A las 8:30 estábamos en la recepción del hotel, haciendo conjeturas sobre el asiento que nos tocaría en el microbús.
Con algo de retraso pasan a recogernos, y tras dar alguna que otra vuelta por la ciudad, emprendemos viaje hacia el destino.
El paisaje es idílico. Lagos, montañas nevadas, bosques, flora, valles, cascadas y, una carretara serpenteante, la superfamosa ruta 40, en bastante buen estado.
El primer lago es Gutiérrez. Le sigue Lago Mascardi; a continuación lago Guillermo y, al final de la ruta, tras El Bolsón, Lago Puelo. llos cerros que nos acompañan son Cerro Confluencia, Cerro Lago, Cerro Catedral, Cerro Fray Elguera, Cerro Mora, Cerro Anfiteatro, Cerro El Grillo, Cerro Siete Colores, cerro saturnino, entre otros.
Paramos en una piscifactoría de trucha asalmonada.
LLegamos a El Bolsón, que dejamos atrás, para llegar hasta laa localidad de Lago Puelo y su lago, Reserva Nacional. Hacemos un paseo por un pequeño bosque urbanizado, el bosque de las sombras. Pasarelas, letreros, indicadores, todo para que resulte cómodo y significativo, pero para nada natural.
Regresamos hasta El Bolsón, otro pueblo sin demasiado encanto urbanístico. Los restaurantes están repletos y la gente no está servida. Decidimos acercarnos hasta la feria de artesanía donde encontramos puestos de comida y alguno que otro de cerveza artesanal.
Pasamos a una Dulcería, donde elaboran confituras y mermeladas de frutos silvestres, cultivados.
De tirón desandamoslos 120 km, dormitando y, ya en el hotel, empieza el trabajo serio: encontrar hoteles para los siguientes días.
Conluida la faena salimos a buscar algo para cenar. Regresamos pertrechados y, en el comedor de desayunos, cenamos tranquilos.