Templos del este de Kioto. Higashiyama (23/01/2017) ✏️ Diarios de Viajes de JaponAmanecemos por primera vez en Kioto, hoy nuestro planning es muy top, y es por ello que a las 8 ya estamos saliendo del hotel hacia la estación de Kioto. Después de comprarnos el desayuno, nos dirigimos hacia la entrada principal de la estación...Diario: Japón en Invierno. Enero 2017⭐ Puntos: 4.8 (21 Votos) Etapas: 17 Localización: JaponAmanecemos por primera vez en Kioto, hoy nuestro planning es muy top, y es por ello que a las 8 ya estamos saliendo del hotel hacia la estación de Kioto. Después de comprarnos el desayuno, nos dirigimos hacia la entrada principal de la estación, ya que enfrente se cogen los autobuses, y además encontraréis el punto de información y venta de pases, aunque se pueden comprar también en unas máquinas. Hoy vamos a movernos durante todo el día por el este de Kioto, Higashiyama, por lo que cogemos un pase diario ilimitado que nos cuesta 500 yenes y que se amortiza con 3 buses. Para visitar esta zona, hemos decidido empezar desde el más alejado, el Ginkakuji o templo plateado, que se encuentra más al norte e ir bajando, hasta acabar en el templo Kiyomizudera, que cierra a las 18:00, mientras que el plateado cierra a las 16:30, por lo que sería demasiado apurado hacerlo al revés. Somos conscientes de que, pese a ser temporada baja, habrá mucha gente en los templos, a tenor de lo que hemos visto ayer en el Nishiki Market, por lo que cogemos el bus lo antes posible, para al menos, intentar evitar la aglomeración en el Ginkakuji. Llegamos un poquito antes de las 9, que es la hora de apertura en invierno, y mientras esperamos, constatamos que el invierno de Kioto es más frío que el de Tokio con creces, y por primera vez desde que llegamos, el cielo está totalmente encapotado. Abren las taquillas y abonamos los 500 yenes por persona correspondientes. A este templo al parecer se le llama plateado, a pesar de no estar cubierto de plata, desde que se construyó el templo dorado en contraposición a éste, y porque de noche la luz de la luna sobre el exterior oscuro del templo da un reflejo plateado. Nos encontramos casi solos en el recinto, sólo nos acompañan otra pareja y un par de personas más. En cuanto entras, te encuentras de bruces con el templo, y el precioso jardín de arena perfectamente rastrillado que tiene al lado, el edificio en si nos parece austero pero con una belleza sobria que te transporta a otra época. Además del edificio y el jardín de arena, tiene un recinto bastante grande que está tan perfectamente cuidado que casi parece irreal. Cuando entramos aun había trabajadores que limpiaban el musgo con un cepillo pequeño, así que os podéis imaginar cómo está de impecable. Sumamos a la experiencia el silencio sólo roto por nuestras pisadas y los cantos de los pájaros, y ya tenemos la visita redonda. Salimos del templo muy contentos, y sabiendo que ya tenemos el listón muy alto para el resto del día. Si vais en primavera, en esta zona también tenéis una visita imprescindible, el paseo del filósofo, que es un camino de piedra al lado de un riachuelo y lleno cerezos. Al ser invierno, este paseo pierde casi todo su encanto, por eso nosotros lo hemos descartado. Caminamos hasta encontrar una parada de bus para ir a nuestra siguiente visita, el santuario Heian. La entrada a la parte principal de este santuario sintoísta es gratuita, pero tiene unos jardines a los que podréis acceder abonando 600 yenes, además son en los que Scarlett Johansson salta de piedra en piedra en la película Lost in Translation. Nosotros no entramos, ya que tenemos el día bastante completo, pero es un punto recomendado para ver el hanami en primavera. Cuando llegamos al santuario, vemos a un grupo de chavales con su profesor, que se acercan a nosotros, y después de unas cuantas risas nerviosas, nos piden que nos hagamos una foto con ellos, haciendo una postura de One Piece, que nos enseñan previamente en unos papeles, el profesor nos hace la foto y luego se marchan dándonos las gracias uno por uno y haciendo reverencias, qué majos, luego me arrepentiría mucho de no haberle dado el móvil para tener la foto nosotros también. Los edificios forman un cuadrado enorme, y por detrás es donde se encuentra el jardín, el conjunto se completa con un enorme Torii Rojo, por el que aún no hemos pasado, ya que entramos por un lado, pero ahora cruzaremos siguiendo nuestro camino hacia el sur. Ahora decidimos no coger el bus ya que la distancia que nos separa del siguiente punto es corta, en apenas 15 minutos nos encontramos en el templo Chionin. Este templo es gratuito, y además famoso porque sus escalones salen en la película “El último samurái” protagonizada por Tom Cruise. Cuando fuimos nosotros tenía un edificio tapado, pero aun así cuenta con partes que merecen la pena, como una pagoda pequeñita blanca y roja que nos pareció particularmente bonita. Lo bueno de que estuviese en obras es que apenas había gente y lo que había pudimos disfrutarlo casi en soledad. Después de salir del templo, nos dirigimos hacia el este para ir hacia el barrio de Gion. En Gion, encontraremos el santuario Yakasa, que es gratuito, y es un santuario muy importante tanto por su vinculación con las geishas y maikos, como durante el Gion Matsuri, uno de los festivales más conocidos de Japón. Aquí vimos una tremenda afluencia de turistas, aunque era de esperar por supuesto. Al salir del santuario, decidimos dar una vuelta por la calle Shijo, que es justo la que termina en este santuario, esta calle es muy comercial y muy característica por los farolillos que cuelgan a ambos lados. Nuestros pies empezaban a adolecer de una forma considerable y nos habíamos alejado un poco del templo, así que decidimos coger un bus ya que teníamos el bono, que nos acercase lo más posible al Kiyomizudera, para comer por la zona. Comenzamos a subir por la calle que lleva hasta el templo, y ya nos paramos en el primer sitio que vimos, no sabíamos si iba a ser muy buena idea, un sitio tan cercano al templo, pero necesitábamos entrar en calor y descanso para nuestros pies. A pesar de que por fuera parecía un sitio bastante moderno, por dentro era antiguo y lo llevaba un señor solo. Mi novio pidió un plato de curry y yo uno que llevaba un poco de pollo, arroz, tortilla francesa y una sopa de miso y ambos bebimos agua. La verdad es que estaba todo súper rico, la sopa me sentó maravillosamente y fue de las mejores que probé, rivalizando por el primer puesto con la de Kamakura. Pagamos 1580 yenes y con las pilas cargadas, nos fuimos a por el plato fuerte que nos quedaba. Cuando empezamos a subir las callejuelas, ya vimos más turistas y tiendas de souvenirs que en el resto de Japón junto, eso sí, a mí me encantó igual, de hecho aquí compramos bastantes cosillas, y pese a ser todo muy turístico, las callejuelas y las casitas son preciosas. En esta calle, la principal que sube al centro, encontraréis una tienda Ghibli muy mona, justo a la derecha en una bifurcación. Continuamos subiendo hasta llegar al templo Kiyomizudera, uno de los más famosos de Japón, y que es especialmente espectacular en primavera y otoño, época en la que unos días determinados abre hasta la noche y tiene iluminación especial. La entrada cuesta 400 yenes. La imagen más famosa de este templo, es el famoso balcón de madera, desgraciadamente, si vais a visitar Japón próximamente, se encuentra tapado por reformas hasta Marzo de 2020, nosotros lo pillamos por poco, ya que más o menos los 10 días lo taparon. Cuando estuvimos ya había zonas en obras, pero al menos pudimos verlo. Además tenéis en el recinto por ejemplo las piedras del amor, están separadas por 6 metros y si se es capaz de ir de una a otra con los ojos tapados significa que pronto encontraras el amor, también tres chorros de agua uno para la salud, otro para la vida larga y otro para el éxito en los estudios o el amor, aunque beber de los 3 se considera negativo y una pagoda preciosa de 5 pisos. Aquí os dejo un completísimo post de Japonismo en que os cuentan absolutamente todo lo que hay que ver en este templo, y que desgraciadamente yo no leí y por ello nos perdimos cosas. https://japonismo.com/blog/viajar-kioto-templo-kiyomizudera A mí me dejó extasiada, después de haber visto otros templos durante el día, este fue un broche perfecto, y para más inri, justo viendo el balcón principal, empezó a nevar, dándonos una imagen absolutamente increíble. Salimos en una nube del templo, para dirigirnos a dos de las calles más famosas de Higashiyama, Ninnen-zaka y Sannen-zaka, en las que dicen que si tropiezas tendrás respectivamente 2 y 3 años de mala suerte, afortunadamente, fuimos muy cuidadosos A pesar de la nieve, yo llevaba entre ceja y ceja probar un helado de matcha, lo habíamos ido probando en pequeñas cantidades hasta ese momento y había que coronarse, aunque os aconsejo que lo pidáis de dos sabores, ya que así se suaviza un poco, aquí podéis verme en un momento de pura felicidad, un día perfecto. Seguimos callejeando, y perdiéndonos por Higashiyama, mi amor por Kioto no hacía más que crecer, aunque el tiempo no nos mostraba su cara más amable. No sé cómo, medio escondida en una galería, encontramos otra tienda Ghibli, más bonita si cabe que la anterior… Por esta zona pasaréis al lado del Yasaka Koshindo, que seguro os llamará la atención por su colorido, y también podréis ver la pagoda Yasaka, una imagen muy típica de Higashiyama. Además, en esta y en muchas zonas de Kioto veréis estas figuritas en las casas, se llaman Tanukis y son criaturas del folclore japonés que trae la prosperidad y buena fortuna. Se caracterizan por llevar una botella de sake, un libro de cuentas y un escroto enorme jeje. Son bastante típicos como souvenir además. Abandonamos Higashiyama para dirigirnos al corazón de Gion, aprovechando que aún queda un poco de día, a ver si podemos sacar alguna foto decente. Pero, en las calles más conocidas de Gion, nos llevamos un pequeño chasco ya que vemos montones y montones de gente, aunque en la foto no lo parezca, nos extraña que vaya a pasar una geisha por la zona, y si lo hace, tampoco vamos a poder fotografiarla bien, así decidimos ir hacia la zona que estuvimos el día anterior a ver si hay más suerte, aunque cuando llegamos ya ha empezado a oscurecer, volvemos a comprobar que estamos casi solos, a excepción de un par de parejas con las que nos cruzamos. Me siento una paparazzi cuando de repente, veo paparazzi de verdad jeje, 3 tíos con cámaras profesionales, esperando a la puerta de una casa, a lo mejor saben algo así que allí nos quedamos. Efectivamente, al poco tiempo de estar allí salieron 3 maikos, me dio un poco de pena porque los fotógrafos no se cortaban nada en darles con el flash en la cara. Yo al poco rato decidí dejar la cámara y disfrutar el momento, todas las fotos salían borrosas y oscuras y encima me lo estaba perdiendo… Vimos muchísimo movimiento, sobre todo de maikos, pero también una geisha saliendo de un coche. Al final fue un acierto venir a esta zona, porque a pesar de los fotógrafos, solo estábamos nosotros y de vez en cuando algún turista despistado. Sólo puedo ofreceros esta foto sacada con el móvil, ya que las que tengo en la cámara salen muy movidas. Un buen rato después, estábamos derrotados entre el frío y el cansancio, solo eran las 19 de la tarde, pero después de un día tan intenso, decidimos que era el momento de irse para el hotel, eso sí como antes teníamos que cruzar el río Kamo, pasamos por Pontocho para ver el ambiente, pero estaba todo muy tranquilo, así que sin nada que nos retuviese, nos fuimos a la parada de bus. Vimos que todos los buses seguían hasta la estación para luego coger distintos caminos, o al menos eso nos pareció, así que sin contemplaciones nos metimos en el primero que llegó. Resulta que a los 100 metros gira en un cruce y dijimos va, vamos a bajarnos no vaya a ser que nos lleve al quinto pinto, pero le enseñamos el pase al conductor, y nos dice que no vale, nos hace el gesto de la cruz con los dedos, que si os lo hace un japonés es que no rotundo, y nada, tenemos que pagar por apenas 300 metros… A día de hoy, no tengo ni idea de que pasó, ya que la tarjeta pone claramente ilimitado, pero ahí queda la anécdota… Total, que a pesar del cansancio, decidimos seguir andando hasta que pase un bus, y lo cierto es que al final llegamos andando jeje, con la suerte de ver de casualidad la oficina de Yamato a la que tendríamos que llevar las maletas el último día. Cogemos algo de cena en el 7 eleven y nos lo comemos felices en el hotel, sabiendo que va ser difícil superar un día como el de hoy. Índice del Diario: Japón en Invierno. Enero 2017
01: Introducción y preparativos
02: Llegada a Tokio y primer paseo por Shinjuku (15 y 16/01/2017)
03: Tsukiji, Ginza, Odaiba y primer contacto con Shibuya (17/01/2017)
04: Asakusa, Ueno y Akihabara (18/01/2017)
05: Yanaka, Ikebukuro y Shinjuku (19/01/2017)
06: Kamakura y Yokohama (20/01/2017)
07: Yoyogi, Harajuku y Shibuya (21/01/2017)
08: Tren bala a Kioto. Nishiki Market y Gion (22/01/2017)
09: Templos del este de Kioto. Higashiyama (23/01/2017)
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