20-05-2016: BUENOS DÍAS DESDE COBLENZA. LOS CASTILLOS DEL RHIN ROMÁNTICO ✏️ Diarios de Viajes de AlemaniaEsta noche hemos estado navegando hasta llegar a Koblenz alrededor de las 4:30. Coblenza se encuentra en el punto donde confluyen el Rhin y el Mosela. Los romanos fundaron un campamento permanente en el año 8 d.C del que después surgió la ciudad...Diario: CRUCERO POR EL RHIN ROMÁNTICO Y EL MOSELA. FIN DE FIESTA EN DISNEYLAND PARIS⭐ Puntos: 3.7 (3 Votos) Etapas: 15 Localización: AlemaniaEsta noche hemos estado navegando hasta llegar a Koblenz alrededor de las 4:30. Coblenza se encuentra en el punto donde confluyen el Rhin y el Mosela. Los romanos fundaron un campamento permanente en el año 8 d.C del que después surgió la ciudad, a la que llamaron Confluente (muy original el nombre, por cierto). Hoy de nuevo toca madrugar. Según el programa, a las 9:00 tenemos que estar en el embarcadero, preparados para la visita de la ciudad. Pero como somos muy madrugadores tenemos tiempo de pasarnos por cubierta para ver el paisaje. El lugar donde confluyen ambos ríos se llama Deuches Eck o Rincón alemán, un mirador construido sobre un banco de arena. Su nombre proviene de la Orden de los Caballeros Teutones, que tuvo su sede en este edificio. En 1897 se levantó el monumento en honor al emperador Guillermo I de Alemania, fallecido unos años antes y que consiguió la reunificación de Alemania, pero fue destruido durante la Segunda guerra mundial. En 1993 se construyó una réplica del original. Muy cerca, en la ribera del Mosela, en una zona verde, se han colocado tres paneles del Muro de Berlín, dedicados a las “víctimas de la separación”. Siguiendo el sendero nos adentramos en una zona amurallada donde se encuentra el Deutschherrenhaus, antigua encomienda de la Orden Teutónica que hoy en día alberga el Ludwig Museum, de arte moderno. En el jardín hay algunas esculturas como un pulgar o un bolso Hermes, el bolso más caro del mundo (toda una obra de arte). [img]https://https://lh3.googleusercontent.com/goi2rvGLxuJiPr5bdbSjcNv3H9laVn2JYAZiIJY-tOEST0yyD_nAocsWzRPJ3VqWpWTyu6sfcRmYwS85axQ=w500-no-tmp.jpg[/img] Y después de pasar por delante de la fachada principal de la Basilika St. Kastor, llegamos a Josef-Gorres Platz, donde se encuentra la Historiensäule o Columna de la Historia, que representa 2000 años de la historia de Coblenza en 10 escenas. Así, por ejemplo, un barco cargado con barriles de vino simboliza el asentamiento romano desde el siglo I al V. Tal es la influencia romana que todavía hoy se conserva el trazado del Cardus y el Decumanus, son las calles Firmungstrasse y Löhrstrasse, respectivamente. En la primera se conservan edificios de gran belleza, como uno que era el domicilio de un farmacéutico, con unos relieves que representan a la diosa griega Hygieia (Hígia), hija de Asclepio, y diosa de la curación, la limpieza y la sanidad. Justo debajo, junto a la ventana, se representa a una monja cuidando de un bebé y, en el otro lado, a una madre. Desde aquí llegamos a Jesuitenplatz, que es el patio de un antiguo colegio jesuita. Uno de los lados del colegio lo ocupa el Ayuntamiento o Rathaus. Al otro lado está la Jesuitenkirche, con una fachada entre el gótico y el renacimiento. En el centro de la plaza hay una estatua que representa al fisiólogo y anatomista Johannes Müller. Pasando por el arco, en el patio del Ayuntamiento nos encontramos con la Schägelbrunnen o fuente de los niños, que es el segundo emblema de la ciudad. Rememora la época en torno a 1880, cuando Coblenza pertenecía a Francia y se bautizaba a los niños con el nombre de Jean, porque muchos eran hijos de soldados franceses que luego se desentendían de ellos. Jean, dicho en dialecto, se convertía en “Schang” y más tarde en “Schängel”. Muchos de estos niños rondaban por las calles y hacían travesuras. Esta fuente, en consonancia con este espíritu bromista, escupe, cada pocos minutos y cuando menos te lo esperas, un chorro de agua, mojando a todo aquel que se encuentro delante y desprevenido. Tras un paseíto llegamos a Liebfrauenkirche, la iglesia de Nuestra Señora, una iglesia románica que se remonta a los inicios del cristianismo, pero su aspecto actual data del siglo XII. En el vestíbulo hay losas de sepulcros. Muy curioso es el Cristo crucificado en una cruz con forma de “Y” griega. Según nos comentaron, no es muy habitual este tiempo de crucifijo, pero en España hay uno en Puente la Reina en Navarra. [img]https://https://lh3.googleusercontent.com/DyQKmVe_50IoKFIkMPmYyB0z1qUSoLxuD3hWALuVh7PFH7Jdqdk70TuyzR6Em_QSAj01Xvps7ITOCVTlTWM=w250-no-tmp.jpg[/img] Pasamos por Gemüsegasse, donde se encuentran unas esculturas que representan a personajes de la ciudad. Una de ellas representa a Spitals Andun o Hospital Tony. Es una estatua que representa a un hombre con un ramo de flores acompañado de un niño. Es una figura muy conocida porque vivía en un hospital, pero también porque paseaba por el casco antiguo con cajas de cartón y de cigarros bajo el brazo y con un sombrero adornado con cintas y flores. Los niños le saludaban con cariño. Otra de las figuras es Pfefferminzje o la Mujer de la Menta. Representa a Annemarie Stein, una mujer muy excéntrica, con un gato a los pies. Era amante de los animales y se encargaba de ir de bar en bar buscando dinero para alimentarlos. Entre sus pertenencias había hierbabuena (pfefferminz, en alemán). Como le faltaban dientes no pronunciaba bien la palabra y así es como consiguió el apodo por el que la ciudad la conocía. Y ya llegamos a Florinsmark, centro de la vida política y de negocios de la ciudad. Aquí está el Kaufhaus und Danzhaus, donde los comerciantes cuyos barcos atracaban en las riberas del Mosela ponían sus productos a la venta en el sótano, mientas que las otras plantas se utilizaban para celebrar fiestas y reuniones. Bajo el reloj está el “Augenroller”, que saca la lengua y gira los ojos cada hora en punto y a las medias. Al parecer la imagen representa al barón Johann von Kobem, que, según cuenta la leyenda, sacaba la lengua y giraba los ojos mientras era decapitado. A su lado está el Schöffenhaus, que era la sede del tribunal de la ciudad, se encargaban de controlar las monedas y los pesos. A partir de aquí tenemos tiempo libre y nos acercamos a ver el Alte Burg, que está muy cerquita. La mejor vista se obtiene desde el Balduinbrücke, el puente más antiguo sobre el río Mosela, de 1322. Desde aquí volvemos a Münzplatz o plaza de la Moneda, cuyo nombre recuerda a la antigua moneda de los príncipes electores, el Münz. El único edificio original que se ha mantenido es la Münzmeisterhaus ('Casa de la Moneda') de 1763. La verdad es que es una plaza más, llena de cafés, pero lo que la hace más llamativa son unas esculturas muy divertidas, como la Mujer del mercado y el policía (Marktfrau und Polizist). Al parecer, las mujeres del mercado que vendían frutas y verduras se pasaban todo el día sentadas, esperando que los clientes comprasen sus productos. Algunos niños les hacían travesuras, como orinar en las verduras. Los policías, cuya central estaba muy cerca, les ayudaban a protegerse de estos niños y, a cambio, eran recompensados con frutas y verduras. Otra de las figuras representa al zapatero Hennrich Resch, que vivió en la segunda mitad del siglo XIX. Le encantaba gastar bromas a la gente y no temía a las autoridades. Dicen que una vez fue marchando por las calles de la ciudad tocando una marcha militar con un tambor, e hizo que toda la gente saliera a la calle. Fue condenado a seis semanas de arresto. Seguimos por Markstrasse y Löhrstrasse, las principales arterias comerciales de la ciudad. La intersección de ésta con Altengraben se la conoce como Vier Türme, cuatro torres, ya que cada uno de los edificios del siglo XVII que se levantan en sus esquinas tiene una fachada con multitud de detalles y un mirador grabado y pintado. La casa con las flores y querubines es la única que se escapó de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. En seguida estamos en Am Plan, una amplia plaza que fue la primera de la ciudad. Aquí estaba el mercado de carne, se celebraban las ejecuciones, … La fuente del centro da agua desde principios del siglo XIX. Y, en busca de un descansito, nos encontramos con la Entenbrunnen o Fuente de la niña y los patos. Y ahora a coger el teleférico, el Seilbahn, para dirigirnos a la fortaleza Ehrenbreitstein, la segunda fortaleza más grande y mejor conservada en Europa, después de Gibraltar, desde donde se tienen las mejores vistas del Deutches Eck. Desde las alturas puede verse la unión de las aguas del Rhin y del Mosela, con sus aguas de diferente color. Y ya en el barco, es el momento de arreglarnos rápidamente y dirigirnos al comedor, que hoy hay cambios de turnos y nos toca comer primero. Por cierto, que cuando hemos embarcado hemos visto como el equipo del restaurante ha preparado, en cubierta, un carrito, unas bandejas y copas… Aproximadamente a las 16:00 está previsto llegar a la zona que se denomina el Rhin Romántico, con una sucesión de castillos a ambas orillas y mientras tanto vamos a disfrutar de una degustación de helados. Pero el tiempo nos ha jugado una mala pasada y nada más salir de Coblenza empieza a llover: la degustación de helados se traslada al Salón Panorámico. Y desde sus ventanas empezamos a ver los castillos más próximos a Coblenza: Stolzenfels Schloss, castillo Lahneck, … El Stolzenfels Schloss se construyó en el siglo XIII como fortaleza fronteriza por el arzobispo de Trier. Su función principal era la de mantener el derecho de cobrar los impuestos aduaneros del Rhin. Fue destruido durante la Guerra de Sucesión del Palatinado y posteriormente sirvió de cantera. En 1823, el futuro rey prusiano Federico Guillermo de Prusia lo recibió como regalo de la ciudad de Coblenza, manteniendo los restos medievales de la torre de defensa y construyendo una residencia oficial siguiendo el modelo del estilo renano, con un toque inglés. La verdad es que los habitantes de Coblenza son muy listos: te regalan una ruina, histórica, pero ruina, y te toca restaurarla. Como la lluvia empieza a remitir, subimos a cubierta, no sin antes comprar el plano del Rhin en recepción, porque si no, no vamos a acordarnos de los nombre de tanto castillo. Bien abrigados y resguardados del viento tras la mampara del jacuzzi, disfrutamos del paisaje, juntos con nuestros compañeros de mesa y unas parejas de Vilafranca con los que hemos hecho “buenas migas”. Pronto Roser nos avisa por megafonía que llega el castillo de Marksburg, sobre la población medieval de Braubach. Este castillo es el único que no ha sido destruido a lo largo de la historia. Braubach conserva su arquitectura medieval de casas de entramado en madera intactas, en un entorno de colinas, bosques y montañas que acentúan la sensación de estar en un lugar sacado de un cuento. Un poco más adelante ya se vislumbra en la orilla derecha, en un recodo del río, Boppard, una ciudad imperial que en su origen fue un campamento romano, en la edad Media se convirtió en ciudad libre del imperio hasta que se adueñaron de ella los arzobispos de Tréveris. En lo alto de la población, se encuentra la fortaleza del siglo XIV. Justo en la orilla está el castillo del Príncipe Elector (Kurfürstliche Burg), del que se conserva la torre de defensa original. Este edificio además de proteger el territorio, mostraba a los habitantes la presencia del señor de las tierras, y servía para llenar las arcas del príncipe con el dinero recaudado como aduana del Rhin. Nada más salir de Boppard, en la orilla izquierda, nos encontramos con los “hermanos hostiles”: Castillo Sterrenberg y Castillo Liebenstein. Es probable que las disputas de los propietarios inspirasen esta leyenda, pero en realidad, el Castillo Liebenstein, del siglo XIII, era el castillo de defensa del Castillo Sterrenberg. En las colinas de St. Goarhausen se encuentran dos de los más famosos castillos del Rhin, el Burg Maus (castillo del Ratón) y el Burg Katz (Castillo del Gato). El Burg Maus, cuyo nombre originario es Peterseck, se empezó a construir hacia 1356, por uno de los arzobispos de Tréveris. Lo finalizó la familia Von Falkenstein que lo quería para la protección de su territorio recientemente adquirido. Para no ser superados por un hombre de la iglesia, sus vecinos, los acaudalados condes Katzenelnbogen levantaron su propio castillo, la poderosa fortaleza Neu-Katzenelnbogen o Burg Katz, en la colina contigua. Entre las gentes decían que los castillos se vigilaban como el gato y el ratón, y así se quedaron con sus apodos. Pronto llegamos al Lorelei. El Rhin en esta zona es más profundo y más estrecho, lo que lo convierte en un lugar peligroso. Debido a las desapariciones de navegantes, surgió una leyenda: una hermosa chica rubia seducía a los navegantes y les llevaba a la perdición. A continuación, en el lado derecho del Rhin, se encuentra la ciudad de Oberwesel, con su impresionante muralla, con dieciseis torres de guardia. Sobre la ciudad se alza el castillo Schönburg, que actualmente es un hotel. Enseguida nos encontramos con la localidad de Kaub, dominada por el castillo Gutenfels, cuyos propietarios exigían derechos de peajes a las embarcaciones del río hasta el siglo XIX. Casi enfrente, en una isla del ríos, está el Castillo Pfalzgrafenstein. Victor Hugo lo definió como “el barco de piedra eternamente anclado sobre la faz de la tierra.” Fue castillo aduanero, prisión y puesto de vigilancia. En la actualidad está muy deteriorado por la humedad. Todavía no conoce lo que es la corriente eléctrica, ni un baño, así que mejor que no tengas un apretón por aquí. Llegamos a Bacharach que está dominado por el castillo Stahleck, que protegía este antiguo baluarte aduanero hasta que fue arrasado por el ejército francés durante la Guerra de los Treinta Años. En la actualidad, tras una recuperación, es un albergue juvenil. A continuación, en el lado derecho se encuentran las ruinas del castillo de Fürstenberg. Construido en 1219 por el Obispo de Colonia, proporcionaba protección a sus propiedades y se utilizó para recaudar peajes. Destruido en la Guerra de Sucesión del Platinado, las ruinas del castillo ahora sólo da un idea de su pasado monumental. Lorch, en el lado derecho del río, es un pequeño pueblo con casas de entramados de madera del siglo X. Y sobre la ciudad se alzan las ruinas del castillo de Nolling. Un poco más adelante nos encontramos con el Castillo de Heimburg. Y a continuación, en el mismo lado, está el castillo Sooneck y, un poco después el Castillo de Reichenstein, que era propiedad de un barón que se dedicada a robar, motivo por el que fue destruido en 1253. Pero en el siglo XIX se inició su reconstrucción. La verdad es que es un continuo de castillos y de hacer fotos. Parece que el viento amaina un poco, lo que nos permite caminar por cubierta. ¡Ay Dios! Con tanta foto se me acaba la batería. Toca bajar corriendo a nuestro camarote para cambiarla por una cargada. Afortunadamente, llego a cubierta a tiempo de ver el Castillo Rheinstein. A lo lejos ya se ven las ruinas del castillo de Ehrenfels que constituía una barrera defensiva contra los enemigos del norte. Fue construido como castillo aduanero. Este castillo era uno de los más impresionantes que protegían el Rhin. Por cierto que, últimamente, no hace más que salir en las películas de La 1 que emiten en las sobremesas de los sábados y los domingos. En el río, construido sobre una isla, se encuentra al Mäusenturm. Construida a mediados del siglo XIV como Torre de peaje. Existen muchas leyendas sobre el origen de su nombre. Una de ellas dice que el arzobispo de Maguncia en un periodo de hambruna negó la ayuda a sus súbditos, a pesar de que tenía el granero lleno. El pueblo seguía manifestándose y el arzobispo los mandó encerrar en un cobertizo prendiéndolos fuego. Ante los gritos del pueblo el arzobispo dijo “¿escucháis los silbidos de los ratones del granero?” En ese momento salieron miles de ratones. Por miedo, el arzobispo se refugió en la torre, pero volvieron a salir ratones de todas partes. Y llegamos a Rüdesheim. La verdad es que la tarde se ha pasado en un momento y hemos conseguido sortear la lluvia. La lástima es que las fotos han salido un poco oscuras, pero ¡qué le vamos a hacer! Después de cenar, salimos con Gabriel a dar una vuelta por la ciudad, a ver qué ambiente hay. La verdad es que hay algún Winegarten abierto, pero bastante poco ambiente. Tras dar una vuelta volvemos al barco. Mañana será otro día. Índice del Diario: CRUCERO POR EL RHIN ROMÁNTICO Y EL MOSELA. FIN DE FIESTA EN DISNEYLAND PARIS
01: 14-05-2016: NOS VAMOS A DÜSSELDORF
02: 15-05-2016: AUF WIEDERSEHEN DÜSSELDORF. ¡HOLA COLONIA!
03: 16-05-2016: ESTA TARDE EMBARCAMOS.
04: 17-05-2016: ¡YA ESTAMOS DE CRUCERO! PASEO POR COLONIA
05: 18-05-2016: HOY BONN Y LIZ AM RHEIM
06: 19-05-2016: NAVEGANDO HACIA COCHEM
07: 20-05-2016: BUENOS DÍAS DESDE COBLENZA. LOS CASTILLOS DEL RHIN ROMÁNTICO
08: 21-05-2016: PASEO POR RÜDESHEIM Y TRASLADO A MAGUNCIA.
09: 22-05-2016: YA ESTAMOS EN WORMS. A VER SI PODEMOS IR A HEILDELBERG
10: 23-05-2016: ESTRASBURGO, EL FINAL DEL CRUCERO.
11: 24-05-2016: ¡ADIÓS ESTRASBURGO! ¡HOLA EURODISNEY!
12: 25-05-2016: LA AVENTURA SIGUE
13: 26-05-2016: MADRUGANDO PARA IR AL PARQUE
14: 27-05-2016: ÚLTIMO DÍA EN DISNEYLAND
15: 28-05-2016: ADIÓS VACACIONES, ADIÓS
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