Domingo 23 de abril de 2017
Nos levantamos temprano y fuimos a desayunar, porque a las 07.30 am nos pasaban a buscar por el hotel para hacer la excursión que venía incluida en el programa: city tour y visita a la Acrópolis.
El micro de la agencia fue recogiendo gente en distintos hoteles y se detuvo unos minutos frente al Arco de Adriano, punto de partida de la excursión. Al rato llegó otro micro, esta vez de la empresa Artytours, y acto seguido tuvimos que pasarnos a este último (al igual que muchas otras personas) porque cada uno hacía distintos recorridos.
Hicimos una sola parada breve en el Estadio Panatenaico para sacar fotos, pasamos por distintos lugares emblemáticos de la ciudad y cerca del mediodía llegamos a la Acrópolis, donde tuvimos la visita guiada y nos dieron explicaciones sobre el Odeón de Herodes Ático, los Propileos, el Templo de Atenea Niké, el Erection y, por supuesto, el Partenón. Finalizada la visita, aquellos interesados en volver a sus hoteles en micro tenían una hora de tiempo libre, mientras que el resto quedaba “liberado” por el resto del día y debían volver por propia cuenta.
Odeón de Herodes Ático
Templo de Atenea Niké
Erection
Obviamente nos declaramos “liberados” y seguimos recorriendo el recinto. Desde el Partenón hay unas vistas muy lindas de la ciudad; es una lástima que semejante templo solo se pueda ver por fuera y esté lleno de andamios debido a sus infinitas obras de restauración y mantenimiento.
Partenón
Llegamos hasta el Teatro de Dionisio, al que se podía entrar, así que aprovechamos y nos sentamos unos minutos en las gradas.
Abandonamos la Acrópolis y caminamos por la calle Adrianou hasta llegar al Ágora Romana. Compramos la entrada en una taquilla que hay a un costado (3€) y nos entregaron un folleto. El lugar no es muy grande y el principal atractivo es la Torre de los Vientos.
De este punto nos dirigimos hacia el Ágora Antigua, donde también nos dieron un folleto cuando compramos la entrada (3€) en la taquilla que está adentro del recinto. En la taquilla también venden una entrada combinada que da acceso a distintos sitios. Las edificaciones que más nos llamaron la atención fueron el Templo de Hefesto, la Estoa de Átalo (que tiene un pequeño museo muy interesante) y una iglesia bizantina muy pintoresca. El lugar es inmenso y creo que, al igual que muchos otros sitios en Atenas, es conveniente informarse antes de ir o bien ir con guía, para que la visita sea mucho más enriquecedora.
Templo de Hefesto
Estoa de Átalo
Iglesia bizantina de Agii Apostoli
A continuación, visitamos el Museo de la Acrópolis (5€). Después de comprar la entrada, dejamos las mochilas en unos lockers porque no se permitía el ingreso con ellas (lo mismo en el caso de bolsos grandes). Según nos dijeron, solo se podía sacar fotos en la terraza (aunque en una de las plantas, precisamente en el sector de las Cariátides, había personal del museo supervisando a aquellos que sacaban fotos a las estatuas). El museo es amplio, interesante y está bien organizado, es ideal conocerlo para complementar la visita a la Acrópolis.
A la salida del museo almorzamos gyros en uno de los puestitos de la zona (ya nos estábamos volviendo adictos a esta comida :mrgreen:). Pese a ser un lugar turístico, el precio (2,40€) no nos pareció descabellado.
Desde ahí (estación de metro Akropoli, línea roja) fuimos a la estación Sintagma para ver el cambio de guardia que se hace frente al Parlamento cada hora en punto y que dura unos diez minutos. Cuando llegamos, hicimos tiempo en la plaza hasta que llegara la hora. Según nos había comentado la guía, los domingos a las 11:00 am hay un acto especial, pero no pudimos verlo porque casualmente estábamos haciendo el city tour.
Aprovechamos que el boleto de metro de 90 minutos seguía vigente y fuimos hasta la estación Panepistimio (de la misma línea), para sacar algunas fotos y contemplar los detalles arquitectónicos de la Academia, la Universidad y la Biblioteca.
Volvimos al metro, esta vez hasta la estación Akropoli, para llegar al Arco de Adriano, que ya habíamos visto a la mañana cuando salimos de excursión. Justo atrás del Arco de Adriano está el Templo de Zeus; si bien se ve perfectamente desde las rejas, dimos la vuelta y a media cuadra estaba la taquilla para entrar al recinto (6€) que, ya con la caída del sol, estaba próximo a cerrar. Para tener en cuenta: en este lugar hay baños.
Arco de Adriano
Templo de Zeus
Caminamos por las calles de Plaka, llenas de tiendas de suvenirs y restaurantes, e hicimos algunas compras. Paramos a cenar en un lugar llamado Zorbas, que resaltaba por el color de su fachada. Pedimos un plato para compartir con varias entradas típicas, una porción de papas (con muzzarella, verdeo y panceta) y bebidas; gastamos menos de 35€. La comida estuvo bien y la atención fue buena.
Antes de volver al hotel en metro, hicimos una parada para tomar un café en uno de los locales Everest (cadena de comidas rápidas) ubicado frente al museo de la Acrópolis.
Ya en el President, dejamos listas las valijas porque al día siguiente embarcábamos en el crucero.