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¡Último día en la ciudad del amor libre! Una pena, la echaremos mucho de menos pero ya tendremos tiempo de lamentarnos! Ahora toca madrugar para intentar ver el máximo de todo lo que aún tenemos pendiente, que no es poco...
Salimos pronto del hotel, pillamos un par de cafés del termo de recepción y unas mini-muffins de xocolate que tienen por allí. No son para tirar cohetes pero que caray... it's free!
La mañana nublada y fría, como cada día, a ver si tenemos la misma suerte que ayer y a media mañana se despeja y sale el sol.
Caminamos 5 minutos hasta nuestra parada de cabecera, Taylor ST. Subimos al cable car favorito de este blog
y cruzamos toda la linea hasta llegar a Powell St. TIP: Por cierto, tenemos que tirar medio café porque no dejan subirte al cable con bebidas (¿?) supongo que para que no se lo tires a nadie por la cara con a tanto traqueteo...
Una vez en Market St. tomamos el cable convencional con el que haremos toda la calle hasta llegar al barrio de Castro, donde tenemos intención de desayunar en alguno de sus afamados breakfasts.
El barrio de Castro es un agradable barrio residencial y comercial donde se aglutina la mayor parte del numeroso colectivo LGBT de San Francisco. Es un barrio en permanente reivindicación de sus derechos y nada más llegar ya te da la bienvenida una enorme bandera multicolor, por si hay alguna duda.
El hambre aprieta y nada más entrar en Castro vemos una cafetería clásica muy concurrida con pintaza y entramos sin pensarlo.
Que gran acierto! Orphan Andy's, por si os interesa, nos traen la carta y nos fijamos que todo el mundo desayuna dos platos, uno de salado (huevos, carne, patatas, verduras...) y otro de dulce (pankakes, french toasts, tostadas con mermelada, waffles...) más el litro de café reglamentario con mucha leche y mucho azúcar... madre mia
aquí no hay ni uno solo a dieta (espero)
Yo, que soy un tío de costumbres, decido no dar aún el paso definitivo para una integración total y pido solo un plato. Para dejar hambre para mañana más que nada.
Mi mujer, sin embargo, se siente tan integrada y respetada que se tira a la piscina y pide el menú de los campeones
Tortilla jardinera para mi, patatas fritas con tabasco, dos tostadas de pan blanco y una salchicha (no olvidéis que este es el desayuno de los cobardes) y mi mujer se casca una veggie burguer, con patatas, tostadas, frijoles y una mini-ensalada, para beber, unas french toasts con sirope de arce y nata montada...
todo regado con abundante café en taza de litro que los simpatiquisimos camareros te rellenaban cada vez que dabas un sorbo.
A todo esto estuvimos hablando un rato con el camarero jefe, una locaza muy divertida que nos cosió a preguntas, nos reímos un montón, aprovechó para chapurrear un poco de castellano ya que según nos dijo "no éramos sus primeros latinos"
"ni seguramente los últimos", le dije yo, a lo que se puso a rezar teatralmente.Casi una hora estuvimos desayunando, y no era para menos, teniendo en cuenta la cantidad ingente de comida!
Al salir, me doy cuenta, de que el muchacho que tenia al lado en la barra, llevaba unos tacones de por lo menos 20 cm y a nadie le llamaba la atención...
nos encanta esta ciudad.
Paseamos un rato por Castro, es un barrio muy agradable y bonito pero no tiene mucho más que ver, vimos el cine de Castro, el hall of fame LGBT con lugar destacado para Lorca y la placa homenaje a Harvey Milk, conocido político-activista por los derechos de los homosexuales que fue asesinado el 1978.
Seguimos caminando y nos alejamos de Castro, hasta llegar a Alamo Square. Un parque situado en la zona alta de la ciudad donde pudimos ver y fotografías las famosas Painted Ladies. A estas horas el cielo se ha destapado y vuelve a lucir solazo, como ayer. Los autóctonos aprovechan para hacer picnics, yoga o simplemente tumbarse a hablar en el césped...
Después de descansar un rato continuamos nuestro camino hasta llegar a Ashbury. El barrio que centralizó el movimiento hippie a finales de los 50's. Muchas tiendas con ropa de colores, utensilios para fumar, minerales, energías, murales multicolor... nos pareció interesante pero no creemos que sea un must de SF, si te gusta mucho ese rollo te será interesante pero realmente no tiene mucho que ver.
Como curiosidad, decir que en esta calle está la casa donde vivió Jimi Hendrix (1524 de Haight Ashbury). Ahora un gran mural con su cara decora la fachada lateral.
Caminando, caminando llegamos a las puertas del Golgen Gate Park, yo hubiera continuado un rato más pero mi mujer no podía más, normal, con lo que habia desayunado...
así que nos sentamos un rato a tomar un café y acabamos pillando un cable cercano que nos llevó al City Hall y de allí al hotel en bus a descansar un rato los pies.
L hace una sietecita y yo me quedo medio comatoso en unos sillones que hay en el hotel que te masajean la espalda, Dios mío tengo que conseguir uno de estos para mi casa, menuda gozada!
Así estamos una hora aporx. luego nos duchamos para despejarnos y las 17h salimos con la intención de alquilar la bici y recorrer el GG. El día continua siendo espléndido y nos apetece un montón la experiencia.
Nos acercamos a una tienda de alquiler de bicis que hay justo en frente de la parada del cable car de Taylor St.
TIP: Esa misma mañana al pasar por allí nos habían dado unos descuentos, 5% no es mucho pero mejor que nada...
Cabe decir que a mi mujer no le gusta mucho ir en bici:
Va insegura porque no ha ido mucho en bici.
Se tensa un montón porque va insegura.
Se destroza la espalda y las cervicales de tanta tensión.
Así que no va en bici porque se destroza la espalda y las cervicales.
Y como no va en bici se siente insegura...
Menudo bucle!
Total que la pobre había aceptado ir en bici por mi, porque sabia que me hacia mucha ilusión pero yo no tenia muy claro que ella fuera a disfrutar lo más mínimo... así que cuando vi los tandems se me iluminó la bombilla
"¿Cariño, alquilamos un tandem y así no tienes que preocuparte de no caerte?" hahaha le encanto la idea.Así pues salimos de la tienda con un tandem y dos cascos, a 15$ la hora y con 2 horitas prepagadas.
Hay que decir que en nuestra vida habíamos usado una bici de estas pero la verdad es que no es nada difícil, en 10 minutos ya le habíamos cogido el truco, solo hay que tener en cuenta dos reglas básicas, el de detrás tiene que dejarse llevar totalmente y seguir el ritmo del de delante y el de delante avisar al otro cuando frenar y cuando apretar...
Estuvimos cerca de tres horas pedaleando y nos lo pasamos bomba, empezamos en Jefferson St. justo donde acaba Fisherman's Wharf, cruzamos toda la playa donde está el museo marítimo, el parque de Fort Mason y toda la playa de Marina Blvrd, todo muy llano, al solecito y con el puente de fondo sin una sola nube... menuda potra tenemos!
Luego al llegar a la base del puente si que toca subir (lógicamente) pero se puede hacer perfectamente, si lo hicimos en fácil en tándem en una bici tiene que ser chupado. Es una carretera de curvas peatonal llena de miradores.
Luego una vez en el puente, pues no tiene mucha historia, todo recto por el lateral que es suficientemente ancho para circular con calma, aún así cuidado con los demás ciclistas ya que algunos se lo toman como una competición y van a toda mecha.
Cuando llegamos al final pensamos seguir hasta llegar a Tiburón desde donde sale un ferry que conecta con Fisherman's Wharf (Ojo que creo que NO está integrado en el MUNI Pass) pero nos apetecía hacer el camino de vuelta y disfrutar tranquilamente del descenso.
TIP: Tiburón es un pueblecito pesquero pijo situado justo al otro lado de la bahía. Con casas flotantes, mansiones carísimas, mucho encanto y según me han dicho uno de los mejores burguers de todo California... ala! otra visita pendiente para un futuro viaje
Finalmente devolvimos el tándem, pagamos la hora extra y fuimos a cenar por última vez al Fisherman's Wharf.
No paramos en uno de los numerosos fast foods de marisco del pier y Bocata de cangrejo, crab cake y un par de birras para dentro.
Luego de vuelta al hotel compramos un churro de postre para L, nos habiamos quedado con las ganas de probar la interpretación del churro pátrio por parte de los americanos ( mucho más grande y bastante más malo
) yo me compro un helado de Ben&Jerry's de chocolate para recuperar fuerzas! 
Valoración SF:
San Francisco es una ciudad completamente distinta a todas las que hemos visto en estos 15 días, en todos los sentidos. Empezando por el clima, frío a más no poder. Llega un momento que olvidas que hace una semana estábamos a casi 50º a solo unos "pocos" kilómetros de aquí.
Por lo demás es un magnífico lugar para pasar unos días. Hay millones de cosas para ver y visitar, solo las vistas de la bahía que vas descubriendo entre las preciosas casas victorianas y al final de las tremendas pendientes que conforman su entramado urbano ya vale la pena la visita. Si además le sumas La Roca, el GG, el palacio de las Artes, los numerosos parques, la cultura que se respira en esta ciudad... para mi es un imprescindible en este viaje.
También encontramos la gente más abierta y simpática. Los americanos en general nos están pareciendo gente muy amable y alegre pero aquí en SF tal vez incluso más.
Eso si, la ciudad es la más cara de todas las que hemos visitado (y visitaremos) en este viaje, el transporte público, los parkings, el alojamiento... todo es muuuucho más caro aquí, así que ojo con eso.
Vale la pena valorar si dejar el coche de alquiler al llegar para contratar otro al marcharse solo para ahorrarse el parking. Y mirar mil veces en booking para pillar buen alojamiento.
Mañana madrugón, coche nuevo y asaltamos la costa!
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