Día 13. 5 Marzo 18: Udaipur – Ranakpur - Rohet Grah (220 km) ✏️ Diarios de Viajes de India

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Hoy nuestra ruta sigue el camino de los montes Aravalli, los más altos del nordeste del país. La carretera sigue un angosto valle con poca circulación y en estado regular. Es rural y real por completo. Bellísimo.
Paramos en un pozo del que extraen agua para todos los pueblos de alrededor con poleas movidas por bueyes. Funciona todo el día sin descanso.
En poco rato llegamos a Raknapur, al templo Adinatha del siglo XV. No podemos entrar hasta las 12, ya que solo abre al público 5 horas al día. Es el templo jainista más grande de la India, y muy estricto. No puede entrar nada de piel. Has de dejar en el coche cinturón, monedero y cualquier otro artículo que lleve un mínimo de piel. Con los zapatos no hay problema, te los has de quitar como siempre. Precio de la entrada 200 rupias, 100 por cada máquina de fotos y 2000 de fianza por los audioguías (que te devuelven íntegramente).
El enorme templo tiene 29 salas en 4.320 metros cuadrados y 420 pilares tallados para sostener lad cúpulas. Es todo de mármol, y los pilares están bellamente tallados y son todas diferentes. La audioguía te proporciona muy buenas explicaciones y te hace disfrutar del recorrido. Muy recomendable. Para mí uno de los TOP de los templos.
Nosotros somos moteros, y Ram lo sabía. Nos lleva al templo de Om baam, dedicado a la motocicleta. Ya sabíamos que el hinduismo tiene más de 3.000 dioses, y levantan templos a cualquier ser viviente, pero nunca se nos hubiera ocurrido que también a una moto. Se expone una motocicleta de 350 cc con la que alguien se mató en ese punto, y lo visitan cuando se compran una moto para pedir evitar accidentes. Hay canticos y fuego permaente. Hicimos un donativo.
Comemos en una agradable terraza en medio de Aravalli. Es una de las zonas más bonitas y tranquilas del viaje.
A media tarde llegamos a nuestro hotel, un pequeño fuerte rodeado de pabellones y jardines lejos de la civilización. La cena por la noche es amenizada con suave música local. Todo muy agradable. Será la única noche que dormimos sin el bullicio de las ciudades y su caótica circulación. Se agradece. (Fort Chawama)
Aquí se produce una de las aneécdotas del viaje, y de la que no nos enteramos hasta volver a casa: ese no era el hotel contratado. Ram, por motivos que desconocemos, nos llevó allí, en recepción nos aceptaron, era un fuerte como esperábamos (sin letreros odentificativos) y valía lo mismo. A estas alturas aún no se si me cobrarán los dos hoteles.

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