04. Un día en Nairobi ✏️ Diarios de Viajes de Kenia

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Jambo! Se me había quedado colgado este diario, a ver si voy cogiendo ritmo.

Me despierto y estoy en Nairobi. Ay madre, que es verdad. No lo he soñado, estoy en África.

Desayuné con mis nuevas compis de viaje (se agradece compartir por fin con alguien la aventura) y enseguida comenzamos la jornada en un coche con conductor previamente negociado por algunas de ellas. No recuerdo cuanto nos costó pero no pagamos más de 20 euros cada una, y aún así luego descubrimos que era caro, que podríamos haberlo hecho por mucho menos. En fin. Estuvimos muy agusto con nuestro "driver" y pasamos un día estupendo.

Antes de nada: el tráfico de Nairobi es como la propia ciudad, caótico. Las señales de tráfico están de adorno, es un sindios. Varias veces vi la muerte de cerca, pero eso le dio más interés y espíritu de aventura al viaje

Nuestra primera parada: Orfanato de Elefantes

por 5 euros al cambio, de 11 a 12 de la mañana puedes estar un ratillo con las crías de elefante: Ves cómo juegan, cómo les alimentan (con biberón ) cómo se rebozan por el barro... cosas de elefantes. Les puedes tocar de lo cerca que les tienes, y además te explican bien cómo viven y cómo gestionan el orfanato. Imprescindible.

Segunda parada: [url=http://http://giraffecenter.org/]Giraffe center[/url]

Mi animal favorito siempre ha sido la jirafa. Comprenderéis que cuando me enteré de que había un sitio donde podía tocar y dar de comer a mi bicho predilecto, no me lo pensé! Qué sitio más guay. Hay un montón de comida disponible, las jirafas son super amigables y hay una especie de plataformas para quedar a su altura. Qué bonitas! Qué fotones! El mejor momento del día.

Comimos allí, hay una pequeña cafetería y nos hicieron unos sandwiches y unas samosas.

Después de comer tuvimos que votar, porque había dos opciones: un parque con cocodrilos, tortugas y demás bichejos, o la casa de Karen Blixen (Memorias de África) yo quería la segunda opción pero ganó la primera. Putabidatt.

A mi el sitio no me gustó. Sinceramente. Era un parque muy chulo, eso si, pero los animales estaban hacinados como en cualquier zoo. pobres animales. Daba penica.

Aún nos quedó un rato para acercarnos al museo de la ciudad, no entramos pero nos dimos una vuelta por los alrededores, no está mal.

Después del paseo el conductor nos dejó en el hotel, aprovechamos para descansar un poco y yo personalmente para aventurarme a la calle sola (era una calle concurrida con muchas tiendas, pero aún así, al ser la única mzungu (blanca) daba un poco de rollo. Y eso que en ningún momento nadie se me acercó con mala cara ni nada) en busca de algo de ropa y útiles de aseo (mi maleta aún no había aparecido).

En un supermercado compré un champú y un acondicionador marca Elvive, la única conocida que había (hay que tener cuidado con los champús en África porque el pelo mzungu es mas fino y nos podemos liar una buena por desconocimiento) un cepillo de dientes, pasta, un cepillo de plástico para desenredar mi melena rizada (misión imposible), una cuchilla y un desodorante. En una zapatería pillo un par de chanclas y en otra dos braguitas, que me venden a precio de gintonic porque me ven cara de blanca y desesperada (la que tengo, básicamente).

Hakuna ropa de mi talla. Vamos, que no hay, a menos que quiera unos leggins de colores con aplicaciones de strass y transparencias. Ya me veo 21 días en África con la misma ropa.

Bueno, hakuna matata porque un conductor (otro) nos lleva a cenar a Carnivore a unas cuantas del grupo.

Se que es una turistada, pero la verdad es que lo pasamos bien. Comimos avestruz, ternera, pollo, criadillas de búfalo (urg) cocodrilo y esas cosas. Y nos sirvieron una copa de vino tinto peleón a precio de gintonic también, la emoción de que vendieran alcohol nos pudo

Sin noticias de mi maleta todavía, me meto en la cama en la ruidosa noche de Nairobi. Mañana salimos rumbo Lamu, por fin, a nuestras vacaciones solidarias. A nuestro paraíso durante casi un mes.

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