cuestiones previas ✏️ Diarios de Viajes de Vietnam

Voy a intentar relataros sin extenderme en exceso cómo fueron las 3 semanas que pasé en Vietnam, por si os pueden servir como información para decidiros a visitar el país, para planificar vuestra ruta o, simplemente, para aprovechar más el tiempo que paséis allí.

Volamos con Fly Emirates. La compañía es un lujo -posiblemente la mejor actualmente-, aviones enormes, buena comida, buen personal y sin retrasos. El precio rondó los 800€, partiendo desde BCN, y haciendo escala en Doha.

A la ida tuvimos un pequeño incidente, y es que había prevista una escala que, al menos en papeles, no constaba por ninguna parte (creo recordar que fue en Rangun, Myanmar). Fueron 1-2h sin salir esperando en el avión a salir de nuevo, lo cual nos demoró la llegada a Vietnam. Por lo demás, perfecto.

Entramos por el norte (Hanoi) y salimos por el sur (Ho Chi Minh City), práctica habitual de muchos viajeros, por lo de no tener que volver al punto de partida y poder aprovechar más la estancia. En cuanto a precio era muy similar hacerlo así o entrar y salir por el mismo aeropuerto.

Conviene ir a Sanidad Exterior a informarse de qué es recomendable vacunarse. Parte de las que necesitaba ya las tenía de viajes anteriores aunque suelen ser, entre otras, las siguientes: hepatitis (recordatorios), fiebre amarilla, fiebre diftoideas, malaria (poco necesario).

Como siempre, en un viaje largo y más si no es al primer mundo, conviene –aunque no es imprescindible- llevarse algunos medicamentos: para dolores de cabeza, constipados, diarreas, mareos, etc. Además de unas tiritas, crema solar, tijeras y pinzas.

Chubasquero (imprescindible), anti-mosquitos (Relec), linterna, adaptador electricidad. También recomendable una tarjeta de datos para el móvil (para emplear un maps), aunque yo no lo hice.

Al ser un país tan extenso, la posibilidad de vuelos internos siempre está ahí. Hay unos cuantos aeropuertos: Da Nang (cerca de Hoi An), Hue, Nha Trang, Da Lat (cerca de Mui Ne), Ho Chi Minh City, Hanoi, etc. Nosotros optamos por hacerlo todo por carretera: vehículos privados y autobuses, tanto diurnos como nocturnos. Los nocturnos tienen como ventaja el precio (más barato que un avión, como es obvio) y que ahorras tiempo de viaje, ya que el tiempo de dormir lo empleas en desplazarte.

Aunque realmente esto no siempre es así, porque el trayecto de bus nocturno más largo duró unas 14h, si bien en ese tramo no teníamos muchas más opciones. Estos buses suelen tener un baño en la parte trasera el cual, como supondréis, no está en las mejores condiciones ni es lo más cómodo (emplear el baño aguantando el equilibrio mientras el conductor va tomando curvas es una experiencia -aunque no de las mejores- del viaje :p).

Para dormir, estos buses en lugar de asientos disponen, a dos alturas diferentes, de unas literas en las que te puedes estirar cómodamente…siempre que no midas más de 1,60m o de lo contrario vas un poco justo de espacio.

Para desplazarnos en las propias localidades, alquilamos en varias ocasiones unas motos. Si nunca habéis llevado una, tal vez no sea conveniente estrenarse en Vietnam, donde es el transporte por excelencia, inmensamente más numeroso que los coches. Si ya tenéis práctica previa o si os veis con habilidad para ello, no supone problema alguno.

Sí que puede suponerlo en ciudades grandes (Hanoi o Ho Chi Minh City), donde saltarse semáforos, ir en dirección contraria, pasar por las aceras, no respetar stops y similares, es el pan de cada día, y donde –y éste es el gran problema- el grandísimo número de motos hace que esta práctica sea verdaderamente de riesgo. Fuera de las urbes más populosas, no tuvimos ningún problema…en cuanto al tráfico, pero sí con las motos en sí ya que es habitual que no estén en muy buenas condiciones.

No es nada extraño que tengáis una avería de motor o algún pinchazo. Nosotros tuvimos un poco de cada, lo cual, pasado el cabreo inicial (y siempre que no te pille muy lejos de un taller), pasa a formar parte de las anécdotas del viaje.

Como todo el sudeste asiático, no hay ningún problema con la seguridad. La gente es, en general, educada, civilizada y amable, lo cual no quita que, si decides pasearte a altas horas de la madrugada por callejones de una gran ciudad, puedas tener un incidente.

En nuestro caso, el único caso en que pudimos tener una altercado fue con unos turistas borrachos. Con los lugareños, cero problemas.

Aun así, las precauciones habituales nunca están de más: no mostrar dinero en público, cerrar bien las mochilas, no dejar pertenencias en lugares donde alguien pueda verse tentado a robarlas, etc.

Únicamente reservamos el de Hanoi, para evitar tener que buscar uno después de 14 horas de vuelos. Los demás, todos reservados sobre la marcha y, en mi opinión, es mejor hacerlo así para no “atarte” a tener que estar un día determinado en un sitio u otro por haber reservado con antelación.

Particularmente, me encanta (igual que la mayoría de comida asiática). Hay buena variedad, aunque todas parten de ingredientes comunes: arroz, pasta, verduras, pollo, marisco, etc. La gastronomía varía según la zona, y en absoluto está contra-indicada para estómagos delicados. Tampoco tuvimos ningún problema de indigestiones o intoxicaciones estomacales.

La estancia allí es barata: tanto comida como alojamiento son 3, 4 ó 5 veces más baratos que en España de media, y en algunos lugares, más incluso. El presupuesto total para los 21 días fue de unos 1800 €. Contando que los billetes rondaron los 800 € en total, podéis ver que la vida allí es muy asequible.

Por tanto, como el resto de Asia, Vietnam es un viaje muy recomendable si tenéis intención de pasar allí 2-3 semanas y contáis con un presupuesto medio.

Aquí dejo un resumen de la ruta que hicimos. Respecto del plan inicial que llevaba marcado, cambiamos Cat Ba (acortamos un día), no fuimos a las cuevas de Phong Nha, acortamos en Hue y alargamos en Mui Ne. El resto, más o menos, fue lo previsto.