Martes 28 de Junio.
Hoy toca cambio de isla, así que aprovechamos la mañana al máximo. A las 11:30 nos vienen a buscar para ir al aeropuerto. Nos levantamos bien pronto para dejar las maletas prácticamente preparadas antes de desayunar, y estamos en la terracita de la habitación toda la mañana.
Un poco antes de irnos, nos acercamos al supermercado y reponemos provisiones para llevar a Bora-Bora.
En el aeropuerto, nos dicen que llevamos sobre peso en las maletas, y nos quieren cobrar un extra, pero yo le digo que no, que son las mismas maletas con las que vinimos hace 3 días, y que no puede ser, así que al final como te facturan todo, incluidas las de mano, ya le digo que no llevamos nada de equipaje de mano, que si quiere saco la mochila y la llenamos para subirla al avión, ante lo que acceden a dejar todo como está sin cobrarnos. Tal vez si llevábamos un poco más de peso, porque acabamos de aprovisionarnos de cervezas, jajaja…
Para nuestra sorpresa, vuelo con escala en otra isla, donde sin bajarnos del avión, continuamos rumbo bora-bora. La duración sobre una hora veinte minutos.
Como se puede ver en las fotos, de nuevo el tiempo no nos acompañaba. La verdad que no tuvimos mucha suerte con el tiempo, porque incluso algo de lluvia tuvimos algún día en Bora Bora, y siempre hacía algo de aire, y nunca tenías la laguna tranquila para disfrutar de esos azules turquesas, increíbles de todas maneras.
Vistas desde el avión. Lado izquierdo para sacar las fotillos.
Nada más bajarte del avión ya se aprecia el color de la laguna
Taxi-botes de los hoteles.
Ya antes de recoger las maletas, te está esperando una chica del hotel, que te recibe con el collar de flores, y una botellita de agua, y que vayas a esperar las maletas para identificarlas con una cinta de color.
Tras un buen paseíto en el taxi-bote, ya que el hotel está casi al otro lado de la isla, llegamos a destino.
Como tenemos la tarjeta Gold Ambassador, nos hacen el chek-in en privado en una mesita con vistas al monte Otemanu, con unas toallitas para refrescarte y un coctail de bienvenida.
Al igual que en Moorea, pregunto amablemente por el upgrade, y obtengo la misma respuesta, el hotel está lleno, y hoy no me lo pueden asegurar. Aquí la verdad que todas las habitaciones son idénticas, sólo cambian las vistas, así que nos preocupa menos.
Nos llevan en un carrito de golf hasta la puerta de la habitación, la 205, y lo mejor para describirla este video.
El tiempo no acompaña mucho, en el video se puede apreciar el ruido del aire, así que nos vamos a dar una vuelta por el hotel y a reservar las excursiones.
Tenemos claro que una que queremos hacer seguro es la de excursión por la laguna de día completo, para ver rayas y tiburones y comida en un motu. Con la previsión del tiempo delante, decidimos reservarla para mañana, que dan bueno. 31.000 XPF (260 €) los dos, puede parecer cara, pero merece la pena. A nosotros nos encantó.
Os dejo el detalle y precios de las excursiones que se pueden contratar en el hotel.
También los horarios y precios de los traslados desde el hotel, al Intercontinental Le Moana, que se encuentra en la isla principal, y los autobuses que luego van hasta la capital Vaitape
Terminamos el día cenando en el restaurante junto a la playa Le Sand´s.
Dos mojitos 2.350 XPF, y estos dos platos, uno de arroz y otro de pasta, 6.410 XPF, total cena para los dos 73 €
Parece que no hemos hecho nada en todo el día, pero el cuerpo está cansado, así que nos vamos a la habitación prontito para descansar, que mañana tenemos la excursión.
Aquí tuvimos la única pega de todo el viaje. Al meternos en la cama y quedarnos en silencio, notamos que una de las ventanas no cerraba bien, y como hace mucho aire, el ruido es bastante molesto. Me levanto para ver si puedo solucionar yo mismo el problema, pero la patilla de enganche está rota y por eso no cierra herméticamente, así que llamo a recepción. Si no hubiese hecho tanto viento, ni nos damos cuenta.
Tardan bastante en venir los de mantenimiento, y después de darle 4 ostias, pero literal, consigue que la ventana encaje. Lo malo del apaño, que a los 3 minutos de irse, nuevamente se abre, y de los golpes que le había dado el tipo, la patilla ha terminado por partirse y se cae al suelo. Nueva llamada a recepción, y esta vez todavía tardan más. De hecho me voy yo andando hasta recepción para ver qué pasa, que no viene nadie y mientras mi señora, dormida en el sofá, jejeje…
El chico que está de guardia en la recepción viene conmigo, es el mismo que nos ha atendido cuando hemos llegado al mediodía, y la verdad la alegría de la huerta no es, y encima está en prácticas (lo pone en su plaquita “Trainee”).
Cuando llegamos empieza a mirar la ventana como si el pudiese solucionar algo, a ver atolondrado, está rota le digo, mira la pieza… y me pregunta si nosotros hemos tocado algo, como insinuando que la hemos podido romper… grrrrrr me empiezo a poner nervioso. Detalle muy, pero que muy feo para un hotel de esta categoría.
El de mantenimiento aparece de nuevo, y ya le explica que está rota, que imposible arreglarla ahora, que le cuesta un buen rato, así que nos dice que recojamos las maletas, y vuelve enseguida para llevarnos a otra habitación, la 225. Por fin podemos descansar.
Aquí os dejo el mapa con las habitaciones, por si queréis pedir alguna en concreto.