Ponte delle Tette
Bajamos por la Calle della Regina y Calle Bragadin hasta la Fondamenta y Ponte delle Tette (de las Tetas). Los alrededores fueron, desde época muy antigua, zona de prostitución (como la zona del Rio de la Sensa en Cannaregio), ya que Venecia, por diversos motivos, atraía una gran cantidad de visitantes foráneos. Muchos creen que el nombre viene porque era donde las prostitutas se exhibían con los pechos al aire a la caza de clientes o en las ventanas totalmente desnudas.
Según los vecinos de la zona, teoría con fundamento histórico, los pescadores venecianos pasaban entre 4 y 5 meses sin tomar tierra y acababan buscando compañía masculina. El Doge (Dux) tomó cartas en el asunto para que no mermara la natalidad de la República y permitió que las mujeres pudiesen descansar con sus pechos al aire sobre la barandilla del puente para atraer la atención de los pescadores y de otros hombres que empezaban a sentir curiosidad por actividades homosexuales (práctica penada con la horca y la quema posterior de los cuerpos), muy común en el siglo XVI. Según un censo de 1509 se contabilizaron 11.164 prostitutas, que tenían sus actividades y comportamientos minuciosamente regulados por la República de Venecia. Y bueno, corto el rollo porque ya parezco Tele 5 y su obsesión con las prostitutas. Además, ni el puente ni la fondamenta tienen nada de particular salvo su historia.
Campo Santa Maria Mater Domini
Yendo hacia el noroeste llegamos al Campo de Santa Maria Mater Domini, con algunos palacios bizantinos antiguos, uno de ellos con la fachada totalmente inclinada. Este tipo de palacios, con sus arcos de medio punto un poco peraltados, son los menos vistosos de Venecia por su simplicidad. Es fácil que, al lado de los góticos (con su florido estilo veneciano), renacentistas o barrocos, pasen desapercibidos. Pero hay que tener en cuenta que, en la edificación civil, equivalen prácticamente al románico europeo, también menos espectacular que el gótico, renacentista y barroco. Sin embargo, todo el campo tiene una solera más que evidente, casi es un prototipo de los campi venecianos tradicionales.
Para quien le pueda interesar, yendo por la Calle Tiossi hasta llegar al Canal Grande, está Ca’ Pesaro, un bonito palacio barroco construido por Baldassare Longhena (el arquitecto de la Salute), que alberga una galería de arte moderno y oriental. Nosotros no fuimos porque, aparte de que no eran horas, entre ésta y la Peggy Guggenheim, sería mejor ir a la Peggy, que tampoco pudimos visitar por falta de tiempo.
Muy cerca, la Fondamenta Rimpeto Mocenigo tiene un bonito edificio con una galería porticada con arcos conopiales, muy bonita con la iluminación nocturna.
Bajamos por la Calle della Regina y Calle Bragadin hasta la Fondamenta y Ponte delle Tette (de las Tetas). Los alrededores fueron, desde época muy antigua, zona de prostitución (como la zona del Rio de la Sensa en Cannaregio), ya que Venecia, por diversos motivos, atraía una gran cantidad de visitantes foráneos. Muchos creen que el nombre viene porque era donde las prostitutas se exhibían con los pechos al aire a la caza de clientes o en las ventanas totalmente desnudas.
Según los vecinos de la zona, teoría con fundamento histórico, los pescadores venecianos pasaban entre 4 y 5 meses sin tomar tierra y acababan buscando compañía masculina. El Doge (Dux) tomó cartas en el asunto para que no mermara la natalidad de la República y permitió que las mujeres pudiesen descansar con sus pechos al aire sobre la barandilla del puente para atraer la atención de los pescadores y de otros hombres que empezaban a sentir curiosidad por actividades homosexuales (práctica penada con la horca y la quema posterior de los cuerpos), muy común en el siglo XVI. Según un censo de 1509 se contabilizaron 11.164 prostitutas, que tenían sus actividades y comportamientos minuciosamente regulados por la República de Venecia. Y bueno, corto el rollo porque ya parezco Tele 5 y su obsesión con las prostitutas. Además, ni el puente ni la fondamenta tienen nada de particular salvo su historia.
Campo Santa Maria Mater Domini
Yendo hacia el noroeste llegamos al Campo de Santa Maria Mater Domini, con algunos palacios bizantinos antiguos, uno de ellos con la fachada totalmente inclinada. Este tipo de palacios, con sus arcos de medio punto un poco peraltados, son los menos vistosos de Venecia por su simplicidad. Es fácil que, al lado de los góticos (con su florido estilo veneciano), renacentistas o barrocos, pasen desapercibidos. Pero hay que tener en cuenta que, en la edificación civil, equivalen prácticamente al románico europeo, también menos espectacular que el gótico, renacentista y barroco. Sin embargo, todo el campo tiene una solera más que evidente, casi es un prototipo de los campi venecianos tradicionales.
Para quien le pueda interesar, yendo por la Calle Tiossi hasta llegar al Canal Grande, está Ca’ Pesaro, un bonito palacio barroco construido por Baldassare Longhena (el arquitecto de la Salute), que alberga una galería de arte moderno y oriental. Nosotros no fuimos porque, aparte de que no eran horas, entre ésta y la Peggy Guggenheim, sería mejor ir a la Peggy, que tampoco pudimos visitar por falta de tiempo.
Muy cerca, la Fondamenta Rimpeto Mocenigo tiene un bonito edificio con una galería porticada con arcos conopiales, muy bonita con la iluminación nocturna.
Cruzado un puente está Ca’ Mocenigo, que alberga el Museo del Tessuto e del Costume (Museo del Tejido y la Indumentaria). Obviamente tampoco eran horas para visitarlo. Su interior (s. XVII) se conserva más o menos como en su época, de manera que es una opción interesante si no se visita Ca’ Rezzonico o si uno está interesado en la historia del tejido y la ropa.
Ponte del Meglio
Después de recorrer la Calle del Tintor llegamos a nuestro siguiente punto de interés, la confluencia de ésta con la Fondamenta del Megio y la Calle Larga en el Ponte del Megio,
Ponte del Meglio
Después de recorrer la Calle del Tintor llegamos a nuestro siguiente punto de interés, la confluencia de ésta con la Fondamenta del Megio y la Calle Larga en el Ponte del Megio,
una zona muy atractiva y sugerente, por lo menos por la noche, con música, restaurantes y bonito entorno. En el 2006 estuvimos por la tarde y hay que reconocer que es una zona agradable.
San Giacomo dell’Orio
Bajamos por la Calle Larga hasta el Campo de San Giacomo dell’Orio, con campanil, planta y columnas bizantinas del XIII, y ábsides renacentistas. Enfrente de estos últimos, el Sotoportego Zambelli es realmente curioso.
San Giacomo dell’Orio
Bajamos por la Calle Larga hasta el Campo de San Giacomo dell’Orio, con campanil, planta y columnas bizantinas del XIII, y ábsides renacentistas. Enfrente de estos últimos, el Sotoportego Zambelli es realmente curioso.
Y en la Calle del Tintor (no confundir con la del mismo nombre citada anteriormente, ésta parte del Campo de San Giacomo dell’Orio), poco antes de la pizzería Ae Oche (Calle delle Oche), se encuentra el Corte del Tagliapiera, patio elevado con un par de escalones en la entrada y pavimento de ladrillo con un cierto encanto (no muy allá a pesar de las alabanzas de La Venecia secreta de Corto Maltés).
San Giovanni Decollato
Volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar otra vez al Ponte del Megio, cogimos la Calle Spezier y atravesamos el Campo di San Giovanni Decollato (San Zan Degolà, una pena no poder haber entrado y haber visto los frescos bizantinos, parecidos a los mosaicos) y llegamos hasta el Fondacco dei Turchi. La verdad es que desde tierra no hay mucho ángulo visual para ver la fachada de este antiguo almacén turco. Lo mejor es verlo desde el Canal Grande o desde la orilla de enfrente en Cannaregio.
Y ese fue nuestro último destino del día. Cogimos el vaporetto en San Stae y regresamos al hotel. Para ser el primer día completo, 13 horas prácticamente sin parar, sólo para comer y cenar, no está nada mal.
San Giovanni Decollato
Volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar otra vez al Ponte del Megio, cogimos la Calle Spezier y atravesamos el Campo di San Giovanni Decollato (San Zan Degolà, una pena no poder haber entrado y haber visto los frescos bizantinos, parecidos a los mosaicos) y llegamos hasta el Fondacco dei Turchi. La verdad es que desde tierra no hay mucho ángulo visual para ver la fachada de este antiguo almacén turco. Lo mejor es verlo desde el Canal Grande o desde la orilla de enfrente en Cannaregio.
Y ese fue nuestro último destino del día. Cogimos el vaporetto en San Stae y regresamos al hotel. Para ser el primer día completo, 13 horas prácticamente sin parar, sólo para comer y cenar, no está nada mal.