El tren llegó puntual a Lao Cai, donde nos esperaba uno de los muchos shuttles que había en la estación para trasladar turistas a Sapa. Lo habíamos reservado con el hotel, aunque no es necesario: allí mismo te lo ofrecen a cada paso que das, y también hay un bus público que te lleva por 75,000D. Había leído malas experiencias con los buses, porque la carretera es un puerto de montaña con muchas curvas y la verdad es que no conducen demasiado bien, así que por eso reservamos el shuttle. Tampoco es que fuera despacio precisamente, así que no sé qué es peor. La mejor opción, si te preocupa tu seguridad, es un coche privado donde le puedes pedir al conductor que vaya más despacio, pero obviamente también es la más cara.
La carretera entre Lao Cai y Sapa es preciosa, y ya empezábamos a ver las terrazas verdes de arroz que nos acompañarían durante tres días. El shuttle nos dejó en el London Sapa Hotel, que habíamos reservado previamente por Booking. Era muy pronto para el check in así que nos ofrecieron dejar las mochilas allí y nos fuimos a buscar sitio para desayunar. Les pedimos una moto pero no les quedaban, así que echamos a andar hacia el centro (el hotel está un poco apartado) y un par de calles más allá había un señor con muchas motos aparcadas en la calle listas para alquiler. Vimos una que nos gustó y acordamos un precio de 130,000D al día. Los precios de las scooter suelen ser entre 100 y 150,000D/día, y hay muchos sitios para alquiler, la mayoría chinguitos montados en una esquina como este. Lo que da más mal rollo es que te piden que dejes el pasaporte o el carnet de conducir hasta que devuelvas la moto; obviamente elegimos lo segundo. Como en el fondo es ilegal alquilar motos, ya puedes intentar que no le pase nada porque no hay ni contrato con “fianza” ni nada de nada: les das el dinero y el carnet, y ellos te dan las llaves, y si luego hay daños no quiero ni saber cómo lo resuelven.
Sapa
Ya con nuestra moto nos fuimos a desayunar a Sapa O’chau, una de las agencias de tours más recomendadas, porque nuestra idea era movernos con la moto los dos primeros días y hacer un trekking con guía el tercer día. Sapa O’chau es en realidad un proyecto solidario que apoya a las comunidades locales, empleando a guías de la zona e invirtiendo los beneficios en educación y mejoras para los chavales. La oficina está en el centro de Sapa, en una callejuela detrás de la plaza, y tienen también una pequeña cafetería y venta de manualidades. Allí desayunamos unos zumos y unos bocadillos (180,000D) y quedamos con ellos en pasarnos al día siguiente para reservar el trekking a Ta Phin, uno de los sencillitos pero muy recomendados.
Mapa de trekkings y aldeas de Sapa
Con el estómago lleno pusimos rumbo al que quizás es el valle más famoso y visitado de Sapa: Muong Hoa Valley, donde se encuentran las aldeas de Lao Chai y Ta Van. Para bajar al valle desde Sapa el gps nos llevó por una calle donde cuatro amigos habían montado un chiringuito de entradas: había que pagar 75,000D por entrar al valle si eras extranjero. Me pareció un poco impuesto revolucionario, pero bueno, por no andar buscando otra calle por donde bajar al final accedimos y pagamos. Con la moto fuimos bajando por la carretera (sin asfaltar) despacito y empezamos a ver los grupos de gente que iban andando con y sin guías. Como veis en el mapa, la carretera avanza por el valle pero hay que desviarse por caminos secundarios para bajar a los pueblos, que están junto al río, pero se puede bajar en moto hasta abajo. Llegamos al primero de ellos, Lao Chai, donde aparcamos la moto y dimos un paseo corto. Cada pueblo está habitado por una de las minorías étnicas de la zona, y Lao Chai pertenece a la etnia H’mong. Es muy pequeñito y en seguida pusimos rumbo a Ta Van, mucho más grande, pero en lugar de volver a subir a la carretera lo hicimos por el camino que va junto al río. En Ta Van (de minoría Dzay) nos perdimos por sus callejuelas y caminos, subimos y bajamos (bendita moto), y paramos a tomarnos unas cervezas caseras bien frías en uno de los varios bares que vimos en la calle principal (40,000D).
Muong Hoa Valley
Queríamos apretar un poco más el día y como íbamos bien de tiempo seguimos avanzando un poco por el valle hasta llegar a Thanh Kim, al que se llega subiendo por una carretera de curvas que se adentra en otro valle. El camino hasta allí desde Ta Van no es gran cosa, pero al llegar arriba las vistas eran impresionantes:
Thanh Kim
La moto empezó a dar señales de no estar muy conforme con la tralla que le estábamos metiendo, y es que todas las motos de alquiler están muy cascadas y es muy probable que os den problemas. A nosotros se nos empezó a encender la lucecita naranja del motor, esa que si es tu moto te asustas y paras y llamas corriendo al mecánico, pero allí la gente pasa bastante. Supusimos que estaba un poco sobrecalentada por la subida, y buscamos un sitio para comer y dejar que se enfriara. No había mucho donde elegir y acabamos en un diminuto local en Ba Den donde había un par de occidentales comiendo y por 80,000D (unos 3€) comimos unos platos de arroz y fideos con verduras y pollo. Nada del otro mundo, pero por ese precio tampoco puedes pedir maravillas. Emprendimos el camino de vuelta a Sapa por la carretera y por el camino, ya llegando a Sapa, paramos a tomar café en un bar que habíamos fichado al pasar por la mañana, con unas vistas espectaculares sobre el valle:
Muong Hoa Valley
Eran ya casi las tres de la tarde y decidimos terminar el día en Cat Cat Village, una especie de “pueblo” étnico a las afueras de Sapa que recrea la vida pasada y presente de las minorías de la zona. Digo especie porque la experiencia resulta un poco artificial y forzada: las innumerables tiendas de souvenirs, los músicos y las costureras posando para que hagas fotos, y las hordas de turistas que iban caminando a nuestro lado hicieron que aquello nos resultara casi más parque temático que experiencia interesante. Además, no es barato: 50,000D por persona. Se puede bajar andando desde el centro de Sapa pero nosotros llegamos en moto, ya que la teníamos, y nos ahorramos los 5,000D que pedían por el parking simplemente bajando hasta el final del camino en lugar de aparcando donde vimos carteles de parking. Al final del camino hay otra caseta de entradas, donde pagamos nuestros 100,000D y allí nos indicaron dónde aparcar gratis.
Cat Cat se recorre andando, por un camino que primer baja una empinada calle llena de tiendas hasta llegar a unas escaleras que te bajan hasta la cascada. Por el camino se puede entrar en algunas de las casas, ver cómo tejen o cómo crían cerdos… pero son sobre todo tiendas de souvenirs. Es una calle estrecha y por lo menos cuando estuvimos nosotros había muchísima gente. Al final de la calle ya se empieza a oír el agua y te encuentras con unas escaleras que te bajan a la zona del río, donde está la cascada y unos molinos de agua de madera. También había gente bailando y tejiendo, pero ya os digo que no me pareció muy auténtico:
Cat Cat Village
La zona del río con los molinos y las pasarelas de madera es bonita, y se pueden meter los pies en el agua para refrescarse un poco, pero me dio mucha pena ver que la cascada tenía docenas de botellas de plástico acumuladas a sus pies… Vietnam tiene todavía mucho que aprender en cuanto a limpieza, algo que veríamos después en Halong Bay.
Cat Cat Village
Desde el río podíamos volver por el mismo camino para llegar a la moto, o seguir adelante y salir por otro lado y luego andar por fuera hasta la moto. Como las escaleras y la calle de las tiendas nos parecían demasiado empinadas, decidimos seguir hacia delante y así terminar de ver el pueblo, aunque tuviéramos que andar más luego. Nos llevó un buen rato pero al final salimos por el otro extremo, y vimos multitud de gente ofreciendo motos y taxis para recoger a los turistas que habían bajado desde Sapa andando.
Con esto terminamos las visitas del día, y a última hora de la tarde llegamos al hotel. Resulta que la habitación que nos habían dado no era la que habíamos reservado, y además olía raro y a mí no me terminaba de convencer. Les pedimos que nos cambiaran pero estaban llenos y no podía ser, así que muy amablemente les dijimos que nos íbamos a otro sitio, porque yo prefería acercarme un poco más al centro. La verdad es que fueron muy amables y no les importó, e incluso nos llamaron a un taxi para que nos llevara con las mochilas. Acabamos en el Sapa Centre Hotel, con una ubicación excelente en la misma plaza, pero con una habitación igual de cutrilla que la primera y con bastante moho. La gran ventaja era que podíamos bajar a cenar andando y teníamos muchos sitios donde elegir.
Pero antes de cenar todavía teníamos que volver a ver al tipo que nos había alquilado la moto para comentarle que se había encendido el piloto del motor, y para que nos diera otra moto para el día siguiente. El plan era visitar el mercado de Muong Hum, a unos 45 km de Sapa, del que hablaré en la siguiente etapa. El tipo nos dijo que no nos preocupáramos por el piloto, que se encendía pero no pasaba nada, pero de todas formas nos recomendó una moto un poco más cómoda para llegar a Muong Hum porque es un camino largo con subidas y bajadas. Nos dio una moto de marchas en lugar de una scooter para poder hacer las subidas y bajadas más a gusto, y nos cobró 140,000D.
Resulta que esa noche se celebraba el Sapa Full Moon Festival, con carrozas, música, baile y muchísima gente. La plaza estaba a reventar, y había un tráfico del demonio porque muchas calles estaban cortadas. Tardamos un buen rato en volver al centro, y eso que íbamos en moto. Nos fuimos un rato a la plaza a mezclarnos con la gente, y después de ver varias carrozas nos fuimos a cenar al Mountain Bar, recomendado en tripadvisor. Es más bar que restaurante; pedimos unas hamburguesas pero la chica no tenía pan y se tuvo que ir a buscarlo a no sé dónde mientras nosotros nos bebíamos unas cervezas. No cenamos mal (230,000D) pero hay sitios mejores, sin duda.
Full Moon Festival
Volvimos al hotel y caímos rendidos en la cama, había sido un día largo y la noche anterior no habíamos dormido demasiado. A la mañana siguiente tocaba madrugar para ir a ver uno de los famosos mercados étnicos de Sapa…