Nuestro crucero llegaba a su fin. La tercera y última parada era Ketchikan, un pequeño pueblo bastante pintoresco con una población de unas 8000 personas, famoso por su pesca de salmón y por su inmensa colección de tótems (por lo visto es la mayor del mundo). El barco llegó a puerto a las 9:30, y teníamos hasta las 17:30 para explorar Ketchikan. Hay varias opciones de tours en Ketchikan, incluyendo la visita a los tótems, el Lumberjack show y el Alaska Rainforest Sanctuary, pero la que yo quería hacer era el vuelo en hidroavión al Misty Fjords National Monument, una zona de fiordos de origen glaciar en el Tongass National Forest, a 40 millas de Ketchikan, considerada “monumento nacional”. Es una excursión bastante cara (más de $250 por persona, según con quién lo hagas, para una actividad de menos de hora y media), pero teníamos un 2x1 con el toursaver que estábamos decididos a aprovechar. La empresa que ofrece el 2x1 era Taquan Air, y les escribí para ver si podíamos reservarlo porque en teoría sólo admiten un cupón por cada salida y queríamos asegurarnos el poder usarlo, pero resulta que esta empresa trabaja con los cruceros y bloquean la mayor parte de los asientos para los cruceristas que lo compran a través del barco, así que no podíamos reservar. Nos dijeron que lo mejor era que les llamáramos por teléfono nada más llegar a Ketchikan para que nos confirmaran si tenían algún hueco libre. El lado bueno de esto es que, al no haber reservado, podíamos decidir sobre la marcha en función de qué día hiciera, porque Ketchikan es conocida por su clima lluvioso (dicen que es la ciudad más lluviosa de Alaska), y no me apetecía pagar el dineral que costaba la excursión (incluso con el 2x1) para volar entre nubes y no disfrutarlo. Si hace muy mal tiempo los vuelos no salen, sobre todo después de que haya habido varios accidentes mortales en los últimos años, pero cabía la posibilidad de que el tiempo estuviera muy al límite, lo suficientemente bien como para que se pudiera volar pero lo suficientemente mal como para no disfrutarlo. Total, que ese día nos plantamos en Ketchikan sin saber muy bien si podríamos hacer la excursión o no. Cuando les llamamos nos dijeron que todavía no tenían la lista final de pasajeros de todos los cruceros y que teníamos que esperar. Nada más bajar del barco hay un montón de puntos de información de todas las empresas de tours, incluida Taquan, y allí estuvimos hablando con la persona a cargo de las reservas y nos dijo que volviéramos en un rato para poder confirmarnos la plaza. El día estaba nublado (como no podía ser de otra manera en Ketchikan) pero no llovía, así que decidimos que si salían plazas haríamos el tour. Mientras esperábamos, nos acercamos a pedir un mapa del pueblo para hacer el “walking tour” autoguiado, y preguntamos los horarios para ir a ver los tótems. Hay tres sitios donde se pueden ver tótems: el Totem Heritage Center (un museo en el centro de Ketchikan), Bight State Park (un parque con 14 tótems y una réplica de una “Clan House” a 10 millas al norte de Ketchikan, entrada gratuita), y Saxman Native Village (una aldea Tlingit con muchos tótems, talleres artesanos, “Clan House” y hasta tienda de regalos, a 3 millas al sur de Ketchikan, y una entrada de $5 por persona). A los dos últimos se puede ir en tour guiado o por libre en bus público. El bus es obviamente más barato ($2) pero el horario es bastante malo, ya que sólo hay un bus cada hora (horarios aquí). A mí me hubiera encantado poder ir a alguno, pero estábamos pendientes del vuelo y no podíamos irnos muy lejos. Pasadas las 10 nos confirmaron que tenían un par de huecos en el vuelo de las 12:45, y podríamos usar el 2x1 de forma que serían $269 para los dos (mientras que los cruceristas que irían con nosotros en el avión habían pagado cerca de $300 por barba, y de hecho nos dijeron que el pago se hacía en la oficina justo antes del vuelo pero que fuéramos discretos al pagar!!). Teníamos algo más de dos horas, pero era demasiado justo para ir a ver los tótems porque sabíamos que el bus era bastante lento y no queríamos arriesgarnos a quedarnos sin vuelo, así que cogimos el mapa de Ketchikan y nos fuimos a pasear por el centro. Vimos varios tótems diseminados por la ciudad, y nos acercamos a ver el río que atraviesa el centro, que en cuestión de días estaría plagado de salmones remontando para desovar. El paseo atraviesa Creek Street, la famosa calle/pasarela sobre el agua que fue el “barrio rojo” de la ciudad durante la fiebre del oro. Hoy en día tiene tiendas de souvenirs y de artesanía, algún bar, y el museo Dolly´s House, con sus famoso cartel “Where both men and salmon came upstream to spawn” en la puerta, que hace visitas guiadas por $5. Terminamos el recorrido en el muelle, donde había otros 3 enormes barcos además del nuestro.
Ketichikan
Era hora de nuestro vuelo a Misty Fjords National Monument así que volvimos a la caseta de Taquan Air del muelle donde nos recogieron y nos llevaron, junto con otros cuatro cruceristas, a la oficina desde donde salen los tours. Allí pagamos (discretamente ) y vimos un video de seguridad de 10 minutillos antes de subirnos a nuestro hidroavión. Era la primera vez que montábamos en uno y eso era parte de la gracia de la excursión. A esas alturas del día parecía que el sol quería asomar así que no podíamos estar más contentos. El recorrido que hicimos es el que aparece en naranja en el mapa. No estoy segura de si los otros recorridos son simplemente rutas alternativas o si son tours distintos; a nosotros no nos dieron opción de elegir.
Misty Fjords National Monument
Lo del hidroavión es una experiencia curiosa, mola ver el despegue salpicando agua. El vuelo fueron unos 80 minutos en total, incluyendo una parada de 5 minutos dentro de uno de los fiordos. Por el camino vimos montones de hidroaviones, aquello parecía la M30!! Cuando cruza al otro lado y se empieza a meter entre las paredes de los fiordos es una pasada, y luego “ameriza” en uno de ellos. Es una parada muy cortita pero te dan la opción de salir y ponerte de pie en el patín. Los otros 4 cruceristas no se atrevieron pero a nosotros, como no podía ser de otra manera, nos faltó tiempo para bajar. Da un poco de cosa porque aquello se mueve mucho y a poco que te descuides te resbalas y acabas en el agua, pero merece la pena.
Misty Fjords National Monument
Después de la mini parada volvimos a despegar y volvimos por el mismo camino, pero había salido un poco más el sol y la vuelta me gustó casi más que la ida. Acabamos muy contentos con la excursión, nos gustó mucho, pero la verdad es que sin el 2x1 no la hubiéramos hecho.
Cuando volvimos nos llevaron de nuevo al centro y nos planteamos coger el bus a Saxman Village, pero hubiéramos vuelto demasiado justos de tiempo y nos arriesgábamos a perder el barco, lo cual hubiera sido bastante desastroso, así que desistimos. Hicimos alguna compra de última hora para gastar los pocos dólares que nos quedaban, y corroboramos que los souvenirs son bastante más baratos en esta zona sudeste de AK que en el norte (y Juneau era el sitio más barato por lo que vimos). Estuvimos un rato callejeando y se puso a llover (qué suerte habíamos tenido!) así que volvimos al barco a comer y ya nos quedamos a bordo. Esa noche teníamos para elegir cena italiana en el buffet y cena del chef en el restaurante.
Bye bye, Alaska