Kalaw - Pindaya - Trekking Inle ✏️ Diarios de Viajes de Myanmar

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Llegamos un poco desorientados en mitad de la noche a Kalaw. Teníamos reservado el hotel Sabai Inn, nada del otro mundo la verdad, además no tenía aire acondicionado y realmente calor no hace allí pero los mosquitos ya se sabe... Aún así creo que la zona en sí no ofrece grandes alojamientos.
Nos despertamos sobre las 8, pedimos que nos buscaran un taxi para ir a Pindaya (40.000ks taxi, entradas 8.000ks por persona) y dejamos organizado el trekking para el día siguiente.

La visita a Pindaya nos gustó mucho y es una buena forma de pasar el día previo al trekking. Es una excursión tranquila en la que no se van más de 2-3 horas. El trayecto en coche no llega a la hora. Se trata de unas cuevas que en su interior albergan más de 8.000 budas, me gustó más de lo que esperaba. Después el taxista nos llevó a comer a Green Tea Restaurant, buena comida y buenas vistas.
También paramos en un monasterio de Tekka interesante.

Al día siguiente teníamos que estar a las 8.00 en la agencia de Sam Family. Allí organizaron los grupos, pusimos las etiquetas a las maletas... y después de una breve charla por el mismo Sam salimos en coche hacia el punto de inicio. Hicimos 2 días y 1 noche, para nosotros suficiente para hacernos una idea de la vida local y ver los paisajes. Nos costó 35.000ks por persona (guías, 2 comidas, 1 cena y un desayuno, sin incluir bebida). Dudamos bastante en si hacer el trekking porque había estado lloviendo y parecía que iba a seguir haciéndolo, aún así decidimos hacerlo y la verdad que el camino estaba bastante embarrado pero la experiencia fue única, los guías eran 2 chicos muy jóvenes que nos hicieron pasarlo genial a pesar de la lluvia y nos ayudaron todo lo que pudieron, porque al final hasta ellos acababan resbalando, pero vaya risas nos echamos. Después de los sufridos 16km llegamos a la aldea en la que nos quedábamos, la familia no habla inglés pero la mujer nos ayudó a llenar los cubos de agua de un pozo que tienen preparado para ducharnos (tenían montado en el mismo patio un habitáculo para ello), los chicos nos prepararon una cena muy rica y caímos rendidos en las "camas" que habían preparado (unas mantas en el suelo de bambu en una habitación para todos los integrantes del grupo). A pesar de no ser el tipo de cama al que estamos acostumbrados conseguimos pasar la noche bastante mejor de lo esperado.
Durante el trekking pasas por alguna aldea, ves a la gente trabajando en el campo, los niños en el colegio...
Para mi sería una experiencia que recomiendo, te das cuenta de lo poco que se necesita para ser feliz.

Pindaya:


Trekking:





nuestra casa:

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