Día 13, domingo 30 de julio. Reserva Curicancha y ruta hasta el Pacífico.
Hoy toca madrugar de nuevo porque lo tenemos que recoger todo, desayunar y a las 7:30 tenemos reservado el transporte para ir a Curicancha. Decidimos hacerlo así para poder dejar los coches ya cargados en el hotel.
Nos despedimos de Carlos agradeciéndole lo bien que nos ha cuidado y nos preparamos para degustar otro de sus fabulosos desayunos. En serio, cocina de miedo....Mmmm!!!
A las 7:30 en punto llega la furgoneta, dejamos la ropa que se nos mojó en la habitación para que nos la pongan en la secadora y nos vamos. Hacemos una parada a recoger otro grupo y a las 8:30 llegamos a la Reserva de Curicancha.
Pagamos la entrada y el guía (65 euros los tres con el transporte incluido ) y nos vamos los cuatro a ver que encontramos. La primera parada es en un mirador donde se pueden observar tucanes y con suerte quetzales (ojala!!) pero aunque se oyen de momento no conseguimos verlos .
Seguimos el paseo, donde tenemos que cruzar corriendo una marabunta de hormigas que impresiona de verdad. Casi un metro de ancho ocupando todo el camino que tenemos que pasar saltando...Conseguimos ver algunas capibaras pequeñas, una serpiente verde, alguna ardilla y.... dos quetzals machos!!! Esta vez, con la calma y gracias al telescopio que lleva el guía. Cuando estamos volviendo vemos un quetzal hembra volando, pero pasa tan rápido que no nos da tiempo a disfrutarla.
Pájaro bobo en la Reserva Curicancha
Serpiente verde
Una Morpho parada en el suelo!
El interior de una higuera que ha asfixiado al árbol sobre el que crecía.
Casi lloro de la emoción al ver el quetzal! La foto es un churro porque estaba muy lejos y éramos unas veinte personas alrededor de tres telescopios intentando verlo y tirarle alguna foto. Pero lo pillé!
Nos devuelven al hotel para recoger la ropa que habíamos dejado para secar y el coche, le damos 15$ de propina a las chicas y nos vamos al Café Colibrí a ver los pájaros que nos tienen el corazón robado. Cuando llegamos, nos llevamos un chasco enorme!
Estos tienen para pararse bien en los comederos y hay carteles donde pone que no se pueden tocar. Yo aprovecho que hay más luz que el día anterior y tiro 800 fotos a ver si consigo alguna decente pero la verdad es que a toro pasado vuelvo a pagar los 5$ por cabeza que cuesta el colibriario de Selvatura. De regalo pasa una família de monos pero también son visto y no visto.
Para comer paramos en Casemcoop, una cooperativa de mujeres artesanas que también hacen comidas. Nos sale muy barato pero la comida no tiene nada de especial. Eso sí, tirado de precio, porque hemos comido por 11 euros...
Después de comer pronto, carretera y manta hasta el Pacífico. Al salir de Monteverde agradecemos el 4x4, pero lo peor es que se está nublando por momentos. Tanto, que nos planteamos parar el coche. Al final arranca la tormenta, de esas que parece que se acabe el mundo, pero por lo menos, la niebla se deshace...
Al cabo de 2 horas de viaje llegamos al Rio Tárcoles, con parada obligatoria para ver los cocodrilos. La verdad es que la cantidad (más de veinte), como su tamaño son impresionantes. Hacemos un par de fotos y al coche que aun nos queda una buena tirada hasta llegar a Manuel Antonio.
Aunque el GPS nos marca una hora y media más, tardamos casi dos horas porque nos vuelve a caer el diluvio universal (con razón esta todo tan verde). Empezamos a estar cansados de tanto coche... Suerte que es la última parada...
Llegamos agotados al hotel, cenamos un poco de piña en la habitación y a dormir.
Día 14, lunes 31 de julio. Día de relax i Playa Biesanz.
Hoy queríamos un día tranquilo y habíamos decidido no ponernos la alarma. Peeeeeero no contábamos con nuestro despertador particular (= Júlia) que hoy, para cambiar la rutina de los últimos días ha decidido despertarse a las 6:00h.
Hacemos tiempo porque hasta las 7:00 no sirven el desayuno. Cuando vamos al restaurante vemos que el desayuno es básico pero por los comentarios que habíamos visto del hotel me lo esperaba peor. Fruta, zumo en polvo (puajjjjj....) tostadas con mantequilla y mermeladas, leche con cereales y gallo pinto. Aunque con poca variedad, puedes repetir y no te quedas con hambre.
Cuando acabamos nos vamos a la piscina y cuando nos cansamos cogemos el coche para ir a Playa Biesanz.
Detalle de la piscina del hotel (es mucho mas grande, pero en las otras fotos salimos en bañador... )
Cuando llegamos a la zona hay "aparcacoches" que nos llegan a amenazar si dejamos el coche sin pagar, pero nos encaramos con ellos y nos vamos cruzando los dedos... La playa es muy bonita, pero yo me esperaba más cocoteros....
En fin, nos bañamos por turnos con la peque, jugamos un buen rato y de repente aparecen titis y un mapache. De momento bastante tranquilos y sin acercarse a la gente.
Sobre las 14:00 nos entra hambre y vamos al Sancho's, un mejicano del que hemos leído que se come bien. Las vistas, aunque no se ve el mar, son fantásticas, pero no tienen la mitad de las cosas que queremos pedir para comer. A su favor cabe decir que los nachos eran enormes y riquísimos. Nos sale a 18 euros la comida.
Después siesta en el hotel y piscina de nuevo, que es fabulosa!
Para cenar decidimos ir al Wagon, un restaurante con un tren dentro. Llegamos sobre las 6 y hay mucho ambiente, pero nosotros pedimos cenar dentro del vagón de tren porque a Júlia le hace gracia. Dentro estamos solos y no hay música, así que es más sosillo, pero nos atienden muy bien y la pizza está muy buena.
Nosotros no tenemos hambre así que solo pedimos bebida (un Mai Tai y una Piña colada)...Júlia una limonada natural aprovechando los últimos días de vacaciones. Pagamos 24 euros. Se empieza a notar que estamos en la zona más turística de Costa Rica.