Se acaba una etapa de nuestro viaje. Nos despedimos de Tokio aunque volveremos el último día de nuestro viaje. Nuestro avión de vuelta sale desde Haneda, así que pasaremos medio día más en la capital antes de volver a casa.
Recogemos el hotel y hacemos el check out bastante temprano ya que nuestro tren sale desde Tokio a las 7:20, con destino Takayama. Para ello, cogemos el metro desde nuestra estación de Akasaka con antelación y así no perder el Shinkansen que teníamos reservado.
Para ir desde Tokio a Takayama, hay que hacer dos reservas de tren. El primero, que es un tren bala (shinkansen), nos llevará hasta Toyama y una vez allí, haremos trasbordo a Takayama en otro tren. Como siempre, os recuerdo la fabulosa página de cabecera para consultar los horarios de trenes y los trayectos. Sin ella, no habríamos podido organizarlo con tanta precisión: Hyperdia
Llegamos a Takayama a las 11:23 así que nos dirigimos al hotel donde pasaremos solo esta noche, ya que al día siguiente nos iremos hacia otro destino. Escogimos el Country hotel Takayama (6120Y), ya que se encuentra junto a la estación de tren y nos moveremos por esa zona para coger un autobús que nos lleve al punto principal de nuestra visita este día: Shirakawa-go.
Soltamos las maletas sin prisa pero sin pausa porque a las 12:40 sale nuestro autobús desde Takayama Nohi bus center (a escasos metros de la estación de takayama), con dirección Ogimachi.
Ogimachi es la mayor aldea de Shirakawa-go y la que tiene más puntos de interés que recorrer para hacernos a la idea del tipo de casas que se edificaban en estos pueblecitos.
Cuando preparábamos meses antes el viaje, hicimos la compra de los billetes de bus porque en determinadas épocas del año, los asientos se agotan. Algo ocurrió cuando realizamos las reservas porque uno de los billetes no estaba correcto y tuvimos que comprar un nuevo billete de vuelta (o ida, no recordamos bien). La bromita de los billetes nuevos y antiguos nos salió para los dos: 3700Y + 4940Y. Así que, releed bien el origen y el destino. Tened claras las fechas y no tengáis miedo. Es mejor llevar los billetes siempre con antelación para evitar quedarte sin plan. Para realizar la compra de los billetes, lo hicimos desde Japan bus online.
Después del momento de confusión en la estación de bus, volvemos a retomar el modo disfrute del viaje. Recuerdo que el trayecto en bus era de ensueño en cuanto a paisajes. Mucha vegetación, cascadas, montañas… Precioso sin duda.
Llegamos a la aldea de Ogimachi, en Shirakawa-go, nos hicimos con un planito y después pensamos que era mejor comer antes de empezar el paseo. Estuvimos dando una vuelta por la calle principal del pueblo y entramos a comer en Hakusuien. Es un restaurante tradicional, donde no hablan nada nada de inglés así que nos movimos señalando en la carta, traduciendo con el móvil del inglés… A fin de cuentas, estas cosas son las que más recuerdas de los viajes. Las situaciones de desenvolverte en contra de los elementos, jaja!
En ese restaurante comimos sentados en el suelo en cojines sobre el tatami. Nos sirvieron carne de Hida, que te la servían en un recipiente de porcelana a modo de candil y encima una hoja robusta de magnolio. Su sabor era distinto aunque no sabría decir si mejor o peor que cualquier otro lugar donde comiésemos durante el viaje. Hemos probado muchas cosas y todas nos han parecido ricas o innovadoras para lo que acostumbramos en nuestro trozo de mapa. En este caso, nos gustó por el lugar tan tradicional y por la presentación de la comida. Le hicimos con un poco de discreción una foto malísima a la carta (por si la queréis, podéis pedírmela al mail y os la paso). También grabamos un video del lugar antes de que nos sirviesen la comida. Nada mejor que comenzar a pasear después
Nos apuntamos varias cositas para visitar aunque después fuimos un poco de paseo por el pueblecito que hacía un día genial para disfrutar sin prisa.
* Wada-ke: Una de las casas más ricas del pueblo, Ogimachi.
* Nagase-ke: Casa de médicos en la antigüedad que esta bien conservada
* Hongakuji: Hay un cerezo Ohta, designado monumento natural de la provincia (esto no recuerdo visitarlo).
* Myozenji Temple: Visitar su salón y al lado, la casa del monje.
* Shirakawa Hachiman Shrine: Santuario muy tranquilo (damos fe).
* Gassho Zukuri Minka-en: Museo al aire libre de varias casas trasladadas para evitar su desaparición (aquí tampoco recuerdo haber ido).
* No irnos de Shirakawa sin probar las bolitas de arroz o mitarashi dango (esto por supuestísimo que lo probamos, 200Y)
Lo que más nos gustó, a parte de la tranquilidad, los colores y su paisaje, fue paseaur por el puente Deai, que cruza el río Shogawa: un puente larguísimo que daba a parar cerca del museo al aire libre Minkaen, las 9 casas de estilo gassho. Están perfectamente conservadas como patrimonio cultural de la prefectura y es posible ver actividades tradicionales como tinte de tejidos, elaboración de fideos soba…
Luego también fuimos al mirador de Shiroyama, que tenía unas vistas a todo el pueblo, que eran geniales. Hay una cuesta “interesante” que es comprensible si quieres ver todo el pueblo con perspectiva.
De camino, pasamos por un estanque de nenúfares también muy bonito.
Entramos en una casa de artesanías y compramos regalitos por 2710Y. También muy bonita decorada… Teníamos dudas sobre si hacer esta escapada y nos sorprendió con bastante nota.
Como excursión de un día, es totalmente distinto. Nos dimos un descanso de templos, de luces de neón y de gente. Es un pueblo igualmente turístico, pero se respira otra calma y aunque habían muchos turistas, no se escuchaba ningún tipo de bullicio.
Después de disfrutar mucho la aldea, tocaba volverse en bus. Cogimos uno sobre las 17:00 que llegaba en poco menos de una hora a Takayama, por lo que nos daba tiempo a pasear antes de cenar para ver algo de la ciudad.
Acabamos por casualidad en un sitio que se llamaba Kotaro. Buscábamos algún lugar para cenar y, aunque no había casi turismo, parecía que estaba todo completo porque los bares tradicionales tenían muy pocas mesas disponibles y se llenaban en seguida (hablamos de menos de 5 mesas en la mayoría de los bares que veíamos). Hasta que encontramos este lugar, que tenía un huequito en la barra. Allá que fuimos y qué bien comimos! Recuerdo que nos lo pasamos muy bien. Nos pedimos unos sakes. Dani se reía mucho y comentábamos lo bonito que fue el paisaje y lo que nos estaba enamorando el país.
El caso es que entre risas y charla, nos zampamos una bandeja que estaba de muerte. Juzguen ustedes aunque sea por la vista.
Es curioso cómo cuando salimos de casa, no nos da tanto reparo probar cosas nuevas. Yo no diré tanto como probar todo, pero estoy muy orgullosa de cuánto probé en este viaje, que yo soy muy especialita con las líneas rojas gastronómicas. Lo cierto es que estaba muy contenta de conocer el tonkatsu que tanto probé en “cada puerto”, jaja!
Pero si hablamos de probar y de morir de gusto, lo que más más me gustó con diferencia (fíjate qué tontería) fue una bolita de pan bao con carne de hida que comimos por la calle. Quise llorar de rica y solo nos costaron las dos 340Y. Le hice hasta foto.
Se acababa nuestro día y ya pensábamos en todo lo que queríamos ver al día siguiente y en lo corto que se hacen los días cuando se disfrutan.
No nos íbamos a ir de Takayama sin conocerla un poco mejor de lo que nos dio tiempo a ver antes de ir a Shirakawa o antes de cenar. Nuestro plan era levantarnos temprano para dar un paseo por la ciudad antes de hacer el check-out. Eso quedará para el siguiente post.
Espero que os haya gustado el paseo. Como siempre, pedir disculpas por la mala calidad de las fotos y videos que en su momento no le dimos mucha importancia. A fin de cuentas, no se viaja por hacer fotos sino por vivir la experiencia. Lo que pasa es que luego surge contarlo en el blog y te da pena que las fotos no sean mejores.
Hasta la siguiente entrada!