A las 9 habíamos quedado delante del Hotel Islane frente a la Koutoubia para hacer un tour gratuito que había contratado con Toursgratis.com. Primero desayunamos a la hora que quedamos con el encargado del Riad, y la verdad es que el desayuno es bastante copioso pero limitado, es decir, te sirven cosas dulces y riquísimas, pero es eso, no es un buffet, es lo que te sacan: mantequillas, mermeladas, crepes, tortilla, pan y café con leche. Aun así está todo bueno, aunque es el desayuno que suelen sacar siempre, así que yo, que hace años que no toco el azúcar, me tiré una semana desayunando lo mismo.
Llegamos al hotel Islane y allí nos esperaban los guías, nos juntamos unos 30 españoles que nos separaron en dos grupos. A nosotros nos tocó Rachid, un chico muy culto que hablaba muy bien español y nos fue enseñando la medina, desde la plaza a los zocos pasando por el palacio de la Bahía que costó 30dh o puertas y murallas. Me pareció muy interesante, además de que siempre estaba abierto a contar detalles sobre su cultura o la gente con que te cruzabas. La visita tuvo la curiosidad de que nos metieron en un herbolario en el que además de descansar un rato y claro, hacer caja, nos mostraron los brebajes y plantas tradicionales que usan ellos para maquillarse o tratarse dolores. Allí compramos un par de pinta labios y aceites para dolores y reumas, que nos costaron 140 dh, estuvo curioso.
Fuimos a comer al Chez Chegrouni situado en la plaza principal, está algo escorado pero desde la terraza se ve plenamente el bullicio. Comimos tajín de nuevo, pero esta vez de pollo, con agua y un batido de naranja, 136 dh en total. Nada del otro mundo.
Como la caminata había sido intensa, más nos quedaban 20 minutos hasta el Riad, decidimos ir a descansar, así que nos tumbamos un rato y disfrutábamos de la terraza del Riad, preparada al más puro estilo chill out para estar un rato tranquilo.
Decidimos darnos una ducha y salir a cenar, nos decantamos por La cantina des Gazelles pero estaba a tope y con cola de espera, lo que hacen las buenas puntuaciones de Tripadvisor. Así que optamos por el Corner Café, otro de los bien considerados por esta web en Marrakech y no nos equivocamos, el restaurante es pequeñito, planta baja y planta alta además de un par de mesitas en la calle, esperamos un ratito y a cenar en la planta alta. Pedimos hamburguesa, ensalada, y un plato que no recuerdo que no quedaba, por lo que optamos por falafel, además de un zumo básico. No son muy rápidos pero amables y considerados, nos regalaron un pedazo de batido por las molestias al no estar el plato que queríamos. La cena estaba realmente buena. Costó 200 dh y quedé contento. Recomiendo cenar abajo o fuera, arriba te llenas de olor a fritanga que me tocó quitarme al llegar al Riad.
Llegamos al hotel Islane y allí nos esperaban los guías, nos juntamos unos 30 españoles que nos separaron en dos grupos. A nosotros nos tocó Rachid, un chico muy culto que hablaba muy bien español y nos fue enseñando la medina, desde la plaza a los zocos pasando por el palacio de la Bahía que costó 30dh o puertas y murallas. Me pareció muy interesante, además de que siempre estaba abierto a contar detalles sobre su cultura o la gente con que te cruzabas. La visita tuvo la curiosidad de que nos metieron en un herbolario en el que además de descansar un rato y claro, hacer caja, nos mostraron los brebajes y plantas tradicionales que usan ellos para maquillarse o tratarse dolores. Allí compramos un par de pinta labios y aceites para dolores y reumas, que nos costaron 140 dh, estuvo curioso.
Fuimos a comer al Chez Chegrouni situado en la plaza principal, está algo escorado pero desde la terraza se ve plenamente el bullicio. Comimos tajín de nuevo, pero esta vez de pollo, con agua y un batido de naranja, 136 dh en total. Nada del otro mundo.
Como la caminata había sido intensa, más nos quedaban 20 minutos hasta el Riad, decidimos ir a descansar, así que nos tumbamos un rato y disfrutábamos de la terraza del Riad, preparada al más puro estilo chill out para estar un rato tranquilo.
Decidimos darnos una ducha y salir a cenar, nos decantamos por La cantina des Gazelles pero estaba a tope y con cola de espera, lo que hacen las buenas puntuaciones de Tripadvisor. Así que optamos por el Corner Café, otro de los bien considerados por esta web en Marrakech y no nos equivocamos, el restaurante es pequeñito, planta baja y planta alta además de un par de mesitas en la calle, esperamos un ratito y a cenar en la planta alta. Pedimos hamburguesa, ensalada, y un plato que no recuerdo que no quedaba, por lo que optamos por falafel, además de un zumo básico. No son muy rápidos pero amables y considerados, nos regalaron un pedazo de batido por las molestias al no estar el plato que queríamos. La cena estaba realmente buena. Costó 200 dh y quedé contento. Recomiendo cenar abajo o fuera, arriba te llenas de olor a fritanga que me tocó quitarme al llegar al Riad.