Domingo 1 de octubre de 2017
El verdadero organizador de los viajes en familia posando guapísimo en Watkins Glen
Cumplido nuestro objetivo primordial del viaje, la vuelta a casa fue algo más relajada. Nuevamente, decidimos hacer noche en las inmediaciones de los Finger Lakes para poder disfrutar de una pequeña excursión al día siguiente antes de regresar definitivamente a nuestro hogar (nota mental: no reservar un microtel nunca más en nuestros viajes con Mini-Lola. ¡Despertar con músculos entumecidos y con escasa movilidad asegurado !
El lugar elegido para nuestra excursión de despedida fue el parque estatal de Watkins Glen, situado cerca del lago Seneca y donde recorrimos un precioso sendero repleto de pequeñas cascadas de unos 2 kilómetros y medio de longitud llamado "Gorge Trail" (= el sendero de la garganta). Como veis, aquí no se quiebran mucho la cabeza con los nombres...
La ruta conocida como "Gorge Trail" discurre a través de un estrecho desfiladero que sigue un pequeño río, a lo largo del cual se pueden ver pozas de diferente profundidades, rocas afiladas y esculpidas por la fuerza de las aguas, y hasta 19 cascadas con diferentes alturas y dimensiones.
Aunque existe la posibilidad de realizar otras rutas alternativas (señalizadas como "Indian Trail" y "South Rim Trail"), el recorrido que recomiendan en el centro de visitantes es el que nosotros seguimos, ya que parece ser que los otros senderos se adentran en la zona boscosa de la garganta y las vistas no son tan espectaculares.
Nosotros comenzamos nuestra ruta en la entrada principal. Otras personas prefieren empezar el recorrido en la entrada sur (la mejor para comenzar si queréis empezar con un "pic-nic", ya que tiene una zona habilitada para ello y el recorrido es prácticamente idéntico al que comienza en la entrada principal). También hay quién prefiere empezar la ruta en la entrada situada en la parte alta de la garganta, que es donde terminaría el recorrido "standard" desde la entrada principal. Esta tiene la ventaja de que todo el camino sería cuesta abajo, así que es la más recomendable para aquellos que no quieran cansarse mucho (vamos, que es apta para vagos )
En la época en la que nosotros estuvimos, el comienzo del sendero desde la entrada principal resultaba un poco desalentador, ya que la zona se encontraba en obras y estaba todo lleno de vallas amarillo chillón y de carteles apocalípticos que anunciaban las desgracias que nos podían suceder si se nos ocurría poner un pie fuera del camino trazado. Afortunadamente, la zona de obras no era muy larga y pronto nos encontramos con el bonito recorrido que todos estábamos esperando.
Antes de ponernos a andar en serio, decidimos montar nuestro pequeño "pic-nic" con la comida que previamente habíamos comprado en Whole Foods, un clásico entre los clásicos supermercados americanos. Para ello, tuvimos que desviarnos hacia la zona de "pic-nic" situada en la entrada sur, con la consiguiente paliza de escaleras empinadas con bebé porteado de regalo
Una vez satisfecho nuestro apetito iniciamos nuestro paseo por Watkins Glen. El recorrido es muy sencillo e incluso "demasiado civilizado" con escaleras esculpidas, paneles explicativos y mucho, mucho y demasiado público. Por momentos parecía que aquello fuera el Corte Inglés en rebajas (y eso que estábamos en octubre) pero a pesar de ello disfrutamos mucho del paseo y además Lolita se durmió en el Mei-Tai , así que pudimos gozar de bastante tranquilidad y silencio mientras caminábamos )
Esta son algunas de las fotografías que tomamos durante nuestro recorrido...
[img]http://https://1.bp.blogspot.com/-8ooKFiO8D0Y/Wpgl0yr_vmI/AAAAAAAALMs/gBYZ-pxhSTMcRoihpEStnwMElFY0AViNACLcBGAs/s320/watkinsglen9.jpg[/img]
Como veis, la ruta era bastante bonita. Y, aunque está claro que el plato fuerte del viaje eran las cataratas del Niágara y que las demás excursiones tienen un carácter secundario, yo creo que si os gusta hacer las cosas de forma relajada y tranquila, los Finger Lakes son una zona perfecta para parar en el camino de ida/regreso hacia/desde las cataratas del Niágara.
Mucha gente se mete auténticas palizas y visita Niágara en un día desde Nueva York en avión (lo que obviamente no es barato) o viaja en autobús hasta allí (el microtel al lado de esta idea es un spa balinés ) Como es lógico, cada viajero tiene sus preferencias y también sus circunstancias pero, en mi opinión, si tenéis algo más de tiempo lo mejor es alquilar un coche y hacer el viaje por vuestra cuenta disfrutando de la aventuras que el camino a Niágara os pueda ofrecer.
Nosotros nos quedamos con ganas de más y muy probablemente volveremos a parar en los Finger Lakes cuando viajemos de nuevo a Canadá. Me gustaría mucho pasear por Geneva, darme un chapuzón en alguno de los lagos (en verano ) y también visitar la histórica ciudad de Seneca Falls, tan importante para el movimiento feminista.
Me gustaría poder hablaros de todo ello en un futuro, pero ahora toca despedirse de nuestro primer viaje a las cataratas del Niágara y dejar paso a nuevas aventuras. Espero que os haya gustado leer este relato tanto como a mí escribirlo.
Hasta pronto queridos viajeros!