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Martes 7 de marzo y la verdad está ahí fuera.
Y la verdad es innegable: Roswell está en el quinto pino, rodeado de horas de desierto, y encima nos ha decepcionado bastante (a mí al menos).
Como ayer llegamos ya de noche y apenas vimos algo (el buzón R2D2, las farolas alien y el McDonalds), pues aprovechamos la mañana soleada para dar una vuelta por el centro-centro. Aparte de alguna tienda de souvenirs, todos dedicados al monotema, lo cierto es que aquello parece sacado de una capsula del tiempo detenida en los 60 o 70, pero no en plan "qué guay" sino muy decadente, viejo y sucio. A día de hoy si tuviera que decidir si pasar por Roswell o no, sin duda lo habría descartado, visto lo visto.
Llenamos de nuevo el depósito de gasolina y continuamos ruta hacia el sur por la 285 rumbo al parque que espero que merezca la pena el haber pasado por Roswell. Carlsbad Caverns.
Aunque el tiempo al salir era despejado y claro, al poco de estar en ruta apareció una especie de neblina o polvo en suspensión que nos acompañó prácticamente todo el día. El paisaje tampoco ayuda mucho porque en toda esta zona desértica proliferan por doquier los pozos de petróleo. Hay que reconocerlo, esta zona de NM es fea de C****s...
Por suerte para nosotros, lo que vamos a ver hoy no tiene nada que ver con el paisaje, pues nos meteremos bajo tierra. el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad.
Tras confundir unos kayaks montados en un coche con bicicletas, en Whites City dejamos la Autopista 62 y nos metemos por una carretera local que discurre por el fondo de un pequeño valle de un arroyo, hasta que comienza a subir una colina. En lo alto, dos grandes aparcamientos y un Visitor Center muy completo. No hay mucha cola y como tenemos al pase anual, nos sale gratis la entrada. Desde el VC se sale al exterior y se baja un sendero hacia la entrada a la cueva, en una pequeña hondonada. Justo en la boca de la cueva se ha construido un pequeño graderío para el espectáculo que todos lo años se produce aquí: la salida al anochecer de cientos de miles de murciélagos de la cueva para alimentarse. Al venir en invierno, estamos fuera de temporada, así que solo podemos disfrutar de las cuevas, pero no de los murciélagos.
La entrada es lo más complicado del lugar. Una rampa muy empinada en zig-zag que baja por la cueva y parece interminable. Entras en una primera cueva que es donde están los murciélagos, y vas avanzando siempre en penumbra, con focos estratégicamente ubicados.
Sigues descendiendo, y bajas cada vez más y más y más... y a cada paso encuentras una roca impresionante, o una formación curiosa... Obviamente hay cientos de puntos de vista, sitios donde hacer una foto, para observar, quedarse extasiado con las vistas. Sería interminable enumerar aquí todos los puntos a lo largo del recorrido. La primera parte es un continuo descenso entre rocas, pasillos, escaleras, rampas... Desde la entrada principal y por el Main Corridor se llega a la sala más importante, la Big Room.
La sala es realmente impresionante, enorme, altísima en algunos puntos. Esta sala es bastante plana en la mayor parte, por lo que incluso es accesible en su mayor parte en silla de ruedas. Se ha delimitado un recorrido circular, pavimentado, en el que vas observando todas las formaciones que el tiempo, el agua y la roca han ido formando.
La pena de estos lugares es que las fotografías que puedes sacar (y más con un móvil por mucho de última generación que sean) no hacen justicia a lo que observas tú mismo allí abajo. He hecho una selección de fotos, aunque no se ve muy bien, es lo mejor que he podido conseguir.
Al final de la sala Big Room está una zona de cafetería, tienda de recuerdos, aseos, y los ascensores que te devuelven al VC (también te bajan si no puedes hacerlo por la rampa de entrada a la cueva)
Habíamos leído que la comida allí no era muy buena y encima cara, por lo que tras pasar por la tienda de recuerdos, comimos en el coche.
En las cuevas estuvimos aproximadamente unas dos horas y media, aunque se podría estar unas tres horas fácilmente, más el tiempo en el VC. Realmente son impresionantes y una grata sorpresa en este viaje.
He de decir que el parque Carlsbard Caverns es algo más que esta cueva. Hay más cuevas, aunque menores y también hay territorio sobre el suelo que puede ser visitado, incluso con trails al efecto. Pero eso tendrá que ser en otra ocasión.
En este punto concreto del viaje hemos alcanzado el lugar más alejado de Las Vegas (Punto de inicio y final del viaje), pues estamos a unos 1100km en línea recta de allí. Para hacerse una idea (se puede trazar un círculo en Google Earth con centro en LV) estamos más lejos que Denver, Yellowstone o Crater Lake. A partir de ahora ya nos vamos acercando cada vez más a nuestro final de viaje en Las Vegas.
La parte buena es que atravesamos un nuevo límite estatal, y nuevo para todos nosotros. Llegamos a Texas!!!
Nuestro paso por este gigante estado será realmente muy breve. Apenas unas horas. Pero el tiempo justo para visitar, o al menos parar, en un nuevo parque nacional: Guadalupe Mountains.
Nuevamente aquí no disponemos de tiempo suficiente para hacer algún trail o actividad, por lo que tenemos que conformarnos con la visita, pasar por el VC y poco más. El tiempo tampoco es muy propicio, porque sigue esa neblina con nosotros. Nos enteramos que realmente es polución producida en la zona de Los Ángeles y norte de México que llega aquí arrastrada por los vientos...
Sin tiempo para mucho más, y con la noche pisando los talones, retomamos la ruta hacia el oeste para llegar a nuestro próximo destino: El Paso.
Según nos alejamos de las montañas Guadalupe y nos acercamos a El Paso, la neblina asquerosa nos deja y por el retrovisor se ve perfectamente cómo está acumulada en esta parte del país.
Llegamos a El Paso justo al atardecer (odio estas rectas kilométricas que te da justo el sol de frente y no hay manera de evitarlo cuando está tan bajo) y antes de hacer el check-in en el hotel nos vamos a dar una vuelta por el centro antes de que se haga de noche.
La ciudad es inmensa y caótica. Vamos a lo que se supone que es el centro, pero no tiene gran interés y con un paso sin bajar del coche nos damos la vuelta al hotel.
Solo el inmenso mar de luces hasta el horizonte te permite hacer una idea de lo grande que es esta ciudad. En realidad son dos, porque está separada de Ciudad Juarez solo por la frontera del Rio Grande. Hay que tener en cuenta que El Paso supera los 700000 habitantes, pero al otro lado de la frontera hay otro millón y medio.
Ya asentados en el hotel, vamos a cenar algo típico texano. Nos vamos al Rudy's Country Store And Bar-B-Q, que además lo tenemos justo al lado del hotel...
(también es gasolinera)
Aquí ya ni platos ni fuentes. Directamente te sirven en una caja de plástico.
Tras la cena, unas copas en el bar y al hotel a dormir.
El hotel: Una noche en el hotel Quality Inn Airport East, habitación para cuatro, por el módico precio de 43.07€, desayuno incluido.
La habitación muy bien, amplia en planta baja con acceso directo desde el parking,
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