Brasov ✏️ Diarios de Viajes de Rumania

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9 de agosto

Hoy toca turistear por Brasov. El desayuno de nuestro hotel no nos convence y encontramos una opción interesante en el hotel Gott, que permite entrar a gente que no está hospedada allí en su buffet. Por 30 lei se desayuna muy bien y completo. El Hotel Gott está en Strada Apollonia Hischer, una de las calles que salen de Piata Sfatului hacia el sur. Después de las 10 ya no dan. Hay también en la esquina de la calle mencionada con la Piata Sfatului un puesto que hace unos crêpes muy ricos por apenas 14 o 15 lei.

Con el depósito lleno ya nos disponemos a integrarnos en un free-tour en inglés. En castellano imposible. El tour está bastante bien aunque mi nivel de inglés es muy escaso y enseguida desconecto de la explicación. Los jóvenes si se enteran y ocasionalmente nos traducen a los que tenemos más dificultades lo principal. Empezamos en Piata Sfatului que es una plaza grande y hermosa, como muchas en Centroeuropa. Me recuerda vagamente a la de Cracovia, salvando las distancias naturalmente. Tras una explicación de la historia de la ciudad y de los sucesivos avatares por los que ha pasado a lo largo de la historia, nos encaminamos hacia la Biserica Neagra que es la mayor construcción religiosa cristiana entre Viena y Estambul. El edificio es grande, imponente por fuera y más sencillo por dentro. Tiene un magnífico órgano que a la tarde escucharemos en un pequeño concierto de media hora que se suele dar los martes y los jueves a las 18:00.


Visitamos los restos de la muralla que rodeaba a la ciudad que quedan en la esquina de Strada Cerbuluii y Strada George Cosbuc. No tienen mayor interés y guiamos nuestros pasos hasta Poarta Schei y Poarta Ecaterinei.
Antes hemos pasado por la calle más estrecha de Europa según dicen (Strada Sforii)
Proseguimos por Strada Prondului hasta Pieta Unirii y así visitar la iglesia de San Nicolás y el edificio donde se ubicó la primera escuela de Rumanía. La iglesia es muy airosa con unas torres esbeltas que destacan contra el azul del cielo que contemplamos hoy. Hace calor y estamos cerca del mediodía así que entrar dentro se agradece. El interior contrasta con lo usual en otros templos ortodoxos, más recogidos y con ventanas por lo general pequeñas y que crean una penumbra surcada por rayos de luz que invitan al recogimiento. Esta es un poco distinta, tiene ventanales más amplios que le dan al espacio luminosidad. Al lado hay un cementerio ortodoxo con una entrada muy al uso, iconos y demás.


También merece una vista la catedral ortodoxa que hay en la Piata Sfatului. En las iglesias ortodoxas suelen llamar la atención a las mujeres que van con los hombros desnudos o enseñando demasiada pierna, con shorts o faldas cortas. Incluso a los hombres que van con pantalón corto por encima de la rodilla.

Ya en Piata Unirri acaba este tour que se ha prolongado quizás demasiado en el tiempo. Un poquito más corto había sido más llevadero pero mi poco conocimiento del inglés igual hace que mi opinión se vea mediatizada.


En la propia piata Unirii hay un restaurante en el que nos sentamos para beber unas cervezas y en el que tardan bastante en atendernos y no sabemos muy bien por qué, ya que no hay mucha gente y suficientes camareros. Hidratados volvemos hacia el centro de Brasov para visitar la torre Blanca (turnul Alb). Por Strada Dupa Ziduri llegamos hasta el bastión de los Herreros y de ahí, por una empinada escalera subimos a la torre Blanca. Desde aquí hay una estupenda vista de la ciudad y echamos un buen rato sacando fotos.



Bajamos y nos acercamos al bastión de los Tejedores y entramos justo al patio central. Encima de él está la carretera que te lleva al funicular para subir hasta el letrero de Brasov. Se puede subir a pie en una hora más o menos. Nosotros no lo hicimos.
Es tarde y tenemos que comer algo. En Strada Apollonia Hischer, al final si empiezas andando de Piata Sfatului hay un local que se llama The Cavern en el que comemos muy bien. Camarero muy atento y generosas raciones. Seguramente ha tenido otros nombres el lugar, pero creo recordar que ahora se llama como he dicho, “The Cavern” o algo así.

A las 18:00 vamos a la iglesia negra a escuchar un pequeño recital de órgano. La verdad es que el repertorio es demasiado técnico para nosotros y no le encontramos el gusto pero media hora pasa rápido y vemos la catedral de paso. El resto de la tarde lo aprovechamos para callejear, tomar una cervecita en el café-pub mencionado antes, “La Bibliothéque” y para visitar la catedral ortodoxa de Piata Sfatului.



Va cayendo la tarde y las calles del centro toman otra vez temperatura y animación. Hay mucha gente cenando fuera y se hace complicado encontrar sitio. Al final lo conseguimos y poco a poco nos despedimos de esta bonita ciudad sajona, que junto con Sibiu, y Sighisoara compone un tríptico imprescindible en Transilvania.

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