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Este día empieza igual que el anterior. Desayuno en el alojamiento, nos trasladamos hasta Portela de Sintra con el coche, lo dejamos en aparcamiento al aire libre y cogemos el tren hasta Lisboa.
Nos bajamos en Rossio y vamos caminando hasta la salida del Tranvia 28 con la intención de montarnos y hacer casi todo el recorrido pero viendo la inmensa cola que había decidimos ir andando hasta nuestro siguiente destino, el Panteón Nacional. En el trayecto empezó a llover.
Desde fuera, edificio se ve muy grande. Una vez dentro se te hace mas pequeño y no se tarda mucho en recorrerlo. Era una antigua iglesia barroca que ahora alberga las tumbas o cenotafios de algunos portugueses ilustres.
Entre ellas las de algunos presidentes de la república portuguesa desl siglo XX, Vasco da Gama, Luis de Camoes, Eusebio y Sophia de Mello.
Llama la atención de su arquitectura la gran cúpula blanca, a la que puedes subir y contemplarla mas de cerca, así como salir a una gigantesca terraza que te dará unas vistas de 360º de Lisboa y en especial del barrio de Alfama.
La entrada estaba incluida en la Lisboa Card y la visita no nos llevo ni una hora.
El día seguía feo y aun con lluvia tuvimos que movernos andando hasta la Sé de Lisboa.
La entrada a la catedral es gratuita, solo tendrás que pagar 2,5 para ver el tesoro.
La fachada es de estilo románico y el interior de estilo gótico.
Llama la atención la diferencia de luz entre el pasillo central y los brazos de la catedral. Entras y todo es muy oscuro pero al fondo se ve mucha luz que te invita a acercarte. El tesoro no nos llamo mucho la atención y del claustro no tengo gran recuerdo, solo que se parecía al del Monasterio de los Jerónimos.
Esta visita tampoco lleva ni una hora.
Seguimos nuestro recorrido por Alfama hasta llegar a la Casa dos Bicos, sede de la Fundación José Saramago.
Se le llama así a este edificio por su fachada con piedras en forma de picos. Llama también la atención que sus ventas y sus puertas son todas de diferentes formas y estilos.
Dentro podemos encontrar todo lo relacionado con el magnifico escritor. Vídeos, fotos, cartas, publicaciones en medios de comunicación. También se pueden ver ediciones de sus libros en multitud de idiomas adornando las salas y una magnifica biblioteca, que parece ser que sus libros pertenecían a Saramago.
Justo en frente del edificio, a pocos metros, se encuentran las cenizas del premio Nobel de literatura bajo un olivo.
Con la Lisboa Card la entrada nos salió a 2 euros (3 euros son la tarjeta) y la visita nos duro 1 hora, aunque nos hubiese gustado estar mas.
Desde aquí fuimos andando hasta Cais do Sodre, para coger un tranvía que nos llevara hasta Belem. Era temprano pero como vimos que iba a tardar en llegar el tranvía, decidimos comer en un mercado justo detrás de la parada. Comimos un par de empanadas grandes de bacalao y otra vez eso que parecen croquetas frías y un par de coca colas por unos 15 euros.
Cogimos el tranvía, que iba hasta la bola, en dirección a Belem. El trayecto es largo, diría que al menos 30 minutos y encima si vas como nosotros con el tranvía lleno se hace muy pesado.
Nos bajamos en el Monasterio de los Jerónimos.
El edificio ya desde fuera es imponente, y bajo nuestro punto de vista lo mas bonito junto con el Convento do Carmo.
Estuvimos entre 30 y 45 minutos haciendo cola. La visita del interior no lleva tanto tiempo como parece ya que gran parte del edificio no es visitable (Museo Nacional de Arqueología).
La visita tiene 3 grandes puntos, uno como ya hemos dicho es la vista del exterior, otro es el claustro de estilo manuelino y con muchas referencias marítimas. Desde el segundo piso se puede entrar a una zona como de museo donde encontrarás una comparativa entre la historia de Portugal y la del monasterio.
Por último el tercer gran punto es la iglesia a la que se entra por una puerta en el exterior, justo a la entrada del monasterio.
En total no estuvimos mucho mas de 1 hora visitándolo.
Desde el monasterio fuimos hacia la Torre de Belem, a un 10-15 minutos andando.
No es tan llamativa, bajo nuestro punto de vista, como el Monasterio de los Jeronimos, pero la estampa con el Tajo a la espalda y la pasarela de acceso a la torre es muy bonita.
La entrada estaba incluida en la Lisboa card. Tuvimos que hacer una pequeña cola de unos 15 minutos y la visita dura poco, unos 30 minutos como mucho, ya que dentro hay poco que ver salvo subir a lo alto por las vistas.
Si no fuese por la Card quizás no merece la pena entrar. Es muy bonita por fuera y todo el conjunto que crea con el Tajo.
Hay que decir que la Torre de Belem y el Monumento a los Descubridores están separados de la zona del Monasterio de los Jeronimos por la autovía y que para cruzarla solo hay dos puentes en bastante espacio.
Al salir pasamos por el Monumento a los Descubridores, al que decidimos no subir ya que estábamos cansados y parecía que lo único que se podía hacer era subir al mirador y no nos llamaba mucho.
Tuvimos que bajar hasta el siguiente puente para cruzar la autovía y fuimos hasta el Monasterio de los Jerónimos para coger el bus.
Antes quisimos acercarnos a la pastelería donde se supone que se invento el original Pasteis de Belem pero había una cola increíble y decidimos bajar unos 100 metros a otra pastelería bastante menos concurrida donde probar el Pasteis de Belem.
Cogimos el tranvía hasta Cais do Sodre y desde aqui nos fuimos andando hasta Rossio para coger el tren hasta Sintra y de ahí el coche hasta el restaurante en el que estuvimos la primera noche que nos alojamos aquí.
Tras la cena al alojamiento. Hoy sería nuestra última noche aquí. Mañana nos esperan muchos kilómetros y 4 grandes visitas.
Mañana mas cosas....
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