Este día madrugamos (horario de camping, claro) y salimos hacia Gorges. Nos despertó un fuerte viento, el Mistral, famoso por esa zona que aunque era cálido soplaba muy fuerte.
Por el camino teníamos apuntado VENASQUE que es un pueblo en lo alto de una montaña con sus calles empedradas y estrechas, con mucho encanto, como era pronto apenas había gente así que dimos unos paseos, vimos el Mont Ventoux a lo lejos y continuamos ruta.
[align=center]Venasque
Por el camino teníamos apuntado VENASQUE que es un pueblo en lo alto de una montaña con sus calles empedradas y estrechas, con mucho encanto, como era pronto apenas había gente así que dimos unos paseos, vimos el Mont Ventoux a lo lejos y continuamos ruta.
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Antes de llegar a Gordes nos acercamos a la ABADÍA DE SÉNANQUE que estaba llenísima de autobuses de asiáticos (con lo que esto implica). Hay una zona de aparcamiento cerca de la Abadía pero cuando llegamos estaba cerrado por estar lleno así que aparcamos en un lateral de la carretera desde el que luego se baja a los campos de lavanda.
La Abadía está aún ocupada por unos monjes cistercienses, vimos uno allí orando descalzo. Se puede visitar junto con el claustro (7,50€, hay visitas guiadas). La entrada a la iglesia es gratuita. Pero lo que da encanto al lugar sobre todo son los campos de lavanda que la rodean y ese olor tan intenso… y cómo no el sonido de las cigarras.
Paramos en GORDES (parking de 4€ por día) que está situado en lo alto de una montaña con lo que las vistas desde cualquier parte del pueblo de los campos de lavanda, viñedos, olivares… son preciosas; y al revés desde el valle puedes ver el pueblo con los colores tan típicos de sus casas y palacetes. Dimos un paseo por el casco histórico con sus callezuelas, vimos el castillo y el Village des Boires (unas cabañas antigüas que utilizaban campesinos).
Nuestra siguiente parada fue ROUSILLON (3€ por día de parking), otro pueblo en lo alto. Para llegar pasamos por varios campos de Lavanda y girasoles.
Rousillon al contrario que el resto de pueblos de la Provenza está pintado en tonos ocres, lo llaman el pueblo de los acantilados de sangre y oro puesto que albergó la mina de ocre más grande del mundo. Leímos que la puesta de sol es impresionante desde aquí pero a nosotros nos pilló en plena hora de la comida (la nuestra, no la francesa). Hay un sendero que recorre los acantilados.
De aquí partimos rumbo MÉNERBES (4€ de parking también), para mí uno de los pueblos más bonitos del día: super tranquilo, con calles semivacías empedradas, decorado con flores. Dimos un paseíllo y nos refrescamos un rato y en marcha.
SAINT-REMY DE PROVENCE (parking en zona azul, los primeros 45´gratis y el resto a un precio accesible). Muy bonito y con encanto pero después de Ménerbes que era todo calma aquí se ven turistas por todos los lados, comercios y tiendas de souvenirs, terrazas llenas de gente, …
En sus calles te puedes encontrar el paso del tiempo puesto que tiene edificios romanos, renacentistas, medievales…así que dimos un paseo por plazas y callejuelas visitando el Hotel Estrine o la colegiata de San Martín.
Tiene una ruta impresionsista de Van Gogh y un museo dedicado al genio (donde se encuentra la habitación en la que vivió); en partes de la ruta se observan las localizaciones de los cuadros del artista, muy curioso y bonito. También podemos encontrar entre sus callejuelas la casa en la que nació Nostradamus.
A 2 km de Saint- Remy se encuentra la ciudad romana de Glanum (nosotros no entramos) y de camino se encuentra Monasterio de Saint-Paul-de-Mausole donde se alojó Van Gogh.
Nuestro último destino del día fue LES BAUX DE PROVENCE (6€ parking); llegamos a las 18:30 de la tarde y ya estaba medio vacío así que pudimos disfrutarlo tranquilamente sin apenas turistas.
Les Baux es una fortaleza que impresiona sobre una roca, en medio de colinas y colinas donde antes hubo canteras (de ahí el nombre, por la bauxita). Las vistas son impresionantes y el pueblo en sí parece sacado de un cuento (a mi me recordaba a Frias).
Nosotros dimos un paseo exterior por todas las callejuelas (las tiendas y bares comenzaban a cerrar) y aunque planteamos entrar al Castillo, desde donde puedes ver las murallas del recinto, al final lo descartamos porque había zonas cerradas por seguridad (rugía el mistral). Costaba unos 9€.
Y después de este día intenso, con tantas horas de luz nos volvimos para nuestro camping. A pesar de ver tantos sitios no se me hizo pesado porque son pueblitos pequeños que en una o dos horas ves como máximo, aunque entiendo que para quien entra en museos o quiere ver más pausadamente cada ciudad le pueda resultar demasiado.[/align]