Blogs / Diarios 
Va hombre va! Qué me estaba pasando con el despertador? Estaba a la hora correcta, por fin. Pero la noche anterior no pensé en conectarlo. Así que no habría sonado nunca!!!!! Madre mía……
Por suerte mi madre se había despertado y nos despertó a las 7:10h. Nos queríamos despertar a las 7h para aprovechar bien el día.
Miré por la ventana y hacía solecito. Estupendísimo!
Nos arreglamos y a las 7:30 bajamos a desayunar. Le dimos los vales a la chica de la entrada. Ese día no había tanta gente en el comedor como el día anterior, pero ya había varias familias con niños! Y la tónica era la misma, eh? Silencio, calma, sin gritos, sentados, zen….
Encontramos sitio en el comedor principal. El secundario estaba cerrado. Desayunamos un poquito de todo: donuts de chocolate (cómo no! Chocolate!), fruta, zumo de naranja…
Los peques seguían desayunando sus platos enormes.
A las 8:10 ya habíamos acabado. Subimos a la habitación, nos lavamos los dientes, cerramos las maletas y ya dejamos la habitación.
Fuimos a la recepción para hacer el check-out. Pagamos: 264 euros. Devolví las tarjetas y dejamos las maletas en el cuartito que tienen habilitado para ello. La chica nos dio un resguardo para cada maleta.
A las 8:50 ya salíamos por la puerta del hotel. Como ya nos sabíamos el trayecto de memoria llegamos hasta la Estación Central, de ahí llegamos a la calle Mikonkatu. Y por no volver a ir por Aleksanterinkatu, que ya la conocíamos, nos adentramos por Yliopistonkatu, que le es paralela. Así variábamos un poco la ruta. A esas horas, aun no había mucho turista por la calle.
Nos encontramos con esta bella vista lateral de la Catedral Luterana.
Y así llegamos a la Plaza del Senado. Menuda diferencia con el día anterior! No había casi gente, ni autocares!
Una chica oriental me pidió que le hiciera una foto en las escaleras. Después yo las subí hasta arriba, y nuestra amiga me tomó una foto ahí arriba, pequeñita. Y es que así es como te hace sentir el enorme edificio que tienes detrás!
Bueno, pues, a quien madruga Dios le ayuda, no? Pues al ser tan temprano, pudimos ver la plaza desde otra perspectiva, sin tanta gente ni tantos autobuses!
Bajamos por Katariinankatu, hasta Kauppatori. Allí vimos el edificio del ayuntamiento.
Los puestos del mercado también estaban mucho más tranquilos a aquellas horas.
Hay que ver lo que les gusta a esta gente los frutos rojos! Y las cerezas, y las fresas! Todo estaba muy bien presentado y era muy apetecible.
Encontré unas chicas de información turística (las reconoceréis porque llevan un chaleco de color verde y una I enorme). Les pregunté por el transbordador normal (el que está integrado en la red de transportes. No el autobús acuático JT-Line, que es más caro) para llegar a la isla de Suomenlinna. Me dijeron que ir y volver eran 5 euros, y nos indicaron dónde cogerlo; allí hay máquinas donde comprar los billetes. Además, nos dieron unos libritos con descuentos para la ciudad.
No es complicado encontrar la terminal del transbordador HSL. Tenéis que ir en dirección a la Catedral de Uspenski, pero sin abandonar la orilla del agua. Pero sin llegar allí, eh? Os dejo una foto por si os puede servir de ayuda.
En la terminal vi un par de máquinas para sacar los billetes. No había nadie comprando. Genial! Después, durante el día se montan unas colas de gente por allí, qué tela! Lo habíamos visto el día anterior. Así que es preferible ir temprano si os queréis evitar una larga espera al sol.
Las máquinas tienen la opción de idioma inglés. Efectivamente, nos costó 5 euros a cada una la ida y vuelta. El billete especifica “Suomenlinna 12 horas”.
Subimos al transbordador y nos sentamos en la segunda planta, dentro, a la sombrita. Ya veis que no somos muy amantes del solano. Vimos como subían los coches al transbordador. A las 9:42 salió en dirección a la isla.
Justo al lado de la terminal había una piscina, que a aquellas horas aun estaba bastante vacía. Oiga! Pues apetecía un bañito, eh?
También había una noria a orillas del agua.
Pasamos cerca de los ferris que salen o llegan a Helsinki. Por la tarde nosotras estaríamos en uno!
El viaje hasta Suomenlinna es agradable, y hay buenas vistas. Poco a poco íbamos llegando a la isla, y dejando la capital atrás.
Llegamos a la isla a las 9:55. Aquí podéis ver el transbordador. También os dejo los horarios de vuelta.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a la oficina de turismo que hay justo en el muelle, para coger un mapa de la isla. Así sabríamos qué podíamos visitar, aunque yo ya llevaba unas cuantas cosas apuntadas del foro.
La oficina abre justo a las 10h, así que estuvimos justo al abrir. Hay un montón de mapas en idiomas diferentes. Lo cogimos en castellano, nos ubicamos y empezamos a andar.
Suomenlinna es una fortaleza que se fundó en 1748. Es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1991 y está formada por varias islitas que se comunican entre ellas.
En la isla viven unas 800 personas. Hoy en día las antiguas construcciones (las fortificiaciones y los edificios) se han restaurado como viviendas, restaurantes, cafés, museos….
Seguimos la ruta que marcaba el mapa, porque pasaba por los principales puntos de interés.
Empezamos a ver las primeras casitas de la isla. Muy bonitas!
Muy cerca ya teníamos la iglesia de Suomenlinna. La decoración de alrededor era curiosa; basada en cañones. Algo muy importante en la isla.
La iglesia se construyó en 1854 como iglesia castrense ortodoxa; de hecho en el interior de la iglesia hay varias fotografías antiguas de cuando había sido ortodoxa.
Pero la iglesia ha ido cambiando su aspecto con el paso de los años, hasta llegar a su aspecto actual. En la década de los 20, después de la independencia de Finlandia pasó a ser iglesia luterana. El interior ya veis que es austero.
He leído que en la torre de la iglesia aun sigue funcionando un faro para el tráfico aéreo y naval.
Pasamos cerca de la biblioteca pero no nos paramos a verla. Continuamos, y también pasamos por el Museo de Suomenlinna, pero tampoco lo visitamos. No era la intención de nuestra visita.
Las vistas eran bonitas desde allí, con la fortificación a lo lejos.
Ah! Por cierto, una cosita…. Hacía rato que no os decía que….. EL SUELO TAMBIÉN ERAN ADOQUINES!!!!!
Qué pesadilla, de verdad! Y lo que aun nos quedaba!
Llegamos a la plataforma de observación del dique seco.
Este dique seco es uno de los astilleros más antiguos del mundo. En este astillero construyeron barcos de la flota sueca en los años posteriores a 1760. Pero ahora se utiliza para restaurar barcos antiguos.
Mi madre había trabajado en un astillero, así que comprenderéis que el mirador era visita obligada.
Continuamos hasta llegar al patio de armas.
Fue diseñado por Augustin Ehrensvärd, y construido en la década de los 60 del siglo XVIII como plaza principal de la fortaleza. Dejamos para la vuelta ver con más calma el sepulcro de Ehrensvärd que hay en el centro.
Dejamos la parte más “habitada”, para llegar a la parte paisajística más interesante. Había gente aprovechando el bonito día que hacía.
Incluso hay gente que se llevan picnic y pasan un muy buen rato en la isla. Os diré que cerca del transbordador vimos que había un supermercado, por si os animáis a hacer un picnic allí.
A lo lejos se veía Helsinki. Sobretodo destacaba la Catedral Luterana.
Llegamos hasta las fortificaciones y cañones de Kustaanmiekka. Desde allí se ve la fortaleza de bastiones original y la línea de defensa costera, con sus cañones, construidos por los rusos a finales del siglo XIX. También se veían pequeñas islitas alrededor.
Mientras estábamos cerca de los cañones, llegó un grupo grande de gente y se prepararon. En un momento nos hicieron un pequeño concierto de canto coral. Cantaban muy bien, y era curioso encontrarlos en aquel entorno.
Las casitas de la isla son como de cuento.
Nos dirigíamos hacia la Puerta del Rey, con vistas muy interesantes.
Y llegamos a la Puerta del Rey, el emblema de Suomenlinna. Construida entre 1753 y 1754 como la puerta de entrada ceremonial a la fortaleza. Fue el lugar donde paró la nave que llevaba al rey Adolfo Federico de Suecia en su visita para inspeccionar los trabajos de construcción en 1752.
Justo allí tenía una de las paradas el autobús acuático JT-Line.
Y así, llegamos al punto más al sur. Así que volvimos atrás, en dirección de nuevo al transbordador.
Pues aquí otra de las curiosidades del día. Allí, en medio de la nada, en Finlandia, nos encontramos con una botella de cava Monistrol!
Curioso, curioso!
Seguimos el camino en dirección al transbordador. Volvimos a pasar por el patio de armas, y vimos el sepulcro de Ehrensvärd.
De vuelta, hicimos una parada técnica en uno de los muchos baños que hay. Estaba bastante limpio.
Resumiendo nuestra visita a Suomenlinna: vale la pena la visita. Es un sitio agradable para pasear, lleno de historia. Lo único….los adoquines!!!! Nos estaban matando los pies, eh?!
De nuevo, me pareció que las distancias no eran muy largas. O es una percepción mía, eh?
Hay bastantes restaurantes, cafeterías, baños públicos. Y también tenéis la posibilidad de ver varios museos. Pero nosotras no queríamos pasar aquel rato en un museo, sino exprimir las últimas horas que nos quedaban en la ciudad, en el exterior.
Nos dio tiempo de poder coger el transbordador de las 12h, apretando un poquito el paso.
Pudimos sentarnos arriba, en popa, en el exterior, pero con sombrita! Genial! Y el transbordador partió rumbo a Helsinki. Las vistas seguían siendo espectaculares. Las nubes estaban realmente preciosas en el cielo.
La piscina ya estaba algo más llena, eh?
Mirad la cola que había ya para coger el transbordador (espero que la podáis apreciar en la foto).
A esas horas ya había bastante gente en el mercado. Y a esas horas ya estaban las gaviotas a punto, para ver que podían pillar!
Como el día anterior no lo habíamos visto, fuimos a la calle Eteläranta, para entrar al Mercado Viejo (Vanha Kauppahalli) de finales del siglo XIX, abierto de lunes a sábado de 8h a 18h.
Dimos una vueltecita por los puestos, y nos pareció un sitio muy bonito, con tiendas de delicatesen, todo muy bien puesto. Todo tenía una pinta realmente apetecible. Incluso vimos una tienda de productos españoles.
Si queréis, hay puestos donde se puede comer.
Encontramos una especie de cafetería que vendía algo muy típico de allí: los rollos de canela (cinnamon rolls). Así que compramos uno para cada una, y así nos los comeríamos en el ferri, rumbo a Tallin! Además, les vendían como los mejores de Helsinki. No íbamos a discutirlo, no?
Salimos y a lo lejos, como casi siempre, se divisaba la Catedral Luterana.
El edificio del Mercado Viejo es estupendo. Recuerda a la arquitectura de los antiguos mercados. Y está muy bien restaurado.
Volvimos a andar por el paseo Esplanadi, porque teníamos un objetivo muy claro: calle Keskuskatu: tienda ARTEK. La empresa de diseño fue fundada en 1935 por Alvar Aalto y su esposa Aino Aalto.
Ya os he dicho que, hace tiempo, durante tres meses estuve explicando casi a diario la arquitectura y el diseño de Aalto. Así que la tienda era visita más que obligatoria. No os voy a explicar todo el diseño de Aalto, pero cuando veáis los taburetes que diseñaba os van a sonar. Sí, en una multinacional sueca, los encontraréis parecidos a mucho mejor precio. Jejejejejejejejejejeje!
Os dejo la página web de la empresa, por si os llama la atención:
www.artek.fi/
Entenderéis que me volví loca ahí dentro. Hice un montón de fotos, y las compartí con mis compañeras de trabajo. Porque, incluso, había espacios en la tienda que explicaban cómo se curvaba la madera, y la técnica que utilizó Aalto en sus muebles. Fue fantástico! Un “remember” total!
Siguiendo Keskuskatu llegamos a la Estación Central. Eran las 13:15 y ya había hambre. Allí mismo teníamos un Vapiano, una cadena de restaurantes italianos, de los que había leído mucho en el foro y muy bien. Así que decidimos probarlo. Este Vapiano queda en la esquina entre Mikonkatu y Kaisaniemenkatu. Lo veréis fácilmente.
Entramos y las chicas de la entrada nos preguntaron si sabíamos cómo funcionaba. Pues no, la verdad! Nos lo explicaron. Nos dieron las tres tarjetas magnéticas donde nos irían cargando lo que encargábamos, y fuimos a sentarnos. Nos encontramos con un mostrador muy largo, donde por separado preparaban pasta, ensaladas, pizzas, lasañas, risottos.
Miramos la carta y nos decidimos por dos lasañas de salmón y espinacas baby, y una lasaña boloñesa. Así que dos de nosotras nos fuimos al mostrador donde hacían las pizzas y lasañas. La otra se quedó en la mesa.
Esperamos a que nos tocara. Van bastante rápido! Nos tocó, pedimos las lasañas y también pedimos la bebida (una Fanta de naranja, una coca-cola y tap water. Hay unos dispensadores de agua donde te puedes poner toda la que quieras). El chico nos dijo que en una sola tarjeta ya nos lo cargaba todo.
Nos dio un aparatito, y nos dijo que nos podíamos sentar a esperar. Cuando las lasañas estuvieran listas, nos avisaría. Ah! Pues bueno, pues adiós!
Aquí el aparatejo:
Cogimos los cubiertos y las servilletas. Nos fuimos a sentar, y esperamos. Al cabo de un rato, unos 10 minutos, aquello vibró y se iluminó! El sistema está muy bien, así no tienes que esperarte allí!
Aquí la lasaña! Buena pinta, eh? Pues estaba muy, muy buena! Ya veis que viene con pan!
Mientras comíamos, nos fijamos en como hacían la pasta! Madre mía, lo que trabajan los cocineros allí! Ya tienen unas bolsitas preparadas con la pasta. La ponen a hervir y mientras se cuece, van preparando la salsa que tú has escogido. Van muy rápidos!
El sistema y la comida del Vapiano nos gustaron mucho. Lástima que aquí no esté! Espero que no tarden mucho en ponerlo.
Os dejo la página web general de Vapiano, porque los podéis encontrar en muchas partes del mundo:
www.vapiano.com/en/home/
Fuimos a la caja para pagar. Pasan la tarjeta donde te han ido cargando todo lo que has pedido, y te dicen el precio total. En nuestro caso, 57’70 euros.
Salimos sobre las 14:30. Andamos por Kaivokatu, enlazando con Simonkatu. Justo allí, en la placita Narinkka (Narinkkatori) donde están los grandes almacenes Kampi, está la Capilla del Silencio (Kampin Kapeli).
La capilla contrasta completamente con el entorno, por sus formas y por el material de construcción.
Una capilla luterana hecha de madera en 2012. El interior es curioso, porque no hay ninguna posibilidad de contacto con el exterior. De esta manera nos encontramos en un espacio de reflexión total, sin estímulos externos, ni decoración superflua.
Nunca mejor dicho, en el interior había un silencio total!
Al salir de la capilla, llegas a un espacio secundario con unas mesas, y donde está el personal que trabaja allí. Hay una mesa con un álbum con las fotos de la construcción. Os recomiendo que le echéis una ojeada!
La entrada es completamente gratuita.
Como aun nos quedaba un buen rato hasta que no viniera nuestro taxi a recogernos, entramos a los grandes almacenes Kampi, porque había leído que en la ciudad hay unos túneles que conectan varias partes de la ciudad. Como en invierno hace tanto frio, es una buena manera de ir de un sitio a otro algo resguardados.
Nosotras fuimos por el que comunicaba los dos centros comerciales: Kampi y Forum. Pero sé que los hay muuuuuucho más largos!
Si en San Google buscáis “túneles subterráneos en Helsinki” encontraréis buena información.
Al salir del túnel volvimos a la plaza Narinkka. Había unas chicas que regalaban unos sacos enormes de tierra para las plantas, pero les dijimos que estábamos de viaje y que no era plan de cargar con aquellos sacos a cuestas!
Nos sentamos un rato en la plaza, pero hacía fresquito, así que decidimos irnos al hotel, puesto que las cosas más importantes de la ciudad ya las habíamos visto.
Eran sobre las 15:40 y nos sentamos en la enorme recepción.
Aproveché ese rato para tomar mis apuntes para el diario, cargar el móvil (como hago las fotos con él, me como la batería en nada. Es un iPhone SE)…
Necesitaba una cosa de la maleta, y fui con los resguardos al chico que custodiaba la sala donde las guardan. Me di cuenta que había un resguardo incorrecto! La chica de la mañana se había equivocado…. El chico nos dijo que no había problema. Hombre, no, pero lo podría haber habido. Él estaría allí hasta las 18h, así que ya sabía cuáles eran nuestras maletas.
Para ir al servicio que hay en la recepción, es necesaria una tarjeta para abrir la puerta. Están muy bien cuidados y muy limpios.
El hotel ya os dije que es enorme! Hay 8 plantas, y calculo que unas 100 habitaciones por planta. Así que…. Creo que el hotel lo hicieron para los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, para los invitados internacionales.
Os dejo su página web:
www.sokoshotels.fi/ ...residentti
Antes de las 18h sacamos las maletas y seguimos esperando a nuestro taxi. A las 18:15, súper puntual, entró un señor súper elegante, vestido con un traje oscuro, con una tablet en la mano. En la tablet tenía el número de nuestra habitación: 803. Sí, sí! Somos nosotras!
Madre mía, qué elegancia!!!!!
Nos llevó fuera. Había una furgoneta negra, muy elegante también, y súper brillante! Maaaaaadre! Pero si habíamos pedido un taxi! Sí cabían 10 personas! Aquello nos iba a costar un ojo de la cara! Parecíamos unas señoras pijas! Jijijijijijiji!
Puso las maletas en el maletero y dejamos el hotel. La furgoneta por dentro estaba muy bien, y era muy cómoda.
Nos fuimos despidiendo poco a poco de la ciudad…
En un momento nos plantamos en la terminal oeste (West Harbour Terminal). El chófer me preguntó si nuestro ferri salía desde la T1 o desde la T2. Yo le dije que desde la T2. En la T1 había un barco que no era el nuestro, claro.
Llegamos a la T2, bajó las maletas y le pagamos: 20’40 euros. Pues tampoco estaba tan mal, no? La ventaja de ir puerta a puerta, sin tener que cargar las maletas en el tranvía. En total le dimos 22 euros.
El chófer guapote nos preguntó dónde íbamos. Le dijimos que a Tallin, y nos preguntó si volvíamos al día siguiente. Noooooo! Qué va! Continuamos ruta hacia el sur! Le explicamos nuestro viaje y alucinó. Nos deseó buen viaje. Y yo le solté un “Kiitos” (gracias) en toda regla!
Entramos en la terminal. Es muy moderna. Parece de muy reciente construcción.
Nos recibió un chico, y le enseñé el código QR que llevaba en la aplicación del móvil. Nos dijo que si queríamos ya podíamos pasar el control, para ir a la sala de espera. Pues sí, no? Allí tampoco teníamos nada más que hacer! Nos fuimos a los “tornos” de entrada.
Una chica nos ayudó a pasar los tres QR, y subimos a la sala de espera. Aun quedaba una hora para zarpar, pero siempre te piden que llegues bastante antes (ellos recomiendan una hora antes). La sala de espera era enorme! Ya había gente esperando, así que nos sentamos cerca de las puertas de entrada al barco.
Nuestro barco (STAR) ya había atracado, y empezó a bajar gente. Y más gente. Y más. Y más! Y mucha más! Ah, se me olvidaba: y más!!!!!! La mayoría venían cargados con cajas de latas de cervezas y otro tipo de bebidas alcohólicas.
Claro, para los habitantes de Helsinki (y alrededores), el alcohol es carísimo, así que les sale a cuenta coger el ferri, irse a Tallin y comprar el alcohol allí, o en el súper del ferri. Además, me han dicho, que algunos vienen ya bastante calentitos del viaje….
Nos pusimos en la entrada para esperar a que abrieran el acceso, y poco antes de las 19h abrieron las puertas. Al entrar hay que volver a enseñar los billetes.
Entramos por el piso 7 del ferri, y justo allí, a la izquierda había un bar. Encontramos unas butacas que parecían cómodas, pero con cero vistas. Así que hicimos una cosa. Dejamos las maletas allí, y a nuestra amiga para que las custodiara. Mi madre y yo fuimos a las plantas superiores a inspeccionar si encontrábamos un sitio mejor.
Vimos un grupo de asiáticos. Parecía que la guía les estuviera distribuyendo los camarotes. Si es así, lo encontramos un poco ridículo, porque son unas 2 horas de trayecto, y además de día….
En la planta 9 encontramos una especie de cafetería al lado del Burger King y del espacio infantil. Había una mesa para 4 que estaba libre, y al lado de unos ventanales enormes. Así que mi madre se quedó allí, y yo fui a buscar a nuestra amiga.
Ventajas de entrar de las primeras. Al no tener camarote, ni ningún asiento asignado, te tienes que buscar la vida. Si eres de los primeros en entrar, tienes más posibilidades de encontrar un buen sitio.
Bajé al bar, cogimos las maletas, y subimos en el ascensor hasta la planta 9. Acomodamos las maletas, y ya estábamos listas para partir hacia Tallin!
El ferri Star es de la compañía Tallink Silja Line. Os dejo su página web:
www.tallinksilja.com/book-a-cruise
Antes de zarpar, mi madre y yo nos acercamos al supermercado, pero aun estaba cerrado. No abrían hasta que no zarpáramos, igual que el resto de tiendas. En información cogí un mapa de Tallin.
En la mesa de la cafetería (no es necesario consumir), estuve marcando los puntos de interés de la ciudad, para el día siguiente.
Poco a poco, el barco se fue llenando. En nuestra zona había varias familias con niños. Claro, teníamos la zona infantil cerca. Estos no eran tan silenciosos como los del hotel, eh?
Poco antes de las 19:30 zarpamos. Cómo? Pero si teníamos que salir a las 19:30!!!!!! Salí a popa, para ver las últimas vistas de Helsinki. Allí mismo en la planta 9 tenía una salida al exterior (un poco más y me cuelo en la zona VIP en proa….).
Adiós Helsinki!
La bandera de Estonia ya estaba izada.
En popa hay mesitas y sillas, y había gente sentada.
En los pasillos de los camarotes había gente durmiendo en el suelo. La verdad es que la gente se ponía donde podía. Total, el trayecto es corto.
Mirad lo grande que es el barco y la de servicios que ofrece!
Nos cruzamos con otro ferri, en este caso de Eckerö Line.
Bajamos al supermercado, que ya estaba abierto. Había un montón de gente comprando alcohol! Había cajas y cajas! Nosotras probamos el chocolate Kalev de fresa y galleta, que estaba muy bueno.
Compramos una botella de agua de 1’5l, una bolsa grande de patatas sabor a queso y un bote de cacahuetes y otros frutos secos. Todo muy sano! Jajajajajajajajaja! En total pagamos 9’20 euros.
Regresamos con nuestro botín donde estaba nuestra amiga. Y es que ya teníamos hambre! Así que atacamos! Una comida muy sana, eh? Dulce y salado! Madre mía! Suerte que solo era ese día!
El rollo de canela estaba bueno. Contundente, pero rico, rico!
El barco es enorme! Tiene wifi gratuito; la clave de acceso la tenéis en la Boarding Pass. En el barco tenéis de todo: máquinas de juego, tiendas, supermercado, bares, Burger King, camarotes, zona infantil, zona lounge VIP… Vamos, de todo!
Empezaron a caer unas gotitas cuando ya casi estábamos llegando a Tallin. Salí a popa y había un bonito arco iris.
Y una bonita puesta de sol!
Como ya casi estábamos llegando, cogimos las maletas, subimos al ascensor para bajar a la planta 7. Y al llegar al piso y abrirse las puertas…. Estaba petadísimo! Casi no pudimos salir del ascensor! Pero lo conseguimos! Estábamos casi en la salida. Habíamos tenido suerte de poder salir del ascensor, sino teníamos que volver a subir.
A las 21:30, muy puntuales abrieron las puertas. Ya estábamos en Tallin!
El cielo estaba oscurito y llovía un poco. El finger para llegar hasta la terminal era larguísimo!!!! Aprovechamos los ascensores para llegar hasta la planta baja. Salimos al exterior y había una fila larguísima de taxis amarillos (de la compañía Tallink. La que nos habían recomendado en el hotel).
Los del hotel nos recomendaron los Tallink (amarillos) o los Tulika (blancos).
Cogimos uno de los taxis, cargamos las maletas y nos fuimos. Le dije al taxista nuestro hotel. La terminal de los ferris y nuestro hotel no estaban muy lejos. Pero cuando ya estábamos llegando, el taxi no podía entrar a la calle de nuestro hotel. Había un rodaje en nuestra calle!
Tuvo que dar una pequeña vuelta, pero finalmente llegamos. Nuestro hotel era el SANTA BÁRBARA, y está en la calle Roosikrantsi. Se veía muy bonito por fuera!
Os dejo su página web:
www.stbarbara.ee/
La carrera nos costó 8’90 euros. No cobran las maletas! Lo encontré muy bien de precio! Aquí en Barcelona coges un taxi y te dejas medio sueldo! Decidimos darle 10 euros.
Chispeaba un poquito…
Para llegar a la recepción hay que subir unos 10 escalones. Nos recibió un chico. Rellené una hoja con mis datos. Nos dio un mapa, la llave (monísima, ya la veréis!), un descuento para el restaurante que hay en el sótano (que también es el salón del desayuno). Para el wifi no hacía falta ninguna clave.
Subimos en el ascensor, hasta la cuarta planta, la última. Y nuestra habitación estaba justo al salir del ascensor. Era la 412. Entramos y también nos gustó la habitación. De nuevo, no podíamos comparar con la de Estocolmo. Pero mientras estuviera limpia y fuera un poco amplia, más que suficiente.
La habitación estaba muy bien. La habíamos reservado por Booking.com, y era una habitación Triple Estándar. Tenía 4 camas, caja fuerte, set de café y te, minibar, secador, bañera… Nos habían dejado unas chocolatinas Kalev.
Mirad la llave! No me digáis que no es mona! Es una muñequita tradicional de la zona!
Eran las 22:10 y decidimos ir a ver algo del rodaje, si podíamos. Pero al salir a la calle, seguía lloviendo un poco, así que lo dejamos. A ver si mañana seguía el rodaje. Así que subimos a nuestra habitación, vimos un rato las noticias, acabé de tomar mis apuntes, y a las 23:15 ya estábamos en la cama.
En un día habíamos pasado de un país a otro! De Finlandia a Estonia. A ver qué nos mostraba la bonita ciudad de Tallin!
El día había sido intenso, aunque no lo parezca. Habíamos andado 13’8Km y 21.120 pasos!
Llevábamos un muy buen promedio! Menudos paseos nos pegábamos! Mañana más! Repondremos un poco de fuerzas por la noche, y continuaremos con nuestra ruta báltica!
Buenas noches a todos!
Etapa anterior
Últimos comentarios al diario: 
Tema: 
Ir a tema del foro
