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Hoy toca despedida -triste- de Alpe di Siusi/Seiser Alm; lo dedicamos a pasear por Castelrotto, que hemos ido conociendo los días anteriores por momentos.
Desde Sonngarten en un pequeño paseo llegamos por la Via Oswald von Wolskenstein al centro.
Es un pueblo con muchas prestaciones: bancos, farmacia, panaderías, muchos hoteles, apartamentos y restaurantes…
El centro es casi todo peatonal, hay casas pintadas, la iglesia (por supuesto, entrada y encedido de velitas) en el centro de la Piazza Kraus con un campanile altísimo; el ayuntamiento también está aquí. Hay una fuente en el centro en la que dan de beber a los caballos.
Desde la oficina de turismo sale el camino del calvario (Kofelweg); en concreto, salimos de la plaza por el arco que está más a la derecha, siguiendo las indicaciones al restaurante “Alla turm”. Es un camino de adoquines, un poco inclinado a veces, que conduce por una zona arbolada, el “giro colle”, en el calvarienberg, con varias capillas y termina en un pequeño montículo con tres cruces.
Hay desde esta altura una bonita estampa del pueblo vigilado por el campanario y el Schlern/Sciliar al fondo.
De vuelta al centro, nueva parada en la fuente, adonde acaba de llegar el carro de caballos para que beban agua.
El parque infantil del pueblo está detrás de la iglesia, en el cruce entre Via Dolomiti y Via Platten (en Platenstrasse hay aparcamiento gratuito los primeros 90 minutos), pasando el puesto de los carabinieri. Nos gusta mucho, es amplio, tiene una tirolina en la que por primera vez se sube solo nuestro niño y otros varios columpios. Nos llama mucho la atención el cartel con las normas, entre ellas, que no se puede jugar a la hora de la siesta.
Bajando por la misma Via Platten hay unas vistas preciosas del valle donde están los pueblos de Tisana y Tagusa inundadas por la luz del sol que se va poniendo para despedirnos.
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