Madrugamos a las 7 de la mañana para seguir nuestra aventura por China. Nuestra primera parada de hoy es la Plaza Tian’anmen, donde está situada la Puerta de la Paz Celestial, desde donde Mao proclamó la fundación de la República Popular de China en 1949. A esta plaza solo se puede acceder tras haber pasado un control de seguridad como el de los aeropuertos.
Para llegar hasta allí hay que coger el metro y bajarse en la parada Qianmen de la línea 2. El horario de apertura es de 5:00 de la mañana a 22:00 de la noche, todos los días. El precio de la entrada es de 15 yuan (1,90€) por persona.
Recomendamos la visita de la Puerta ya que desde arriba hay unas vistas muy bonitas de toda la plaza. También tenéis la opción de visitar el mausoleo de Mao, en el que si enseñáis el pasaporte tendréis entrada gratis. Nosotros no entramos porque hay demasiada gente y preferimos dedicar el día a visitar otras cosas.
Así pues, ponemos rumbo a nuestra próxima parada: la Ciudad Prohibida. Llegar hasta allí andando desde la Plaza Tian’anmen es muy fácil ya que tan solo hay 1,6km de distancia. Otra opción es coger el metro y bajarse en la parada Tian’anmen Dong o Tian’anmen Xi de la línea 1. Hay que hacer transbordo, así que decidimos ir andando.
El horario de apertura en verano es de 8:30 a 17:00h. Es mejor ir temprano para no encontrarse enormes colas, aunque es casi imposible visitar la Ciudad Prohibida sin centenar de chinos alrededor. El precio de la entrada es de 60 yuan (7,62€) y en esta ocasión no hay descuento para estudiantes.
Este es el lugar desde el cual gobernaron 24 emperadores durante más de 500 años. El complejo es enorme, por lo que recomendamos reservar varias horas para recorrerlo. Está compuesto por muchos patios bastante similares y también por un jardín real muy bonito.
Después, decidimos coger un bus para visitar el parque de Beihai, con la mala suerte de que al llegar allí, está cerrado. Tras el chasco, vamos en busca de un restaurante donde sirvan pato laqueado, ya que tenemos muchas ganas de probarlo. Encontramos una calle bastante animada en la que hay muchos restaurantes y entramos en uno que está bastante lleno; suponemos que lo hacen bien.
Suponemos bien: el pato estaba buenísimo. Con nuestros estómagos llenos, nos ponemos a caminar en busca de los tradicionales hutongs. Entramos en uno y es como si viajaras a otro sitio totalmente diferente. Si vais a Beijing sin duda tenéis que perderos por los hutongs de la ciudad, ya que son rinconcitos encantadores.
Tras caminar toda la tarde por estas callejuelas, decidimos ir a ver la bajada de la bandera en la plaza Tian’anmen, justo en frente de la Puerta de la Paz Celestial. Cada día, al amanecer, el Ejército de Liberación iza la bandera del país y repiten lo mismo pero a la inversa, al anochecer. No se sabe nunca la hora exacta pero nosotros decidimos ir a las 18:30h ya que es cuando empieza a ponerse el sol. Como no, encontramos a muchísimos chinos esperando la ceremonia igual que nosotros. Es curioso ver al ejército marchar al mismo paso y al centenar de personas en silencio mientras se baja la bandera.
Como ya es tarde, ponemos rumbo a una calle conocida como ‘La calle de los fantasmas’ (Guijie). Es una zona llena de restaurantes, decorada con los típicos farolillos rojos. No tenemos mucha hambre, así que decidimos comprar unas pastas en un puesto callejero.
Cansados de caminar todo el día vamos derechos al hotel para descansar y recargar energías para mañana.
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