Cartagena-Tayrona ✏️ Diarios de Viajes de Colombia

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Día 13 Cartagena
Al planificar el viaje descarte las playas y excursiones que se pueden hacer des de Cartagena. Ya habíamos estado el año anterior en el Caribe en playas preciosas y por lo que había leído estas no lo eran tanto y son muy ruidosas y abarrotadas. Así que nuestra única intención era ver la ciudad y al día siguiente salir hacia el Tayrona.
En el mismo hotel contratamos el transporte al Tayrona, era una de estas furgonetas de 12 personas o así. Había autobuses mucho más económicos, pero preferíamos pagar algo más e ir más tranquilos y rápido.
Comimos en un restaurante llamado Zaitún, hacen fusión, nos gustó bastante la comida, el local es bonito y el personal amable. No es barato.
A media tarde tuvimos que retirarnos al hotel ya que Josep aún no estaba del todo bien del estómago y yo empezaba a estar bastante mal de lo mismo. Tanto fue así que tuvimos que cancelar una reserva para cenar que teníamos y solo salimos del hotel para ir a comprar botellas de electrolitos y antibiótico.
Día 14 Tayrona
Sobre las 5am nos recogió nuestro transporte. El trayecto es largo, si no recuerdo mal dura 5h. Nos dejó en la entrada del Tayrona y allí me dijeron que mi Eco hostal Yuluka no es el Yuluca que está dentro del parque y que nos lo habíamos pasado.
Por un “módico precio” nos llevaron hasta nuestro alojamiento. Al principio pensé que era un poco estafa ponerle el mismo nombre a un alojamiento que el de otro de dentro del parque. Pero después me alegre enormemente, nos gustó muchísimo.
Decidimos no perder el tiempo e intentar realizar la ruta de las playas, la más típica, ese mismo día. Recomiendan que a las 17h estés ya en la zona donde te recoge el transporte para ir a la entrada, ya que a las 18h anochece y cierran. Debían ser las 11-12h y la ruta teóricamente duraba unas 5h.
La ruta nos gustó mucho, el paisaje es muy diferente del que veníamos y aunque el Chocó es más salvaje y exuberante, el Tayrona es muy bonito también, sobre todo las playas.
En muchas playas no te puedes bañar por las corrientes y en las que se puede, suele haber bastante gente.
Paramos a comer en el restaurante de uno de los alojamientos, cogimos lo más sencillito ya que el precio no era económico. Entonces vimos que haber tenido que llegar hasta allí con el equipaje a cuestas hubiese sido horrible y que si estas alojado en Cabo San Juan, por ejemplo, y quieres ir a otra zona del parque (este tiene 3 entradas) debes caminar bastante. Así que aparte de por otros motivos, nuestro alojamiento nos pareció perfecto.
Nos dio tiempo a hacer toda la ruta sin agobios y volver antes de anochecer, así que estábamos muy contentos. Esta vez para volver al hotel nos subimos al primer autobús que paso y pactamos un precio. De vuelta al hotel, chapuzón en la piscina con tobogán incluido.
Teníamos reservadas dos noches en este alojamiento y las siguientes 3 noches eran las únicas que habíamos dejado en el aire, por si (ilusamente) nos daba tiempo a llegar hasta punta gallinas. Pero esa tarde decidimos que era un largo viaje para apenas poder disfrutar de aquello. Como estábamos tan contentos con nuestro alojamiento y en el Tayrona hay cosas para hacer, decidimos que nos quedaríamos un día más. Los días que nos quedaban pensamos pasarlos en Palomino, Robert nos había comentado que en esta época es tranquilo y conocía un hotel que le gustaba bastante.
Día 15 Tayrona
Ya que no íbamos a ver la cuidad perdida, queríamos ir a Pueblito y si era posible a Playa Brava. Para ello hay que entrar al Tayrona por la entrada de Calabazo. Preguntamos en la recepción, ya que no llevábamos comida, si habría algún sitio allí para comprar algo. No nos pudieron asegurar nada, pero al ver que el día anterior había bastante cosa, te cobraban con tarjeta y todo, pensamos que algo encontraríamos.
Para llegar a la entrada, coges el primer autobús que pase y le dices que quieres ir a Calabazo y pactas un precio, la persona que cobra te avisa de cuando debes bajar. Algunos autobuses van a reventar de gente y las puertas van abiertas.
El camino a pueblito dura si no recuerdo mal unas 2,5horas, dependiendo del ritmo que se pueda llevar.
Nada más empezar vimos una iguana gigante y algún tucán. El paisaje es diferente al que ves en la otra ruta, la vegetación es bastante más cerrada, los caminos en general son más estrechos y de la sensación de ser “más virgen”.
En pueblito hay algunas casas restauradas para que puedas ver como eran antes y se aprecian varias terrazas.
En todo el camino no había nada para poder comprar comida y no íbamos sobrados de agua.
Para ir a la playa brava hay que deshacer camino hasta una bifurcación. Una vez pasada la bifurcación ya no vimos a nadie más, llevábamos una 1,5h andando y empezamos a escuchar unos aullidos, fuertes, sonaban a mamífero no pequeño. Seguimos caminando y ninguno de los dos decía nada pero era evidente que mucha gracia no nos hacia. Llego un momento en que Josep pudo ver unos monos, yo no llegue a tiempo, pero entonces caí en que se trataba de monos aulladores y que podía estar más tranquila.
Cuando ya hacia algo más de dos horas que no veíamos a nadie y que no llegábamos a la playa, teóricamente debíamos estar cerca, empecé a preocuparme. No llevábamos comida, apenas había agua, no sabíamos si en la playa podríamos comprar algo o no, no sabíamos si salían barcas desde allí a Santa Marta o deberíamos volver andando. Si teníamos que volver andando debíamos vigilar la hora, ya que no recomiendan que camines por el parque de noche y menos en las zonas menos concurridas donde hay más movimiento de animales.
Llegamos a un claro y seguíamos sin ver la playa y sin saber cuanto nos quedaba aún. Josep no quería, pero insistí en que diéramos la vuelta que nos estábamos arriesgando sin saber demasiadas cosas y que no quería estar allí de noche. Volvimos, llegamos a la entrada sobre las 16h.
Volvimos al alojamiento, comimos algo y nos dimos un chapuzón en la piscina y luego en nuestra súper bañera.
Día 16 Tayrona
Queríamos ir a playa cristal, no lo habíamos mirado antes y por lo visto es una zona donde casi todo el mundo va con algo organizado.
Al preguntar en la recepción nos dijeron que podíamos probar suerte, debíamos coger un autobús en dirección Santa Marta y decirle que nos dejara en el camino a la entrada de Naguanje, allí si teníamos suerte habría unos moteros (a veces coches) que te bajan a la entrada (camino largo y en mal estado) y una vez pagada la entrada te bajan a la playa, desde donde hay que coger una barca para llegar a la playa. El precio de la barca es fijo, así que como más llena vaya mejor de precio sale.
Al llegar a la entrada del camino efectivamente había un grupo con 3 motos, acordamos precio de ida y vuelta. Al parar para pagar la entrada al parque, nuestros moteros hablaron con uno de los guías del viaje organizado para ver si nos podía colocar en una de sus barcas, acordamos un precio y que nos veríamos donde las barcas y la vuelta la haríamos en el autocar en vez de en moto.
Se para en un punto del camino a hacer unas fotos de la playa de 7 olas. Al llegar a la playa para coger la barca, los barqueros se enfadaron con nuestros moteros porque se dieron cuenta de la jugada y ellos perdían la posibilidad de cobrarnos una barca entera para solo dos personas.
Llegamos a Playa Cristal, en realidad playa de los muertos. Es bonita, aunque no es la playa perfecta del caribe, lo mejor para nosotros es que puedes ver los peces sin necesidad de sumergirte, están a un metro de la arena!
Comimos en un chiringuito de allí, habíamos ido nada más llegar y habíamos escogido el pescado fresco y la hora a la que lo queríamos, más tarde de lo habitual, para no coincidir con todo el mundo, ya que hay bastante gente. Si es verdad que el parque tiene un aforo limitado para esta playa y no da más entradas cuando llega al tope. Aún así es bastante gente.
Si se puede es mejor ir más tarde y volver algo más tarde, ya que a las 15h se van las barcas de tour organizado. A nosotros nos dejaron para ir en la última barca de nuestro grupo y tuvimos más ratito.
Una vez en la entrada del camino esperamos que pasara un bus para ir al alojamiento.

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