11 de diciembre. Nuevo madrugón porque el transfer al aeropuerto de Balmaceda pasaría a buscarme por el hotel entre las 6:30 y las 7:00. Este transfer lo había contratado con la misma empresa que me llevó a Coyhaique, sólo que en este caso fue necesario que llamara por teléfono con una antelación de 48 horas para hacer la reserva. Los números de teléfono que me habían dado son los siguientes:
672 330 396
672 33 53 88
Todos estos teléfonos con prefijo +56 si se lleva un móvil con número extranjero.
Al hacer la reserva por teléfono te preguntan el nombre, el alojamiento y la fecha y hora del vuelo, tras lo que te dicen la hora aproximada a la que se pasarán a buscarte. El precio de este traslado es de $8000.
Después de recoger a toda la gente de sus alojamientos, tardamos 2 horas en llegar hasta el aeropuerto, porque hay una distancia de unos 120 km.
El vuelo salía a las 11 de la mañana más o menos y tardaba una hora en hacer el viaje hasta Puerto Montt. Llegué a las 12 y cogí bastante rápido el equipaje facturado, así que tenía más de 2 horas para ir a la terminal de autobuses de Puerto Montt y coger el autobús a Valdivia, puesto que lo tenía sobre las 14:20. Me enteré en el aeropuerto de que se podía ir hasta la ciudad en autobús, pero como no conocía los horarios hice el traslado en taxi. La tarifa no es nada barata porque cuesta $12000. Al llegar a la estación de autobuses traté de cambiar el billete para Valdivia a una hora más temprano, pero fue imposible. Aproveché la espera para comprar el billete de autobús de Valdivia a Pucón para el día 14. $4700 me costó. A propósito, en la estación de autobuses de Puerto Montt había perros callejeros en el interior. ¡Qué hartura!
El tiempo de viaje hasta Valdivia fue de unas 3 horas. Me recibió un día típicamente valdiviano con lluvia, aderezado con un poco de viento. El hotel Aroma Verde está a unos 400 metros de la estación de autobuses, pero confundí el nombre de la salida que tenía que tomar en la estación y salí por el punto contrario al que debía. Tirando de la maleta con una mano, las 2 muletas en la otra, con la lluvia y sin haberme puesto el pantalón impermeable, llegué empapado al hotel.
aromaverde.cl/
Aroma Verde es un hotel de estilo rústico que no lleva demasiado tiempo en funcionamiento. Tiene 2 plantas y no hay ascensor. A mí me asignaron una habitación en la primera planta y era bastante espaciosa y luminosa, con una cama grande y cómoda, una mesa pequeña con silla, TV, armario grande pero poco práctico (únicamente 2 perchas) y suelo de madera. El cuarto de baño era de igual modo espacioso y había diversos productos de higiene, como champú, gel y acondicionador para el pelo. Lo que me pareció extraño de la habitación fueron ciertos acabados:
- Se veían algunos tubos saliendo por la pared, que imagino que corresponderían a algún tipo de instalación.
- El rodapié de la habitación tenía un tramo de 2 metros que estaba despegado.
- Por debajo de algunos interruptores en la habitación creí ver los cables.
- En la ducha, había un agujero en la pared sobre el que no habían puesto la instalación del grifo, motivo por el que quedaba a la vista.
Realmente esto no daba una sensación muy buena. No sé si es que construirían el hotel demasiado rápido y no prestaron atención a los detalles, si el hotel lo construyeron los propios dueños sin tener demasiada idea, o qué. A mi comodidad no afectó, pero queda feo.
El wi-fi es gratuito y la recepción es de 24 horas.
A pesar de la lluvia, decidí no sumirme en la pereza y animarme a salir a la calle, enfundado eso sí, en toda la ropa impermeable de la que disponía. De todos modos, muy lejos no llegué, sólo hasta la Plaza de la República. La lluvia y especialmente el viento convertía en una tarea desagradable pasear. Por otra parte, el centro estaba casi desierto y no había ni 2 gatos (perros callejeros sí, eso que no falte).
Tenía mi lista de restaurantes apuntados para ir a cenar esa noche, pero claro, era domingo y los que me interesaba estaban cerrados (New Orleans y Picamaderos). Acabé cenando en el cercano mall de la calle Arauco. Ciertamente no es para disfrutar una experiencia gastronómica, pero de lo poco que había traté de elegir la opción que pareciese menos comida rápida, en un puesto que tenía un pequeño buffet. Al menos fue barato:
- Pechuga de pollo a la plancha con ensalada
- Zumo de frutilla y una botella de agua
Pagué $5580.
El resto de la tarde y parte de la noche continuó lloviendo. En resumen: una jornada que quedó poco aprovechable.
672 330 396
672 33 53 88
Todos estos teléfonos con prefijo +56 si se lleva un móvil con número extranjero.
Al hacer la reserva por teléfono te preguntan el nombre, el alojamiento y la fecha y hora del vuelo, tras lo que te dicen la hora aproximada a la que se pasarán a buscarte. El precio de este traslado es de $8000.
Después de recoger a toda la gente de sus alojamientos, tardamos 2 horas en llegar hasta el aeropuerto, porque hay una distancia de unos 120 km.
El vuelo salía a las 11 de la mañana más o menos y tardaba una hora en hacer el viaje hasta Puerto Montt. Llegué a las 12 y cogí bastante rápido el equipaje facturado, así que tenía más de 2 horas para ir a la terminal de autobuses de Puerto Montt y coger el autobús a Valdivia, puesto que lo tenía sobre las 14:20. Me enteré en el aeropuerto de que se podía ir hasta la ciudad en autobús, pero como no conocía los horarios hice el traslado en taxi. La tarifa no es nada barata porque cuesta $12000. Al llegar a la estación de autobuses traté de cambiar el billete para Valdivia a una hora más temprano, pero fue imposible. Aproveché la espera para comprar el billete de autobús de Valdivia a Pucón para el día 14. $4700 me costó. A propósito, en la estación de autobuses de Puerto Montt había perros callejeros en el interior. ¡Qué hartura!
El tiempo de viaje hasta Valdivia fue de unas 3 horas. Me recibió un día típicamente valdiviano con lluvia, aderezado con un poco de viento. El hotel Aroma Verde está a unos 400 metros de la estación de autobuses, pero confundí el nombre de la salida que tenía que tomar en la estación y salí por el punto contrario al que debía. Tirando de la maleta con una mano, las 2 muletas en la otra, con la lluvia y sin haberme puesto el pantalón impermeable, llegué empapado al hotel.
aromaverde.cl/
Aroma Verde es un hotel de estilo rústico que no lleva demasiado tiempo en funcionamiento. Tiene 2 plantas y no hay ascensor. A mí me asignaron una habitación en la primera planta y era bastante espaciosa y luminosa, con una cama grande y cómoda, una mesa pequeña con silla, TV, armario grande pero poco práctico (únicamente 2 perchas) y suelo de madera. El cuarto de baño era de igual modo espacioso y había diversos productos de higiene, como champú, gel y acondicionador para el pelo. Lo que me pareció extraño de la habitación fueron ciertos acabados:
- Se veían algunos tubos saliendo por la pared, que imagino que corresponderían a algún tipo de instalación.
- El rodapié de la habitación tenía un tramo de 2 metros que estaba despegado.
- Por debajo de algunos interruptores en la habitación creí ver los cables.
- En la ducha, había un agujero en la pared sobre el que no habían puesto la instalación del grifo, motivo por el que quedaba a la vista.
Realmente esto no daba una sensación muy buena. No sé si es que construirían el hotel demasiado rápido y no prestaron atención a los detalles, si el hotel lo construyeron los propios dueños sin tener demasiada idea, o qué. A mi comodidad no afectó, pero queda feo.
El wi-fi es gratuito y la recepción es de 24 horas.
A pesar de la lluvia, decidí no sumirme en la pereza y animarme a salir a la calle, enfundado eso sí, en toda la ropa impermeable de la que disponía. De todos modos, muy lejos no llegué, sólo hasta la Plaza de la República. La lluvia y especialmente el viento convertía en una tarea desagradable pasear. Por otra parte, el centro estaba casi desierto y no había ni 2 gatos (perros callejeros sí, eso que no falte).
Tenía mi lista de restaurantes apuntados para ir a cenar esa noche, pero claro, era domingo y los que me interesaba estaban cerrados (New Orleans y Picamaderos). Acabé cenando en el cercano mall de la calle Arauco. Ciertamente no es para disfrutar una experiencia gastronómica, pero de lo poco que había traté de elegir la opción que pareciese menos comida rápida, en un puesto que tenía un pequeño buffet. Al menos fue barato:
- Pechuga de pollo a la plancha con ensalada
- Zumo de frutilla y una botella de agua
Pagué $5580.
El resto de la tarde y parte de la noche continuó lloviendo. En resumen: una jornada que quedó poco aprovechable.