22 Mayo
Hoy madrugamos algo más que los otros días ya que el día tenía que dar mucho de sí. Así que después del desayuno, nuestra primera parada en metro fue Schwedenplatz. Esta zona suele estar bastante ambientada. Hay varios barcos que están parados en el río, algunos de los cuales son bares.
Nosotros seguimos a lo nuestro, y enfilamos la calle Hafnersteig hasta dar con una iglesia griega ortodoxa por casualidad, Holy Trinity (Fleischmarkt 13). Si tenéis posibilidad, acercaros porque es impresionante tanto por fuera como por dentro.
Hoy madrugamos algo más que los otros días ya que el día tenía que dar mucho de sí. Así que después del desayuno, nuestra primera parada en metro fue Schwedenplatz. Esta zona suele estar bastante ambientada. Hay varios barcos que están parados en el río, algunos de los cuales son bares.
Nosotros seguimos a lo nuestro, y enfilamos la calle Hafnersteig hasta dar con una iglesia griega ortodoxa por casualidad, Holy Trinity (Fleischmarkt 13). Si tenéis posibilidad, acercaros porque es impresionante tanto por fuera como por dentro.
Nuestra siguiente parada sería la iglesia más antigua de Viena, Iglesia de St. Rupert. Por las mañanas abre hasta las 12h. Por fuera, se nota lo antigua que es y todas las penurias que ha pasado a lo largo de su historia. Por el contrario, el interior parece una ermita nueva con total simpleza en sus formas. Es gratuita.
Como todavía quedaba un buen rato para las 12h. que era cuando teníamos previsto ver en funcionamiento el reloj de Ankeruhr, nos fuimos hacia la iglesia Católica de los Jesuitas (Doktor-Ignaz-Seipel-Platz 1). Si bien ésta el exterior no te dice mucho, aunque sí es verdad que hay un par de esculturas que llaman la atención en la misma plaza, el interior es una maravilla. Abre de 7 a 19h y también es gratuita.
Como todavía quedaba un buen rato para las 12h. que era cuando teníamos previsto ver en funcionamiento el reloj de Ankeruhr, nos fuimos hacia la iglesia Católica de los Jesuitas (Doktor-Ignaz-Seipel-Platz 1). Si bien ésta el exterior no te dice mucho, aunque sí es verdad que hay un par de esculturas que llaman la atención en la misma plaza, el interior es una maravilla. Abre de 7 a 19h y también es gratuita.
Volvimos por el mismo camino, saludando a Gutenberg de paso y llegando de nuevo ante el Ankeruhr. Ahora no había necesidad de mirar la hora para saber que quedaba poco para que dieran las 12 porque estaba todo lleno de japoneses, cámara en mano. Al poco rato, empezó el mecanismo a funcionar y estuvimos allí cerca de 15 minutos viendo el desfile pasar. ¡Nos dolían las manos de sujetar los móviles!
Nada más acabar el teatrillo nos fuimos hacia la sobria plaza de Judenplatz, donde se encontraba el guetto judío en la 2a Guerra Mundial. Aquí se encuentra el Memorial que homenajea a las víctimas del holocausto (65 mil judíos austríacos), y justo enfrente, la escultura del escritor alemán G.E. Lessing, que con su obra quiso ayudar a la tolerancia entre las diferentes religiones, por lo que no se dejó al azar el lugar donde colocaron la estatua.
Justo al lado se encuentra la plaza Am Hof, una de las plazas más emblemáticas de Viena, con varias edificaciones de interés. Coincidió que había montados en el centro varios tenderetes, y es que del 24 al 27 de Mayo se iba a celebrar un festival de cerveza. Una auténtica pena que nos lo perdieramos por 3 días. Seguimos nuestro paseo pasando por la plaza Freyung, donde hay varios palacios (en algunos puedes echar un vistazo dentro, ya que hay alguna galería con restaurantes), el monasterio Schottenstift y la iglesia Schottenkirche, a la que entramos y nos llevamos una grata sorpresa.
Nada más acabar el teatrillo nos fuimos hacia la sobria plaza de Judenplatz, donde se encontraba el guetto judío en la 2a Guerra Mundial. Aquí se encuentra el Memorial que homenajea a las víctimas del holocausto (65 mil judíos austríacos), y justo enfrente, la escultura del escritor alemán G.E. Lessing, que con su obra quiso ayudar a la tolerancia entre las diferentes religiones, por lo que no se dejó al azar el lugar donde colocaron la estatua.
Justo al lado se encuentra la plaza Am Hof, una de las plazas más emblemáticas de Viena, con varias edificaciones de interés. Coincidió que había montados en el centro varios tenderetes, y es que del 24 al 27 de Mayo se iba a celebrar un festival de cerveza. Una auténtica pena que nos lo perdieramos por 3 días. Seguimos nuestro paseo pasando por la plaza Freyung, donde hay varios palacios (en algunos puedes echar un vistazo dentro, ya que hay alguna galería con restaurantes), el monasterio Schottenstift y la iglesia Schottenkirche, a la que entramos y nos llevamos una grata sorpresa.
Al poco de seguir nuestro camino, salimos justo enfrente de la Universidad de Viena, giramos a la izquierda y a unos metros ya estabamos admirando tanto el Ayuntamiento como el Burgtheater. ¡Ya estábamos en la famosísima Ringstraße! En la plaza del Ayuntamiento también estaban montando una especie de escenario. Parece que es una fecha en la que hay bastantes eventos organizados, supongo que será gracias a la mejor climatología. Ya era siendo hora de ir comiendo, y nos aventuramos al Justiz Café, el bar/cafetería que hay en la azotea del Palacio de Justicia. Es un sitio un tanto secreto para los turistas. De camino hacia allí pasamos por el famoso Parlamento, que está en obras y la verdad que poco se puede admirar porque hay oficinas en contenedores apiladas en la entrada, con lo que lo tapaban casi todo.
Para acceder al Palacio de Justicia tienes que pasar por un arco de seguridad. Ya en la azotea, no es complicado encontrar el bar. Abren hasta las 16h, tienen 3 tipos de menús (8, 8'5 y 11'5€) ó a la carta. Están descritos en alemán, pero son muy amables y te lo dicen en ingles, y si no, siempre puedes usar el traductor de Google. No es comida fuera de lo común pero está buena. Después nos tomamos un cafe y un té fuera en la terraza, admirando las vistas que teníamos desde allí. Un lujazo.
Para acceder al Palacio de Justicia tienes que pasar por un arco de seguridad. Ya en la azotea, no es complicado encontrar el bar. Abren hasta las 16h, tienen 3 tipos de menús (8, 8'5 y 11'5€) ó a la carta. Están descritos en alemán, pero son muy amables y te lo dicen en ingles, y si no, siempre puedes usar el traductor de Google. No es comida fuera de lo común pero está buena. Después nos tomamos un cafe y un té fuera en la terraza, admirando las vistas que teníamos desde allí. Un lujazo.
Cuando salimos enfrente de la Universidad, estaba al lado la iglesia de Votiva (gratis), pero se suponía que su horario era de 16-18h. Por eso aprovechamos para ver los edificios colindantes y comer antes. Así que cuando salimos del Palacio de Justicia y llegamos allí, el horario que marcaba era de 14-18h, así que lo pudimos haber hecho antes, pero bueno, tan sólo fue un pequeño paseo de vuelta. La iglesia también está en obras en su fachada, pero se dejan ver bien sus dos torres. El interior está plagado de vidrieras de gran belleza.
Al rato, volvimos sobre nuestros pasos y nos llegamos al parque de Volksgarten. Maravilloso este jardín, sobre todo en ésta época del año. Es una cita obligada el pasear entre sus flores, fuentes y estatuas. Mejor que las palabras, unas imagenes para describir el encanto de este lugar.
Al rato, volvimos sobre nuestros pasos y nos llegamos al parque de Volksgarten. Maravilloso este jardín, sobre todo en ésta época del año. Es una cita obligada el pasear entre sus flores, fuentes y estatuas. Mejor que las palabras, unas imagenes para describir el encanto de este lugar.
A falta de cosas que ver, también se encuentra el templo de Teseo, que acoge exposiciones de arte moderno. Justo al lado teníamos la plaza de los héroes (Heldenplatz), donde tuvimos la anécdota más rara del viaje. Aterrizó un helicóptero rodeado de policias y todavía no sabemos a que se debía, y si a eso le añadimos que habia un numeroso grupo de asiáticos pidiendo a la gente echarse fotos con pancartas escritas con símbolos en mandarín, convirtió la escena en estrambótica. De ahí, cruzamos la avenida hasta la plaza de los Museos (Maria-Theresien-Platz), donde se encuentran los museos de Historia del Arte, de Historia Natural y el Museumsquartier (Arte Moderno). Todos están vigilados por la escultura de la emperatriz Maria Teresa I y flanqueados por varias fuentes con tritones como elemento en común.
Necesitabamos un pequeño descanso, y nos metimos en el patio del Museumsquartier, donde hay un gran ambiente juvenil, y en el que se encuentran varias terracitas de bares y unos "sofás" de lo más modernos. En una de las terrazas nos tomamos unas cervezas para hidratarnos, porque hoy también estaba haciendo un calor del carajo. Después del leve descanso nos fuímos hacia el otro parque que estaba en la zona, el Burggarten. Este es menos espectacular que el anterior, pero se encuentra Mozart, así que si quieres saludarlo, ésta es tu oportunidad.
Necesitabamos un pequeño descanso, y nos metimos en el patio del Museumsquartier, donde hay un gran ambiente juvenil, y en el que se encuentran varias terracitas de bares y unos "sofás" de lo más modernos. En una de las terrazas nos tomamos unas cervezas para hidratarnos, porque hoy también estaba haciendo un calor del carajo. Después del leve descanso nos fuímos hacia el otro parque que estaba en la zona, el Burggarten. Este es menos espectacular que el anterior, pero se encuentra Mozart, así que si quieres saludarlo, ésta es tu oportunidad.
Al tener tan cerca la Opera, fuimos a echarle un vistazo por fuera y nos la encontramos con unos cuantos andamios en el frontal (no íbamos a tener suerte con las Operas en éste viaje). Seguimos nuestro paseo, pasando por la plaza de Albertina que hay varias esculturas interesantes y después de un rato llegamos hasta la calle Graben, una de las calles peatonales principales de Viena y una visita fija en vuestra visita por todo lo que tiene a su alrededor. Al primer sitio que nos dirigimos fue a la iglesia de San Pedro, ya que era la primera que iba a cerrar sus puertas (20h). La iglesia es muy pequeñita pero el interior es precioso. Nos estábamos encontrando unas iglesias admirables en Viena. En ésta tambien te anunciaban un concierto para cuando cerrara. Creo que es una idea que se debería copiar en España. El siguiente punto de interés era La Columna de la Peste, que aunque habíamos pasado antes de camino a San Pedro, no nos habíamos parado a admirarla. Y ya por fín, llegamos a la esquina donde puedes comparar lo moderno (Haas-Haus) con lo antiguo (Catedral de Viena).
El horario de la Catedral es amplísimo (hasta las 22h) y la entrada es gratuita hasta cierto punto. Después hay varias opciones:
- Acceso zona central con audioguía: 5,50€.
- Catacumbas (visitas guiadas cada 30' hasta las 16:30 horas): 5,50€.
- Torre Sur: 4,50€.
- Campana Pummerin (Torre Norte): 5,50€.
- Todo incluido con audioguía: 14,50€.
Nada más salir de la Catedral, teníamos que probar un hotdog como fuera. Así que nos llegamos al puesto Wiener Wurstl (Seilergasse 1) y nos pedimos uno de bratwurst. ¡Estaba buenísimo, un poco picante!
En éste punto, pensamos en el día de mañana, y que íbamos a usar bastante el metro, por lo que compramos 2 bonos de 24 horas, justo para que nos diera hasta que fueramos a la estación de tren. Cogimos el metro en al estación de Stephansplatz hasta Karlsplatz, para visitar la Iglesia de San Carlos Borromeo. Nosotros no teníamos intención entrar, por eso no nos importó llegar tarde (abre hasta las 18h, 8€). La iglesia está enmarcada en el parque Resselpark y la estampa que puedes ver es preciosa. El parque está lleno de esculturas y una especia de laguna delante de la iglesia. Había un chiringuito donde había bastante gente tomándose algo. Nosotros seguimos andando hasta el Monumento a los Héroes del Ejército Rojo, que se encuentra en la plaza Schwarzenbergplatz. De camino pudimos ver varias embajadas, ¡vaya casoplones! Justo al lado de la fuente había una especie de jardín/laberinto donde había una pareja tocando un mini concierto. La verdad que el ambiente que habían creado era muy minimalista y la voz de la cantante era muy agradable. Justo al lado de aquí se encuentra el Palacio Schwarzenberg y el de Belvedere, pero no teníamos tiempo para acercarnos. Nosotros también teníamos apuntada la iglesia ortodoxa rusa de San Nicolás (Jauresgasse 2), pero también tuvimos que descartarla.
La siguiente parada iba a ser el parque Stadtpark, donde se encuentra la estatua dorada de Johann Strauß. Dimos un pequeño paseo por el parque hasta llegar al monumento de Johann. El parque estaba muy animado con mucha gente paseando, jugando en las pistas deportivas, etc. El parque bien merece una visita.
- Acceso zona central con audioguía: 5,50€.
- Catacumbas (visitas guiadas cada 30' hasta las 16:30 horas): 5,50€.
- Torre Sur: 4,50€.
- Campana Pummerin (Torre Norte): 5,50€.
- Todo incluido con audioguía: 14,50€.
Nada más salir de la Catedral, teníamos que probar un hotdog como fuera. Así que nos llegamos al puesto Wiener Wurstl (Seilergasse 1) y nos pedimos uno de bratwurst. ¡Estaba buenísimo, un poco picante!
En éste punto, pensamos en el día de mañana, y que íbamos a usar bastante el metro, por lo que compramos 2 bonos de 24 horas, justo para que nos diera hasta que fueramos a la estación de tren. Cogimos el metro en al estación de Stephansplatz hasta Karlsplatz, para visitar la Iglesia de San Carlos Borromeo. Nosotros no teníamos intención entrar, por eso no nos importó llegar tarde (abre hasta las 18h, 8€). La iglesia está enmarcada en el parque Resselpark y la estampa que puedes ver es preciosa. El parque está lleno de esculturas y una especia de laguna delante de la iglesia. Había un chiringuito donde había bastante gente tomándose algo. Nosotros seguimos andando hasta el Monumento a los Héroes del Ejército Rojo, que se encuentra en la plaza Schwarzenbergplatz. De camino pudimos ver varias embajadas, ¡vaya casoplones! Justo al lado de la fuente había una especie de jardín/laberinto donde había una pareja tocando un mini concierto. La verdad que el ambiente que habían creado era muy minimalista y la voz de la cantante era muy agradable. Justo al lado de aquí se encuentra el Palacio Schwarzenberg y el de Belvedere, pero no teníamos tiempo para acercarnos. Nosotros también teníamos apuntada la iglesia ortodoxa rusa de San Nicolás (Jauresgasse 2), pero también tuvimos que descartarla.
La siguiente parada iba a ser el parque Stadtpark, donde se encuentra la estatua dorada de Johann Strauß. Dimos un pequeño paseo por el parque hasta llegar al monumento de Johann. El parque estaba muy animado con mucha gente paseando, jugando en las pistas deportivas, etc. El parque bien merece una visita.
Y lo último que teníamos pendiente para hoy, era visitar la Hundertwasserhaus (Kegelgasse 36-38), que es lo que más alejado está del centro. Así que volvimos a ir, ésta vez en tranvía. Y vaya pena, !el centro comercial de al lado estaba cerrado! Y en verdad, todo alrededor se veía muy oscuro y desangelado. El centro comercial ponía que cerraba a las 18h, hora que tenéis que tener muy en cuenta porque casi todo cierra así de temprano. Con el bajón de ver todo así de vacío, nos cogimos el tranvía de vuelta, y nos fuimos directamente al hotel sin nisiquiera bajarnos a tomarnos unas cervezas. Estabamos reventados despues de toda la caminata que nos habíamos pegado hoy. Pero en el lado positivo de la balanza, era todo lo que habíamos visto y disfrutado. Mañana había que aprovechar y ver varias cosas de las que teníamos pendientes.
[CURIOSIDAD]
Nos hizo mucha gracia que en la mayoría de los semáforos, las figuritas iban de ésta guisa.
[CURIOSIDAD]
Nos hizo mucha gracia que en la mayoría de los semáforos, las figuritas iban de ésta guisa.