Día 12: Khwai- Savuti (Parque Nacional de Chobe)
Si tuviera que mojarme y elegir alguno, probablemente éste sería el día más flojillo del safari, principalmente por dos motivos: el nivelazo que había marcado el día anterior, con tanta emoción (las comparaciones son odiosas, pero inevitables) y el calor que pasamos en Savuti. Pero vaya, que eso no quiere decir que estuviera mal, ni mucho menos… alguna sorpresilla caería también. Botswana nunca defrauda…
De nuevo, tras otra noche “disfrutando” de los ruidos de la noche africana en su estado más puro, tocaba madrugar: a las 5:30 en pie para desayunar a las 6, recogerlo todo y salir en dirección a Savuti, una de las áreas del Parque Nacional de Chobe, nuestro próximo destino de safari y noche de acampada móvil.
Savuti recibe su nombre en honor al Canal de Savuti, que en el pasado alimentaba a un gran pantano en la zona. A causa de la actividad tectónica, que provocó cambios, Savuti quedó aislado de fuentes permanentes de agua, secándose por completo y transformándose en zona de sabana abierta flanqueada por bosques de mopane, acacias y salpicado de montes de granito. Savuti es el hogar de gran cantidad y variedad de especies, y tiene fama de ser un buen lugar para avistar depredadores. Al parecer, en 2008, después de más de 25 años de sequía, volvió a aparecer agua en el canal, aunque nunca se sabe cuánto puede durar esto.
Así que a las 7 salíamos de Mbudi campsite, repartidos de nuevo entre dos vehículos 4x4. Por el camino, antes de abandonar la zona de Khwai, no podíamos menos que ver elefantes, impalas, antílopes de agua, cigüeñas de cuello lanudo y una grulla. Como los tenemos a casi todos repes y no hay buenas fotos, os dejo tan solo una imagen de la grulla :
Al poco de estar en marcha llegamos a una charca donde había un grupo de 6 hipopótamos, uno de ellos una graciosa cría :
En las manadas de hipopótamos solo hay un macho dominante, así que, si otro macho quiere entrar y quedarse con su harén, tiene que matarlo. Son animales muy agresivos… Durante el día prácticamente no salen del agua, ya que son muy sensibles al sol, así que se dedican a dormir durante el día. La hierba que normalmente hay dentro de las charcas es menos nutritiva que la que encuentran en tierra firme (el agua se lleva parte de los minerales), por eso por las noches suelen salir para comer. Suelen comer unos 40 kg de hierba al día, aunque los adultos de mayor tamaño llegan a comer más (hasta el equivalente a un 2’5% de su peso corporal).
Seguimos nuestro camino y vimos más hipopótamos, un cocodrilo y antílopes varios (reedbucks y letchwes). Aquí una fotico de míster cocodrilo y uno de los antílopes, posando para nosotros:
Luego vimos otra charca con más hipopótamos, aquí os dejo una foto del panorama en conjunto, porque el paisaje también era bonito. En general el paisaje de Moremi me gustó mucho, me quedé con ganas de más (me hubiera gustado recorrer la zona de Third Bridge y Xakanaxa):
En otro momento nos cruzamos con una manada enorme de impalas, iban todos a algún sitio misterioso, igual les habían dicho que daban comida gratis o que regalaban bolis de propaganda :
"Circuleeen, circuleeen" Operación salida, en plena hora punta.
Y nos despedimos con más hipos (había un grupo de 13 o 14, pero solo éste posaba para los paparazzis):
Sobre las 8:45, casi dos horas de trayecto después, encontramos un cartel que nos indica que entramos ya en Chobe National Park, el parque con mayor número de elefantes del mundo:
Nada más entrar nos reciben elefantes, cebras y un steenbok (racífero común), que como ya hemos dicho varias veces, es un antílope de tamaño mini y no crece más, aunque sea un adulto:
Aquí empezamos a ver jirafas, primero un grupo de cinco, esta era la más simpática :
Luego vimos impalas y otro grupo de jirafas con una cebra infiltrada. No tengo foto de la cebra, solo de algunas jirafas, entre ellas un extraordinario y poco común ejemplar de jirafa bicéfala que nos observaba con sus dos cabezas a la vez:
Intentando no enredarse demasiado
Giramos en un cruce siguiendo las indicaciones dirección Mababe-Savuti y al poco llegamos a la puerta de Mababe. Serían sobre las 10- 10:15, así que nos llevó prácticamente tres horas llegar hasta allí sin parar demasiado a hacer fotos. A todo esto, no he comentado nada, pero lógicamente íbamos circulando por pistas de arena de condición variable según el tramo, claro.
Nada más pasar la puerta de Mababe, nos encontramos con esta pequeñina que acababa de cruzar el camino :
Era una “mole snake”, que no sé cómo se llamaría en español, pero lo importante es que no es venenosa (aunque puede hacer heridas a base de mordiscos, ya que tiene muy mala leche ).
También vimos un grupo de cinco cebras, un sable y un ñu. Cebras a la carrera:
Estábamos ya en la llamada depresión de Mababe, originada por el lago que se secó y que era alimentado por el misterioso canal de Savuti. Éste es el paisaje típico de esa zona, un secarral:
Seguimos viendo impalas, jirafas, ñus, elefantes, otra serpiente y más jirafas, la verdad es que éste fue el día de las jirafas, creo que fue donde más vimos con diferencia. Me encantan, son muy graciosas:
Finalmente llegamos a un abrevadero repleto de elefantes, había muchísimos, de todos los tamaños:
¡Menudos culazos!
No faltaban las mamis con sus pequeños y los que posaban para la cámara:
Por allí pululaban también un grupo de jirafas y algún facócero, esperando a que los elefantes les dejaran vía libre para beber. La verdad es que no me extraña, animalicos, con el calor que pegaba…
Había muchísima actividad: unos para arriba, otros para abajo... en fin, la vida en la sabana es así
Eran ya las 13:30, así que ahí mismo, bajo la escasa sombra que proporcionaban un par de árboles, paramos a comer nuestro picnic: espaguetis con boloñesa de soja (yo, los demás con carne), ensalada y fruta. Los elefantes rondaban por allí cerca, la verdad es que no podríamos haber parado en un restaurante mejor a comer
Y de nuevo, el posado veraniego hecha una piltrafa, este año en los safaris se imponen los tonos neutros, el pañuelo ese de la cabeza no está a la moda por ser demasiado cantón (además de poco favorecedor, pero es lo que hay si quieres conservar tu pelo en forma y textura de pelo y no de estropajo ):
Por la tarde proseguimos con nuestro safari por la zona de Savuti, que nos llevaría más de tres horas: estuvimos de 14:30 a 18 dando vueltas en los jeeps, intentado rastrear animales. La verdad es que los conductores se lo curraban, vaya jornadas maratonianas de game drive…
Primero paramos junto a la charca a contemplar un rato más a los elefantes, como podéis ver se acercaban mucho a los coches, éste es el vehículo de nuestros compañeros:
Los que más triunfaban como modelos fotográficos eran los pequeñines, que siempre hacen muchísima gracia:
Seguimos con el game drive y vimos impalas y más elefantes, estos sí que están siempre por todos lados…
La tarde fue emocionante, pero poco productiva: primero nos dirigimos a una zona donde en teoría se habían avistado leones, dos machos jóvenes. Estuvimos largo rato buscando por allí, pero no hubo suerte. Era una zona con colinas rocosas próximas y los conductores pensaban que se habrían refugiado por allí, huyendo del calor. En este caso, otros coches de safari sí que los habían visto, pero nosotros ya no llegamos a tiempo de encontrarlos cerca de los caminos y así poder localizarlos .
Seguimos dando vueltas y la verdad es que aquello era un secarral y el calor apretaba de lo lindo, no me sorprendía nada que todos los bichos se hubieran ido a la sombrita a tumbarse a la bartola porque era insoportable. Seguimos hacia otra zona, donde hicimos una pequeña parada técnica y por lo menos vimos este pedazo de árbol que no tiene desperdicio:
La verdad es que nos recorrimos medio Savuti buscando, en otro momento también parecía que los conductores buscaban por una zona concreta, pero nada: les habían dado indicaciones incorrectas sobre leones.
Pero bueno, el día no podía acabar sin alguna sorpresa, y así fue: no vimos leones, pero ya casi hacia el final de la tarde conseguimos ver una camada de crías de hiena. Eran muy bonicas, no entiendo la mala fama que tiene este pobre animal :
Es cierto que Savuti es conocido por sus grandes familias de hienas, capaces de arrebatar hasta el 20% de sus presas a los leones de la zona. Pues ahí teníamos la prueba, aunque ésta tiene pinta de no haber roto un plato en su vida :
Las hienas pueden tener hasta 10 cachorros, aquí había 8 de unos 5-6 meses. Estaban esperando a que regresara mami con su comida… Se encontraban cerca de una madriguera y en un par de ocasiones, al oír ruidos sospechosos, se metieron dentro y al poco volvieron a salir tras comprobar que no había peligro.
Más fotitos de hienas (no muy buenas, porque no había demasiada luz):
Ya estaba atardeciendo y tocaba ir hacia el campamento, así que emprendimos el camino de regreso, durante el cual vivimos el momento de emoción final: un encontronazo con un elefante cabreadísimo que hizo un par de amagos de cargar, primero contra el coche de los compañeros (que iba delante) y luego contra el nuestro. Estábamos atrapados, porque delante estaba el otro coche y no podíamos dar la vuelta (además llevábamos un remolque donde iban los equipajes de todos), y el elefante soltó un par de berridos espeluznantes, a la vez que hacía los típicos gestos que suelen lanzar como advertencia antes de embestir . Fueron unos segundos de máximo acojone, pero finalmente parece que el bicho se calmó un poco y aprovechamos para salir con viento fresco de allí. Éste fue el único momento que creo que estuvimos realmente en una situación bastante arriesgada, pero la profesionalidad y experiencia de los conductores-guías nos sacó fácilmente del atolladero. Obviamente, no estaba la cosa para fotos, así que no hay pruebas gráficas .
Ya a punto de llegar al campsite, la última imagen del día fue la maravillosa puesta de sol:
Sobre las 18 nos instalamos en el campamento y nos dimos una ducha reparadora (con el calor y el polvo acumulados durante el día, se agradece). En Khwai y Savuti ya os comenté que tan solo había dos duchas para todos, una para chicas y otra para chicos, que se iban rellenando conforme el agua se acababa porque no dejaba de ser un depósito de lona donde se vertían los cubos de agua calentita (mezclándola con agua fría, para no abrasarnos, claro). A pesar de eso, en menos de una hora estábamos duchados todos, la sincronización era máxima: se organizaban los turnos y el que iba entrando avisaba al siguiente para que estuviese preparado, así no se perdía ni un segundo. Ninguna queja al respecto, todo estuvo siempre organizado lo mejor posible y era más que suficiente para hacernos la acampada cómoda y agradable.
Después de relajarnos un rato junto a la hoguera, comentando las batallitas de los últimos días, llegó la hora de la cena: sopa de calabaza, salchichas de tofu (carne para los demás), puré de patatas y zanahorias. De postre, un delicioso pudding de chocolate con crema y frutas.
Nos retiramos sobre las 21:30, bastante agotados y con la perspectiva de madrugar al día siguiente, para variar… Otra noche más durmiendo entre graznidos, rugidos y otros ruidillos sospechosos (algún ronquido, también), separados por una simple tela de toda la vida animal que nos rodeaba. Mañana nos esperaba la zona del riverfront del Parque Nacional de Chobe y un crucero por el río antes de regresar a la civilización. ¿Qué nuevas sorpresas nos depararía la próxima jornada? Esto se acaba… ¡lo veréis en la siguiente y penúltima etapa!