Día 7 (Viernes 28 de Julio)
Nos levantamos a las 8.30h y nos vamos a desayunar al Strud’l (#2 de Bohinj en Tripadvisor). Muy bien. Por 27€ nos metemos unos platazos con huevos fritos, embutido, queso, mantequilla, frutos secos, mermelada, zumos de manzana, capuccionos, café solo, strud’l, dos pancakes con chocolate, y pan. Incluso tienen una zona infantil cerrada para que los niños puedan jugar.
Una vez desayunados (y comidos jaja) cogemos el coche destino la Vingtar Gorge, pasando por Bled. Llegamos allí en un momento y vemos que es una romería. Hay muchísima gente. Aparcamos en un megaparking y nos vamos a la entrada. Hacemos un poco de cola y finalmente entramos. El sitio es muy chulo pero hay un gentío descomunal. Vamos paseando por la garganta (1,3 kms) y a la vuelta hay un poco menos de gente. La verdad es que es recomendable ir o a primerísima hora o luego para la hora de comer. Es bastante bonito el paseo, pero hay demasiada gente.
Uno de los tramos de la garganta
Otra imagen de la ruta por la garganta
Otra bonita vista de la Vingtar Gorge
La gente construía curiosas piramides de piedritas a lo largo del río
Cascada al final de la ruta de la garganta
Acabada la visita cogemos el coche y volvemos a Bled. Aparcamos en un parking de zona azul (2€/hora) que puedes poner para varias horas. Así que metemos dinero hasta las 18.30h. Nos damos una vuelta rodeando el lago hacia la derecha (sentido contrario a las agujas del reloj) y llegamos a una especie de centro de ocio acuático, con césped artificial y donde han hecho una especie de piscinas naturales en el propio lago. Son las 15.15h así que pillamos unas entradas por 18€ (son un poco caras pero le habíamos prometido a Candela que nos bañaríamos y en el resto del lago está prohibido). Al final nos lo pasamos genial y Candela aún mejor. El agua está fresquita pero no helada, y como hace calor se está muy bien. Una de las piscinas la han hecho de medio metro de altura y con el fondo de arena, y han incluido un tobogán dentro del agua, con lo que mi hija se pasa allí un ratazo tirándose sin parar y riéndose como una loca.
Piscinas naturales creadas en el lago Bled
Sobre las 17h nos cambiamos de nuevo y nos volvemos paseando hacia el coche. De camino nos encontramos un señor que tiene un poni y por 5€ te da una vuelta, así que Candela ya tiene la fiesta completa (sigue siendo una amante de los animales y sobre todo de los caballos). Eso y un helado de merienda. Qué más puede pedir nuestra hija. De ahí ya nos vamos al coche y llegamos justo sobre la hora que teníamos de parquímetro (18.30h).
Lago Bled al atardecer
Volvemos hacia Bohinj y un poco más lejos hacia el lago Bohinj. Aparcamos a la hora que ya se va mucha gente, y nos damos una vuelta. Este lago es mucho más tranquilo y para mi gusto más bonito. Creo que decían que este era el lago preferido de los propios eslovenos. Y encima te puedes bañar gratis. Damos una vuelta rodeando el lago y nos paramos en un bar a tomar unas cervezas viendo el anochecer.
Puenta que cruza el lago Bohinj
Vistas del lago Bohinj
Otra vista de este bonito lago
Trampolín al lago que había al lado de un bar
Contemplando el lago al anochecer con una buena cerveza
Sobre las 20.30h volvemos al coche y nos vamos a cenar a la Gostilna Danica (otra que nos hacían descuento). Para mí el mejor de Bohinj: pedimos una tabla de quesos, dos sopas de setas, una sopa de fideos para Candela, una ensalada con feta y pimiento y una parrillada especial para 2 (ojo cuidao). Empezamos muy bien y con mucha hambre, pero cuando nos traen la parrillada se nos cae el alma a los pies. Menudo platazo. La carne, las salsas y el resto de cosas hacen isla en esta bandeja que ocupa toda la mesa, y se supone que era para dos. No somos capaces de acabárnoslo, pero está todo tan bueno que comemos muy por encima de nuestras posibilidades. Como tenemos el descuento del 15% al final nos sale todo por 74€. Hay que añadir que nos bebemos un par de botellas de vino blanco esloveno de la zona. Y durante la cena hay un grupo de música que canta canciones tradicionales que todo el mundo del lugar (casi todos eslovenos) se ponen a corear. Un sitio muy recomendable.
Una parrillada para gobernarlos a todos
De allí nos vamos a casa a dormir con el estómago lleno (llenísimo diría).
Día 8 (Sábado 29 de Julio)
Nos levantamos más tarde de lo deseado, a las 8.30h, y nos ponemos en marcha sobre las 9.30h. Antes de irnos pasamos por delante de un mercado local en el centro del pueblo y compramos algunas cosas para hacer un picnic. Hay una panadería también con cosas buenísimas (se llama Pekarna Planika, y compramos unos Burec de carne (una especie de masa de hojaldre o de pizza rellena, buenísimos), pan y algunos dulces.
Vamos hacia el Vrst Pass siguiendo el GPS que nos lleva por la autopista y a 6 kms del desvío nos encontramos con un caravanón increíble. Parece ser que todos los alemanes que estaban de vacaciones decidían volver ese día a su país. Y esa autopista desemboca en la frontera con Austria unos pocos quilómetros más adelante de nuestra salida (operación retorno). Así que nos comemos 45 minutos de caravana en vez de los 5 que deberíamos haber tardado. De allí seguimos hacia el norte y giramos al oeste al Vrst Pass dirección Bovec (no vamos a cruzar por Italia porque nos dijeron en la agencia de coches que no podíamos atravesar fronteras).
La ida por la carretera se nos hace un coñazo porque pillamos también caravana, obras, etc. Así que tiramos hasta el final, y paramos en Velika Korita, que nos gusta mucho. Hacemos una ruta y llegamos a una zona de pozas en el río Soca. Nos mojamos un poco aunque el agua está heladísima. Yo no me atrevo a meterme más allá de la cintura, y mi hija se moja los pies sólo. La única valiente es mi mujer que se mete entera. Hacemos allí mismo el picnic en unas piedras, rodeados de avispas, que desde ese día empiezan a acompañar todas nuestras actividades en el exterior, jeje. Nos comemos un burec, queso y pan, todo buenísimo. De allí ya volvemos al coche fresquitos.
Vista de la garganta del Soca en el puente de acceso desde la carretera al track de Velika Korita
Zona del Soca con agua heladísima donde solo los valientes se bañaban
Retornamos de nuevo por el Vrst Pass con muchos menos coches, motos y sobre todo bicis, y paramos justo pasar la cumbre, en la curva 23 o así, en un merendero muy chulo que además tiene vistas a la famosa cara que se ve en las montañas.
Foto des del Vrst Pass
Vista de lejos de la montaña con la cara tallada
Ahora ya vemos claramente la imagen de la cara
Nos tomamos unos capuccinos y Candela un hot chocolate mientras descansamos un ratillo. Justo a la salida antes de coger el coche vemos que se han acercado unas vacas (detrás además donde hay unas lápidas de esclavos trabajadores rusos durante la construcción de esta carretera en la primera guerra mundial), y como no nos paramos unos minutos a hacer unas fotos y a que nuestra hija corretee por allí.
Durante el viaje vimos multitud de vacas para el regocijo de Candela
Nos montamos de nuevo en el coche y vamos hacia la Capilla Rusa, que no está mal, y de allí nos desviamos al norte casi a la frontera con Italia para visitar el lago Zeleznik. Es precioso y hay poca gente. Nos pasamos un buen rato haciendo un montón de fotos de este lugar mágico.
Foto de la Capilla Rusa
Captura de este hermoso lago cerca de la frontera con Italia
Otra foto de este maravilloso lago
Al final el Vrst Pass nos ha gustado bastante, aunque de vuelta mucho más que de ida.
Seguimos la ruta hacia el sur hasta el Perinik Slap. Llegamos a última hora por lo que nadie nos pide dinero por la visita (no sé si se paga, de hecho) haciendo la pequeña caminata hasta arriba de la catarata donde se puede pasar por detrás, pero no pasamos porque yendo con nuestra hija nos da un poco de rollo. Es espectacular, eso sí. Estamos prácticamente solos y nos quedamos casi hasta el anochecer.
Foto de esta impresionante cascada
Vamos bajando ya hasta Bohinj, esta vez sin nada de caravana, y llegamos a las 21.30h a justo para cenar en el Strud’l antes de que cierren cocina. Esperamos 5 minutos y nos sentamos rápido. Esta vez no se nos va la olla y pedimos poco: tres sopas de setas y el plato de la casa (carne, chucrut, verduras, etc). Todo buenísimo. Una botellita de vino para acompañar, todo por 43€. Muy bien. Son las 23h cuando salimos del restaurante, es sábado, y no hay ni el tato por la calle. Está todo supermuerto. La única ambientación en la zona eran tres jóvenes en el propio restaurante bebiendo birras y jugando a las cartas.
De allí ya nos vamos hacia casa.
Día 9 (Domingo 30 de Julio)
Nos levantamos muy con la calma, alrededor de las 9h, llamamos para preguntar si podemos hacer la colada (nos dieron la opción cuando llegamos) y preparamos una bolsa para dejarla en el sótano encima de la lavadora.
Nos vamos a la panadería de confianza (Pekarna Planika) y compramos un muffin de chocolate, un croissant de chocolate para Candela, un burec de pizza y otro de carne. Todo por unos 7€. Con la compra vamos a una cafetería de enfrente y nos pedimos unos capuccinos para acompañar. En Eslovenia por norma general el café está bastante bueno.
Una vez desayunados y ya casi a las 12h nos vamos hacia nuestro primer destino del día, Rodovlica. Pasamos primero por una gasolinera, con más o menos el precio de Barcelona (1,234€/lt la super 95). Llegamos a la ciudad por la carretera de Bled y flipamos con la mega caravana al lago desde Ljubljana (por suerte no es nuestro sentido de la marcha jeje). Llegamos enseguida y aparcamos antes de llegar al centro. Pasamos por la oficina de información turísitca y nso da un plano. Radovlica es muy bonita y encima hay un festival de verano y está todo lleno de paraditas y con gente disfrazada con ropas medievales.
Mercado medieval en esta bonita localidad. Vemos unos chicos aspirantes a Robin Hood
Nos damos una vuelta, compramos miel de tilo, un poco de cerámica y visitamos el museo de apicultura, muy interesante (y barato, por 7€ pillamos el pack familiar y entramos todos). Lo más chulo es la colmena que hay en la segunda planta con cristal transparente donde ves las decenas de miles de abejas como trabajan. Genial. Es muy interesante la explicación que se da allí sobre la creación de la apicultura (que se dio en Eslovenia), los enemigos de las abejas, la comercialización y transporte de los panales y toda la industria creada alrededor de este insecto tan frágil (a mi me apasiona la miel y por eso este museo me ha gustado tanto).
Láminas antiguas expuestas en el Museo de Radovlica
Aquí vemos el panal que estaba construído en el museo. Daba a la ventana y veíamos afuera como volaban multitud de abejas
Aquí vemos más en detalle el panal
Y aún más de cerca, miles de abejas trabajando en equipo sin parar
Sobre las 15h nos vamos a comer al Gostilna Avgustin y nos gusta mucho. Pedimos unos dumplings, una trucha ahumada con miel, ciervo con salsa de setas y una sopa con fideos. Y como no, una birra y una botella de vino, un Sivi Pinot de Erzetic. Todo buenísimo y por 80€. Muy bien. Una vez acabados de allí nos vamos a un bar de enfrente a tomar unos cafés y de allí ya nos vamos al coche. Pueblo muy recomendable.
Volvemos a Bohinj para ir a la Savica Slap (pasado el lago Bohinj hay indicaciones en la carretera para llegar fácilemente), pagando parking (3€) y la subida de los 500 escalones (3€/pers.). Parece un poco turistada pero vale la pena. La cascada es bastante bonita.
Aquí vemos la cascada
Regresamos a casa sobre las 20.30h, aparcamos en nuestros apartamentos y vamos caminando a cenar al sitio del primer día, el hotel Tripic. Esta vez pedimos una sopa de setas (siempre excelentes), una ensalada con setas y queso, una especie de hamburguesa con patatas para Candela y una pizza bohinjska para compartir, todo muy bueno. Y para beber esta vez unas birras que siempre están tremendas. Todo por 36€ con el descuento del 15%. Así que muy bien. De allí ya nos vamos a casa, primero a recoger la colada, que estaba en la secadora ya parada, y luego a preparar las maletas y a dormir.