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Ya se, ya se, me vais a decir que vaya una horterada, que con la cantidad de cosas que hay que ver en Castelón ¿Cómo se me ocurre perder un día en este lugar?
Bueno, pues primero porque me apetece, segundo porque mi amable compañero no ha dicho nada en contra 
y tercero porque de vez en cuando, ser hortera no está nada mal 
.Como todos los días desayuno con mi amiga y miramos el plan cultural de Benicasim para hoy y vemos que hoy hay un concierto en el pueblo, así que decidimos ir por la tarde a verlo y luego cojo mi cochecito y me voy hasta Oropesa, a buscar Marina D’Or. No hay problema alguno en encontrarlo porque hay carteles por todas partes y es difícil perderse.
Había visto en la web que tienen diferentes tipos de entradas, principalmente basadas en el tiempo que puedes pasar dentro de las instalaciones y me he decidido por la entrada de día completo con comida incluida.
Me gustan mucho las instalaciones, son amplias, variadas y limpias y hay monitores por todos lados, lo que no me gusta es el público, parece imposible el ruido que pueden armar unas cuantas personas pegando gritos y como los techos son altísimos y hay agua por todas partes pues es como si funcionaran de amplificador y es como estar metido dentro de una caja con varios altavoces a todo volumen. Uno de los placeres del spa perdidos: el relax y la tranquilidad.
La sala principal está ocupada por una gran piscina con chorros para los pies, cuellos de cisne de diversas modalidades, camas de burbujas, jacuzzis, etc. y hay puentes y paseos y espacio suficiente para nadar y puedes perder mucho tiempo aquí yendo de uno a otro y puedes repetir, me gusta.
Y después de un rato me voy a explorar y encuentro varios espacios de descanso, con camas calientes, con vistas, la sauna, el baño turco, varias duchas escocesas y de las que usan aromas y colores y un circuito para activar la circulación de las piernas, y piscina de agua helada, templada y fría, como las romanas. Y también me subo al piso de arriba y me encuentro con un solarium y varios jacuzzis al aire libre, pero pega demasiado el sol para mí y no entro en ninguno.
Y de aquí no os puedo poner fotos porque está prohibido hacerlas.
Y así, a lo tonto, a lo tonto, me da la hora de comer y me alegro de haber cogido la opción con comida y poder comer dentro de las instalaciones porque hace un calor fuera que funde las piedras. Pero si alguien quiere comer fuera puede hacerlo porque hay varios restaurantes diferentes, todos ellos con menu del día y a un precio competitivo. Y también hay bancos en los jardines donde poder comer la comida que uno traiga.
Y después de una segunda tanda de baño me voy a visitar los jardines que dice la web que son, en realidad, un jardín botánico lleno de planta interesantes y aves de todo tipo.
Los jardines, como todo aquí, son grandilocuentes pero con poco meollo: muchos bancos imitando al Parc Güell
Muchos puentecillos
Muchas esculturas de baratillo escondidas en los lugares más extraños,
Muchos bancos en zonas sombreadas que se agradecen en este día tan caluroso, pero el jardín botánico no lo veo por ninguna parte, alguna bouganvilla, muchos rosales, alguna estrelitzia, poco más y no demasiado limpio ni bien cuidado.
Eso sí, aves hay muchas, sobre todo patos y cisnes, algunos con sus crías.
Y le echo una ojeada a la playa que es muy estrechita, no se que pasará en verano cuando los apartamentos estén llenos, no hay sitio para todos.
Y con esto se acaba esta visita y me vuelvo para Benicasim que hoy tenemos concierto. Además, me ha llamado mi marido y me ha contado que toca el hijo de una amiga que vive en Barcelona y que se viene hasta aquí para acompañar a su hijo, así que después del concierto nos iremos las tres a cenar. Una tarde de chicas, buen final para el día.
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