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SAN VLADIMIR, EL DNIÉPER
Y UNA EXPERIENCIA PEREGRINA
SAN VLADIMIR, EL DNIÉPER
Y UNA EXPERIENCIA PEREGRINA
Realidad otoñal kievita
El soleado día que amaneció lo comencé -tras desayunar en una insípida cafetería situada en Bohdana Khmel'nyts'koho con ínfulas de pija, pero que a mí no me engaña pues tenía poco que ofrecer - visitando la Catedral de San Vladimir, situada en el Boulevard Taras Shevchenko ya que sólo había tenido ocasión de verla de noche, a pesar de que está muy cerca de mi alojamiento. Así que allí me fuí.
Catedral de San Vladimir -
Патріарший кафедральний собор св. Володимира
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LA CATEDRAL DE SAN VLADIMIR -
Патріарший кафедральний собор св. Володимира
LA CATEDRAL DE SAN VLADIMIR -
Патріарший кафедральний собор св. Володимира
La Catedral de San Vladimir fue construída en 1862 en estilo neobizantino para conmemorar el 900 aniversario de la cristianización de la Rus de Kiev . Su interior es espectacular: Está completamente decorado con frescos y mosaicos realizados por varios artistas. Según entras, a mano derecha está el fresco del bautismo de Vladimir I de Kiev y, a mano izquierda, el del bautismo de los kievitas que muestra a los ciudadanos del Rus de Kiev descendiendo al río Dnieper, presididos por el prínciple Vladimir con una cruz. Ambos frescos son de Viktor Vasnetsov, quien pintó la mayoría de los frescos de éste templo. También hay uno de San Miguel Arcángel -patrón de Kiev- en el Juicio Final. De éste pintor hay una placa en la cercana calle Volodymyrska. Hay cierto ramalazo pre-rafaelita en su obra de esta catedral. Los mosaicos fueron llevados a cabo por maestros venecianos.
Interior de la Catedral de San Vladimir
Bautismo del Príncipe Vladimir I, pintado por Viktor Vasnetsov
Mientras yo admiraba el interior, estaba teniendo lugar un servicio religioso con música (fabulosa) de un pequeño coro de cámara. Fue una experiencia mística. Al parecer éste templo, al ser la Sede de la Iglesia ortodoxa ucraniana, es un lugar favorito de los ucranianos para asistir a una misa.
Desde la Revolución bolchevique de 1917 hasta la II Guerra Mundial fue convertida en Museo religioso y ateísta. Tras la guerra se reabrió como catedral y recibió las reliquias (que aún alberga) de Santa Bárbara procedentes de la demolida San Miguel de las Cúpulas Doradas.
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EL DNIEPER - Дніпро
EL DNIEPER - Дніпро
Tras ésta visita, decidí que quería pasear por el río, así que me cogí el metro en Teatralna para bajar en la estación de Dnipro (Дніпро), que está sobre tierra y junto al río. En la misma estación tienes que coger la salida que va, por debajo de un túnel atravesando la autovía y, una vez en el río giré hacia la derecha (o sea: Hacia el sur) hasta llegar, al cabo de unos 20 minutos caminando junto al río y por un bonito parque hasta "Ladya", que significa "embarcación" y que es el nombre que recibe el Monumento a los Fundadores de Kiev. Es una composición escultórica también denominada "El Cisne Flotante" construída en cobre y diseñada por Vasiliy Boroday y Nicolay Feshenko. Se erigió en 1982.
Parque Navodnytsky, junto al Dnieper, y Madre Patria
Según la leyenda, sobre la cual se basa una crónica medieval del siglo XI escrita por el cronista Néstor, se cree que los cuatro hermanos -tres chicos: Kyi, Schek y Khoryv y una chica: Lybid- que tenían cada uno sus propios asentamientos en distintas colinas junto a las cuales pasa el Dnieper, fundaron la ciudad allá por el siglo IX, y la bautizaron con una variante del nombre del hemano mayor. El motivo fue seguir la tendencia ya existente: Si Rómulo dio nombre a Roma, Antíoco se lo dió a Antioquía, Alejandro Magno a Alejandría, el príncipe Kyi habría de hacer lo propio con la ciudad que estaba fundando al unificar su asentamiento con los de sus tres hermanos haciendo de ellas una sola y repoblar otras colinas circundantes hasta completar las llamadas Siete Colinas del Dnieper que conformarían la ciudad de Kyiv o Kiev.
La escultura representa a los cuatro hermanos sobre una embarcación que está situada sobre un pequeño estanque que simboliza el Dnieper, dando la impresión de que emergen de las aguas.
Los Fundadores de Kiev - Пам'ятник засновникам столиці
El Parque Navodnytsky
Es un lugar romántico y con frecuencia se verán muchos novios y recién casados haciéndose el reportaje de bodas. Pero yo lo visité un lunes por la mañana: No es un día muy casamentero y, por lo tanto, no había nadie. A lo lejos, y si se mirá con el Dnieper a tu espalda, verás ambos conjuntos escultóricos: Ladya y el Monumento a la Madre Patria.
Hacía un sol espléndido. Regresé sobre mis pasos paseando de vuelta a la estación Dnipro donde cogí un metro hacia Arsenalna con la intención de ir a la Cueva Baja del Monasterio de Pechersk Lavra que me quedé sin ver el otro día, pero esta vez mi intención era acceder por la entrada en la que no hay que pagar. En Arsenalna, antes de disponerme a subir a la superficie, puse a cero el cronómetro del móvil para comprobar la duración del trayecto de escaleras mecánicas que es más largo que un día sin pan. Justo al llegar a la superficie comprobé la hora: Nada menos que cinco minutos de reloj. ¡Ah! ¡Y las escaleras mecánicas van a toda pastilla...!
Una vez que llegué arriba y salí al exterior, ví un kiosko de información y pregunté dónde se compraban los tickets de los autobuses y la chica me dijo: "En el mismo autobús". Vale. Pues cogí el bus Num 38 que lleva a Pechersk Lavra. El bus a tope. Ahí estaba yo con mis 5 hrivnias preparadas para cuando pasase la revisora. Y la revisora pasó... Sí: Pasó por ahí y pasó olímpicamente de mí. Alucinante. Cuatro viajes llevo ya en bus sin pagar.
Ví la parada llamada "Pechersk Lavra" (la anuncian en ucraniano y en inglés) y pasé de ella para bajarme en la parada siguiente que estaba... ¡¡ tachaaaan...!!... justo delante de la otra entrada al complejo monástico. Es lo que se podría llamar "la entrada de los peregrinos" (la otra es lo que denominaríamos "la entrada de los turistas"). No tuve que pagar aquí. Se ven kioskos, puestillos de iconos y estampitas, una parada de marshrutkas, etc y mucha gente... pero no se paga, así que ahí me fui y como ya estaba familiarizado con el terreno, no me costó encontrar el pasadizo que me llevaba a la entrada de la Cueva Baja. Eso sí: Había mucha gente: Peregrinos y algún turista despistado. Yo iba con los deberes hechos y sabía con lo que me iba a encontrar: No te cobran pero se recomienda pagar 5 hrivnias por una vela... Sí: Una vela. Todo el mundo entra a estas cuevas con una vela encendida. No se pueden sacar fotos. En fin: Que eso hice. Una beata que había por ahí me dejó encender mi vela de la llama de la suya y pasé por el pequeño umbral de la puerta que te conduce al pasadizo para adentrarte en la cueva.
a) Kilométricas escaleras mecánicas del metro de Kiev. No os engañéis: Este es sólo un tramo. Arriba del todo hay más; b) Cúpulas doradas de Pechersk Lavra; c) Otoño entre barrotes.
Íbamos en fila india porque el lugar es cada vez más y más estrecho. Y si mides más de 1.70 o 1.75: ¡Ojo con la cabeza! Yo observaba lo que hacía el grupo de señoras que iban delante de mí. Un dato: Los hombres tenemos que descubrirnos la cabeza (nada de sombreros ni gorras) y las mujeres tienen que tener la cabeza cubierta por un pañuelo o un foulard o similar. Pasamos por varios habitáculos donde había santos en nichos o féretros y se les veía ahí. La gente los besa y los abraza y luego vuelve a su fila porque estos laberintos de las cuevas son muy estrechos y sólo cabe una persona. Con tanta gente y tanta vela y con lo abrigados que íbamos (porque en la calle hacía frío)... Os podeís imaginar el calor que hacía. Este lugar no es apto para los que tienen claustrofobia.
Las señoras que estaban ante mí eran besuconas compulsivas de santos. Y entre santo y santo se persignaban repetidamente. Bueno: los ortodoxos de aquí están constantemente persignándose. A mí me da "cosa" besar una momia. Por muy incorrupto que esté su cuerpo y aunque haya un cristal por medio... no puedo... Así que decidí persignarme repetidamente como ellos-para no dar demasiado el cante. Ya sabéis: "Donde fueres haz lo que vieres". Pero al cabo de un rato y después de varios monjes y santos visitados y besados me percaté que estaba cometiendo... '¡¡ un error fatal !! ¡¡ Me estaba santiguando con la mano derecha como los católicos !!!! ¡¡ Horror !! ¡¡ Tendría que hacer maniobra !! Cambiar la mochila al otro hombro para poder compensar el peso y el movimiento, pasar entonces la vela de la mano izquierda a la derecha y comenzar a santiguarme compulsivamente con la mano izquierda. La operación fue complicada por lo reducido del espacio pero no importó mucho porque como estábamos ahí parados en medio del laberinto cavernícola en un atasco de peregrinos subterráneos... ¿Qué otra cosa podría hacerse?
Ellos, entre santiguada y santiguada, agachan la cabeza a modo de salutación. Aunque en esa cueva no hacía falta porque el techo es realmente bajo y en muchas ocasiones hay que ir con la cabeza agachada. Si no lo haces podrías llevarte un indeseado souvenir de Pechersk Lavra . La fila comenzó a moverse de nuevo lentamente ¡¡ Qué calor... !! Pero poco después se paró de nuevo... ¿Cómo era posible esto...? ¡¡ Si ya estaban todos los santos besados... !! Pero héte aquí que en un cruce de pasadizos laberínticos había un clérigo de larga y venerable barba que entró en trance místico y se puso a cantar. Y la gente se puso a cantar con él. Pero no era ésta música una maravilla armónico-polifónica como la del otro día o como la de la misa de San Vladimir. No: Esto era una versión cosaca-ñoña-ucranoide de lo que podría definirse como el equivalente musical del " Túúúú... has venido a la orillaaaaa... ", tan ibérico, tan nuestro, tan Vaticano II y tan universal.
Terminada la canción procedimos ya a salir de estas cuevas que, por cierto, hay que decir que datan del Neolítico. Una vez fuera, bendije el sol y el aire fresco que este día teníamos. La experiencia de ver las Cuevas en plena acción con asistencia de peregrinos había sido muy interesante pero había finalizado. Desde luego, aquí hay aquí mucha religiosidad y mucha devoción.
Se aproximaba la hora de comer y decidí que era mejor hacerlo en el Puzata Hata "de toda la vida": El de Khreschatyk, que venía de pasoporque así después podría bajar la comida paseando por la calle hasta llegar a mi alojamiento donde había dejado aquí mi equipaje en consigna y reservado un taxi a las 5 que me llevase al aeropuerto de Kiev Boryspil.
Y eso hice: Cogí una marshrutka en la parada que hay en la entrada gratuíta para peregrinos de Pechersk Lavra. El minibus iba a tope. Al entrar pregunté a una alta y voluminosa señora que estaba delante de mí:
- ¿Para en Arsenalna?-
- ¿Cómo dice?
- ¿Arsenalna?
- ¿Cómo?... - No entendía mi pronunciación. Se paró un poco a pensar... y dijo:
- Oooooh... "Arsenalna" - Y soltó una sonora e hinchante risotada similar a las de las cantantes de ópera...- Yes !!!!!
Pagué (¡¡Aleluya!!) 5 hrivnias al conductor y salimos. Al cabo de 10 minutos estaba otra vez en las eternas escaleras mecánicas del metro. Me bajé en el Maidan. Comí fantásticamente en el Puzata Hata y me fui paseando hacia el hotel, pero en vez de hacerlo por Bohdana Khmel'nyts'koho decidí hacerlo por el Boulevard de Taras Shevchenko.
Cuando paseas por este boulevard todo es "Taras Shevchenko": Museo "Taras Shevchenko", Universidad "Taras Shevchenko", Parque "Taras Shevchenko"... En la fachada de la universidad hay gran cantidad de placas recordando a científicos, políticos, pensadores, escritores o músicos ucranianos.
Izquierda: Taras Shevchenko; Arriba: Nikolai Pirogov. La actividad de este cirujano significó la incorporación de Rusia a las primeras filas quirúrgicas de la Europa de la época. Sus principales contribuciones tuvieron lugar en el campo de la anatomía topográfica, la cirugía ortopédica así como en la introducción de la anestesia. Arriba, derecha: Ivan Ogienko, (1882-1972), un científico ucraniano y figura política, pública y eclesiástica, se convirtió en el fundador y primer presidente de la universidad estatal de Kam'ianets'-Podil's'kyi (posteriormente rebautizada en su honor).
Abajo, centro: Vladimir Peretts (1870-1935). Etnógrafo y estudioso del folklore ucraniano.
Abajo, derecha: Volodymyr Zatonsky, político bolchevique, aunque ucraniano fue representante ruso de los soviets. Pro-ruso. Muchos intelectuales piensan que buscaba aniquilar la cultura ucraniana. Murió ejecutado en una purga anti-ucraniana paranoica de los soviets en 1938.
Izquieerda: Nikolai Berdyaev (1874-1948), político ucraniano y filósofo existencialista cristiano que remarcaba la importancia espiritual existencialista de la libertad y la persona humana. Arrestado en 1922 para un severo interrogatorio a medianoche, Berdayev no se humilló y profesó sus principios morales y religiosos en virtud de los cuales no se adhiere a ningún poder. Vieron sus interrogadores que no tenía sentido juzgarle o llevarle a un tribunal y lo liberaron.
Arriba, derecha: Pavlo Chubynsky (1839-1884), poeta y etnógrafo ucraniano, cuyo poema "Shche ne vmerla Ukraina" (Ucrania no ha perecido) fue adaptado como el himno nacional de Ucrania.
Como etnógrafo y especialista en folclor, hizo una importante contribución a la preservación de documentos de la cultura ucraniana y la originalidad. Llevó un registro de cerca de cuatro mil canciones ceremoniales, trescientos cuentos de hadas, muchos proverbios, costumbres y leyendas. Fue perseguido durante el resto de su vida por los poderes rusos anti-ucranianos
Abajo, derecha: Mikhail Bulgakov (1891-1940), escritor y dramaturgo
Llegué así hasta el cruce donde se encuentra el magnífico edificio de la ópera. Me dirigí al bloque que está frente a él, subí a la duodécima planta donde se sitúa el Mini Hotel Downtown para recoger mi equipaje, que había dejado en consigna. Me dijeron que el taxi que había pedido para las 5 de la tarde ya se encontraba esperándome en el patio interior a pesar de que eran sólo las 4.55. Me dijo la recepcionista que el trayecto al aeropuerto iba a costar 365 hrivnias (unos 12 €). Bajé y ahi estaba el taxista, que me hizo una señal con las luces. Salimos y recorrimos parte de la amplia ciudad. Vi una plazoleta con el logotipo del Festival de Eurovisión (que se ha celebrado aquí este año). Al cabo de unos 45 minutos ya estábamos parando en el Aeropuerto de Kiev Borispyl.
Le pregunto el precio al taxista y me dice 365 hrivnias. Le doy 400 y él hizo un extraño gesto antes de abrir la puerta para ir al portaequipajes y sacar mi maleta. En fin: Que 400-365=0. "¿Y esto por qué?" -te preguntarás, amigo viajero todo desconcertado-. Pues porque los designios de las matemáticas de taxista ucraniano son inextricables, inescrutables, inexpugnables e inexplicables. Cierto: La cantidad es irrisoria (35 hrivnias=1€) pero el problema es que yo estoy un poco chapado a la antigua y a mí siempre me habían enseñado que es el cliente el que tiene que dar la propina: Que el trabajador no se la asigna para sí por la cara... Que cuando uno hace esto, no se llama "propina", se llama otra cosa... Pero bueno: Ya lo decía Gracita Morales: !!! Hay que ver cómo anda el servíííííciooooo !!!
El vuelo de regreso a Londres transcurrió sin contratiempos.