. Por la pared de arriba cae el agua lentamente en forma de “llanto”. Con esta agua lógicamente se va formando un jardín colgante de musgos y helechos. Como ya hemos podido comprobar hay muchas paredes lloronas en Zión. Pero esta tiene un fácil acceso y una pequeña plataforma enfrente de la misma para mejor visualizarla.
El punto de inicio al corto paseo a Weeping Rock es también el punto de partida de dos interesantes rutas. Hidden Canyon y Observatión Point. Bueno, y alguna más que no tuve en cuenta. Y una buena plataforma para contemplar las montañas que nos rodean, siendo esto, para mí, lo mejor de esta parada.
Desde la parada 5 de la lanzadera, Zión Lodge, nos disponemos a recorrer la Emerald Pools Trail. Esta ruta es otra clásica en Zión. Es considerada como un oasis en el desierto de montañas. Hay tres “piscinas”, la baja, la media y la alta. La ruta se puede hacer más corta o más larga dependiendo de hasta que piscina llegues. Si se llega hasta la más alta se caminará unos 4 km., de ida y vuelta.
El sendero al inicio va serpenteando junto a un arroyo con estupendas vistas a las montañas rojizas que se alzan desde el cañón de Zión.
Pronto comienza a abundar la vegetación y luego el sendero discurre a lo largo y por debajo de un hueco en altura de la pared rocosa, (por aquí lo llaman “alcove”).
Justo en el borde del voladizo que cubre este enorme y alargado hueco, se supone que dos cascadas altas caen y con su agua se forma la piscina de abajo. La cascada es solamente una y con un chorro de agua raquítico por lo que la piscina de abajo es solamente un charco marrón. Este chorro de agua al caer de tanta altura y con poca cantidad, el agua parece tamizada en miles de gotitas que brillan a la luz del sol, formando una colorida y sutil cortina.
Cuando se pasa por debajo del gran voladizo se nota un buen ambiente refrescante que se agradece.
Luego el sendero asciende y gira a la derecha con buenas vistas de todo el acantilado rocoso, la caída de la cascada, el voladizo, el hueco en la roca.
Sigue ascendiendo, ahora gira a la izquierda para llegar hasta la parte superior del acantilado hasta encontrarse con las piscinas medias que dan lugar a la cascada. Por el camino desemboca la ruta que viene desde Grotto, el Kayenta Trail. En las piscinas medias, arroyos poco profundos cruzan el sendero antes de derramar su agua en la cascada que se ve en la piscina inferior. La primera piscina media se forma por el drenaje del cañón de Behunin que suele ser una de las cuencas más secas de Zión y la segunda piscina media, que se encuentra casi al mismo borde del acantilado, es alimentada por el drenaje del cañón Heaps. En nuestra visita, la realidad que nos encontramos es la de un par de charcas de poca profundidad y poca agua. Las lluvias en estos cañones no han tenido que ser abundante en los días pasados.
Aunque en este punto las vistas compensan con creces la falta de vistosidad de las piscinas. La silueta de Arch Red Mountain y Lady Mountain ocupan el centro de la vista panorámica.
El tramo final hasta la piscina superior es más exigente, sube en bastante pendiente y en terreno arenoso. Es un oasis enmarcado por tres acantilados que se elevan 90 m. por encima. Ejemplares de arce y otras variedades proporcionan la sombra en este anfiteatro natural. Y la piscina superior hace algo más de honor a lo de piscina. Con algo más de agua y de color verdoso nos puede recordar en algo esas fotos tan estupendas que hemos visto del lugar. Ocasionalmente puede verse una pequeña cascada que sale de la boca de Heaps Canyon, pero no es el caso en el día de hoy.
Desde esta piscina superior hay que regresar por el mismo camino. En la piscina media hay otro camino por el que se puede regresar, distinto del de ida, el Middle Pool Trail, que se encuentra cerrado. O regresar por el Kayenta Trail.
Nosotros nos volvemos por el mismo camino que fuimos.
La ruta es bonita y agradable pero puede decepcionar en cierta forma. Cuando se busca información de la misma, el texto que encuentras va acompañado de unas estupendas fotos que no coinciden con la realidad, referente a las dos cascadas y las piscinas. Deben de estar hechas en momentos puntuales de abundancia de agua.
A toro pasado pienso que hubiera sido mejor haber hecho la ruta a Hidden Canyon. Son sólo 3 millas, pero bastante más exigente, aunque seguramente con estupendos puntos de vista.
Con la lanzadera nos trasladamos al punto anterior, la parada 4 del recorrido, Court of the Patriarchs. Con el sólo propósito de contemplar estas hermosas montañas que se conocen con el nombre de Corte de los Patriarcas. Esta colección de picos, que dominan el valle del cañón de Zion, tiene nombres individualizados, tales como Abraham, Isaac y Jacob. También son visibles The Sentinel y Mount Moroni. Fueron nombrados así por Fisher, el mismo que le puso nombre a Angels Landing. No es posible considerarla como ruta ya que se llega al mirador en un par de minutos. Así que te bajas de un autobús y te subes en el siguiente.
Damos por finalizada nuestra visita al cañón de Zión. Volvemos al centro de visitantes, cogemos el coche y nos trasladamos por la SR 9 hacia Mount Carmel Junction. Con extraordinarias vistas en todo el recorrido. Nuestra intención es hacer otra ruta corta, otra clásica de PN Zion.
Canyon Overlook Trail. Justo al finalizar el túnel Mount Carmel hay un pequeño aparcamiento que, como es lógico a estas horas cercanas a mediodía, está completo. Seguimos adelante por la carretera por ver si encontramos algún hueco, y también está todo lleno. Retrocedimos al aparcamiento de nuevo y aunque no había ningún hueco mi marido dijo que se quedaba allí con el coche a la espera de una plaza libre.
El sendero comienza casi justo dónde acaba el túnel, a mano izquierda si vas desde Springdale. Se inicia subiendo unas escalinatas talladas en la piedra arenisca y sube por encima del túnel. Se camina con un gran acantilado a la derecha y a la izquierda un precipicio en cuyo fondo se encuentra el cañón de Pine Creek. El camino que comenzó por encima de superficie de roca da paso a un camino de tierra. El acantilado de la derecha hace una gran curvatura hacia dentro, como una gran cueva en la que se filtra agua, con la consiguiente aparición de helechos y musgo. Esta zona es muy fresquita y se encuentra ocupada por algunas familias tomando un refrigerio.
El camino sigue subiendo y hay que pasar una sección donde se estrecha bastante, con el precipicio al lado, aunque dura poco. Las vistas de las extraordinarias, y variadas, montañas rocosas no cesa. En la pared de un gran acantilado que se alza en el cañón de Pine Creek se puede ver alguna ventana. Son las ventanas que dan luz y respiración al túnel Mt.Carmel. También se tiene otra perspectiva del Grand Arch, enorme cavidad en forma de arco en el acantilado de arenisca del East Temple que ya vimos subiendo en la SR 9 hacía el túnel.
La parte final del sendero es algo más llana y por terreno rocoso. Luego se sube un montículo al borde de un acantilado vertical, que se encuentra cercado por seguridad. Hemos llegado a destino. Es un “overlook” en toda regla. Gloriosas vistas de acantilados rojos cubiertos por cúpulas y mesetas blanquecinas mientras que muchos metros abajo la carretera, que sube desde Zión al túnel, se retuerce en varios zigzags para luego seguir al fondo del valle.
Un cartel te ayuda a identificar los diferentes picos. A la izquierda la cima piramidal y blanquecina de Bridge Mountain, casi de frente, West Temple con cima en forma de meseta. Siguiendo a la derecha, The Beehives, las colmenas de color blanco, The Streaked Wall, el muro estriado. Alter of Sacrifice, con una alargada mancha roja de oxido, la sangre de los sacrificios. The Sentinel, de color blanco con cumbre en meseta cubierta de vegetación.
Es una ruta corta y no difícil. Gratificante desde el comienzo hasta la gran panorámica final. Es una milla de ida y vuelta, y aunque se sube el desnivel no es mucho. Se califica como ruta familiar y apta para niños. Yo no diría tanto, si son niños pequeños, porque tiene algún tramo que otro estrecho y expuesto. La mayoría de la gente que me encontré eran familias con niños y más de la mitad se quedaron por el camino.
Ahora realmente hemos finalizado nuestra visita al PN de Zión. Un parque que también nos ha enamorado, que nos hubiera gustado explorar un poquito más.
De nuevo en la SR 9 hasta Springdale donde repostamos y hacemos algunas compras. Hay bonitos y curiosos comercios en la calle principal de esta localidad.
Continuamos en la misma carretera, cruzando los mismos pueblos que cuando vinimos, a excepción de Toquerville, ya que en La Verkin seguimos por la 9 hacia Hurricane para después encontrarnos con la interestatal 15.
En el pueblo de Virgin, del nombre del río Virgin, se encuentra el Virgin Trading Post. Un restaurante y tienda de regalos que tiene al lado una recreación de una pequeña ciudad del oeste con su banco, un hotel, la cárcel, un carro cubierto… Nos resultó curioso cuando vinimos y ahora paramos a echarle una foto.
En nuestros planes de hoy teníamos como una posibilidad secundaria visitar Valley of the Fire. No disponíamos de mucho tiempo pero pensando que al salir de Utah y entrar en Nevada retrasaríamos el reloj una hora se fue haciendo mayor esta posibilidad. Pero el horario para la luz solar sigue su propio rumbo y aunque contáramos con una hora más de reloj, teníamos el mismo tiempo de luz diurna. Un cálculo que no tuvimos en cuenta.
Viajando por la I-15, dirección Las Vegas, hay que coger la salida 93, a la carretera NE 169 que a través del Moapa Valley nos llevará a una de las entradas de Valley of the Fire State Park.
Valle de Fuego se encuentra en el desierto de Mojave y es el parque estatal más antiguo de Nevada. Fue nombrado para preservar las formaciones rojizas de piedra caliza que tuvieron su origen en unas grandes dunas de arena en la edad de los dinosaurios. Las formaciones rojizas brillan con el reflejo de los rayos del sol pareciendo que arden. De ahí el nombre.
El centro de visitantes está cerrado. Y aunque hay dos carteles fuera del edificio con algunos planos indicando los puntos principales de atracción, ambos no coinciden. No llevaba mucha información anotada precisamente porque la visita a este parque no estaba confirmada. Y en estos planos no aparece por ninguna parte Fire Wave que es lo principal que pretendemos ver. Pero bueno, nos las apañamos medianamente bien.
Allí mismo hay que dejar los 10$ que cuesta la entrada a este parque, en un sobre y en su correspondiente buzón.
Retomamos la carretera. Esta sección de la carretera, entre la entrada este y la entrada oeste del parque, está considerada como Scenic Byway del Estado de Nevada desde 1995. Y realmente es una carretera escénica por cualquier punto que mires.
De camino vimos unas rocas rojas llamativas con información y nos paramos. Son Seven Sisters. Las siete hermanas son siete rocas rojas muy erosionadas rodeadas por el desierto de arena. Algún día pertenecieron al grupo de rocas cercanas. En sus paredes hay muchos agujeros y oquedades demostrando que la implacable erosión sigue su curso.
Aunque en el mapa no figura Fire Wave, ni siquiera en la relación de rutas por el parque, por algún sitio había leído que se encuentra dirección White Domes. Así que cuando vimos una carretera que se bifurcaba con esta indicación por allí que seguimos. Las formaciones rocosas que vemos desde la carretera son espectaculares.
En lo alto de un pequeño repecho nos encontramos un mirador: Rainbow Vista. Es un mirador de larga distancia. Se ve la carretera serpentear por un valle entre formaciones de rocas multicolores. Paisaje diferente al monocromático rojo que hemos estado viendo hasta llegar aquí. Nos deja sin palabras, no esperábamos encontrarnos algo tan bonito por aquí.
Por la carretera serpenteante que hemos visto desde el mirador proseguimos nuestra andadura pendientes de cualquier señal o aparcamiento que nos indique lo que buscamos. Nos vamos cruzando con estas formaciones coloristas.
No tardando mucho dimos con el parking número 3 enfrente del cual estaba muy bien marcado Fire Wave. Una caminata de 0,6 millas. Un kilómetro para ir y otro para volver, si bien en la realidad es un poco más.
Solo hay que cruzar la carretera y comenzar a caminar por un sendero marcado en el fondo arenoso rojo entre vegetación de desierto con varias indicaciones de que se permanezca en el sendero. Se camina sobre arena hacia una alta formación de arenisca roja. Cuando nos acercamos a la depresión que hay debajo de estos acantilados el camino gira a la derecha y la arena parece más compacta haciendo más fácil el caminar. Ahora se camina en paralelo a la carretera y dirección contraria a White Domes.
Cuando los acantilados rojos finalizan el sendero curva a la izquierda. Y a partir de aquí el sendero transcurre en su mayor parte sobre terreno rocoso. Las indicaciones ahora son los montoncitos de piedras. Se van viendo rocas con colores rayados que van anticipando nuestra meta y te van dando la pista de que se va por el camino correcto. Subes una pequeña colina de roca y después los montoncitos de piedras comienzan a bajar dicha colina. Fire Wave no se ve por ninguna parte. Comienzas a dudar. Pero sigues bajando y al poco la ves. Se encuentra en la parte más baja de la colina rocosa en la que nos encontramos.
Fire Wave es una increíble formación de arenisca que se puede parecer a una ola cuando alza su cresta hacia arriba. Pero lo más increíble son sus rayas, sus capas de color rosado, beige, anaranjado. La ola de fuego tiene una depresión en su parte inferior en forma de cuenco que se vuelve a elevar en otros dos puntos. Las rayas se retuercen y ondean de forma magistral. Puedes hasta creerte que las rayas están pintadas.
Hemos llegado en el momento oportuno. El sol del atardecer la ilumina divinamente. La magia del lugar se rompe de pronto cuando una pareja con su hijo deciden escalar la ola y quedarse allí arriba como si fuera de su propiedad y los demás no estuviéramos presentes. No había forma de sacar una foto a la ola sin los moscones encima.
Los paisajes de alrededor son también notables. Debajo de la formación de la ola pasa el Kaolín Wash y al otro lado otras formaciones rayadas de igual color pero con distintas formas. En el telón de fondo, curiosas formaciones rocosas redondeadas y otras que asemejan cucuruchos de helado de nata o conos de merengue.
Pudimos disfrutar del paisaje tan solo un ratito pues el tiempo apremia y tenemos un largo viaje por delante. Volvemos rápido por el mismo camino con muy buena sensación.
Esta fue nuestra breve incursión en el parque del Valle de Fuego. Hemos tenido poco tiempo para degustarlo pero lo poco que hemos visto nos ha parecido extraordinario. Pensaba que si hubiéramos organizado el día de otra forma quizá podríamos haber tenido más tiempo en este parque. Pero es que tampoco es posible dedicarle más tiempo en estos meses de calor. Llegamos al atardecer y esa es la hora en la que se puede caminar por el parque, además del amanecer.
Finalizamos la carretera 169 conectando de nuevo con la I-15, dirección Las Vegas. Pero no es este nuestro destino. En el camino el cielo nos fue regalando unas nubes con tonos dorados por el sol. Unos cielos preciosos.
Y no es nuestro destino Las Vegas porque hoy es sábado. Y ya se sabe que en Las Vegas, los fines de semana, el precio de los hoteles se puede hasta triplicar.
En un plan de viaje original yo quería incluir la visita a las Vegas justamente cuando volvíamos del PN de Zión. Para descansar unos días del ajetreo de visitas por todos los parques. Pero por más combinaciones que hacía me salía siempre la estancia en esta ciudad en fin de semana.
Tenemos que llegar a la ciudad de Pahrump dónde tenemos el hotel reservado. Distante 96 kilómetros de Las Vegas.
Pasando por Las Vegas era ya de noche. No teníamos intención alguna de entrar en la ciudad. Pero algo no hicimos bien porque acabamos circulando por en medio del Strip, con el caos circulatorio que había a estas horas tempranas de la noche. Pudimos salirnos pronto y coger de nuevo la autopista. Luego hasta nos gustó el contratiempo. Nos gustó porque vimos iluminada la parte sur del Strip, que no habíamos visto de cerca en nuestra estancia.
Llegamos a Pahrump cerca de las diez de la noche. Nuestro hotel era el Best Western Pahrump Oasis. Hicimos el check in, y casi sin comer (todo estaba ya cerrado) nos fuimos a la cama.
Este es un buen hotel y el más barato de todo el viaje, 73$ con desayuno incluido. Y un buen desayuno. Tienen un trato familiar y atento.
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