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10 de Diciembre. Hoy me permito el lujo de levantarme a una hora mas europea por decirlo de alguna manera y tomarme el día con calma. Han sido muchos días de excursiones y horarios un poco apretados y mis últimos días en Japón me apetece pasarlos de manera mas relajada. Rompo mi rutina y en lugar de un desayuno aleatorio decido usar los tickets que tengo para desayunar en el bufete del hotel, y un buen desayuno continental me pone en marcha para lo que me espera de día.
Mi primer lugar de visita de hoy es la famosa torre de Tokio, así que toca metro hasta el lugar. Una vez allí es fácil encontrarla ya que destaca con su color rojo y blanco en el horizonte. En la base de la torre hay una mini exposición de One Piece, ole yo, y estoy un rato paseando por el lugar. Decido no subir ya que el último mirador no está abierto y como ya subí al Sky Tree tampoco le veo la gracia subir a esta.
Así que después de fotografiarla me acerco al parque que hay al lado, el cual me sorprende pues es como una especie de mini bosque con su riachuelo y todo.
Acto seguido me acerco al templo que hay al lado, el Zojo-ji, donde hay un mausoleo de los Tokugawa y varias estructuras de valor histórico. El lugar es tranquilo y apacible y gracias al sol de la mañana pasear por su jardín es relajante. Veo en uno de los laterales unas hileras de pequeñas estatuas adornadas todas con gorritos de lana y molinillos de papel y tras buscar su significado descubro que son estatuas jizo, erigidas allí como guardianas de los niños y en honor de los infantes que han muerto prematuramente. Entre la tranquilidad que se respira y la simbología de las estatuas hacen que me sienta extraño en el lugar, no de mala manera, no se como explicarlo pero es una sensación de respeto y guardar silencio. Cuando vuelvo al recinto principal del Zojo-ji contemplo un rato el paisaje con el templo y la torre de Tokio detrás, es un buen sitio para pasar un rato.
Ahora toca ponerse en marcha, quiero ver el Tokio Dome y de paso visitar una Jump Shop que hay cerca, así que toca metro otra vez hasta el lugar. Cuando salgo de la estación de metro empiezo a encontrarme mucha gente, para ser más concreto muchas chicas. Todas ellas con bolsas, camisetas o alguna prenda serigrafiada con el nombre de una banda de pop, como descubrí más tarde. Lo primero era buscar la Jump Shop y cuando la encuentro trasteo un poco por dentro, tienen un inflable gigante de Luffy de One Piece!. Una vez satisfecha mi curiosidad freak decido acercarme al Tokio Dome y de paso buscar algún lugar para comer ya que hay varios centros comerciales, iluso de mi. Tendría que haber sospechado algo cuando vi tantas chicas en la estación, a medid que me acerco al estadio cada vez hay más y más gente, hasta que me doy de bruces con una mega fila organizada que rodea casi todo el estadio y llega hasta una mega carpa donde una boyband firma autógrafos. Si creéis que podéis vencer a las fans de un grupo de pop estáis equivocados, no hay manera de abrirse paso en el lugar y desistiendo decido sentarme un rato a ver el ambiente, a todo esto el Tokio Dome es enorme y la plaza donde está mola mucho.
Visto que sera complicado comer por el lugar decido ir a Ikebukuro, otro barrio que quiero visitar ya que es otro centro neurálgico de los fans del anime, pero tiene una particularidad que descubrí después. Al llegar a Ikebukuro lo primero era buscar un lugar donde ir a comer y cerca de la estación de metro hay una calle peatonal con varios restaurantes y como me apetece un restaurante familiar busco uno y para dentro, hoy toca hamburguesa a la japonesa. Muy buena.
Ahora toca acercarse a los cuarteles generales de Animate que están cerca del lugar, el edificio es fácil de reconocer ya que es todo azul y pone Animate en letras bien grandes. Cuando entro lo primero que me sorprende es que esta lleno de chicas, otra banda de pop? Sigo subiendo plantas y casi todos los clientes son chicas, primero pienso que debe ser una tienda con animes y mangas para chicas pero rápidamente veo que hay series de todo tipo y no entiendo muy bien lo que pasa. Entre kawaii por aquí y kawaii por allí me doy una vuelta por todo el lugar que está hasta la bandera de gente, una cosa curiosa es que por más gente que haya no hay agobios, este país es la bomba.
Al salir veo que una plaza cercana hay un mercadillo de merchandising hecho por fans y curioseo un rato para sorpresa de los locales, durante un rato hablo con alguno de ellos ya que tienen curiosidad por el motivo por el que estoy aquí y cuando les digo que venia a ver el Animate descubro que casi todo lo que hay de anime y manga en Ikebukuro está orientado a chicas. Por eso había tantas en la tienda! Unas risas después me despido del grupo con el que he estado hablando, bueno en verdad era con uno solo que hablaba inglés e iba traduciendo, mira que son majos esta gente.
Pongo rumbo al hotel, hoy cenaré allí y luego saldré un rato por Shibuya a ver el ambiente nocturno. Como ha sido un día lleno de anécdotas no podía faltar una más, la historia es la siguiente. Después de dejar la mochila en el hotel y pegarme una ducha salgo a la calle para buscar un lugar donde cenar y recuerdo un sitio que me ha parecido curioso desde el primer día que estoy en Tokio. El hotel donde estoy está en una avenida grande y hay varios restaurantes pero en una esquina hay una pequeña pizzeria que cada día que llegaba al hotel atraía mi atención, en lugar de estar a nivel de suelo o en un piso superior se accedía a ella por unas escaleras que descendían a un pasillo de hormigón con fluorescentes en el techo, se la veía muy fuera de lugar entre el ambiente más sofisticado del barrio. Así que no puedo evitarlo y entro.
Lo primero que me encuentro al bajar las escaleras es el pasillo de hormigón, como el de un almacén cualquiera con uno de los fluorescentes del final del mismo que parpadea y sin darme tiempo a pensar aparece un japonés con el pelo decolorado y un chándal addidas rojo, a lo videoclip. Me dice “buona sera” en italiano con accentazo y luego en inglés me pregunta que cuantos somos para cenar, le digo que uno y me pregunta si fumadores o no. Le digo que fumadores, me apetece un cigarrito y una cerveza, y me indica que le siga. Justo unos pasos detrás de él, en la pared, hay una puerta de esas que se pliegan sobre si mismas de plástico blanco, la abre y me indica que pase. Detrás mio ha llegado una pareja que dicen que no son fumadores y les indica que sigan el pasillo del fluorescente parpadeante... son unos valientes.
Entro en la sala y empieza el alucine, todas las paredes están pintadas de rosa salmón. Hay un monalisa y una pieza de la capilla sixtina en cuadros adornando las paredes. Mesas de madera de estilo clásico, cortinas rosas y payasos colgando, todo muy bizarro y para completarlo suena pavarotti. Una chica me entrega la carta y me dice que cuando sepa lo que quiero que le de al enorme botón rojo que hay en la mesa, yo es estado de shock asiento. Mientras dejo mis cosas y me acomodo en la silla entran un par de hombres trajeados, se quitan la corbata y se ponen a beber cerveza mientras hablan de ópera, lo deduzco porque repiten pavarotti cada dos por tres.
Con todo este festival de de color a mi alrededor empiezo a ojear la carta, todo son pizzas y tienen buena pinta... hasta que llego a la cuatro quesos y veo que han puesto una pegatina donde pone textualmente “Best Toppin ever, vanilla ice cream” Pizza cuatro quesos con helado de vainilla, ok, no soy tan valiente y pido para mí una de pepperoni y bacon que por cierto está buenísima y se nota que es artesanal.
Después de cenar salgo del lugar aun alucinando por la decoración y una vez más recuerdo que no hay que dejarse guiar por las apariencias. Ahora toca ir al metro y rumbo a Shibuya. Lo primero que veo al salir en la estación de la estatua de Hachiko es gente y más gente. Esto mola, el ambiente es brutal. Las enorme televisiones de anuncios de los edificios circundantes al paso de peatones están a todo volumen y le dan a todo el lugar un aire a Blade Runner que mola mucho. Estoy un rato viendo cruzar gente por el paso de peatones, hay mucha más que durante el día y luego callejeo una rato por los alrededores y me sumerjo en la noche Tokiota.
Solo rasco un poco de la noche ya que no quiero perder el último metro pero puedo decir que tiene su miga, paso un buen rato en un local donde al ver que tenían menú en inglés me decido a entrar y por suerte para mi el camarero lo habla perfectamente y podemos charlar un rato. Me recomienda varios sitios a donde ir pero como mañana quiero estar operativo y no quiero pillar taxi hasta el hotel decido volver al metro. Le doy las gracias por el rato y le prometo que cuando vuelva paso por allí de visita.
Llego al hotel y a dormir. Mañana quiero ir a unos jardines y a Akihabara en domingo.
Visitas del día
Torre de Tokio- No esperaba que fuese tan bonita y la verdad es que me sorprendió, aunque no subí al mirador supongo que se deben tener unas buenas vistas de la ciudad desde allí. El parque que hay justo al lado es superbonito y recomiendo acercarse al Zojo-ji que está justo al lado, lugar tranquilo donde descansar un rato dejarse llevar por el ambiente del lugar.
Tokio Dome- El estadio es brutal por fuera y la plaza donde está también, supongo que el verlo tan lleno de gente magnificó mi visita pero la verdad es que si se está cerca no es mal lugar donde buscar un sitio para comer y pasearse por el sitio.
Ikebukuro- El barrio tiene su encanto, al menos las calles que visité y al ser sábado había ambiente, el Animate una locura de gente. Si sois fans del anime y el manga es un buen sitio donde pasar la tarde.
Shibuya Nocturna- Es otro mundo comparado al día, luces, música, gente, risas, parece una película de ciencia ficción de los ochenta con tanto neón. Me gustó mucho y me quedé con las ganas de salir por la noche de juerga. Ha de ser una experiencia.
Trayecto del día
1- Hotel
2- Torre de Tokio
3- Zojo-ji
4- Tokio Dome
5- Ikebukuro
6- Animate Ikebukuro
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