Por la mañana fuimos a ver otra de las visitas obligadas de Siracusa: el parque arqueológico de Neápolis que se encuentra a 10’ en coche de Ortigia. En la calle de delante hay aparcamiento que pagas 2€ (un señor te dice que vale eso y tu te lo crees y ya está) y aunque ves indicaciones de caja para comprar el ticket al final del recinto donde están las tiendas de souvenirs podéis comprarla en la misma entrada del parque, cuesta 10 €/persona. Aquí está el teatro griego más grande de todos los que vimos (a mí me lo pareció), está excavado enteramente en la roca aprovechando el desnivel de la montaña, en la parte más alta del anfiteatro también excavado en una pared como una cueva, existe un pequeño estanque alimentado por un surtidor de agua que al parecer era el final de un acueducto que ya construyeran los griegos y modificado por los romanos.
Teatro griego de Siracusa
Conviene empezar la visita al parque por el teatro y desde la parte alta de este bordear hacia el este para llegar al otro punto de interés: la latomía del Paradiso llamada así a las canteras de donde extraían la piedra para construir. Se han identificado hasta 12 latomías en todo el cinturón de Siracusa pero esta es la más grande y espectacular. Hay que bajar hasta el fondo de la cantera por unas anchas escaleras para encontrarte como un oasis pues el tiempo a provocado unas condiciones para que crezca un vergel de árboles que en verano bien que se agradece. Enseguida llegareis a la entrada de una cavidad enorme llamada la Oreja de Dionisio por la similitud al conducto auditivo.
Conjunto de la latomia del Paradiso, visto desde arriba
Orecchio de Dionisio en la latomia del Paradiso de Siracusa
A la salida o a la entrada (según se quiera) detrás de la taquilla están los restos de un anfiteatro romano, aunque muy deteriorado aun se pueden ver las entradas al foso y parte de las gradas. Sólo se puede ver desde fuera.
Un poco más adelante y ya fuera del complejo (y no hace falta pagar) vimos la pequeña iglesia prerrománica de San Nicolo dei Cordari. Todo el conjunto se puede ver en menos de 2 hrs.
Aunque dudamos en salir hacia Catania para que nos diera más tiempo para verla, al final decidimos por ver las catacumbas de San Giovanni y la verdad es que nos sorprendió gratamente. Su fresquito, kilométrico y laberíntico subterráneo es impresionante y más grandes que las de Roma, en ella se explica una parte importante de la historia de los Siracusanos del periodo antiguo. Sólo se puede ver con guía 5€/persona, tuvimos que esperar hasta las 13 hrs. para entrar.
Catacumbas de Siracusa (no se pueden hacer fotos, es de una postal).
A la salida se ve la basílica de San Giovanni Evangelista en ruinas a causa de un terremoto, y que fue fundada encima de la cripta de San Marciano que se accede desde la misma basílica y de la que dice según la tradición predicó San Pablo.
Cripta de San Marciano donde según la tradición predicó San Pablo
Después de comer en una tavola calda cercano nos dirigimos a Catania.
A Catanía sólo le dedicamos esa tarde y aprovechando que estábamos en un B&B tan céntrico pues sólo nos separaba dos calles de la plaza del elefante, lo vimos esa tarde/noche después de descansar. Plaza del Duomo, recorrimos las calle Etnea hasta el anfiteatro romano, y el volcán al fondo que impresiona. Catania nos pareció más cuidada y limpia que Palermo y a pesar de leer comentarios negativos sobre ella creo que se merece al menos un día. Nosotros sólo pudimos callejear ya que el día siguiente estaba reservado para al Etna.
Via Etnea en Catania, al fondo el volcán Etna con la fumarola
Plaza del elefante con la catedral de Catania al fondo