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Mi novio se levantó medio constipado, para colmo el día estaba nublado y hacía más frio, pero no nos quedaba otra opción que seguir avanzando. Empezamos por el volcan Kerid, donde tuvimos que pagar unos 5€ para poder acceder, es pequeño pero muy bonito, si vais a ir a otros volcanes gratuitos igual no merece la pena, pero si sólo podéis visitar el sur, al fin y al cabo no es tanto el desembolso.
Como podéis ver, una parte tenía una capita de hielo, pero al menos pudimos ver agua esta vez, en el de Myvatn era todo hielo. No se tarda mucho en rodearlo y hay caminos para bajar hasta el crater, pero estaban cerrados.
Desde allí fuimos a ver los géiseres, hay un parking gigante junto a un edificio también enorme con restaurantes y baños, parecía Benidorm en agosto, y eso que era temporada baja. Aún así, nos costó encontrar aparcamiento, una vez que lo conseguimos nos fuimos a ver el famoso Strokkur.
Es muy emocionante la espera (emerge cada 5/10 minutos), primero se forman unas burbujas y después explota, a veces se forma la burbuja te preparas y luego no pasa nada, de modo que estas en vilo todo el rato.
Nos quedamos a verlo una y otra vez, ahora de cerca, ahora de lejos, ahora desde allí, espera una vez más que quiero hacer un vídeo... Pasamos un buen rato, cronometrando y esperando, llegamos a la conclusión que cuanto más tarda mayor es la fuerza del agua después.
Junto a él esta Geysir, de donde proviene el nombre de géiser, ya no entra en erupción debido a que lo forzaban con jabón y monedas para que soltara el chorro de agua, hasta que se lo cargaron.
Como la catarata de Gullfoss está muy cerca, aprovechamos para ir a verla a pesar de que mi chico no se recuperaba.
Al menos el esfuerzo que hizo por llegar hasta allí le valió la pena, es sobrecogedor el paisaje. Al principio dijo que me esperaba en el coche, pero luego se fue animando y se dio un buen paseo. El camino para verla desde abajo estaba cerrado, pero seguro que es increíble. En la siguiente foto se ve el sendero que tampoco pudimos hacer.
Y después de la catarata nos fuimos directos a Rejkiavik, mi novio estaba hecho polvo y pensamos que sería mejor parar a que descansara. De camino hice una reserva en el hotel más barato que encontré,90€ con desayuno incluido, se llama Aurora Guesthouse, y lo mejor era que estaba muy centrico, son como apartamentitos con 3 o 4 habitaciones y compartes la cocina y el baño con el resto. Tienen varios edificios en la zona, no sé si todos serán iguales. Otro punto a favor es que había mucho sitio donde aparcar gratis en la zona. De hecho dejamos la furgo en la misma puerta.
Comimos, descansamos un poco, nos duchamos y mi novio se recuperó un poquillo así que salimos a callejear un rato por la capital de Islandia.
¡Que bonito es el centro histórico! Parece un pueblo con sus casitas de colores, y hay un montón de gatos, había leído que no había perros apenas porque durante muchos años estuvo prohibido, supongo que por eso los gatos se han hecho los amos y los ves por ahí paseando solos, bien cuidados, gorditos, con sus collares y todo.
El hotel estaba junto a Hallgrimskirkja, no entramos, aunque desde fuera es curiosa. La estatua que hay delante es del Leifur Eriksoon (el primer europeo en llegar a America como ya os comenté) y fue un regalo de EEUU cuando Islandia conmemoró los 1000 años de su primera asamblea Nacional en 1930.
La fachada del exterior de la iglesia está inspirada en las columnas de basalto de origen volcánico que fuimos encontrando por la isla.
Y con la iglesia como telón de fondo nos fuimos a dormir.
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