ETAPA EN CONSTRUCCIÓN
Para no tener ni 30 años, por algún motivo no puedo quitarme de la cabeza la canción Big in Japan de Alphaville cada vez que pienso en esta etapa del viaje. Os la recomiendo para la lectura
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos hacía especial ilusión alojarnos en un Ryokan (alojamiento tradicional japonés). Pese a que Tokio no es la primera ciudad que se nos viene a la mente en cuanto a alojamientos tradicionales, no es difícil encontrar multitud de ellos. Disponemos de tan solo 3 días y medio para visitar la ciudad, pero confiábamos en tener una pequeña impresión de la ciudad y la cultura japonesa en tan escaso tiempo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La verdad es que no dormí nada en el vuelo y nada más coger el metro que lleva del aeropuerto al centro caí rendida. Me desperté desorientada a media tarde y salimos a dar un paseo.
Afortunadamente nos habíamos empapado el foro y conocíamos alguna de las complicaciones del metro, por ejemplo que hay dos compañías que circulan y tienes que saber para cuál estás comprando el billete. Me sorprendió que hay vagones destinados a mujeres en las horas punta para evitar "contactos indeseados" (puag). Nota mental: Importar eso aquí.
Paseamos por Ginza hasta que nos entró hambre y decidimos como buenos concursantes que nosotros: Habíamos venido a jugar. No tengas miedo a los restaurantes japoneses. Aunque entres a uno que no tiene comida de plástico en la puerta (costumbre para que veas qué aspecto tienen los platos) ni carta traducida al inglés. Pide, y pregunta si es suficiente. Si no te sonreirán y servirán la comida. Nuestra experiencia ha sido positiva en todos los casos.
Con la tripa llena nos dirigimos hacia Akihabara. Quizás es la imagen que se nos viene a la mente cuando pensamos en Tokio. Grandes neones y merchandising estridente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A la mañana siguiente nos dirigimos al palacio imperial y a pasear por sus jardines.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
No se puede acceder al palacio salvo en año nuevo y el día del cumpleaños del emperador. Nos tendremos que conformar con admirarlo de lejos.
Decidimos coger el tren y dirigirnos al sur, hacia a una ciudad cercana: Kamakura. Sushi-mendiante, llegamos en una hora escasa a esta preciosa ciudad caracterizada por sus numerosos templos, santuarios y un grandísimo buda. Una tarde no da para abarcar este maravilloso lugar ni de lejos, pero no disponiendo de más tiempo damos una vuelta de punto a punto del mapa como en una Gymkana.
Nosotros empezamos en la estación de Kita-Kamakura donde se encuentra uno de los 5 grandes templos zen de Kamakura: Engaku ji y sus alrededores.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cogemos el tren hasta Hase, parada más cercana al gran buda de cobre Daibutsu de 13 metros de altura. El segundo más grande de Japón.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde este punto hay varios senderos que unen los templos por jardines y bosques. Nosotros emprendemos camino al templo de Hase conocido por sus miles de estatuas Jizo tan simpáticas como éstas:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En el interior del templo se encuentra un gran buda de oro que no permiten fotografiar y del que se encuentra escasa información en internet.
Como se hacía tarde, nos dirigimos nuevamente a Tokio para una cenita rápida y a dormir.
Al día siguiente nos toma una de las grandes joyas de los alrededores: Nikko.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos hacía especial ilusión alojarnos en un Ryokan (alojamiento tradicional japonés). Pese a que Tokio no es la primera ciudad que se nos viene a la mente en cuanto a alojamientos tradicionales, no es difícil encontrar multitud de ellos. Disponemos de tan solo 3 días y medio para visitar la ciudad, pero confiábamos en tener una pequeña impresión de la ciudad y la cultura japonesa en tan escaso tiempo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La verdad es que no dormí nada en el vuelo y nada más coger el metro que lleva del aeropuerto al centro caí rendida. Me desperté desorientada a media tarde y salimos a dar un paseo.
Afortunadamente nos habíamos empapado el foro y conocíamos alguna de las complicaciones del metro, por ejemplo que hay dos compañías que circulan y tienes que saber para cuál estás comprando el billete. Me sorprendió que hay vagones destinados a mujeres en las horas punta para evitar "contactos indeseados" (puag). Nota mental: Importar eso aquí.
Paseamos por Ginza hasta que nos entró hambre y decidimos como buenos concursantes que nosotros: Habíamos venido a jugar. No tengas miedo a los restaurantes japoneses. Aunque entres a uno que no tiene comida de plástico en la puerta (costumbre para que veas qué aspecto tienen los platos) ni carta traducida al inglés. Pide, y pregunta si es suficiente. Si no te sonreirán y servirán la comida. Nuestra experiencia ha sido positiva en todos los casos.
Con la tripa llena nos dirigimos hacia Akihabara. Quizás es la imagen que se nos viene a la mente cuando pensamos en Tokio. Grandes neones y merchandising estridente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A la mañana siguiente nos dirigimos al palacio imperial y a pasear por sus jardines.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
No se puede acceder al palacio salvo en año nuevo y el día del cumpleaños del emperador. Nos tendremos que conformar con admirarlo de lejos.
Decidimos coger el tren y dirigirnos al sur, hacia a una ciudad cercana: Kamakura. Sushi-mendiante, llegamos en una hora escasa a esta preciosa ciudad caracterizada por sus numerosos templos, santuarios y un grandísimo buda. Una tarde no da para abarcar este maravilloso lugar ni de lejos, pero no disponiendo de más tiempo damos una vuelta de punto a punto del mapa como en una Gymkana.
Nosotros empezamos en la estación de Kita-Kamakura donde se encuentra uno de los 5 grandes templos zen de Kamakura: Engaku ji y sus alrededores.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cogemos el tren hasta Hase, parada más cercana al gran buda de cobre Daibutsu de 13 metros de altura. El segundo más grande de Japón.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde este punto hay varios senderos que unen los templos por jardines y bosques. Nosotros emprendemos camino al templo de Hase conocido por sus miles de estatuas Jizo tan simpáticas como éstas:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En el interior del templo se encuentra un gran buda de oro que no permiten fotografiar y del que se encuentra escasa información en internet.
Como se hacía tarde, nos dirigimos nuevamente a Tokio para una cenita rápida y a dormir.
Al día siguiente nos toma una de las grandes joyas de los alrededores: Nikko.