Día 25, 26 y 27 de julio. Martes a jueves
El viaje comienza el día 25 de julio, martes, llendo a Madrid-Barajas desde Jaén donde habíamos estado un par de días viendo a la familia y dejándoles a nuestra perrita. El hotel donde pasaríamos la noche ya lo habíamos utilizado anteriormente en nuestros viajes, el hotel Don Luis , bien situado cerca de la plaza principal del barrio y próximo a la T4. Además es cómodo, amplio, limpio y barato. La noche, con los nervios, apenas pude dormir y a las 6:15 sonó el despertador. Nos dirigimos al parking de larga estancia de la T4 para dejar nuestro coche (77 euros por todos los días) y nos trasladaron a la terminal. Ya allí, una cola no muy larga con Qatar para obtener las tarjetas de embarque, una más larga para pasar los controles de la policía y para nuestra puerta de embarque en la T4S.
El vuelo sin historia, solo que se nos hizo más corto de lo pensado. Entre que los aviones estaban bastante bien (mido 187cm y tenía espacio de sobra en las piernas) la comida aceptable, un buen surtido de películas (vi Logan y Life), la guía de las rocosas canadienses que me llegó justo el día antes (sí, sí, ya estaba preparando el viaje del verano del 2019) y unas horitas de sueño gracias a la pastillita pues que llegamos a Sydney. Eran las 16:40 del día 27 de julio (jueves)
Tras recoger las maletas, nos dirigimos a la estación de tren. Justo antes había un puesto de Optus, una de las compañías telefónicas que operan allí, y les compré una tarjeta prepago que duraba 28 días y costaba 40 AUD (Australian Dollars) con 7 GB de internet y llamadas y sms ilimitados en Australia. Seguidamente adquirí dos tarjetas Opal con 50 AUD cada una ya que en Sydney solo utilizaríamos el transporte público, incluso en nuestra visita a las Blue Mountains. Y tras ello al tren que nos llevaría a Central Station. El precio algo más de 15 AUD pagados con la tarjeta Opal recién adquirida. De todas formas luego comprenderíamos que los precios no son fijos por viaje, sino que varían en función de no sé qué variables como a la hora que coges el transporte.
Una vez bajamos del tren y salir de la estación, nuestra primera visión de la ciudad fue… las obras y el ruido. Aún no lo sabíamos, pero en Sydney, Acciona (sí la compañía española) está haciendo el tranvía y algunas de las calles del centro (entre las que se encuentra donde estaba nuestro hotel, George Street) están levantadas y todo el tráfico se ve afectado. La idea que tenía era coger el bus 555, gratuito y que hace un circuito circular con varias paradas, una de ellas cercana a donde nuestro hotel estaba situado, pero entre que estábamos cansados, era de noche y que busca ahora la parada, decidimos ir andando hasta el hotel, que el google maps nos lo sitúa a poco más de un km.
Llegamos a nuestro hotel sin problemas, el Pensione Hotel 603 AUD por las 5 noches que pasaríamos ahí. La recepción está en la primera planta y tras hacer el check-in nos dan nuestra habitación que es funcional, no muy grande, pero que da un patio trasero que evitará un poco los ruidos.
Tras dejar las maletas y viendo que es temprano para echarse en la cama decidimos buscar un pub irlandés cerca y damos gracias a San Google con uno llamado Scruffy Murphy’s bastante cerca, en Goulburn St. Antes nos pasamos por un sitio que tenía fichado desde España para cambiar dinero, llamado Wexchange, en Little Hay St. pero está cerrado. Bueno, ya iremos mañana por la mañana. Vamos al pub, pedimos un par de pintas de cerveza y que nos de unas monedillas ya que tienen una máquina expendedora de snacks y queremos comprar unas patatas con chili y jalapeños que hemos visto. Sí, amamos el picante. Cuando le doy la tarjeta de débito, ésta no le funciona. Vale, sin problemas, le paso una de crédito que tengo también y… tampoco le funciona. Me agobio un poquillo porque no tenemos nada de efectivo, pero el camarero muy amable nos dice que no importa, que es fallo de su máquina y que está todo pagado. Uf, qué amable. Y así, con las cervecitas y el ardor en la boca por el picante pasa el tiempo hasta que nos vamos para el hotel agotados.
En el Scruffy Murphy’s
Día 28 de julio. Viernes
El jetlag hace su presencia y a las 4 de la mañana estoy ojiplático. Me aburro en la cama pero mi mujer se despierta un poco antes de las 6. Menos mal. Nos duchamos y nos vamos para la calle. El plan de hoy es ver todo el CBD de la ciudad, pero antes habrá que desayunar y como no está aún abierto la casa de cambio al final sacamos un poco de dinero de un cajero. En el Starbucks ya comprobamos lo caro que es todo aquí. Los cafés más de 4 dólares cada uno y una muffin igual. Tras el cafelito volvemos para Wexchange para cambiar los 1000 euros que traía. El cambio fantástico, nos dan 1438,20 dólares. Un par de días antes había mirado el cambio real en el mercado y estaba a 1 – 1,44 y pico, por lo que apenas se llevan algo. En España me hacían un cambio horroroso. De todas formas hay muchas casas de cambio en el centro y más o menos todas están bien, aunque ésta es de las mejores. Por otro lado, y una vez ya de vuelta del viaje, mi recomendación es llevar cuanto más efectivo mejor ya que en muchos lugares te cobran un pequeño recargo por pagar con tarjeta y además dudo que el cambio que te haga tu banco sea mejor que el que te hacen en estos locales.
Y comenzamos la visita a la ciudad en sí. Tiramos dirección a Circular Quay por George St (que como he comentado está toda en obras) y las primeras paradas son para echar un vistazo exterior tanto a la Catedral de St. Andrews como al Ayuntamiento. Seguimos y llegamos a la altura del centro comercial del edificio de la Reina Victoria. Lo cruzamos y vamos por Market Street dirección a Hyde Park. Por esta calle está la Torre Sydney famosa por sus vistas, aunque nosotros no subimos.
Ayuntamiento, Catedral de San Andrés, Edificio Reina Victoria y la Torre Sydney desde Hyde Park
En Hyde Park nos dirigimos a la fuente Archibald y allí tenemos nuestro primer contacto con los ibis australianos. Con lo que nos gusta los animales nos quedamos anodados de ver un pájaro tan grande en una ciudad y empezamos a hacernos muchas fotos con ellos. Luego entenderíamos que los ibis son como nuestras palomas, están por todas partes, no solo de Sydney sino de Austalia en general. Así que para los australianos tuvimos que ser un poco catetos pero en su momento lo disfrutamos mucho.
Seguimos cruzando el parque hasta llegar a College St. donde se encuentra de manera más o menos consecutiva la catedral de St. Mary, los barracones de Hyde Park, The Mint (uno de los edificios coloniales más antiguos) el Parlamento y la Biblioteca de Nueva Gales del Sur. Todo esto llendo de la calle College a la calle Macquarie.
Fuente Archibald, ibis australiano, catedral de St. Mary desde dos perspectivas, The Mint y la biblioteca estatal desde dentro y fuera
Y ya nos adentramos en la Reales Jardines Botánicos, bonitos, bien cuidados y grandes. Eso sí, ya no hay murciélagos como antiguamente. Lo primero que hicimos fue meternos en The Calix una zona cubierta donde hacen virguerías con las flores. Y de allí seguimos por las decenas de caminos que hay dirección al mar, para coger el paseo que nos llevaría hasta Mrs. Macquarie’s Chair, donde se tiene una buena instantánea de la ópera, el puente y los rascacielos. En este punto hay muchísima gente. Se nota que es conocido. Volvemos pegados al mar dirección a la Opera House y allí nos hacemos unas cuántas fotos. No entramos y a decir verdad tengo que confesar que es un edificio que tampoco me gusta mucho. También es verdad que es que disfruto más con las cosas naturales que las realizadas por el hombre.
The Calix, diferentes zonas de los Royal Botanic Gardens, destacando la perspectiva que se obtiene desde la Silla de la señora Macquarie. La última es ya en la zona de la ópera, visitada por muchos escolares
La zona esta infestada de turistas y esquivando llegamos hasta The Rocks, cuatro callejuelas con una zona de puestos de comidas y recuerdos sin mucha historia desde mi punto de vista. Tras un rápido vistazo volvemos por George St. dirección al hotel y nos paramos en uno bares-restaurantes de la calle, el Three Wise Monkeys donde con un par de cervezas nos echamos un pez barramundi la mar de rico. Ahí comiendo y tras ver la previsión del tiempo para los próximos días, donde parece que el lunes va a llover, decidimos ir mañana a las Blue Mountains y no el lunes que era mi idea para evitar el mayor número de gente posible. De allí nos dirigimos hasta la zona de Darling Harbour y nos metemos en los jardines chinos de la amistad, no muy grandes ni gratuitos (6 AUD) pero que disfrutamos bastante viendo lo bien cuidados que están, la cantidad de Ibis que hay e incluso unos cuántos lagartos.
A la salida nos descojonamos con una gaviota que le roba a una pobre chica su comida. Aquí hay que tener cuidado con las aves, que a la más mínima te quitan el aperitivo. Ya en Darling Harbour nos paramos a echar una cervecita en el Cyren Restaurant, justo debajo del Hard Rock Café, para ver el atardecer en la zona, que la verdad está muy bien.
Ya de noche (aquí antes de las 6 ya lo es) nos dirigimos para el hotel para ducharnos y ya el resto de la noche no tiene mucha historia, ya que vamos de nuevo el pub irlandés de ayer.
Jardines Chinos con alguno de sus inquilinos y atardecer en Darling Harbour
Día 29 de julio. Sábado
El jetlag sigue haciendo de las suyas y sobre las 5 de la mañana ya estoy en la cama deseando que a mi mujer se le abran los ojos. La verdad es que a ella se le abren antes de las 6 por lo que tras vestirnos y prepararnos para nuestra excursión a las Blue Mountains nos vamos de nuevo al Starbucks de ayer para tomarnos el desayuno pero tan temprano sigue cerrado. Así decidimos irnos dirección a Central Station donde cogeremos el tren y en la primera cafetería que haya nos metemos. Curiosamente es otro Starbucks el que está abierto y así tras el cafelito ardiendo y una muffin de Blueberrys que está muy rica nos vamos para la estación.
Una vez allí preguntamos en el centro de información cuál es el andén que hay coger ya que realmente en las pantallas no pone nada de Blue Mountains. La línea creo que era la que iba a Lithgow and Bathurst. Entramos y nos sentamos en el tren a la espera de la salida que es pasadas las 8:15. A Katoomba, que es donde nos bajamos se tarda un par de horas y el pago también se hace con la tarjeta Opal. 5,95 AUD nos cobraron a cada uno. Durante el viaje mi mujer dice que tiene angustia, por lo visto el traqueteo o el desayuno no le han sentado muy bien.
Y llegamos a Katoomba con mi mujer con mal cuerpo. Nada más salir del andén de Katoomba nos dirigimos por Katoomba St. que es la calle perpendicular principal que sale prácticamente de la estación a la parada de autobús que hay justo donde está el Hotel Carrington. No son ni 100 metros andando. Una vez allí a esperar el autobús 686 que pasa tanto por Echo Point como por Scenic World que es donde nos bajamos. El autobús también se puede pagar con la tarjeta Opal: 0,15 AUD solo.
El plan excursionista era hacer por la mañana estas excursiones: la Furber Steps-Scenic Railway www.wildwalks.com/ ...stsrc).pdf volver cogiendo el Cableway y desde el Scenic World que va hasta Echo Point www.wildwalks.com/ ...swtep).pdf . Y luego por la tarde una excursión de Echo Point a la zona de Picnic de las Leura Cascades www.wildwalks.com/ ...eptlc).pdf
La salida de las excursiones es fácil ya que están bien señalizadas y salen directamente al lado de la puerta del Scenic World. La excursión que baja por las escaleras, la de la Furber Steps, empezó chula pero la verdad es que uno acaba harto de tanta escalera. De hecho una vez que llegamos abajo me pasó algo que no me había pasado nunca, y es que las piernas me estaban temblando. Y a mi mujer igual. Las vistas no son muchas ya que estás en una zona bastante boscosa (y además estás mirando casi siempre al suelo por las escalones) y solo se abre varias veces para ver la cascada Katoomba que no tenía mucha agua. Aunque es corta tardamos más de lo esperado entre foto y foto. Una vez abajo nos dirigimos hasta el Cableway por unas pasarelas de madera que hay. Allí a hacer cola de la buena porque hay muchísima gente. Tras media hora de espera cogemos el mismo que nos sube de nuevo al Scenic World en menos que canta un gallo. Ya arriba nos cobran por la subidita 21 AUD a cada uno. Vamos carísimo por lo que era.
Excursión Furber Steps
Tras la parada en el Scenic para ver su tienda de souvenirs, nos dirigimos a hacer la segunda de las excursiones previstas, la que nos llevará hasta Echo Point. El punto de partida es el mismo que de la excursión anterior pero solo que en la primera bifurcación sigues recto en vez de seguir el camino que baja el “acantilado” Esta excursión no nos gustó nada. Fea como ella sola, llena de gente. Y Echo Point abarrotado de turistas. Y todo por lo de las 3 hermanas, tres trozos de roca sin nada en particular de la que nos inventamos una historia y la vendemos como lo más. Por lo menos a mitad de camino que salimos a una zona de picnic había un montón de cacatúas y patos que estaban comiendo las migajas que le soltaban unos turistas de la zona. Y no os preocupéis, cacatúas veréis muchas en diferentes puntos del país.
Excursión de Scenic World a Echo Point
Tras finalizar la excursión con algo de desánimo porque las excursiones no nos han gustado hasta ahora decidimos ir a comer. Miro en google y me decido por un restaurante que pone que está bien y parece no estar lejos. Digo parece porque al final resultó estar justo al lado de la parada del hotel Carrington donde cogimos el autobús. Más de media hora andando con la solana por un pueblo que son todo cuestas. Para rematar la faena la comida no valía ni un duro, no tenían cervezas aunque me dijeron que podía ir hasta la licorería a comprarlas y tomármelas en el restaurante, cosa que hice tras repetirme la chica el tema 100 veces porque no me enteraba (mi inglés es el de COU) Cuando terminamos de comer eran pasadas las 3 y mi mujer seguía con el cuerpo regular. Así que decidimos marcharnos para Sydney, dejando la excursión que más me apetecía sin hacer, pero viendo la hora que era y que tendríamos que bajar hasta Echo Point veía que se nos haría de noche. Así que nuestra experiencia en las Blue Mountains no nos gustó. De hecho, siendo yo más de campo que de ciudades, de los días de Sydney este fue el día que menos nos gustó. Yo sin duda buscaría otras excursiones por la zona que las típicas que se hacen por aquí, que hay muchas y a saber si no son mejores, que seguramente.
En el viaje de vuelta pegué una cabezadita y tras las dos horas de viaje llegamos a la ciudad. De la estación para el hotel a ducharse y luego de nuevo a la zona de la estación de trenes que justo enfrente hay unas cuantas paradas de autobús y hoy queremos coger uno que nos lleve a la zona de Sugar Hills para ir a un pub que parece rockero, que se llama Vasco www.vascobar.com/ . La línea según san google es la 374. Lo tomamos (2,15 AUD) pero como está la ciudad en obras por la parada que tenía previsto bajar no pasa el autobús y nos deja en otro sitio bastante más alejado. Llegamos andadini y la verdad es que la zona está llena de bares y tiene buena pinta. Vasco más que un pub parece un bar-restaurante. Allí nos tomamos unas cervezas a precio de oro y una ensalada. Como la música, aunque rockera, parecía más de ambiente (vamos que estaba bajísima) decidimos irnos a nuestra zona que el pub irlandés al que habitualmente vamos tiene la cerveza bastante más barata. Vamos andando, que no es que esté muy lejos el centro y cualquiera sabe qué parada de autobús hay que coger. Caminando tranquilamente vemos la calle cortada por la policía y a unos periodistas. Nos dicen que por ahí no pasemos, que demos un rodeo. El rodeo lo hacemos por las calles anexas cuya iluminación es bastante escasa y da un poco de apuro, sobre todo cuando vemos a dos hombres más adelante mirando un coche con actitud un poco rara. Luego, un par de días después nos enteramos que había habido una operación antiterrorista ya que unos yihadistas tenían planeado atentar con aviones y que uno de los detenidos vivía en Sugar Hills. Vamos, que estaban haciendo las detenciones cuando pasamos por ahí…
Ya en el centro intentamos entrar en “nuestro” pub irlandés pero hay actuación en directo y está petado de gente (además es sábado noche) Lo intentamos con el pub del Hotel Maloney que está en la misma calle y tiene buena pinta, pero como el día anterior estaba petado también. Nos tiramos dando vueltas un tiempo y luego tratamos de entrar de nuevo en el pub irlandés y lo conseguimos y allí permanecimos hasta que volvimos al hotel.
Día 30 de julio. Domingo
Vamos mejorando, hoy he dormido hasta las 6:30. El plan de hoy es visitar partes de Sydney que no hemos visitado, como cruzar el Harbour Bridge, estar por el otro lado de la bahía e ir a Manly, aprovechando que es domingo y el transporte público cuesta menos de 3 AUD por todo el día te montes en lo que te montes.
El día empieza mal. En el Starbucks que los dos días anteriores nos habían puesto dos cafés con leches muy ricos hoy no se enteran y me ponen un café solo gigante y un vaso de leche. Eso del coffee with milk es raro para ellos. Por supuesto cobrando todo a precio de ron con coca cola.
Nos dirigimos dirección Circular Quay por Pitt St. sorprendiéndonos todavía con los gigantescos edificios. Una vez llegada a la zona más turística cruzamos The rocks de nuevo, que hoy se ve más animado. Empieza a sobrarnos ropa por todos lados. Nos da por mirar la previsión y pone 26º hoy. Vaya, vamos a cargar con los abrigos hoy. Torpeamos un poco para dar como subir al puente y una vez allí lo cruzamos completamente, parándonos cada dos por tres para ver las asombrosas vistas de la bahía. Vemos como hay gente por la parte alta haciendo la excursión www.bridgeclimb.com/ Llegamos al otro lado y nos acercamos a Milsons Points. Grandes vistas sin duda. Vamos hacia Luna Park, con un calor que estamos pasando que nos entran ganas de tirar los abrigos. Tras dar una vuelta por este simpático parque de atracciones, decidimos coger nuestro ferry. El que va de Milsons Points a la zona de Darling Harbour. Disfrutamos con el paisaje y con el viento que nos refresca. En Darling Harbour ya hay gente comiendo, no en vano a lo tonto son más de las 1 de la tarde. Nosotros seguimos a lo nuestro y de nuevo nos dirigimos andando a Circular Quay, para coger el ferry a Manly Beach. Cola de campeonato, pero entramos en el primer ferry que sale. El trayecto es más largo, no en vano está lejillos esta zona. Una vez bajamos del ferry vemos que Manly está petado. Entre que es domingo y los ferrys son gratis… Nos dirigimos por la calle Corso hacia la playa, pero antes paramos en una tienda que hay de souvenirs superbaratos. Decidimos comprar algo cuando volvamos para el ferry de vuelta. Una vez en la playa, con muchísima gente, la andamos y empezamos a buscar un sitio para comer. Tras dar vueltas y vueltas, encontramos un sitio pequeñito que nos atrae y ahí probamos el tartar de canguro, que no está mal. Ya de vuelta paramos en casi todas las tiendas de souvenirs pero al final compramos en la primera que vimos. Mi mujer un peluche de un canguro con un koala por 9 AUD y yo un par de gorras para mi sobrinos por 10.
Por la calle Pitt. The Rocks. Debajo del Harbour Bridge. Vistas desde el puente
Vistas desde Milson's Point. En Luna Park
Vistas desde el ferry que va a Darling Harbour. Calle Corso. Playa de Manly
La idea era coger el ferry del atardecer, pero esa idea la ha tenido todo el mundo y hay cola que sale hasta de la terminal. El caso es que hacemos cola casi de una hora, ya que en el primer ferry que vino (en el que caben más de 700 personas) no entramos y tuvimos que esperar al siguiente. Un coñazo. Volvimos ya de noche. Está chulo ver la ciudad con sus luces, pero las fotografías no valen ni un duro. Una vez en Circular Quay de nuevo de vuelta para el hotel. Menudo tute de andar nos hemos dado hoy. Tras la ducha de rigor de nuevo para la calle. Hoy tenemos suerte y el pub de hotel Maloney tenía algo de sitio. Lo aprovechamos y nos tiramos en dos sillones. Descubrimos el por qué está siempre tan petado siendo tan grande. Las jarras de cerveza (de algo más de un litro) por 8 AUD (de la cerveza XXX Gold, una lager de solo 3.5 grados que está buena y todo) Así que tras empanzurrarnos de cerveza (con ese alcohol es lo único que lograrás) y un buen plato de mejillones con pasta para el hotel a descansar.
Día 31 de julio. Lunes
Hoy era el día que teníamos planeado ir a las Blue Mountains, pero como la previsión metereológica ponía que llovería lo cambiamos al sábado. Así que la idea de hoy es hacer el paseo que va de la playa de Coogee hasta la playa de Bondi.
El jetlag sigue presente pero con menos fuerza. De nuevo antes de las 7 estoy de pie. Como mi mujer parece que duerme plácidamente me pongo con el portátil a ver las fotos tomadas estos días. Una vez que se levanta y tras prepararnos, al Starbucks a tomar el desayuno. De nuevo fracaso en que se enteren que es un coffee with milk. Me bebo el mejunje de cafeína que me han preparado y nos vamos hacia la zona de Central Station para coger el autobús que va a Coogee, que bien puede ser la línea 372 ó 374. 3.58 AUD por barba cuesta el viaje, que por cierto es larguillo ya que está lejos Coogee. Nos sirve para ver otras partes de Sydney más residenciales.
Una vez en Coogee, buscamos el sendero, que empieza en el lado izquierdo mirando al mar de la playa. El día está nublado pero sin lluvia aún. La temperatura excelente. Y empezamos la ruta de 6 km aproximadamente. Invertimos en ella un par de horas con todas las paradas para hacer fotos. Nos gustó mucho. Además el día nublado, con llovizna desde la mitad del trayecto lo hizo más bonito aún para mi gusto. Totalmente recomendable.
Inicio del sendero, con la playa de Coogee al fondo. Cacatúas. Bahía de Gordon. Vistas desde el sendero. El sendero. Covelly y su miniplaya. Cementerio Waverly.
Playa Nelson desde dos puntos de vista y con los Ibis como acompañantes. Precioso camino. Punto Mackenzies. Piscina de Bondi. Bondi el destino final.
Justo al llegar a Bondi, cayó un trueno como un castillo y empezó a caer una tromba de agua que nos empapó y eso que solo nos quedarían unos 200 metros hasta el resguardo de los edificios y llevabamos paraguas.
Tras dejar que pasara lo peor nos pusimos a buscar un sitio para comer y al final nos quedamos con el Bavarian Bier Cafe www.bavarianbiercafe.com/ ...nue/bondi/ Nos gustó mucho. La cerveza cara como siempre, pero tenían un plato que era "hazte la ensalada que te dé la gana" que consistía en un papel hacer stick en los ingredientes que querías entre decenas de ellos y te lo echaban en la ensalada. Por 15 AUD. El dueño o encargado no era alemán, sino checo y hablaba algo de español. Muy agradable.
Tras la comida cogimos el autobús 333 que nos devolvería media hora después al centro. El resto de la tarde sin mucha historia. Ducha y a la calle a disfrutar de nuestra última noche en Sydney, ciudad que nos ha gustado mucho.