Teníamos reservada la excursión a Lake Clark con Smokey Bay Air, y a las 7:30 teníamos que hacer el check in en su oficina porque se supone que salíamos a las 8. Pero cuando llegamos allí nos dijeron que hacía mal tiempo, y que no sabían si podríamos salir a lo largo del día. A las 8 desde luego no, pero nos pidieron volver a las 12 para ver si había mejorado la cosa para entonces. Después del madrugón, y con el chasco de no estar ya camino de Lake Clark, nos fuimos a dar un paseo por Homer. Es un pueblito costero muy pintoresco, en cierto modo parecido a Valdez y Seward: mucha pesca, un puerto con infinidad de barcos, y montañas nevadas de fondo. Me dio la sensación de ser algo más pijo, más sofisticado y menos turístico que Seward, seguramente porque está algo más a desmano de Anchorage. Una de sus características es el Homer Spit, al final del cual habíamos dormido la noche anterior: una especie de apéndice que sale de Homer y se mete en la bahía Kachemak, 4.5 millas poco más anchas que la carretera que las transitan. Carretera que es, por cierto, la más larga del mundo sobre aguas oceánicas. El origen de esta curiosidad geográfica no está claro, pero se cree que puede ser resultado de miles de años de acumulación de arena por las mareas del estrecho de Cook y la bahía Kachemak, o bien simplemente un resto de glaciares ya extintos. Os dejo una foto que pudimos hacer desde el avión al día siguiente (spoiler!!!) porque es como mejor se ve, desde arriba:
Homer Spit
Sobre la poca tierra que hay en el Spit se levantan cafeterías, restaurantes, tiendas y empresas de excursiones (pesca, water taxis, avitamiento de osos…). También campings como en el que habíamos pasado la noche anterior. Se tardan casi 15 minutos en recorrerlo entero, y nos lo tomamos con calma porque teníamos toda la mañana. Queríamos dar un paseo por el muelle y tomar un café tranquilos para entrar en calor. Por el camino vimos un águila posando orgullosa, y vistas de las montañas del Kachemak Bay State Park que hay justo al otro lado.
Homer
Como veis, no hacía un sol resplandeciente precisamente. Desde el Spit nos fuimos a echar un ojo al Islands & Ocean Visitor Center, un centro interpretativo dedicado al Alaska Maritime National Wildlife Refuge, un santuario de fauna que abarca 2400 islas, islotes, rocas, peñascos y similares a lo largo de 20000 km2 de costa Alaskeña. Este santuario está dedicado a preservar la fauna, mayoritariamente aves pero también mamíferos. En el centro de visitantes hay varias exposiciones audiovisuales que explican la historia y el por qué del santuario, la recuperación desde casi la extinción de especies como la nutria después de su caza indiscriminada el siglo pasado, y se organizan también actividades educativas y paseos guiados por la playa que hay justo detrás, donde en marea baja y con un poco de suerte se pueden avistar distintos animales. Es gratuito y si os sobra un ratito en Homer podéis pasar a visitarlo. Nosotros dimos un paseo por la playa y nos encontramos casi de bruces con un alce.
Homer
Como todavía teníamos tiempo, nos acercamos al Beluga Viewing Platform, un mirador sobre el lago y humedal del mismo nombre donde se pueden observar aves pero también alces. No vimos ninguno pero había un hombre allí que nos dijo que acababa de pasar una madre con la cría, y me enseñó las fotos que había hecho y eran impresionantes de lo cerca que estaban. Cuestión de suerte. Lo mejor es ir con paciencia, prismáticos y sin prisa.
Como teníamos que comer algo por si acaso salía el vuelo, nos fuimos a la salida de Homer, al mirado que el día anterior habíamos pasado de largo en la milla S169.6. Está en lo alto de Homer Hill, justo a la entrada del pueblo, y tiene vistas de la bahía, el Spit, las montañas y los glaciares. Si hace bueno, claro. El caso es que parecía que asomaba el sol y nos pareció un buen sitio para comer.
Homer Hill
A las 12 estábamos puntuales en la oficina de Smokey Bay Air y todavía no tenían claro si podríamos salir o no. Como la cosa no terminaba de convencerles, empezamos a barajar la posibilidad de dejarlo para el día siguiente. Al planificar el viaje éramos conscientes de que estas cosas pasan (bastante a menudo, de hecho), y nos habíamos dejado un día de comodín precisamente por si teníamos que retrasar la excursión. Afortunadamente había sitio para hacerlo al día siguiente a primera hora, pero eso significaba pasar una noche más en Homer y quedarnos sin hacer lo que teníamos planeado para el día siguiente (alguna actividad en la zona de Russian River, el hike de Russian Lakes por ejemplo) porque al volver de Lake Clark tendríamos que ponernos en carretera para llegar a dormir lo más cerca de Anchorage que pudiéramos. En fin, dado que la excursión a Lake Clark era uno de los platos fuertes del viaje no íbamos a renunciar a ella tan fácilmente, así que quedamos en volver al día siguiente a primera hora para ver si se podía salir o no.
Esto tendría que esperar…
Eran poco más de las 12 y teníamos todo el día por delante en Homer, pero ya habíamos visto todo lo que da de sí el pueblo. Una de las cosas que se habían quedado en el tintero en la planificación del viaje por falta de tiempo era cruzar Kachemak Bay para hacer algún hike y para intentar avistar fauna marina en el camino. Durante el viaje habíamos coincidido con una pareja americana que nos contó que habían estado allí y les había encantado, y yo lo tenía también en mente pero no había forma de meterlo en el itinerario original. Como no estábamos dispuestos a perder el día lamentándonos por nuestra mala suerte, decidimos aprovechar la oportunidad para pasar la tarde al otro lado de la bahía. Volvimos al Spit a pedir precio a un par de empresas de water taxis, y una de ellas, Ashore Water Taxis, nos dio dos opciones: un tour de una hora por la bahía para ver animales (pájaros, nutrias, focas, orcas…) por $150 por persona, o llevarnos hasta el otro lado, al Kachemak Bay State Park, y dejarnos allí 4 horas de hiking para luego recogernos en otro punto, también por $150 por persona. Obviando el hecho de que nuestro presupuesto a estas alturas se había ido ya al garete, pensamos que compensaba más la segunda opción, y a las 13:45 estábamos montando en la lancha de Ashore Water Taxis con un tipo muy simpático acompañado de su perro marinero. Por cierto, la mujer de la caseta de reservas era simpatiquísima. Le pregunté que dónde podíamos pasar la noche en la caravana sin pagar (porque no iba a pagar otra vez $43, y los camping municipales “baratos” eran casi $30 sin ningún servicio, ni agua ni baños ni ducha ni nada de nada), porque había visto grandes zonas de parking en el Spit pero ponía que no se podía hacer camping, y claro, yo me preguntaba si la definición de camping incluía dormir en una caravana sin molestar a nadie. Me dijo que no estaba segura, pero que lo peor que podía pasar era que pasar un vigilante y nos pidiera que nos fuéramos, y en ese caso me ofreció su calle para aparcar. Tal cual, me dio su dirección y me dijo que en su calle no iba a molestarnos nadie. Lo malo era que estaba un poco alejada del centro, pero me pareció todo un detalle por su parte.
Lupinus nootkatensis
Volviendo a la lancha, en media hora estábamos en el otro lado de la bahía. Por el camino vimos alguna nutria muy de cerca pero no paramos. Nos iban a dejar en la cabecera del Glacier Lake Trail y nos recogerían, 4 horas más tarde, en la cabecera del Saddle Trail, y por el camino podríamos ver el glaciar Grewingk y su lago lleno de icebergs. En realidad no se necesita tanto tiempo: son 3.2 millas hasta el lago (en llano) más otras 1.5 millas desde el lago hasta el punto de recogida (con algo de pendiente, pero no mucha).
Glacier Lake Trail
Lo primero que pensamos cuando desembarcamos y vimos cómo se alejaba la lancha fue que estábamos solos y tirados en medio de un sitio precioso, sin cobertura, sin gente, sin casas… y seguramente rodeados de osos. Pudimos apreciar lo que es visitar un sitio poco turístico y sin masificar, el silencio y la naturaleza salvaje de Alaska. Kachemak Bay State Park es un destino poco explotado pero que ofrece muchísimas posibilidades de senderismo, acampada libre, kayak y avistamiento de fauna. Hay multitud de senderos de todas las dificultades y duraciones que se os ocurran, aunque es zona de osos negros y hay que andarse con ojo.
Kachemak Bay State Park
La primera parte del camino hacia el lago del glaciar transcurre por bosque bastante cerrado, y no sé si íbamos más preocupados por los osos o por los alces. Vimos montones de cacas de osos (a estas alturas ya teníamos un máster en deposiciones), algunas frescas frescas, y como estábamos más solos que la una íbamos cantando a grito pelado, porque (a pesar de que nos habían dicho que era una temeridad) no llevábamos bear spray.
Glacier Lake Trail
Íbamos tan preocupados con los osos que no nos dimos cuenta del paso tan ligero que llevábamos, y en poco más de hora y media ya estábamos en el cruce de Glacier Lake Trail con Saddle Trail. En ese cruce nos encontramos un cartel que decía que el camino por el que habíamos venido estaba cerrado hasta nuevo aviso porque había habido varios avistamientos de una hembra de oso negro con crías con comportamiento agresivo/protector. Normal que hubiéramos visto todas esas cacas!! Curiosamente, en la cabecera donde habíamos empezado el camino no había cartel ninguno.
Glacier Lake Trail
Un poco más adelante está ya el glaciar Grewingk y su lago lleno de icebergs. Había salido el sol, milagrosamente, y el lago nos pareció una pasada. Nos cruzamos con una pareja, la primera de toda la tarde, pero ellos se iban y tuvimos el sitio para nosotros solos.
Grewingk Glacier
Estuvimos un rato haciendo el tonto, pescando icebergs y haciendo millones de fotos. El camino de vuelta desde el lago hasta el punto de recogida tenía algo de pendiente pero era bastante fácil. Al final llegamos demasiado pronto y tuvimos que esperar un rato, pero no nos importó porque las vistas eran fantásticas. Incluso vino a vernos un Steller’s jay o arrendajo de Steller, un pájaro azul precioso con una cresta muy graciosa.
Saddle Trail
La excursión nos había encantado pero aún nos quedaba una sorpresa más. Cuando vino la lancha a por nosotros le pedimos que por si por favor podía parar si veíamos otra vez nutrias, y el tío fue tan amable que se desvió y nos llevó a Gull Island, un peñasco en medio de la bahía donde anidan gaviotas, kittiwakes y puffins y donde hay siempre también varias familias de nutrias. Es uno de los puntos a los que te llevan en los tours de avistamiento por la bahía, pero nos pillaba un poco a desmano y tuvo que desviarse. Supongo que éramos el último viaje del día (eran más de las 6) y no le importó. El caso es que estuvimos allí un rato parados disfrutando de los pájaros y sobre todo de las nutrias, que como paramos el motor no se asustaron y las tuvimos muy muy cerca. Había algunas incluso con la cría encima, y nos contó que se quedan ahí encima de la madre durante más de un año. Qué dedicación! Son totalmente adorables
Gull Island
A las 7 estábamos de vuelta en Homer, con una sonrisa de oreja a oreja. Al final, de un día que parecía que se había torcido con la cancelación del tour a Lake Clark sacamos una tarde estupenda en un sitio chulísimo que no contábamos con visitar. Le dimos una buena propina al capitán (qué tío más majo, de verdad) y decidimos probar suerte en el parking del Safeway para ver si podíamos dormir allí y ahorrarnos el camping. Había leído en la Milepost que cada supermercado, o mejor dicho cada pueblo, tiene sus propias normas sobre dejar dormir o no a las caravanas en sus parkings, y que lo mejor era entrar y preguntar, directamente. Eso hicimos, y nos dijeron que si era solo una noche y no molestábamos no había problema. Era un poco raro porque el súper estaba abierto hasta las 11 o las 12, y era de día, así que oímos pasar coches hasta muy tarde, pero sinceramente, con lo cansados que estábamos no tardamos mucho en caer rendidos. Para una noche nos hizo el apaño. A la mañana siguiente el súper abría pronto pero daba igual, a las 7:30 teníamos que estar de nuevo en la oficina de Smokey Bay Air para nuestro último intento de ver osos.