Si existe alguna ciudad donde puedas disfrutar de días tan contrastados y completos, esa tiene que ser Tokyo, y hemos vuelto a planificar una jornada con un poco de todo (cosa no muy difícil, todo sea dicho). El día vuelve a amanecer nublado, como la mayoría de días que estamos teniendo en Tokyo, y nos amenaza lluvia para los próximos días. Empezamos a pensar en algún posible cambio en el itinerario para que la lluvia no nos afecte en las excursiones a Kamakura y Nikko, pero bueno, ya veremos, porque el tiempo es bastante cambiante y hasta última hora no queremos decidirlo.
Ese día desayunamos unos bollitos que habíamos comprado el día de antes en algún Seven Eleven (O Lawson, o Family Mart...). El caso es que eran como unos briox con trocitos de chocolate y tenían muy buena pinta. MEC! ERROR! Al primer bocado ya me di cuenta de que algo no iba bien. Efectivamente, no era chocolate, eran PASAS. Ya os podéis imaginar cuán tremenda decepción. Un desayuno frustrado de esta forma tan cruel...En fin, menos mal que me quedaban los de crema para el día siguiente...JA!)
MEIJI JINGU
Salimos del hotel en dirección al santuario sintoista Meiji Jingu, el cual se encuentra 'escondido' dentro de un enorme bosque, al lado del parque Yoyogi. Para llegar hasta él dimos otra vuelta del carajo, porque salimos del metro y enfilamos dirección contraria a la que tocaba, hasta que nos dimos cuenta de que por ahí no se veía ninguna entrada al parque ni se la esperaba. Pusimos el GPS (sí, tenemos GPS pero nos da palo enchufarlo enseguida, luego ya aprendimos...) y nos dimos cuenta de que efectivamente íbamos en dirección contraria, así que nada, a deshacer camino, y de paso a comprar algo de beber en una de las múltiples máquinas de bebida.
Ahora sí, encontramos una de las entradas al santuario, presidida por un torii de madera bastante grande, que nos indica que vamos a adentrarnos ya en lugar sagrado. Empezamos a andar entre un bosque bastante oscuro y espeso y probablemente también lleno de mosquitos. Hasta llegar al santuario tuvimos que andar unos quince minutos más o menos, a paso tranquilo. Cuánto más nos acercábamos al santuario más turistas de múltiples nacionalidades nos encontrábamos. Está claro que como mínimo este es uno de los santuarios más populares de Tokyo. Está dedicado al emperador Meiji y a su esposa Shoken, que fueron los primeros emperadores 'modernos' de Japón. Fue durante el período Meiji cuando Japón se modernizó y se puso a la altura de las grandes potencias mundiales. Por lo tanto, podemos decir que se trata de un santuario bastante reciente en el tiempo. De hecho su construcción terminó en el año 1920. El santuario fue destruido practicamente por completo durante la Segunda Guerra Mundial y vuelto a reconstruir posteriormente.
La verdad es que el sitio, a pesar del bullicio, es bastante tranquilito. Tuvimos la suerte de presenciar parte de una boda tradicional, que por lo visto no parece ser una cosa demasiado difícil de ver en este santuario. El santuario estaba en obras y había bastantes zonas enlonadas. Esto es una tónica habitual en los viajes, pero también se agredece ver las cosas en condiciones y para ello es necesario que las reformen de vez en cuando, y en estas fechas es lógico que pase con más frecuencia debido a los próximos JJOO.
MEIJI JINGU
Horario: todos los días de 5 a 18 (o hasta que anochece)
Precio: gratis
Acceso: Desde la estación de Harajuku se llega a través de la JR Yamanote y desde la estación de metro Meiji-jingu-mae con la línea Chiyoda o Fukutoshin de Tokyo Metro.
Seguimos paseando por los bosques del santuario y damos con el jardín. Decidimos entrar a verlo, pagando la entrada correspondiente. Me pareció bastante caro para lo que era teniendo en cuenta que no es época de florecimiento, porque hay que decir que este jardín es famoso por sus lirios, pero en agosto no tenía nada especial. Ojo con los mosquitos, que son muy puñeteros. Al final aprendimos por las malas a acordarnos del repelente antimosquitos que nos habíamos comprado para el viaje. Dentro del jardín destaca una casa de té muy bonita. También encontramos un estanque con nenúfares y enormes carpas, y el 'famoso' jardín de lirios, que en agosto no tiene nada que ofrecer.
Salimos de los jardines y continuamos paseando por los caminos del santuario hasta que llegamos a la colección de barriles de sake. Estos barriles son donados al templo por particulares o empresas y forman una colorida estampa que todo el mundo quiere fotografiar.
Jardines Meiji-Jingu
Horario: todos los días de 9 a 16.30 (a 16 de noviembre a febrero). A mediados de junio se alarga la hora de cierre porque es la época de floración.
Precio: ¥500
HARAJUKU
Finalmente cruzamos un último torii para salir de los caminos del santuario. En este punto nos encontramos muy cerca de la entrada de la famosa calle Takeshita y la zona es un hervidero de gente. Empezamos a ver varias tiendas de marcas conocidas y el colorido arco que da la bienvenida a la calle Takeshita, en la cual parece no caber ni un alfiler. Pero allá vamos, nos armamos de valor y vamos descendiendo la calle, no sin pararnos a cada pocos pasos. En la calle Takeshita hay multitud de tiendas de todo tipo, sobretodo de ropa y accesorios. También veréis muchas tiendas donde hacen crepes, y todas tenían unas colas enormes. Además no habíamos comido, así que no era aún el momento de probar las famosas crepes. También entramos al Daiso. En este Daiso tienen más recuerdos que en otros a los que también entramos y por eso recomendamos aprovechar en este por si queremos coger cosas. Todo es muy barato y estaba a reventar. Nos fuimos de allí con una bolsa de cosas (abanicos, imanes de nevera, te...). Poco a poco (porque no podías ir más rápido con el gentío) fuimos bajando la calle hasta el final.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cat Café!!
Decidimos buscar algún sitio para comer, así que fuimos andando a ver qué veíamos. Como siempre, hay tanta oferta que no nos decidimos y vemos un cartel anunciando un bar y no nos lo pensamos más. Aquí mismo. Estaba en una segunda planta de un edificio y era muy pequeñito pero acogedor. La comida era una mezcla: había platos japoneses y otros de estilo más europeo. Allí probamos el Omuraisu, que es un plato que básicamente se compone de tortilla (omelette) y arroz (rice), de ahí el nombre del plato. También lleva champiñones, cebolla, etc. Vamos, una tortilla rellena de arroz a la cual se le echa una salsa que lleva bastante ketchup. Suena muy básico y quizás incluso no demasiado apetecible, pero una vez probamos a hacerlo en casa y no está nada mal; sabe mejor de lo que suena. Este plato es bastante popular por lo que podréis verlo anunciado en muchos locales. Os dejo una imagen de internet, porque no le hicimos foto al plato.
Después de comer nos dirijimos hacia la calle Omotesando, que es una enorme avenida, que tiene muchísimas tiendas grandes, de marca, etc. Queríamos ir al Oriental Bazar, porque habíamos leído en el foro que tienen muchos recuerdos a muy bien precio. Tienen muchísimas cosas y vale la pena. No encontramos ninguna tienda parecida en ninguna otra ciudad de Japón y los precios bastante buenos. Sobre todo si buscáis las típicas muñecas japonesas de madera (muñecas kokeshi), tienen mucha variedad, pero también de otras muchas cosas. Menos mal que ese día compramos muchos recuerdos, porque si no los hubiésemos cogido nos hubiésemos arrepentido. Foto cogida de internet también, para que veais como es por fuera. Tampoco caímos en hacerle foto...
En Harajuku está el Kawaii Monster Café, una frikada de sitio al que me hubiese gustado ir, no porque el sitio vaya a ser la crême de la crême (que no lo sé, ojo, pero la comida es de colores y parece play-doh), sino porque tiene que ser un sitio la mar de bizarro. Si buscáis fotos por internet veréis a lo que me refiero. Es un bar o cafetería con una ambientación muy peculiar. Seguro que los hay mejores en Tokyo, pero este es raro raro. De hecho vi algunas cafeterías temáticas de Alicia en el País de las Maravillas y me parecían más chulas, pero este estaba cerca de donde estábamos (aunque no fuimos).
SHINJUKU
Después de dar rienda suelta a la vena consumista, pensamos en un plan más tranquilo para descansar de la muchedumbre y decidimos acercarnos a los jardines de Shinjuku (Shinjuku Gyoen). Llegamos y no nos podíamos entretener mucho, porque cierran muy pronto (a las 5 de la tarde creo recordar), así que pagamos la entrada y empezamos a caminar. Nos encontramos con un bonito estanque, el cual cruza un puente. El ambiente muchísimo más tranquilo; ideal para descansar en un banco a la sombra (aunque el bochornazo siempre presente). Este es sólo uno de los jardines que ofrece el parque y es de estilo japonés, aunque tiene otro de estilo francés y un tercero de estilo inglés. Sólo pudimos disfrutar bien del primero porque íbamos con la hora justa. Pero aquello es enorme, me lo había imaginado mucho más pequeño. Tiene diversas entradas y salidas, así que imaginad. En él disfrutan adultos y niños, famílias...turistas y locales. Y también hay unos cuervos enormes y por lo visto no demasiado amigables. Realmente es un sitio para visitar tranquilamente y pasear, pero si sólo tienes un rato, también merece la pena pagar la entrada, porque es muy bonito, sobre todo si vienes en otoño con el cambio de hojas de los árboles.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Si queréis ver una recreación fidedigna de los jardines en anime os recomendamos una película de corta duración (40') llamada El Jardín de las Palabras. Es igualito, no sólo el jardín, también los alrededores, el skyline, etc. Os dejamos una foto del anime:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
SHINJUKU GYOEN
Horario: de 9 a 16.30. Cerrado los lunes, el 29 de diciembre y el 3 de enero. No cierra ningún día durante la época de floración de los cerezos.
Precio: ¥200
Acceso: el jardín tiene tres entradas. Pero básicamente se puede llegar desde la estación de Shinjuku de JR , donde se puede llegar a través de la JR Yamanote, entre otras, o desde la estación de Shinjukugyoenmae, a la que se llega con la línea Marunouchi de Tokyo Metro.
Salimos por la otra punta del parque y pensamos en ir en metro hasta la estación de Shinjuku, para dar una vuelta al atardecer. La estación es enorme y otra vez te ves envuelto por mares de gente. Allí buscamos la oficina para cambiar nuestros Japan Rail pass antes de salir al exterior a disfrutar un poco del barrio.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Shinjuku, junto a Shibuya, es otra de las zonas más recomendables de visitar al atardecer, por los juegos de luces que nos ofrecen los grandes edificios de todo tipo: restaurantes, karaokes, 'locales para adultos', centros comerciales (por ejemplo los famosos Bic Camera y Yodobashi). Andamos un poco sin rumbo fijo y echábamos fotos a aquello que nos llamaba la atención. Pasamos por el restaurante de los robots, entre otros y acabamos en el Golden Gai, que es una callejuela muy estrecha con bares pequeñísimos a cada paso, aunque a esas horas no había mucho ambiente todavía...yo creo que era un poco pronto aún. Realmente vimos muy poco de la zona y no la pudimos disfrutar demasiado porque ya estábamos un poco cansadas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estuvimos paseando hasta el anochecer hasta que el cuerpo aguantó, nos compramos algo de cenar y nos fuimos al hotel, a descansar.
Os dejo un par de sitios que tenía apuntados para cenar:
Himawari Zushi Shintoshin: es un restaurante de sushi, de cinta giratoria y por lo que leí en internet, está bien de precio y la calidad es muy aceptable. Tengo apuntado que el horario de apertura es de 12 del mediodía a 22 de la noche. Suele haber mucha cola.
Menya Musashi: este es de ramen y tiene pintaza. Este es de los que pides a través de la máquina y te sale el ticket que entregas al personal de la barra. Puede haber bastante cola, pero va rápido.
COSAS QUE NOS QUEDARON PENDIENTES!
- Pasear por el parque Yoyogi: es uno de los parques municipales más grandes de Tokyo. Tiene amplias extensiones de césped, lagunas y áreas forestales. Se vuelve una visita prácticamente obligada si vais en la época del hanami y algo menos en otoño, aunque también interesante por el cambio de color en las hojas.
YOYOGI
Acceso: El parque Yoyogi se encuentra a cinco minutos de la estación de Harajuku, donde se puede llegar fácilmente con la línea JR Yamanote. También podéis bajar en metro en la estación Meiji-jingu-mae, llegando con las líneas Chiyoda y Fukutoshin de Tokyo Metro.
- Subir al Tochomae: se trata del edificio del gobierno metropolitano de Tokyo, donde hay dos observatorios (uno en la torre norte y otro en la torre sur) que además son gratuitos. Los observatorios están situados a 202 metros de altura, por lo tanto, las preciosas vistas están más que aseguradas. Si hay buena visibilidad se puede llegar a ver hasta al Monte Fuji. Esta visita la teníamos muy clara a priori, lo que pasa es que nos enredamos en los jardines de Shinjuku, y salimos por la otra punta. Estábamos bastante cansadas y encima teníamos que ir a cambiar nuestro JR Pass y no queríamos ir pilladas de hora. Luego ya nos quedamos dando una vuelta por Shinjuku y dejamos estar lo del mirador. Decidimos que aunque fuera pagando, ya subiríamos a la Tokyo Skytree que la teníamos cerca del hotel. Es una visita súper recomendable, así que a poco que podáis no os lo perdáis.
TOCHOMAE
Horario: el observatorio de la torre norte abre de 9.30 a 23 y el de la torre sur de 9.30 a 17.30, aunque abren hasta las 23 si el otro observatorio está cerrado. Cierran ambos observatorios del 29 de diciembre al 3 de enero (aunque el 1 sí abren).
Precio: gratis
Acceso: Os podéis bajar en la estación Tocho-mae, a la que podéis llegar con la línea Oedo de Toei Metro. Pero se puede llegar andando desde la estación de Shinjuku en 10 minutos.
- Pasear más y mejor por Shinjuku: Ciertamente nos faltó tiempo. Nos faltó mucho tiempo en Tokyo y en Japón en general...además somos de ver las cosas muy tranquilamente...pero me hubiera gustado dedicar más tiempo a Shinjuku y también a Shibuya, aunque eso está en otra etapa. Hubiera estado bien dar un buen paseo por el Kabukicho, el barrio rojo de Tokyo. Aquí hay muchísimos bares, pubs, clubs nocturnos, pachinkos, etc. No vimos la calle Omoide Yokocho, que es la calle de los yakitoris (Piss Alley), todavía mucho más estrecha que Golden Gai. Esta calle está muy cerca de la estación, paralela a la vía. Aunque la fama de esta calle la tienen las brochetas (yakitori) también sirven ramen, gyoza, soba y otros. Aquí también los restaurantes son muy pequeños...algunos con un par de mesas y ya. Suerte que allí comen muy rápido y tal como terminan se van. Como para hacer mucha sobremesa...(de hecho está muy mal visto).