Del cielo de Agra al infierno de Varanasi. ✏️ Diarios de Viajes de IndiaNos levantamos a las cuatro y media y acto seguido nos vamos según las indicaciones dadas a las taquillas del Taj Mahal . Allí hay una cola considerable, pero abrieron las taquillas 10 minutos antes y se daban mucha maña. Dos mil rupias, mil por...Diario: PLANETA INDIA/2017⭐ Puntos: 4.9 (30 Votos) Etapas: 18 Localización: IndiaNos levantamos a las cuatro y media y acto seguido nos vamos según las indicaciones dadas a las taquillas del Taj Mahal. Allí hay una cola considerable, pero abrieron las taquillas 10 minutos antes y se daban mucha maña. Dos mil rupias, mil por persona. Así que si vais varios, lo recomendable es dividiros, unos a comprar las entradas y otros a hacer la cola de entrada. Al salir del recinto donde están las taquillas, pero antes de salir del edificio, te dan una botella de agua y unos patucos de plástico enseñando los tickets. Desde allí mismo sale el transporte en vehículos que son como coches de golf para pasajeros hasta la entrada este. Nosotros preferimos ir andando, no llega a 10 minutos el trayecto. Esperamos nuestro turno en la cola (hay una para hombres y otra para mujeres) y pasamos un control rigurosísimo de seguridad, a mí nunca me han cacheado como para entrar en el Taj Mahal, no se puede meter ni tabaco, ni mecheros, ni chicles entre otras muchas cosas. Mientras avanzamos, son las seis y veinte, sentimos esa sensación en el estómago. Estamos muy cerca de encontrarnos cara a cara con el Taj Mahal. ¿Nos gustará, nos decepcionará?. Sin duda, este era uno de los lugares estrella de nuestro viaje, meses y hasta semanas antes habían estado tapados con andamios, diferentes minaretes e incluso la fachada central, pero tuvímos muchísima suerte y días antes de nuestra llegada, despejaron todos los andamios, excepto este de la Darzawataj Mahal, la gigantesca puerta que da acceso al Taj. Hay mucha gente, es inevitable, pero vas concentrado, mirando hacia delante en busca de esa primera visión. Y el primer cara a cara es brutal. Allí está, es hechizante, no puedes dejar de mirarlo y pensar que sí, que si que mola el Taj Mahal. Nos parece muy recomendable la visita a primera hora de la mañana, antes de que salga el sol, ver cómo va cambiando de tonalidades mientras lo observas, no tiene precio Tan simétrico, tan blanco, asomándose en lo alto envuelto en la niebla que emerge del rio Yamuna. Ha merecido la pena, el Taj Mahal, el símbolo del amor eterno, la lágrima en la mejilla del tiempo, es espléndido. Sacamos fotos desde todos los lados posibles, vas buscando tu espacio y casi te tienes que obligar a seguir avanzando. El sol va saliendo e iluminando el bulbo central. Tienes tiempo para fijarte en los detalles. A veces la niebla se va Nos descalzamos, entramos por uno de sus laterales, el de la mequita. Por detrás del edificio el Yamuna, completando una impactante visión. Rodeamos completamente el monumento para entrar dentro. Vemos el eco de la mezquita, para guardar la simetría con la propia mezquita en el otro lado. Sin prisas, observando todos los detalles. Y entramos al interior del mausoleo, donde no se pueden hacer fotos, hay mucha gente, damos la vuelta reglamentaria y volvemos a salir. Tenemos ganas de buscar otras perspectivas del Taj Mahal. Mirada atrás, la Darzawataj. Desde el eco de la mezquita. Dos horas y media largas, después de haber entrado, nos damos por satisfechos, hemos disfrutado mucho la visita a este monumento. Ha cumplido sobradamente nuestras expectativas. Como hasta las 20:30 no sale nuestro tren desde la estación de Agra Fort hacia Varanasi, tenemos casi todo el día por delante, así que nos vamos a nuestro hotel a desayunar. Hacemos el Check-out y metemos todo el equipaje en el maletero del coche, ahora nos vamos a visitar el mausoleo de Itimad-Ud-Daulah o Baby Taj Mahal. Cruzamos el Yamuna por un puente a su margen derecha y llegamos, las entradas fueron 200 rupias por persona, no nos dimos cuenta de la cámara y no la pagamos. Es un pequeño mausoleo situado en el interior de unos jardines, es como una pequeña réplica. El sitio era muy tranquilo. Desde allí mismo, se ven imágenes cotidianas. Apenas eran las once de la mañana, así que le decimos a Jeisin que nos lleve al Sadar Bazaar, preferimos estar un rato paseando que no visitando más fuertes o monumentos. Quedamos con Jeisin un par de horas más tarde en el mismo sitio que ha aparcado el coche. Por allí curioseamos y entramos en una especie de panadería para comprar unos bollos en los que comer algo de jamón y cecina que teníamos para el tren nocturno. Nos pusimos a hablar con el hombre, que de donde éramos, cuánto tiempo llevábamos en la India y cual era nuestro siguiente destino. Al comentarle que cogeríamos el tren nocturno a Varanasi, sacó su teléfono, chequeó el tren y me lo enseñó, traía un retraso de 8 horas y ya no pasaba por Agra Fort. No nos preocupamos mucho, ya que la conversación terminó dándonos la dirección de una agencia de viajes por si queríamos cambiar el transporte e ir en autobús nocturno a Varanasi. Aún así volvimos al coche y encontramos a Jeisin al que informamos de la situación y que no había problema que el tren iba correctamente y que a las siete iríamos a la estación. No tenía muy buena cobertura en el móvil en esa zona, así que nos movimos a otro sitio. Allí pudo llamar a la estación donde le confirmaron los cambios y el retraso, consultó por internet, y ese tren ya no pasaba por Agra Fort, lo mismo que nos había dicho el hombre de la panadería. La solución ir 150 kilómetros hacia atrás y montarnos allí. Teníamos que cambiar los billetes de tren por internet, así que Jeisin contactó con el hermano de Kamal, que trabaja para él, le di mi username y mi password de la página de IRCTC para que hiciera él los cambios. Todo este rato estuvimos con unos conocidos de nuestro conductor dueños de una tienda, que nos ofrecieron unas sillas, un ventilador y unas coca colas para resguardarnos del calor. La hospitalidad india. Así que en principio, todo resuelto. Teníamos tiempo de sobra y habíamos solventado los imprevistos, llegaríamos con unas 8-10 horas de retraso a Varanasi, o eso creíamos. Le pedimos a Jeisin que nos llevara a comer al Café Sheroes Hangut, es una cafetería-restaurante, que atienden mujeres atacadas con ácido, tiene la particularidad que cuando vas a pagar, ellas te piden que pongas tú el precio a pagar. Nosotros comimos estupendamente unos veg rice in Indian Spices, Paneer Pakora, Haka Noodles, una botella de agua y dos gulab jamun. Un sitio muy especial y muy recomendable ir. Mientras estábamos allí, Kamal al fin se pudo comunicar con nosotros, nos confirmó que Jeisin nos llevaría a la nueva estación, cobrándonos sólo la gasolina y el peaje. Disponíamos de mucho tiempo aún, así que nos fuimos a los jardines Mehtah Bagh, desde donde se puede ver el atardecer viendo la trasera del Taj Mahal, al otro lado del rio. En vez de entrar a los jardines, continuamos por el camino paralelo que en cinco minutos, va a dar el mismo sitio y nos ahorramos las 400 rupias de las dos entradas. Nos gustó visitar este sitio, una vez visto el Taj Mahal, pensamos que le he hubiera restado “sorpresa”. A una hora prudencial, volvimos al parking donde nos esperaba Jeisin, compramos unos paquetes de galletas en previsión que no pudiéramos comprar nada más y nos dispusimos a abandonar Agra en dirección a Bandikuri, pueblo muy cerca del Chand Baori, donde se encuentra la estación en la que coger el tren a Varanasi. Menos mal que salimos con tiempo, el tráfico era demencial. Allí sufrimos el mayor atasco que haya visto nunca, bicicletas, motos, rickshaws, tuk-tuks, gente andando, coche, chicos empujando carros de naranjas, flores, coches y vacas, no había forma de avanzar, era un cruce y para recorrer menos de 100 metros estuvimos más de media hora. Finalmente salimos a la autopista y allí la conducción no mejoró, ya era de noche y todo el mundo conduce con las largas, coches de frente, motocicletas paradas en medio de un carril, mientras sus ocupantes hablan animadamente sin ningún tipo de iluminación, vacas. Unos kilómetros antes de llegar encontramos un restaurante abierto que nos diera de cenar. Unos veg noodles, pollo tandori, dos sweet lassis y una botella de agua que con el cargo por servicio nos costó 1.200 rupias. Y seis horas después de salir de Agra, llegamos a la estación de Bandikuri, a las 23:45, entramos Jeisin y yo a chequear el tren y la estación estaba llena de gente durmiendo en ella, vacas dentro……Nos confirmaron que nuestro tren llegaba a las 00:30 Esperamos un rato dentro del coche y a las 00:20 entramos en los andenes en busca de la vía de nuestro tren; Jeisin vino con nosotros y nos acompañó, me dijo que por la mañana iba a Delhi en busca de otros españoles y se estuvo disculpando por el “incidente” de Puskhar. Y como dice la canción de Sabina, nos dieron la una, las dos y las tres, y las cuatro y las cuatro y media de la mañana esperando en la estación, viendo el ajetreo de los vendedores de samosas y demás comida callejera preparando la comida y atentos a las llegadas de los trenes para vendérselos a los pasajeros. Y también vimos a las vacas y los monos campar a sus anchas por la estación de tren,. Mientras estábamos allí esperando, la incertidumbre se apodera de ti, nadie dice nada, no se sabe a qué hora llega el tren o si llegará, ¿Qué hacemos si no viene el tren?. Y allí estaba Jeisin, durmiendo en un banco…llegamos a plantearnos que si el tren no hubiera llegado cuando Jeisin se fuese a Delhi, nos iríamos con él y desde allí replanteraríamos la situación, estábamos en un pueblo en medio de la nada, éramos los únicos occidentales y no sabíamos si desde allí conseguiríamos transporte. Al fin, nuestro tren llegó, a las cuatro y media de la mañana, Jeisín nos ayudó con las mochilas y nos tocó correr de lo lindo (hay que ver lo largos que son los trenes en la India) y le dimos la propina, nosotros teníamos previsto darle 500 rupias por día, luego decidimos que a esa cantidad le restaríamos 1.000 rupias por el timo de Puskhar, pero después de acompañarnos toda la noche en la estación, acabamos dándole una generosa propina, somos unos facilones. Índice del Diario: PLANETA INDIA/2017
01: Preparativos, presupuesto.
02: Madrid-Delhi y tren nocturno a Jaisalmer
03: Jaisalmer, fuerte, palacios y havelis.
04: Jaisalmer y alrededores.
05: De Jaisalmer a Jodphur. Fuerte Mehrangarh y más.
06: Jodphur-Ranakpur-Udaipur
07: Udaipur. City Palace, visitando la ciudad
08: Udaipur-Chittorgarh-Puskhar
09: Timo en Puskhar y camino a Jaipur.
10: Jaipur. Palacio de los Vientos, fuerte Amber.
11: Jaipur-Chand Baori-Fatherphur Sikkri-Agra
12: Del cielo de Agra al infierno de Varanasi.
13: Al fin Varanasi.
14: Diwali en Varanasi.
15: Hasta siempre Varanasi.
16: Delhi, último día en la India.
17: Un día en Doha, fin de las vacaciones.
18: Curiosidades, conclusiones.
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