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Amanecía otro día en Verona con un calor sofocante. Como ya era costumbre, madrugamos para bajar a desayunar y seguidamente irnos a la estación para coger el tren a Mantua. Al igual que el día anterior compramos nuestros billetes en las máquinas de la estación. Buscamos nuestro andén y en una hora habíamos llegado a nuestro destino.
Comenzamos nuestro paseo por Mantua sin un rumbo fijo y decidimos guiarnos por las sombras que nos encontrábamos.
Hicimos un alto en el camino para visitar una iglesia que nos encontramos, la Chiesa di San Francesco. La verdad es que no nos pareció nada del otro mundo, encima nos la encontramos con obras en su interior.
Continuamos hacia el centro para llegar a lo que iba a ser nuestra primera visita del día, la Basílica de San Andrés. Es muy bonita.
A pocos metros se encuentra la oficina de turismo así que entramos a por un mapa.
De aquí fuimos a la rotonda de San Lorenzo que está al otro lado de la calle.
No cobran entrada, pero puedes aportar la voluntad.
Paseamos un rato por la plaza delle Erbe y por la plaza Sorbello antes de dirigirnos a la catedral.
Ojo!!!! Os recomiendo calzado cómodo ya que hay algunas calles y plazas muy empedradas, como esta de la catedral. Nosotros vimos a un par de mujeres pasándolo mal con unas chanclas.
La Catedral de Mantua es una visita indispensable.
Justo al lado de la Catedral se encuentra el Palacio Ducale. Nosotros comenzamos por visitar la capilla degli Sposi más alguna sala aledaña a ella porque supusimos que después estaría más masificado.
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Era hora para irnos a tomar una cerveza, por lo que volvimos hacia la plaza delle Erbe y nos sentamos en una terraza a descansar un rato.
La siguiente parada iba a ser la biblioteca Teresiana. Como gran amante de los libros que soy era una visita obligada.
Se trata de una visita gratuita en la que personal de la acompaña en la visita ya que es una sala que se encuentra cerrada.
Disfrutamos de la visita mi marido y yo solos acompañados de una señora muy agradable que estuvo dándonos información y detalles todo el tiempo, bueno lo que pudimos chapurrear entre italiano y castellano
. 
Había llegado la hora de comer y como el calor seguía siendo insoportable, decidimos comernos una hamburguesa en el burger King qué fue lo primero que nos encontramos en el camino.
Fuimos a visitar entonces el resto de salas y dependencias del palacio Ducal y el castillo de San Giorgio.
Enfrente del palacio se encuentra la casa de Rigoletto.
Nosotros solo entramos hasta el patio ya que creíamos que no tenía nada interesante que ofrecernos esa visita.
Nos acercamos hasta el lago di mezzo y desde aquí ya emprendimos el camino de vuelta a la estación de tren.
A las 16:30 cogimos el tren de vuelta a Verona.
Cuando llegamos, nos sentíamos bastante descansados así que decidimos activar y utilizar por primera vez la Verona card de 48 horas habíamos comprado.
Salimos de la estación de tren y cruzamos hacia las paradas de autobuses situadas frente a la estación. Nos subimos en el bus que nos llevaría a la Basílica de San Zenón.
Es una visita obligatoria vas a Verona la. La entrada está incluida en la Verona card e incluye una audioguía.
De aquí nos volvimos en bus hacia el centro para visitar el Castelvecchio. Aquí es necesario dejar las mochilas en unos consignas habilitadas para ello.
Las vistas desde lo alto del castillo son muy bonitas.
Y con esta visita dimos por acabado el turisteo por el día de hoy.
El hambre apretaba y muy cerca de donde estábamos se situaba “Bigoli amo”, un restaurante de pasta económico (6 €) con diferentes salsas. Te las pueden poner para llevar o para comer ahí si tienes suerte y pillas libre el poco sitio que hay.
Parecía que a esas horas el calor daba una tregua así que dando un pequeño paseo nos fuimos hasta el hotel.
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ya que a un día de irme de viaje no tengo claro qué día ir a Mantua. 
