Día 8: excursión al View Point de Phi Phi y traslado a Ao Nang
Primer día del año y tocaba holgazanear un poco y levantarse algo más tarde de lo habitual. Así estaba el panorama en Long Beach esa mañana:
Toda la playa para nosotros, prácticamente. Las vistas desde la mesa, mientras desayúnabamos por última vez en el paraíso :
Ese día tocaba traslado hasta Ao Nang en el ferry de las 15:30, así que disponíamos de tiempo suficiente para hacer una buena excursión por la isla. Hicimos el check out en el hotel, les pedimos que nos guardasen las mochilas y reservamos un long-tail para que nos llevasen al puerto de Tonsai a las 14 (gratis, incluido en los servicios de transfer del hotel).
La caminata hacia el conocido mirador o View Point de Phi Phi se puede hacer desde diversos puntos de la isla. Partiendo de Long Beach se tarda más de una hora en llegar (con bastantes tramos de subida importante) y unos 45 min en bajar. El destino final son dos miradores desde los cuales se puede disfrutar de maravillosas vistas de la isla. Hay que pagar 30 bath por persona para acceder, pero vale la pena (no llega ni a un euro).
Éstas son las vistas desde el primer mirador, se puede apreciar claramente el fino istmo que une las dos zonas montañosas de la isla:
Y también se tiene una buena panorámica de Tonsai. Como veréis, es una superficie increíblemente plana, parece una fina capa de tela flotando sobre el agua. No es de extrañar que el famoso tsunami que asoló la región causara tantos estragos en la isla…
Desde el otro mirador, que no está demasiado alejado del primero, las vistas quizá no son tan buenas porque hay mucha vegetación entre medio, pero sí es todo más salvaje:
En la caseta que tienen justo al lado del mirador había estos habitantes gatunos y eso para mí ya compensa:
Ya de bajada, las formaciones rocosas e islotes a lo lejos estaban cubiertos de una especie de neblina que le daban un aire fantasmagórico al paisaje:
Mientras más de cerca el colorido era intenso y sin rastro de niebla alguna:
Tras la excursión, llegamos de nuevo a Long Beach y comimos por última vez en la terracita de nuestro hotel, como cada día. Nos despedimos de Chang y Singha, que estaban muy cariñosos entre ellos
Love is in the air:
Después nos apalancamos a descansar un rato en las tumbonas de la playa hasta la hora de ir hacia el puerto. Nos acercaron hasta el muelle de Tonsai y estuvimos por allí dando una vuelta hasta la hora de embarcar, a las 15. Ningún problema esta vez, aquí había mucha menos gente y se iban escalonando. Así que a las 15:30 zarpamos puntuales, todo como la seda o eso parecía…
En teoría nos esperaba un trayecto de 1’5 horas y estaba previsto llegar a Ao Nang sobre las 17 de la tarde, peeeroooo… hay que tener en cuenta la teoría de la relatividad: todo es relativo, y el tiempo en Tailandia no funciona igual que en otros sitios . Así que a las 17, en vez de estar desembarcando en Ao Nang os encontrábamos todavía en Railay y allí estuvimos más de media hora esperando que fueran desembarcando los pasajeros que se quedaban allí. La cosa funciona así: los pasajeros y sus maletas tienen que bajar desde el ferry a un long-tail que los acerca a la costa (el barco no puede acercarse porque las aguas no son suficientemente profundas).
El paisaje en esa zona es precioso, eso sí. Formaciones kársticas impresionantes de formas diversas, gigantes de piedra caliza nos rodean:
Hicimos mil fotos o más de las impresionantes moles de piedra:
Sin duda todo un espectáculo, y no nos supo mal que la cosa se alargara:
Finalmente llegamos a Ao Nang y al acercarnos a la población nos tocó seguir el mismo procedimiento que a los de Railay: ir distribuyéndonos en long-tails que nos acercaron a la playa de Noppharat Tara:
Una vez en tierra firme, tuvimos que esperar otro rato bastante bueno hasta estar todos y que una van nos acercara al hotel. No estuvo mal porque mientras esperábamos conocimos a una chica holandesa muy simpática que viajaba sola, y pasamos el rato charlando. Finalmente, en lugar de a las 17 y poco llegamos a nuestro hotel a las 19, un par de horas más tarde de lo previsto. Así que cuando utilicéis este tipo de transporte armaos de paciencia y ya sabéis lo que os espera…
Hicimos el check-in en el hotel y fuimos a cenar a un restaurante cercano en la carretera principal que baja hacia la playa y está al lado. Había muchísima oferta de sitios donde comer, muchos de ellos musulmanes. También vimos una mezquita, en esta zona del sur hay bastante población musulmana.
Aprovecho aquí para dejar algo de información sobre la zona de Ao Nang. En la costa de Krabi hay varias opciones para alojarse y desde ahí hacer las clásicas excursiones que ofrecen todas las agencias. Los tres lugares clásicos donde la gente suele quedarse son: Ao Nang, Railay o Krabi Town. De todos estos, el que creo que vale menos la pena (aunque no deja de ser una buena base, supongo) es Krabi Town. Para elegir entre Railay y Ao Nang hay que tener en cuenta diferentes aspectos:
- Railay es mucho más bonito, el entorno es idílico. Las excursiones pueden hacerse desde allí sin problema pese a estar algo más aislado. Sin embargo, tiene algunos puntos negativos: se trata de un conjunto de resorts (con lo cual es menos auténtico), es más caro, la oferta comercial (restaurantes, tiendas) es más limitada y además únicamente es posible llegar por mar, con lo cual si hay temporal puede ser complicado llegar/salir de allí.
- Ao Nang: es un pueblo bastante feote, aunque me lo esperaba peor. La parte positiva es que es más auténtico en cuanto a población local. Hay más oferta de tiendas y restaurantes, mejores precios de alojamiento y variedad de agencias donde contratar excursiones. Además, está muy bien conectado con el aeropuerto de Krabi, en todos lados te ofrecen el transfer. Hay conexión con Railay en long-tail a buen precio y el viaje es muy corto, si se desea puede uno ir cada día.
Habiendo estado antes en Phi Phi, decidimos que no nos valía la pena pagar un pastón por alojarnos en Railay y nos quedamos en Ao Nang. Railay lo visitamos en excursión por libre desde Ao Nang y nos resultó suficiente. Luego por las noches agradecíamos tener algo más de ambiente para dar una vuelta. De no haber hecho un par de noches en Phi Phi, probablemente nos hubiésemos quedado un par de días en Railay para estar algo más tranquilos y el resto en Ao Nang, una población soleada y playera con gran oferta de alojamiento, como decíamos.
Volviendo a nuestra primera noche en Ao Nang, antes de ir a dormir dejamos algo de ropa para lavar en recepción, nos salía a 50 bath el kilo de ropa (vale la pena ir ligero de equipaje y que te laven la ropa en los alojamientos). Luego a dormir, que todavía nos esperaban muchos buenos momentos en una de las costas más bellas de Tailandia.
Información práctica:
- Alojamiento: Green View Village Resort, bungalow doble con ventilador.
Precio: 3 noches por 3600 bath (96 euros, alojamiento y desayuno)
El alojamiento está muy bien, situado en un entorno selvático con vistas a los acantilados kársticos cercanos y cuenta con dos bonitas piscinas y zona de jardín muy bien cuidada. El buffet del desayuno también nos gustó mucho y el personal fue muy amable. Ofrecen servicio de transfer gratis hasta la playa de Ao Nang cada hora en punto y puedes quedar con ellos a una hora concreta para volver a subir. Lo único negativo es que nuestro bungalow era muy sencillo, de madera, y se colaban mosquitos. Por el precio en plena temporada alta no se puede pedir más, pero recomendaría reservar una categoría superior, había edificos de habitaciones más nuevas (y sin rendijas ) que tenían muy buena pinta, incluyendo aire acondicionado. Calor en esa época no pasamos, eso sí.
Despedida de Long Beach, Koh Phi Phi