JARDINES Y ALGO MÁS... ✏️ Diarios de Viajes de Marruecos

---

Tras un nuevo banquete como el de la jornada anterior, le pedimos a Youssef que nos busque un par de taxis, necesitamos aprovechar la mañana al máximo posible, nuestro vuelo sale a las 17:00 y queremos alargar la jornada todo lo que se pueda.
Nos consigue 2 taxis que nos harán la siguiente ruta: Riad- Jardín Majorelle- Puerta de Bab Debbagh (con el objetivo de visitar las Curtidurías), y fijamos el precio previamente, que no lo recuerdo exactamente pero nos pareció barato, así que aceptamos.

Al llegar al taxi nos encontramos la sorpresa: se corre la maratón y las puertas de salida de la medina están cortadas al tráfico...:shock:
Pero los taxistas que son de lo más agradable nos dicen que lo van a intentar, así que nos ponemos rumbo al Marrakech más profundo: donde la carne cuelga al aire libre goteando, gente va descalza, se conduce en dirección contraria y a toda velocidad...el Marrakech que el turista no ve...
Tras casi una hora dando vueltas intentando salir por prácticamente todas las puertas de la medina, dejan los taxis tirados literalmente en un callejón y nos acompañan a pie hasta los JARDINES MAJORELLE, quedamos con ellos a una hora para que nos recojan confiando en que para entonces la maratón haya terminado y el tráfico vuelva a la normalidad.
Pagamos por la entrada creo que unos 70 dírhams, y están bien pagados porque la visita lo merece.
Estos jardines son propiedad de Yves Saint Lauren desde 1980, que los restauró y adquirió nuevas especies. Cuentan con vegetales de los 5 continentes y distintas variedades de aves. Y estoy segura que garantizan un gran descanso al turista en los calurosos días de verano.







A la hora acordada nos esperaban nuestros taxistas y nos llevaron hasta la misma entrada de las CURTIDURÍAS.
La curtiduría es donde trata el cuero: limpieza, curtido, recurtimiento y acabado. Y aunque el olor es muy desagradable (seguramente infinitamente peor en verano cuando el sol aprieta) la visita es totalmente recomendable, y muestra una de las imágenes más auténticas de Marrakech, además de que es un proceso completamente artesanal y su materia prima nutre después a los zocos de la ciudad.
En la entrada un guía te pide 10 dirhams y te da una ramita de hierbabuena para mitigar el olor, y te pide que no fotografíes a los trabajadores directamente. Él te va explicando todo el proceso y mostrándote los pozos donde se llevan a cabo los trabajos.






Cuando terminamos decidimos acercarnos a la MADRAZA BEN YOUSSEF, la escuela coránica.
Aquí pecamos de confiadas...tras deambular un rato sin saber muy bien por donde se iba, un chico se nos acerca y se ofrece a acompañarnos. Ingenuas de nosotras confiamos en él y nos mete en un auténtico laberinto de calles y más calles. Después de casi media hora llegamos a una esquina y nos dice que 10 metros más adelante está la escuela y nos pide dinero....le damos 40dirhams (unos 4 euros) y empieza a gritarnos que eso no es nada, que con eso no tiene ni para tabaco... ...y gracias que no le hicimos caso y no le dimos más, porque nos había llevado....bueno yo qué sé donde...de repente nos encontramos 8 chicas en medio de unas calles donde no había ni un solo occidental, todo el mundo nos miraba y cuchicheaba. Nosotras plano en mano intentando localizar donde nos había dejado el prenda ese, pero claro, ya se había encargado él de dejarnos en un sitio imposible de situar en un mapa.
Preguntábamos a la gente y, o bien no sabían leer o no querían saber...y cuando ya llevábamos allí el rato suficiente para que los ovarios se nos pusieran de corbata apareció un hombre occidental a lo lejos y las 8 nos tiramos a él...ayuda por favor!!
El hombre aunque solo hablaba francés nos guio por las callejuelas y media hora más tarde llegamos a la dichosa madraza...que para colmo de todos los colmos estaba cerrada por reformas, y así seguirá durante los próximos 2 años...tomad nota.

Habíamos perdido mucho tiempo...entre el caradura ese y volver a encontrar el camino se nos había ido un tiempo valioso, así que solo nos quedaba un último paseo por los zocos intentando llegar a la plaza Jmaa el Fna y de allí al riad a recoger las maletas. Y todo a contrarreloj también...juro no volver a reírme de la gente de Pekín Express cuando deambulan por los mercados en busca de las pistas, porque nosotras buscábamos la plaza más famosa de Marrakech y fue una odisea llegar a ella...

Cuando conseguimos encontrarla solo nos dio tiempo a ver las serpientes (horroroso el show que ofrecen) y a comprar unas empanadillas típicas para después comer en el aeropuerto.
Recogimos maletas e Ismail nos llevó a nuestra terminal...aunque fuimos con mucho tiempo de antelación, lo agradecimos, hay que pasar varios controles de pasaportes, pudimos gastar los últimos dírhams en las duty free y comer tranquilamente antes de embarcar.

Nos han faltado muchas cosas que ver y visitar, así que no desechamos la idea de volver en un corto plazo de tiempo, y es que 8 compañeras de trabajo y apenas 48 horas en una ciudad cunden bastante poco. Pero lo mejor es que hemos captado la esencia de Marrakech, que nos ha enganchado y nos ha unido y sobre todo nos ha hecho vivir momentos inolvidables...
Y es que la verdadera felicidad no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en verlas con otros ojos...Hasta la próxima!

---