Hoy tocaba desquitarse de la caminata por Les Calanques. Nos acercamos hasta el pueblo de L´ESCALET donde aparcamos el coche al lado de la playa del mismo nombre, aparcamos gratis (esto de madrugar compensa para algunas cosas) pero había varios parkings de pago cerca. Desde la playa L´Escalet surge un sendero paralelo a los acantilados que te lleva hasta Cabo Tailat; son unos 3 km de recorrido de un sendero fácil pero con el calor que hacía es necesario llevar agua y playeras para las zonas más rocosas sobre todo si se sale de la playa de L´Escalet (aunque había gente en chanclas). Las vistas son preciosas y vas pasando por varias playas, calitas y zonas de baño desde las rocas, con un color de agua esmeralda y un agua trasparente. Totalmente recomendable.
Nos fuimos remojando hasta llegar a Plage de Briande que es donde nos quedamos a pasar el día. A la vuelta en vez de hacer todo el camino, al pasar una de las calitas (no tiene nombre de lo chiquita que es, la que está junto a los chalets) nos separamos subiendo unas escaleras hacia la carretera, donde había otro parking grandote de pago y unas garitas para controlar el acceso, y regresamos por la carretera en vez de por los acantilados, mi chico con vértigo lo agradeció.
Como era pronto para quedarnos en el camping nos acercamos a PORT GRIMAUD para tomar algo y dar un paseo. Lo llaman la “venecia provenzal”: es un puerto construido a modo de canales y puentecitos rodeado por casitas con fachadas de colores en los que hay yates de infarto en la puerta...tiene su encanto. Y ahí íbamos nosotros en plan playero total a ver los yates e incluso comprar un Bentley
Nos fuimos remojando hasta llegar a Plage de Briande que es donde nos quedamos a pasar el día. A la vuelta en vez de hacer todo el camino, al pasar una de las calitas (no tiene nombre de lo chiquita que es, la que está junto a los chalets) nos separamos subiendo unas escaleras hacia la carretera, donde había otro parking grandote de pago y unas garitas para controlar el acceso, y regresamos por la carretera en vez de por los acantilados, mi chico con vértigo lo agradeció.
Como era pronto para quedarnos en el camping nos acercamos a PORT GRIMAUD para tomar algo y dar un paseo. Lo llaman la “venecia provenzal”: es un puerto construido a modo de canales y puentecitos rodeado por casitas con fachadas de colores en los que hay yates de infarto en la puerta...tiene su encanto. Y ahí íbamos nosotros en plan playero total a ver los yates e incluso comprar un Bentley