Día 10 de Agosto 2018
Para este día teníamos prevista la visita a la ciudad de Hoi An, con su famosa y turística ciudad antigua declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, atravesada de canales y antaño antigua ciudad portuaria, mezclando arquitecturas desde edificios coloniales franceses, tiendas chinas de madera y casas vietnamitas.
Después de un buen desayuno en el bufé libre del hotel Hoi An Silk Marina Resort
situado junto al río Thu Bon con unas vistas muy relajantes, empezamos la visita a Hoi An.
Como el hotel estaba muy cerca del canal principal, fuimos paseando por su orilla hasta llegar al famoso puente que sale en todas la fotografías para cruzar a la otra orilla donde ya podíamos ver el puente cubierto japonés, seguimos paseando a través de sus estrechas y tortuosas calles del Casco Antiguo, casi todas decoradas con farolillos colgantes y repletas de tiendas.
Visitamos la Pagoda Chua Ong, El Salón de Asambleas Phuoc Kien, La casa Tam Ky de 200 años de antigüedad, la casa Phung Hung, la Quan Thang, donde pudimos observar las diferencias de culturas y como no el famosísimo puente cubierto japonés llamado Cau Nhat Ban, lugar de disputa aún en la actualidad entre chinos y japoneses, fue construido por la comunidad japonesa en 1590 para conectar con el barrio chino situado al otro lado del río. Seguimos el recorrido siempre acompañados de unas extensas explicaciones de nuestro guía, al ser de la zona sabia muchísimo, quizá demasiado, porque a veces se me hacían un poco pesadas sus explicaciones, aunque siempre es bueno tener mucha información de los lugares que visitas claro, cruzamos por el mercado que en ese momento estaba en plena ebullición, lleno de productos locales, con pescado muy fresco recién pescado, ventajas de estar junto al rio y con pequeños bares en su zona central.
Llegamos al embarcadero donde comimos en el restaurante Banana Leaf cafe, para relajarnos un rato, tenían un menú tradicional y algunos platos occidentales.
Ya que estábamos en el embarcadero aprovechamos para hacer un pequeño paseo en barco a unas islas cercanas para visitar las villas de Kim Bong y Thanh Ha, una está dedicada a la fabricación de objetos de cerámica hechos a mano por los artesanos locales, muy curioso como todavía los tornos para fabricar la cerámica son manuales, tenían mucha variedad de figuritas y vasijas.
En la otra isla están dedicados a la construcción de barcos y a los artesanos de la madera, con muchísimos pequeños talleres donde en cada uno sus artesanos tallaban la madera, incrustaban nácar y barnizaban, habían autenticas maravillas, algunas de tamaños considerables, en una de las tiendas compramos una figura de recuerdo a muy buen precio.
Al finalizar el recorrido de regreso del barco, nos dejaron en el mercado nocturno que lo estaban montando en ese momento, repleto de tiendas y de carritos de comida, donde vendían desde ranas asadas a patas de pulpo fritas.
Regresamos al hotel para refrescarnos un poco en su bonita piscina, tomándonos unas horas de relax, un hotel muy recomendable.
Después del baño, ya se había hecho de noche, regresamos al centro de la ciudad para ver el espectáculo visual de los farolillos flotantes que pone la gente en el canal, junto con el ir y venir de decenas de barcas con turistas por el río. Estaba repleto de gente, parecía la rambla de Barcelona en hora punta, paseamos por las callejuelas llenas de tiendas donde puedes comprar desde un traje a medida o zapatos que los hacen en 24 horas pasando por todos los souvenirs que quieras y más, es una ciudad con mucho encanto sobre todo de noche, ya que en la zona del casco antiguo casi todas las casas tienen sus fachadas iluminadas y cruzando por encima de nuestras cabezas estaba lleno de farolillos iluminados, mientras sus habitantes hacen las ofrendas frente a sus tiendas, quemando objetos e incluso billetes falsos hechos expresos para el ritual donde recuerdan a sus antepasados.
Cenamos en un restaurante pizzería de la calle principal y nos fuimos a dormir.