Nuestro trayecto con Vueling fue sin contratiempos salió a su hora y a las 12:05 estábamos en Palermo. El tren no era opción pues estaban de obras así que cogimos el bus, que sale cada ½ hora y vale 6 €/trayecto, tarda 40’ en llegar a la última parada: estación central que era la que se encontraba más cerca de nuestro hotel que estaba en la Via Maqueda, arteria principal del centro palermitano.
La primera impresión al entrar en el edificio fue bastante desoladora pues el patio y después la escalera estaba realmente deteriorada pero Palermo es así, la decadencia se palpa por donde mires pero luego el interior está tan cómodo y habitable como podía ser cualquier ciudad europea. Después de subir dos plantas, entramos al piso en el que Massimo nos atendió con cordialidad y nos atendió en todas nuestras dudas, entre otras cosas le pregunté por la seguridad en general y nos dijo que en absoluto tuviéramos ningún temor de ir por cualquier calle de la ciudad, y la verdad es que ni en Palermo ni en toda Sicilia sentimos inseguridad.
Iglesia de San Cataldo y La Martorana.
Comimos en el mercado de Ballaró (ver resumen Generalidades II), y de ahí a ver la iglesia del Gesú, bajar hacia Via Maqueda por Quatro Cantí, entrar en la Chiesa Capitolare de San Cataldo (emblema de la ciudad) y la Martorana en ambas se paga entre 1 y 3 €, pues al entrar en una te hacen descuento en la otra y en muchos lugares más como los oratorios, así que llevarlas siempre con vosotros mientras estéis en Palermo.
Mercado Ballaró
Estampa típica en los alrededores del mercado Ballaró que nos pueden resultar un poco fuera de tiempo, pero es así
El centro de la ciudad "Quatro canti" una bonita esquina desde donde parten la arterias principales de la ciudad antigua
Si le dais la vuelta al palacio Pretorio que es el ayuntamiento, se encuentra la fuente Pretoria también conocida allí por de la vergogna por los desnudos de las estatuas y en doble sentido porque está delante del ayuntamiento que representa el centro del poder político de la ciudad. Por la misma plaza podéis entrar al Ayuntamiento en lo que fue un antiguo palacio que está abierto al público y donde se pueden ver todas las dependencias, hasta el despacho del alcalde, además hay una buena panorámica de la plaza Pretoria. Acabamos la tarde frente el mar, y pensando en cenar fuimos a recomendado el Ferro di Cavallo pero había una hora de cola y cenamos en una pizzería de la via Maqueda, muy buenas por cierto.
Consejo: existe una pequeño bus que recorre el centro de Palermo durante todo el día y que es gratuito, lo veréis con el letrero Free bus y hace este itinerario.
Fuente Pretoria vista desde una de las ventanas del ayuntamiento
Plano con el recorrido del autobús gratuito que recorre el centro
El antica focaceria de San Francesco, situada en la misma plaza por donde se accede al oratorio de San Lorenzo (muy recomendable, sobre todo si os lo explican), se dice que fue la primera que se negó a pagar el pizzo .