Como los dos días anteriores, empecé yendo al centro de la ciudad, esta vez en bus aprovechando el pase de 24 horas. Este día sí, el día estaba despejado de nubes así que comencé la jornada visitando Aker Brygge. Al ser temprano y tener vacaciones los noruegos, la zona estaba prácticamente desierta, lo que me permitió echar alguna foto libre de intrusos.
[align=center]Aker Brygge
[align=center]Aker Brygge
Acto seguido me subí al ferry para volver a Bygdoy, donde me esperarían dos museos. El primero, el de los barcos vikingos. El sitio es pequeño y se ve rápido. Hay objetos con más de 1000 años de antigüedad, pero lo más destacable son las estructuras de los tres barcos vikingos que hay en el museo:
Después fuimos caminando hasta el museo del FRAM, en el que destaca el barco del mismo nombre, en el cual podemos subir y adentrarnos en algunos camarotes.
Una vez finalizada la visita, nos subimos de nuevo al ferry para visitar la galería nacional en el centro de la ciudad, antes de que la Oslo pass perdiera su validez. Nada más presentar el pase te dan una llave para guardar tus pertenencias en una taquilla (a mí me vino genial para dejar mis cosas) En este museo hay un montón de obras, siendo “El Grito” de Munch (el original) la joya de la corona. Los amantes del arte disfrutarán cada rincón como enanos.
Tras la visita al museo, buscamos un lugar para comer. Después decidimos dar una vuelta por el barrio de Grunnerlokka, pero la verdad no me pareció que tuviera nada tan interesante como para gastar parte de tu tiempo en ir allí. Como de costumbre, optamos por buscar una cafetería para pedir un chocolate caliente (esta vez acompañado de un muffin de chocolate) y descansar un rato. Tras esto, ya estaba anocheciendo y decidimos ir a casa a descansar. Pero antes pasamos por las tiendas de souvenirs para comprar algún recuerdo.
Al día siguiente tenía que coger un avión de improvisto, así que tuve que adelantar mi vuelo unas horas. Esto me impidió ver el jardín botánico, que tenía pensado ver a la mañana siguiente. Así que en la mañada del último día sólo tuve tiempo de darme una vuelta por los alrededores de la casa y despedirme del gris y frío paisaje de las calles de Oslo.[/align]