27 de Noviembre. Hoy me levanto más pronto de lo habitual, quiero estar en Arashiyama lo antes posible para evitar las aglomeraciones de turistas y visitar el bambusal con tranquilidad. Ayer por la noche dejé la mochila lista y me compré un par cosas para desayunar. Hoy resulta que llueve, es mi primer día de lluvia en todo el viaje, no es una lluvia muy intensa pero si es constante así que en lugar de ir caminando a la estación de tren de Shijo-Omiya (que es de donde sale el tren más cercano a Arashiyama) me subo a un bus y paro después del castillo de Nijo.
Una vez en la estación saco el billete y tras un agradable viaje en tren llego a la estación de Arashiyama, al salir veo que sigue lloviendo lo cual me va bien pues veo que aun siendo pronto hay pequeños grupos de turistas pero parecen mas preocupados de guarecerse de la lluvia que de ir de visita. Me armo con mi flamante paraguas blanco y a por el bambusal.
El lugar es precioso, o al menos para mi, entre que he ido muy pronto y que está lloviendo apenas somos 10 personas paseando por él. El sonido de la lluvia, los omnipresentes cuervos y el viento le dan a todo el lugar un aire de fantasía y por uno rato me siento transportado a otra época.
Tras un rato disfrutando del bambusal y viendo que empiezan a llegar grupos de gente me dirijo al Tenryu-ji, este es un templo que está al lado mismo del bambusal, se puede entrar desde el mismo. Lo primero que se ve al entrar son los jardines, entre la fina lluvia que cae, que tienen el bambusal como telón de fondo y los colores otoñales el lugar me parece fabuloso. Empiezo a creer que me gustan todos los jardines en japón,xd. Paseo un poco y llego a los aledaños del templo, allí hay gente guareciéndose de la lluvia en las terrazas exteriores del templo, me siento un rato y contemplo las vistas. Hay un estanque en frente del templo y las montañas de fondo, una vista para enmarcar. Tras descansar un rato me pongo en camino y sigo explorando el recinto, está vez me adentro en la parte alta de los jardines donde nuevamente me sorprende lo prefecto que está todo.
Al salir del Tenryu-ji veo que no tiene pinta de que vaya a parar de llover así que me encamino al siguiente objetivo el Daikaku-ji. Para llegar a él sencillamente vuelvo a la calle principal, la de la estación, y voy hacia el norte. Al final de la calle me encuentro un templo, el Seiro-ji, no estaba en la lista de visita pero voy bien de tiempo y la puerta de entrada al recinto me parece bonita así que pa dentro. El recinto está compuesto por varias capillas, una pagoda y un templo, aquí no hay jardines pero la vegetación sigue estando cuidada al detalle y el lugar me parece muy bonito.
Salgo del Seiro-ji y tomo la calle de la derecha (siempre viniendo de la estación) y luego en una bifurcación tomo la de la izquierda, sigo todo recto y ya veo al Daikaku-ji a lo lejos. Antes de llegar veo una colmado y paro a comprar agua. No hay nadie en la tienda, solo un cartel en japonés y en inglés que dice “deje el dinero en la cesta y coja el cambio”, alucinando cojo una botella de agua dejo el importe exacto y salgo a la calle. Como aun llueve desayuno en la terraza del colmado, para cuando me voy el propietario de la tienda aun no ha vuelto, son otra cultura verdaderamente.
Ahora si, entro en el Daikaku-ji y la lluvia amaina un poco y se vuelve intermitente. Este templo es famoso por su lago, he de decir que en un día soleado tiene que lucir más y tiene pinta que en primavera ha de ser un espectáculo, aun así el lugar es muy poderoso visualmente con la lluvia y los colores otoñales. Los jardines son muy extensos y al norte del lago hay un pequeño bosque de bambú rodeado de un mar de hojas rojas, tras patearme los jardines toca visitar el templo. Es grande y el paseo te lleva por varias salas y pasarelas, hay una amplia terraza desde donde contemplar el lago y un jardín interior muy bonito.
Se acerca el mediodía y con él la hora de comer así que decido poner rumbo al famoso puente sobre el rio katsura, que está al sur de la estación y comer por allí. Vuelta a la estación veo que hay una horda, si una horda de turistas por la calle y que para acceder al puente hay cola! Es más te piden que no te pares mucho y cruces hasta el otro lado. Las vistas compensas el gentío, las montañas con la niebla de la lluvia, el rió y los colores del otoño le dan a todo el paisaje un toque muy especial. Cruzo al otro lado y veo que hay algunos restaurantes pero está todo muy lleno de gente así que decido volverme para Kioto y comer en la zona del castillo de Nijo.
Mientras vuelvo en tren pienso en que bien he hecho de venir pronto a Arashiyama, con tanta gente no habría disfrutado ni la mitad. Al llegar a la estación de Shijo-Omiya busco un lugar donde ir a comer. Veo un restaurante de estos que a la entrada eliges el plato en una maquina y le das el ticket al camarero, el lugar parece acogedor así que pa dentro. Como un katsudon buenísimo y un te calentito que me hacen entrar en calor, hoy está refrescando un poco debido a la lluvia.
Ahora toca el castillo de Nijo, apuro para entrar porque cierran pronto. El castillo por dentro me parece brutal, salas enormes de madera, los paneles exteriores de las paredes, paneles interiores pintados, todo esto junto a la tenue luz que hay dentro y al ruido de la lluvia hace que el ambiente sea muy especial. Al final voy a tener que darle las gracias a la lluvia por propiciarme estos momentos. Al salir del edificio toca visitar los jardines del castillo, son enormes y con las murallas dividiéndolos son impresionantes. Procuro visitar todos los rincones, el lugar me parece brutal y la verdad es que la fina lluvia que cae le sienta genial. Al rato deja de llover, justo cuando me dirijo a la salida, por un momento sopeso la idea de acercarme a la zona de la estación de Kioto pero decido ir a dar una vuelta por los jardines imperiales y cenar por la zona del apartamento.
Al llegar a los jardines es casi de noche y al atardecer tienen un aspecto magnífico, me doy una vuelta rápida porque tengo un poco el frío metido en el cuerpo y con la idea de una ducha calentita me dirijo al apartamento. Tras la ducha de rigor llamo Mizuki y nos vamos a cenar a un restaurante cercano, charlamos un rato y quedamos que mañana iremos a cenar por la zona del mercado de Nishiki y luego a dar una vuelta por Ponto-cho, me despido de él y subo al apartamento.
Hoy ha sido un día completo, creía que la lluvia lo estropearía un poco pero al contrario, para mi lo ha mejorado. Ahora toca dormir que mañana me toca madrugar nuevamente, quiero visitar el Kiyumizu-dera a primera hora.
Visitas del día
Bambusal de Arashiyama- No esperéis un bosque, más bien es una calle que atraviesa un bosque de bambú no por ello es menos magnifica. Recomendación ir muy pronto para evitar aglomeraciones, aunque he leído que por la noche iluminado es mu bonito también. Por la zona hay suficientes cosas para organizarse un día e ir pronto por la mañana y volver cuando ha oscurecido. No es un lugar que el sólo justifique el ir a Arashiyama pero si estáis por la zona es de visita obligatoria
Tenryu-ji- Es un templo adyacente al bambusal, merece la pena visitarlo. Como todos los templos tiene unos jardines preciosos pero esta vez me gustó más el edificio. Esta situado delante de un pequeño estanque con vistas a la montaña y al bambusal, sentarse en su terraza un rato es un placer para la vista.
Seiro-ji- Este templo no lo tenía contemplado en el itinerario pero como está de camino al Daikaku-ji no cuesta nada entrar y pasearse un rato. No hay jardines como tal pero tiene su encanto.
Daikaku-ji- Una de las joyas de Arashiyama. Preciosos y extensos jardines con un enorme lago, pero me dieron la sensación que en primavera deben ganar enteros, aun así merece la pena pasearse por ellos (atentos al mini bosque de bambú). En cuanto al templo no es de los mas espectaculares pero si que tiene un trayecto interior muy agradable. Visita recomendada.
Puente sobre el río katsura- Lugar emblemático de Arashiyama, cuando fui yo la aglomeración de turistas lo hizo desmerecer un poco aunque con la niebla y la lluvia tenía un toque especial. Por la zona hay muchos restaurantes y puede ser un buen sitio donde comer o si se lleva comida hay varias mesas en la isla.
Castillo de Nijo- Hay mucha gente que dice que no es nada del otro mundo y a mi me pareció mágico, supongo que al entrar poca luz por el día nublado, el ruido de la lluvia y el olor a tierra y madera mojada activo algo en mi cabeza que me hizo verlo con otros ojos. Me encantó su visita, como colofón los jardines exteriores me gustaron mucho.
De los jardines imperiales no comento nada porque entre que fui al atardecer y fue de pasada no puedo formarme una opinión, eso si lo poco que vi me gustó
Trayecto del día
1- Apartamento
2- Estación Shijo-Omiya
3- Estación de Arashiyama
4- Bambusal
5- Tenryu-ji
6- Seiro-ji
7- Daikaku-ji
8- Puente sobre el río katsura
9- Castillo de Nijo
10- Jardines Imperiales.