Parque Nacional de Makgadikgadi. Migración en el río Boteti ✏️ Diarios de Viajes de Botswana3 de Agosto. Abandonamos Ntwetwe Pan pero seguimos en Makgadikgadi. En concreto nos adentraremos en el llamado Makgadikgadi National Park.Diario: POR ZIMBABWE Y BOTSWANA, DE NOVATOS EN EL AFRICA AUSTRAL⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Etapas: 16 Localización: Africa SurA las 6:15 oímos el “buenos días, chicos”, que se nos hará tan familiar en los días de acampada, de nuestra guía. La penumbra que antecede al amanecer se va haciendo más tenue. Después de un poco de aseo precario, nos tomamos un café acompañado de una magdalena. O con un trozo de pan de maíz que había sobrado de la noche anterior. La lejana luminosidad rojiza que va apareciendo en el horizonte, en la dirección hacia la que habíamos dormido, se va transformando en una lengüeta roja que se va agrandando hasta completar la gran bola roja del sol que comienza su recorrido una jornada más, rompiendo la continuidad del azul del cielo. Nos toca volver del salar. Lo abandonamos de forma recta, sin el rodeo de ayer en la noche. Se entregan los quads y ya todos en los vehículos 4x4, de forma más directa y rápida que ayer en la tarde, volvemos hacia el Planet Baobab. Allí nos espera un abundante y sabroso desayuno. Y una zona de baños donde poder quitarnos la ropa que ya nos sobra y asearnos algo mejor. En nuestro camión nos trasladamos por la carretera que va dirección Maun, durante una hora y treinta minutos, hasta llegar a la puerta principal de Makgadikgadi National Park, la puerta Phuduhudu. Unos 56 km. por la A3 Las oficinas del parque que hay en esta entrada principal son compartidas también para el Nxai Pan National Park. Ambos, Makgadikgadi y Nxai Pan, fueron declarados parque nacional en 1992. La denominación Makgadikgadi Pans comprende, como dije anteriormente, un conjunto de salares siendo los más grandes e importantes Sua Pan, Ntwetwe Pan y Nxai Pan. Pero también tiene un área que no puede considerarse un salar como los anteriores, si bien su suelo es de tipo salino y en su día también estaba sumergido bajo el gran lago prehistórico que al secarse dio lugar a toda esta zona. Son 3.900 m2, (en algunos sitios indican 4.900 m2), que hoy están protegidos. En 1970 se declaró como Reserva de Caza y en 1992 Parque Nacional. Estamos hablando de Makgadikgadi National Park. Lindando con este parque existe otra zona protegida y declarada también Parque Nacional, Nxai Pan. Este si es un gran salar que en la época de lluvias se convierte en un jardín del Edén y en época seca mantiene una charca central que atrae animales. Como gran atractivo este salar presenta los llamados baobabs Baines. Son siete grandes baobabs milenarios que fueron pintados por Thomas Baines, aquel que acompañaba a Chapman, en 1861. Pese a los años transcurridos, estos baobabs presentan las mismas características reflejadas por el pintor. Pero esta visita tendrá que ser en otra ocasión ya que lo que nos disponemos a visitar es la zona de la reserva de caza, Makgadikgadi NP. El camión se queda aparcado a la entrada del parque y nosotros nos distribuimos en dos 4x4. Nos adentramos por caminos angostos de arena, solo aptos para vehículos del tipo que llevamos y conductores expertos. En época de lluvia los caminos se vuelven intransitables. Durante la primera media hora de recorrido no dejamos de ver más que vegetación espinosa y reseca castigada por el sol, todo lo típico de un auténtico secarral y no le vemos mucho atractivo al safari de hoy. Nos desviamos del camino principal y accedimos a una charca mantenida por bombeo de agua gracias a un panel solar. En realidad son dos charcas dobles, una con el agua fresca que sale del punto de bombeo y otra al lado convertida en un barrizal. En ambas hay varios elefantes. Una manada de jóvenes solteros machos. Y como tales, alguno que otro exhibía sin pudor su “quinta pata”. Como seres inteligentes que son, utilizaban el agua clara de la primera charca para beber, disputándose entre ellos la posición más cercana a la salida del agua. Mientras bebían, sus cuatro enormes piernas no mantenían la misma posición. Observando con detenimiento se puede comprobar que se apoyan en tres patas y la cuarta la van dejando descansar, turnando la pata de descanso. La segunda charca la utilizaban para darse baños de agua y barro. Es una forma de bajar la temperatura del cuerpo y también para protegerse de los insectos. Sus enormes orejas, son el triple de grandes que las de sus parientes asiáticos, no dejan de moverse. Es otra forma de regular la temperatura de su cuerpo. Con imaginación, la figura de cada oreja te puede parecer el mapa de Africa. Los elefantes acaparaban la charca. Unos finalizaban pero otros venían. Algunos pocos animales se atrevían a beber por algún claro, como el caso de un ñu solitario. Y es que aunque no sean de naturaleza agresiva hay que tenerles respeto pues son los animales terrestres más grandes del mundo. A partir de esta charca, en el recorrido comenzaron a aparecer animales en los márgenes del carril y nuestros ánimos ya estaban entonados. Unas cebras ocupaban totalmente el camino y había que ir más despacio para que se fueran apartando. A ambos lados podían verse ya grupos de cebras con relativa frecuencia e igualmente ocupando la principal vía de este parque. Este camino lleva también a la otra puerta importante del parque, Kumaga, en dónde hay campamentos. Pero no es una vía muy transitada ni un parque muy visitado. En todo nuestro recorrido por el parque tan sólo nos encontramos con otros dos coches de un safari similar al nuestro. No es de extrañar pues que las cebras tomaran el carril de tierra como una extensión más de la sabana Luego vino una pareja de jirafas, aunque de una de ellas solo asomaba la cabeza ya que se encontraba sentada descansando. Casi siempre se ven cerca de alguna acacia que conserve sus ramas verdes las cuales ramonean en su copa o ramas más altas, a la altura que otros animales no pueden llegar. Es el animal más alto de la tierra y explotan esta ventaja. Es un animal que suele caer simpático, al menos a mí me lo parece, como las cebras. Y sus ojos saltones cuando te miran no reflejan maldad alguna. El par de jirafas parece que se había separado de otro grupo más grande que nos encontramos algo más adelante. Aunque no es una regla fija que vayan en grupos, pues pueden deambular en solitario y los grupos a veces son ocasionales. En este caso parece que se habían agrupado alrededor de una acacia con buen aspecto. Y después de todo esto vendría la gran sorpresa del día. Nuestra guía no había querido adelantarnos nada porque no sabía cómo se iba a encontrar la zona. Al bajar una suave depresión del terreno nos encontramos con un vasto valle en cuyo centro se podía adivinar que se deslizaba una pequeña corriente de agua. En esta gran vaguada había muchos restos de árboles secos y troncos fósiles, recuerdos de haber estado todo anegado de agua en alguna ocasión. En la parte superior de la curvatura de esta vaguada sí que hay vegetación, la mayoría acacias de gran porte y ramas retorcidas y alguna que otra palmera. Pero no es esto lo que nos impresiona y nos deja con la boca abierta. El río Boteti es el causante de este paraje alucinante y tan lleno de vida. Un parque jurásico a lo africano. Fue la expresión que a alguno le salió nada más verlo. Es como ver una imagen del origen de los tiempos, cuando los animales caminaban y se alimentaban en convivencia sin molestarse unos a otros. Una salida del arca de Noé, dijo otro. El río Boteti forma el límite occidental de este parque. Al otro lado del río, enfrente de donde nos encontramos y donde se encuentra la mayor concentración de animales, ya no es parque nacional y el ganado de los poblados cercanos tiene permitido pastar. Como la especie animal no entiende de fronteras, allí se mezclan cientos de cebras (lo que más había), ñus, jirafas, elefantes, vacas, asnos, antílopes, aves… El Makgadikgadi NP es uno de los escenarios de la segunda migración más importante de herbívoros en busca de pastos frescos, después de la del Serengueti – Masai Mara. Y la concentración de fauna es precisamente a orillas del río Boteti. En esta migración, los animales, inicialmente, permanecen en los salares anegados de Makgadikgadi Pans. Conforme van perdiendo agua se van trasladando a orillas del río Boteti para más adelante proseguir hasta el río Chobe. El río Boteti es la corriente que emana del río Thamalakane desde Maun. Y éste, a su vez, es la corriente que deriva del Delta del Okavango. Va fluyendo retorcidamente hasta inundar el Ntwetwe Pan pasado el poblado de Mopipi. Si es que queda agua, pues desde unos años acá se utiliza para el llenado de la presa Mopipi que es utilizada por varias minas de diamantes. También se ha dado el caso de que el río Boteti no trajera agua en varios años, como sucedió en 1993 en que desaparecieron. Pero desde hace unos cuantos años la corriente que da vida ha vuelto a aparecer. Ya estamos en la estación seca y no es mucha el agua que trae el Boteti. Son las horas centrales del día y no son las mejores para los avistamientos de animales. Y aún así es maravilloso ver esta concentración tan numerosa de vida animal. Cuando llega el atardecer y el río tiene más agua los ejemplares de fauna se cuentan por miles. Así nos lo cuenta el guía del 4x4 que no dejaba de decir: many, many, many animals. Bajo la sombra de una gran acacia, en esta cuenca del río, se pararon los dos 4x4 y sobre el capó de uno de ellos se dispuso el almuerzo. El cual nos íbamos sirviendo y de pie mismo fuimos dando cuenta de esta sencilla comida que nos parecía un manjar en tremendo escenario. No todos los días se come uno un plato de ensalada viendo a cientos de cebras comer y retozar, a un grupo de ñus que casi se despeñan por llegar pronto al agua, a un trío de elefantes cruzar ordenadamente el río.. Que por cierto, el agua fresquita a uno de ellos lo había afectado sensiblemente. A partir de esta zona el río se embalsaba de vez en cuando formando unos parajes preciosos. Nuestra precavida guía nos dejó acercarnos al agua y ver el río más de cerca, pero en compañía de uno de los conductores. Incluso para ir al baño había que pedirle opinión al chófer de si tal o cual sitio eran los idóneos. Anda que si nos topamos con un elefante o una cebra..... No parecía haber ningún depredador cercano. Los animales estaban todos muy tranquilos, sin signos de estar en alerta. Hasta las jirafas bebían agua tranquilamente en esa posición tan cómica que tienen que adoptar, con las piernas delanteras dobladas para poder llegar al agua. Proseguimos bastante más tiempo por la misma margen del río y corriente arriba. El agua, al estar algo más embalsada, parecía más abundante y la concentración de fauna aumentaba. Fueron apareciendo varias especies de aves en las marismas inundadas, algún hipopótamo sumergido.. Hasta una colonia de buitres que contemplaban toda la escena a la espera de su gran momento. Comenzamos la vuelta por el mismo camino de ida, ya con más prisa y más traqueteos del coche. Seguimos en solitario, sin encontrarnos con nadie. Se nos vuelven a cruzar por el camino varias manadas de cebras que se apartan asustadas del ruido del motor. En una de estas manadas observo que una de ellas lleva el trasero literalmente en carne viva. Nos cuenta el guía que un león le mordió por detrás, arrancándole la cola. Pero que ella se resistió dando coces y logró escapar. Pobrecita, lo que tenía que dolerle. A juzgar por la herida aquel ataque era relativamente reciente. Así que felinos sí que había, aunque se escondieran de nosotros. Nos volvimos a acercar a la charca donde habíamos encontrado los elefantes por ver si había otros animales. Estaba otra vez al completo, pero de elefantes... No importa verlos de nuevo, siempre es agradable ver a estos inteligentes animales disfrutar del tan ansiado elemento. En esta ocasión, además, pudimos observar cómo se divierten simulando peleas entre ellos. Estaban muy juguetones los componentes de esta nueva manada de elefantes, también de machos jóvenes. Llegamos al Planet Baobab ya siendo noche cerrada y fue cuando nos entregaron la habitación. Nos esperaba una ducha reparadora después del poco aseo en nuestra noche al raso y el mucho polvo acumulado en los trayectos en los coches abiertos por el salar y los caminos arenosos del parque. El pelo parecía estropajo. Pese a lo bonito que es este hotel, su entorno, sus cabañas redondas…, no me resultó de los más cómodos. Por dentro seguía siendo bonito también. La habitación, redonda por supuesto, tenía las camas separadas, adosadas a la pared en las partes opuestas de la circunferencia, con muebles auxiliares con estantes construidos en cemento. Una mesa central y detrás un tabique, con estantes de cemento y adornos, que separa la zona de baño y ducha. El espejo del baño está enmarcado con trozos de latas de coca-cola y los muebles del mismo también son estantes de cemento. Pero no tenía secador de pelo, (tampoco en recepción), las toallas eran muy pequeñas, tan solo una pastilla de jabón.. Tonterías que el cansancio te hace darle mayor importancia de la que tiene. Las camas, eso sí, muy cómodas. Con su mosquitera y, aparente, poco tamaño, parece que dormías en una cuna. El wifi era de pago, pero estaba dispuesta a comprarlo aunque no hubo forma de conectarse. Ni siquiera la chica de recepción lo pudo conseguir después de varios intentos. Mejor, así me fui a la cama más rápidamente. Al día siguiente volvíamos a tener un gran madrugón. MOMENTOS Y MOMENTAZOS. El momentazo del día fue la gran sorpresa de la mucha y animada vida a orillas del río Boteti. Compuesto de múltiples momentos observando escenas habituales en este escenario de vida animal, pero excepcionales para unos novatos como nosotros. Índice del Diario: POR ZIMBABWE Y BOTSWANA, DE NOVATOS EN EL AFRICA AUSTRAL
01: INTRODUCCION
02: Viaje y llegada al PN de Hwange
03: Safari diurno y nocturno en Parque Nacional de Hwange
04: Nos vamos al PN Matobos
05: Explorando el Parque Nacional de Matobo
06: Cruce de Zimbabwe a Botswana. Nata, santuario de aves
07: Makgadikgadi Pans: entre boabads, suricatos y noche en Ntwetwe Pan.
08: Parque Nacional de Makgadikgadi. Migración en el río Boteti
09: Traslado a Maun. Nos adentramos en el Delta del Okavango
10: En el corazón del Delta del Okavango. Safari a pie, mekoro, poblado Xaxaba
11: Vuelo sobre el Delta del Okavango. Llegamos a Moremi.
12: Dejamos Moremi y nos vamos a Savuti, (Parque Nacional de Chobe)
13: PN Chobe. De Savuti a Kasane. Crucero río Chobe.
14: Victoria Falls. Vuelo en helicóptero.
15: Cataratas Victoria. El humo que truena nos envuelve.
16: EL LARGO VIAJE DE VUELTA A CASA
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