En Obertraun visitamos la Cueva de hielo gigante de Dachstein.
Cogemos el teleférico en Obertraun hasta la mittelstation Krippensteinbah-Schönbergalm. Las visitas que pueden hacerse desde allí son la Eishöhle y la Mammuthöhle. Hay todo un mundo por descubrir aquí arriba. Nosotros habíamos decidido entrar en la primera, en la cueva gigante de hielo; compramos la entrada combinada con el teleférico y con la tarjeta que nos dieron en nuestro alojamiento, “Salzkammergut erlebniscard”, conseguimos un descuento de 11 € para todos. Cuando llegamos a Schönbergalm, disfrutamos de otra imagen del lago, encima de Obertraun y con Hallstatt Lahn enfrente.
Hay que pasar por la caja para que te asignen número de grupo; en los paneles informativos señalan cuánto queda para que empiece la visita de ese grupo. Luego subimos durante unos 15 minutos por unas cuestas y esperamos a que empiece la visita guiada. Llevamos al niño a la espalda.
Al principio caminamos por terreno seco y llano, pero según avanzamos hay que subir escalones y rampas; destaca la magnitud de este mundo subterráneo.
Lo mejor está en la parte en que empezamos a ver formaciones de hielo, espesas capas que recubren las paredes… El juego de luces resalta el capricho de la naturaleza.
Nos explican cómo se forma el hielo dentro. El agua que se filtra desde la meseta de Dachstein hacia la cueva a través de pequeñas grietas se congela, dando lugar a las curiosas formaciones.
El hielo se mantiene con las corrientes de aire que invierten el sentido al cambiar de estación.
En algunos puntos el frío se hace notar (hasta -2, nos dijo el guía), hay que ir bien abrigado y con calzado con agarre, porque a veces pisamos suelo mojado (el camino no tiene peligro ni pisamos hielo nunca).
En algunos puntos el espesor del hielo alcanza los 8 metros, en otros 25.
Llegamos a la parte más conocida de la cueva:
Después nos acercamos al área natural protegida de Koppenwinklsee, en Obertraun también. Siguiendo la carretera principal, cruzando el río Traun sobre el puente, giramos a la derecha pasando la parada de bus.
Después de la gasthaus Koppenrast, dejamos el coche y paseamos por un camino arbolado y sin nadie que nos acompañara durante unos 15 minutos hasta el pequeño lago Koppenwinkel, que se encuentra a los pies del Dachstein. Algún cartel indicaba “glücksplatz”. No me extraña.
El resto de la tarde lo pasamos en la strandbad del pueblo, la zona cercana al lago donde hay un lugar habilitado para el baño y un parque infantil enorme.
Disfrutamos de las vistas de la otra parte de Hallstatt, mientras vemos en el cielo la que nos espera; apuramos hasta el final hasta que baja la lluvia con su diluvio.
Cogemos el teleférico en Obertraun hasta la mittelstation Krippensteinbah-Schönbergalm. Las visitas que pueden hacerse desde allí son la Eishöhle y la Mammuthöhle. Hay todo un mundo por descubrir aquí arriba. Nosotros habíamos decidido entrar en la primera, en la cueva gigante de hielo; compramos la entrada combinada con el teleférico y con la tarjeta que nos dieron en nuestro alojamiento, “Salzkammergut erlebniscard”, conseguimos un descuento de 11 € para todos. Cuando llegamos a Schönbergalm, disfrutamos de otra imagen del lago, encima de Obertraun y con Hallstatt Lahn enfrente.
Hay que pasar por la caja para que te asignen número de grupo; en los paneles informativos señalan cuánto queda para que empiece la visita de ese grupo. Luego subimos durante unos 15 minutos por unas cuestas y esperamos a que empiece la visita guiada. Llevamos al niño a la espalda.
Al principio caminamos por terreno seco y llano, pero según avanzamos hay que subir escalones y rampas; destaca la magnitud de este mundo subterráneo.
Lo mejor está en la parte en que empezamos a ver formaciones de hielo, espesas capas que recubren las paredes… El juego de luces resalta el capricho de la naturaleza.
Nos explican cómo se forma el hielo dentro. El agua que se filtra desde la meseta de Dachstein hacia la cueva a través de pequeñas grietas se congela, dando lugar a las curiosas formaciones.
El hielo se mantiene con las corrientes de aire que invierten el sentido al cambiar de estación.
En algunos puntos el frío se hace notar (hasta -2, nos dijo el guía), hay que ir bien abrigado y con calzado con agarre, porque a veces pisamos suelo mojado (el camino no tiene peligro ni pisamos hielo nunca).
En algunos puntos el espesor del hielo alcanza los 8 metros, en otros 25.
Llegamos a la parte más conocida de la cueva:
Después nos acercamos al área natural protegida de Koppenwinklsee, en Obertraun también. Siguiendo la carretera principal, cruzando el río Traun sobre el puente, giramos a la derecha pasando la parada de bus.
Después de la gasthaus Koppenrast, dejamos el coche y paseamos por un camino arbolado y sin nadie que nos acompañara durante unos 15 minutos hasta el pequeño lago Koppenwinkel, que se encuentra a los pies del Dachstein. Algún cartel indicaba “glücksplatz”. No me extraña.
El resto de la tarde lo pasamos en la strandbad del pueblo, la zona cercana al lago donde hay un lugar habilitado para el baño y un parque infantil enorme.
Disfrutamos de las vistas de la otra parte de Hallstatt, mientras vemos en el cielo la que nos espera; apuramos hasta el final hasta que baja la lluvia con su diluvio.